Les dejo el 11° cuento de mi saga, y uno de mis favoritos....
Aún
no era la época pero al recorrer el camino de regreso a su hogar, él podía
imaginar los árboles florecidos ,casi como si las etéreas flores de cerezo le
dieran la bienvenida.
A
medida que avanzaba sentía que su corazón se aligeraba, el paisaje familiar lo
llenaba de recuerdos y poco a poco, sin
darse cuenta, iba acelerando el trote de su caballo.
Regresaba
a su casa, y ansiaba ver la aldea, el castillo y mucho más aún a la gente que lo habitaba. Amaba las
aventuras y recorrer tierras lejanas, pero sólo había un lugar en el mundo al
que él pertenecía completamente y ahora podía
sentir con intensidad la llamada de
aquel lugar.
Cruzó
el poblado cabalgando deprisa, atravesó las puertas exteriores del Castillo
mientras los guardias lo saludaban y dio
los últimos pasos con sus ojos verdes brillando de alegría.
Apenas
atravesó el umbral , una menuda mujer rubia se lanzó sobre él para
abrazarlo y llenarlo de besos