Al día siguiente.
Eran
las ocho de la mañana, cuando aún se encontraba sentada en su cama intentando
repasar un poco sus apuntes. Cuando su concentración fue interrumpida por el
grito de terror de su amiga. Dejó todo de lado y saltó de la cama, casi
matándose por el largo de la bata de Alex. Abrió la puerta del dormitorio y se
quedó un poco perdida al verlo pasar a él de largo completamente desnudo y
dirección a la cocina, de donde había provenido el grito.
Justo
a punto de llegar aquella parte del piso, volvió a escuchar gritar a su amiga y
ordenándole al hombre que se tapara. Y nada más poner los pies en aquella
estancia, vio a su amiga junto a su hermano y a Alex, que se le acercaba con
paso tranquilo y refunfuñando algo que no llegó a entender, para quitarle la
bata que llevaba puesta y taparse así su desnudez al tiempo que le guiñaba un
ojo con gesto sexy.