–¿Por qué no me cuentas qué sucedió? –Cameron cruzó sus
brazos y Nina elevó sus ojos castaños hacia él. Sonrió– ¡Nina!
–¿Qué pasa, Cameron? –inquirió con inocencia.
–Nina, sé que algo sucedió cuando fuiste a la ciudad
–intentó Cameron y ella asintió– ¿por qué no me dices qué fue?
–Ten paciencia, Cameron –rió y él puso los ojos en blanco–
¿qué?
–Te empiezas a parecer a él… eso no me gusta.