Era otoño, el aire
aún tenía calidez y el sol se reflejaba en las hojas doradas de los árboles
creando un ambiente único. Parecía que el tiempo estaba suspendido, que el
bosque estaba encantado y que el mundo era cobrizo y dorado. Tan dorado como los
ojos de la muchacha que estaba sentada en un viejo tronco.
Kristana
Blackdalion , hija de los Señores de Levany, estaba soñando despierta ,cuando
tres hombres se le acercaron.
Dos de
ellos eran tan rubios como ella pero con ojos
grises, el tercero tenía cabello oscuro y ojos dorados.
-¿En qué
piensas reina de las hadas? – preguntó este último .Al notar que la joven no les respondía, el
mayor de ellos se agachó alarmado junto
a la joven.
Kristana tenía una mirada extraña que sólo
aquellos muy cercanos a ella reconocían. Era la mirada que tenía cuando le
llegaban las visiones. En esos momentos la joven estaba apartada de todos
vislumbrando el porvenir, a pesar de estar acostumbrado a ello Connor, que era quien estaba junto a
ella, no dejaba de inquietarse por el
don de su hija.
Nunca
sabía qué tipo de augurios traerían aquellos trances y no podía dejar de temer
que dañaran a la sensible joven. Aún
tenía grabado en el alma el recuerdo de
un día lejano, más de diez años atrás, cuando ella había despertado de su
trance desconsolada, “duele” era todo lo que la pequeña había dicho y había
llorado tanto en sus brazos que Connor
había creído que se le partiría el corazón.
Era verdad que después no había vuelto a tener visiones tan terribles ,
de hecho la última vez, pocos meses atrás,
había entrevisto la llegada de una intensa lluvia y su aviso había
permitido salvar las cosechas, pero otras veces las visiones no habían sido
agradables y Connor odiaba no poder defenderla . Podía luchar contra todo menos contra aquello que
no podía ver.
-Krista...-volvió
a llamar y vio aliviado como la mirada cambiaba y se enfocaba en él.
-Padre...-
dijo la joven percatándose de su presencia.
-¿Estás
bien?
-Sí – dijo
ella con una sonrisa y su padre intuyó
que no le contaría lo que había visto.
En ese
momento la joven se levantó y vio a los otros dos . El rubio era su hermano
mayor , Sean, y el moreno su tío Kilcoy , los dos le sonrieron , pero no le
pasó desapercibido el rastro de preocupación que tenían.
-¿Cómo les
fue ? – preguntó la joven alegremente para disipar la tensión.
-Muy bien – dijo Connor y tuvo la sensación de que
el aire le volvía al cuerpo – a tu tío
Caleb le agradaron mis ideas para mejorar las cosechas de la aldea , así que
piensa ponerlas en práctica. Mi padre
dijo que nunca había esperado ver el día en que yo diera consejos sobre
siembras y cosechas – agregó con diversión.- ¿Cómo ha estado todo por aquí?
-Sin
problemas – respondió ella – mamá se ha encargado de que todo marche bien
-Estoy
seguro de eso – contestó Conn con un claro matiz de orgullo en la voz.
-Está
esperándolos – mencionó Krista.
- Entonces
vamos – intervino Kilcoy - , nunca es buena idea hacer esperar a mi hermana.
Los cuatro
rieron y Sean se adelantó para pasar un brazo alrededor de su hermana y
encaminarse a casa mientras charlaban.
“Casa” era
el Castillo de Levany y la aldea. Kristana estaba segura de que no había otro
Señorío como aquel, pensaba que tenía que ver con que en el pasado su madre había sido una aldeana
más y que su padre había llegado a aquel lugar como esclavo. Estas
circunstancias peculiares hacían bastante original la convivencia. El Castillo
parecía estar abierto a todo el mundo, de hecho habían pocos lugares que fueran
de uso exclusivo de la familia, la cocina estaba invadida todo el tiempo por
las mujeres de la aldea y todos lo consideraban su propio hogar . Además la gente acudía continuamente al
Castillo en busca de los consejos de Shara y de Connor.
Los niños Blackdalion pasaban más tiempo jugando en la aldea que en los jardines
amurallados , sin mencionar con que todos se preocupaban por su bienestar y los
cuidaban como a sus propios hijos. Incluso los reprendían como a sus propios
hijos, sobretodo a los tres menores que habían sobrepasado con creces la
capacidad de hacer travesuras de su padre.
Los ojos dorados relampaguearon al ver a los
recién llegados y Shara corrió para lanzarse en brazos de su esposo. No le importó ser una señora adulta para tales demostraciones, después de
todo la espontaneidad era parte de su
vida desde que él había llegado y también el amor.
-Parece
que me ha extrañado mi Señora – dijo Connor risueño devolviéndole el abrazo
-Sólo un
poco mi Señor – respondió ella fingiendo
indiferencia y , separándose de su abrazo, saludó al mayor de sus hijos y a su
hermanito, quienes ya la superaban en altura .
- ¡Papá! –
gritó un trío de niños lanzándose sobre el recién llegado. Con la misma
habilidad con que había ganado batallas Connor Blackdalion se las arregló para
levantar en sus brazos a los tres
entusiastas niños.
- ¿Cómo se
han portado? – interrogó a los niños pero mirando a su esposa
-Libres de
toda culpa – dijo ella con una sonrisa
-Entonces
sugiero que entremos a buscar algo de comida...- propuso él mientras rumbeaba hacia su casa seguido de su familia.
Los días
en Levany se deslizaron tranquilos ,deshojándose como las hojas del otoño entre
trabajo arduo, música y risas.
Lentamente
le daban la bienvenida al próximo invierno. “Pronto “ murmuró para sí Kristana
Blackdalion y su mirada se sumergió en la visión hasta que la presión de la
mano de su padre sobre su hombro la
trajo de regreso
-¿Qué
viste cariño? – preguntó con suavidad
-
Dragones...- dijo la chica con un aire soñador
-¡Oh no
Krista! – exclamó - Dime que es una broma...pude acostumbrarme a la magia de
tus tíos pero no podría con dragones,
tal vez antes me hubiese parecido
divertido pero ahora...además no quiero imaginarme lo que harían con nuestra
cosecha
-Tranquilo
papá, sólo estaba soñando despierta y no hablaba sobre un verdadero ataque de dragones – respondió divertida y Connor suspiró aliviado – sólo
pensaba en cuán difícil sería domar un dragón y lograr su amor...
-Bueno, si
alguien puede domar a un dragón esa eres tú, mi dulce Krista. – respondió
Connor con ternura.
-Espero
que así sea ..- respondió ella enigmática -¿Dónde ibas? – preguntó cambiando de
tema aunque las preguntas brillaran en las pupilas grises de su padre
-A buscar
a “La Plaga”
-¡Papá!
-Debí
imaginarme que mi tranquilidad no podía
durar mucho cuando después de que Sean y
tu nacieran...llegaron ellos . No sé por qué dejé que tu madre me convenciera
de tener una familia grande – dijo Connor
adoptando un aire trágico
-¿Qué
hicieron esta vez?
-Tu
hermana retó a los hijos de Tanner a caminar por el puente colgante
-No hay
puente colgante en Levany...- especuló Krista
-No había,
hasta que tus hermanos construyeron uno sobre el arroyo .Según me han dicho
está construido entre los árboles de ambas costas.
-Y ¿qué
sucedió? – preguntó Krista conteniendo la risa ante la última aventura de sus
hermanos menores
-Obviamente
Shennara ganó, los demás no se atrevieron a cruzarlo y Josh Tanner se cayó al arroyo, luego Colin se
propuso cobrar la apuesta
-¿Apuestas?
-Claro, no
creerás que lo hicieron desinteresadamente. Así que ahora están todos en casa
de Tanner y yo tendré que responsabilizarme – finalizó Connor revoleando los
ojos
-Voy
contigo.
-Gracias,
voy a necesitar ayuda para no asesinar a esos tres
-¿O para
no reírte con los detalles?
-Bueno ,
eso también. – contestó él pasando un brazo por la cintura de su hija.
Todos se
habían alejado, su gente tenía el suficiente instinto de supervivencia para
apartarse cuando él estaba furioso.
Sólo un
imprudente permaneció cerca y se arriesgó más aún haciéndole una sugerencia.
-Mi Señor,
¿por qué no consigues una bruja como la de Levany?
“Levany” aquel nombre resonó en su
alma como si fuera un recuerdo agridulce que quisiera salir a la luz, casi un
leve toque de pluma que le rozaba cálidamente el alma. El hombre frunció el ceño y descartó la
extraña sensación. Él no se dejaba llevar por sentimentalismos.
-¿La bruja de Levany?
-Sí . Escuché que ella ve el futuro.
Les avisó de la última tormenta y pudieron salvar la cosecha. Un poder así a tu
servicio podría evitar otra catástrofe o incluso ayudarte contra tus enemigos.
-Una
bruja a mi servicio – susurró él
y sus ojos claros y fríos brillaron especulativamente
“Las flores crecen por donde camina
Kristana “ era uno de los dichos familiares. Lo cierto era que la joven tenía
muy buena mano para la jardinería, tal vez porque ponía amor en la tarea. El
mismo amor que ponía en cada cosa que hacía.
Sin embargo últimamente se refugiaba
más de lo acostumbrado en su jardín, sentada en el suelo arrancaba malas
hierbas con gesto serio
-¿Dónde está tu risa Kristana?
–preguntó Blaze arrodillándose junto a
su prima. En los últimos días la
muchacha se mostraba demasiado taciturna
-Lejos, junto al mar...¿Qué haces
aquí?
-Estoy de visita – respondió él
tratando de descifrar las palabras de la joven.
-¿Visita?
-Sí,
eso que haces cuando sales de tu casa y vas a la de otro.
Krista no pudo evitar sonreír.
-Me alegra que estés aquí. – dijo
dándole un abrazo
-Bueno, al menos logré una sonrisa,
tal vez en unos días recuperemos tu risa plena. Vamos, acompáñame a ver que
cocinó tía Shara para mí. – le respondió él ayudándola a levantarse
-Seguramente te preparó un banquete
-Soy su sobrino favorito...
-Al menos estoy segura que prefiere
que seas tú quien asalta sus despensas y no los mellizos.
-Eso tiene mucha lógica,
sinceramente no sé como esos dos siguen siendo delgados...
-Magia...-respondió la joven y los
dos se echaron a reír .
Luego de una larga cabalgata por las
tierras de Levany , Blaze se sentó desmañado junto a su prima.
-¿Qué te sucede Kristana? –
preguntó perspicaz el joven a quien no
le había pasado desapercibido el aire ausente de la muchacha .
-Nada
-Krista, soy yo ...- insistió mirándola con un brillo sagaz en sus ojos
verdes
-Lo sé Blaze, es que...
-¡Ayuda! –los interrumpió la voz de
Sean y cuando levantaron la mirada lo vieron acercarse a ellos mientras sus
tres hermanos menores, prendidos a su
cuerpo , fingían atacarlo.
-Al rescate – dijo Blaze
levantándose y guiñándole un ojo a su prima, y tras un vago intento de rescatar a su primo , se unió al ataque de los menores . Al rato los cinco estaban entrelazados en
una juguetona lucha , en medio de risas
y gruñidos.
Kristana los observó manteniendo la
distancia, con una sonrisa en los labios y una extraña tristeza reflejada en
los ojos.
Blaze se quedó unos días más pero no
logró ninguna confidencia relevante por
parte de Kristana , la explicación que ella estuvo a punto de darle se
desvaneció en el aire .
Shara estaba bastante ocupada con los balances de las provisiones mensuales cuando su hija se
le acercó a hacer un pedido
-Pregúntale
a tu padre - respondió Shara sabiendo lo que Connor pensaba y Krista
suspiró resignada. Por lo visto no iba a ser nada fácil
-¿ Ir
a Azzura ?, lo siento Krista ,pero no.
Estaremos demasiado ocupados y ninguno va a poder acompañarte. Tendrás que
perderte el Baile este año – respondió Connor
-Padre...
-Irás el
año que viene, o mejor aún organizaremos
una gran fiesta aquí
-Por
favor, este será el último año que podré compartirlo con Mery. Se casará
pronto...
-No lo
sabía
-Bien,
nadie lo sabe aún – dijo Kristana misteriosa entornando los ojos en un claro
gesto que aludía a sus visiones
-Ya veo –
respondió Connor con una sonrisa cómplice - , aún así es bastante lejos y no
estaré tranquilo si vas sola. Sin nadie de la familia, me refiero – aclaró
antes de que ella mencionara al gran ejército que podía acompañarla.
Aquella
aventura en busca del tesoro en la infancia había provocado cierto recelo en su
padre respecto a las salidas, Connor era bastante sobreprotector con sus hijas.
-Yo la
llevo – intervino Kilcoy que entraba en ese momento – Tengo que ir por allá,
puedo acompañarla y luego tú la buscas
-¡Gracias
tío! – respondió Kristana y se volvió
hacia su padre con una expresión que dejaba poco lugar a la negación.
-Está bien
– desistió Conn – si tu tío te lleva puedes ir, en un mes yo iré por ti.
La joven
abrazó a su padre , luego a su risueño tío y
salió presurosa a realizar los preparativos.
Una voz en
su corazón le decía que había apostado demasiado , poniendo todo lo que era
valioso para ella en juego, y lo que era peor , se había arriesgado sin saber los resultados
.
Aún así
Kristana era una Blackdalion y había tomado una decisión aunque debiera cargar
con el peso de las consecuencias.
Los días que había pasado en Azzura
habían sido deliciosos, pero estaban a punto de terminar y no porque se hubiese
cumplido el plazo que le había dado su padre. Kristana suspiró con pesar,
tendría que recorrer un camino difícil.
Se puso un
vestido sencillo de lana, tomó su capa
y furtivamente se dirigió hacia
las caballerizas.
No quería que nadie la interceptara ni la
siguiera, ni siquiera su amiga Mery quien hasta donde ella sabía seguiría
soltera por un tiempo más, no había querido mentirle a su padre, nunca lo había
hecho antes, pero fue la única forma que Krista encontró de lograr su objetivo.
Tomó a su
caballo, por suerte era un animal tranquilo y fuerte...le acarició el morro, le
dio unas palmaditas en el lomo y lo montó. Luego cabalgó suave pero decidida
hacia el bosque, hacia la emboscada que le esperaba.
Un grupo
de seis hombres le salió al paso y detuvo su marcha rodeándola.
-Si no se
resiste nadie le hará daño . Tiene que venir con nosotros – dijo el hombre
mayor que parecía guiarlos.
-Está bien
– dijo Krista y el hombre sintió un raro estremecimiento cuando aquellos ojos
dorados se clavaron en él. Había tanta belleza y dignidad en la joven que él sintió
una leve punzada de arrepentimiento. ¿Qué derecho tenía a llevar a aquella muchacha
a un destino incierto?
-¡Vaya que
es linda la bruja de Levany! – exclamó uno de los hombres jóvenes y la atención
del capitán se desvió hacia él.
-No quiero
oír ningún comentario de ese estilo ni
que la señorita sea molestada, ya saben que nuestro Señor exigió que llegue a
salvo y eso incluye respeto- exigió el
hombre y Krista se sintió aliviada.
-¡Sí
capitán ! – contestó el joven y rodeando a Kristana la “escoltaron”rumbo a su
nuevo destino .
A medida
que avanzaban , Krista sentía que el invierno
llegaba tras ella borrando los últimos vestigios del otoño y alejándola
de lo que quedaba atrás , su hogar , su familia.
Cuando
tras varias jornadas llegaron , la joven levantó la mirada y su juvenil optimismo se vio oscurecido por
la presencia de las inmensas murallas que se alzaban frente a ella. De pronto
su humor se tornó tan sombrío como el cielo nocturno y nublado que se cernía sobre ellos, una cosa era lo
que ella intuía y otra muy diferente enfrentarse a la realidad de los hechos.
Sin embargo, Kristana se armó de coraje
y espantó la sensación opresiva que le causaban aquellas murallas, el frío , la
noche y el ronco sonido del mar salvaje que rodeaba a aquel lugar.
-Llegamos
–dijo el hombre que guiaba y Krista percibió un extraño pesar en la voz de él, como si
estuviera cumpliendo con un deber desagradable.
Lentamente
cruzaron el puente, debajo estaba el mar
ya que el lugar al que se dirigían estaba casi separado de la tierra,
hubiera sido una isla de no ser por
aquélla pasarela de piedra que servía de puente.
Ella trató
de fijar la vista al frente ignorando el misterioso mar que los rodeaba. Los
centinelas que estaban en las almenas de la muralla reconocieron a los recién
llegados y las puertas se abrieron para dejarlos entrar.
En el interior las murallas se desvanecían
fundiéndose a un lado con el Castillo construido sobre los acantilados y hacia
el otro lado parecían fundirse con una
aldea hasta perderse. Kristana descubrió que las murallas protegían la entrada
y después no eran necesarias porque estaba el mar .Sólo se podía llegar atravesando la puerta principal o por mar, lo
que convertía a aquel lugar en una fortaleza casi impenetrable.
Poco a
poco se acercaron a la gris construcción hasta llegar a la entrada .Desmontaron
y el hombre que lideraba le hizo señas a Krista para que lo siguiera hasta el
interior .A pesar de llevar puesta la capa la joven sintió frío , no se parecía
en nada a su hogar. De hecho parecía casi deshabitado.
Un hombre
se acercó a recibirlos.
-El Señor
espera, me dijo que la llevara – explicó y
quien la había llevado hasta allí
asintió.
-Vaya con
él – le dijo a Kristana y la joven sintió que había estado a punto de decirle
algo más pero había optado por el silencio . ¿Sería acaso que había querido
advertirle de algo o disculparse por llevarla allí? .Ella no pudo descifrarlo y
siguió al que había venido a buscarla.
Subieron
unas escaleras desgastadas hasta llegar a una habitación que parecía ser el
despacho del Señor del lugar. Estaba a oscuras y sólo entraba un poco de
claridad a través de la ventana.
-Así que
tú eres la bruja...- dijo una voz poderosa y fría desde la penumbra.
Kristana
podía distinguir la silueta de un hombre pero la oscuridad no le permitía
distinguir los rasgos, aunque no lo
necesitaba.
-No soy
ninguna bruja...- contestó ella sabiendo que no podía ceder, si quería ganar
aquella batalla debía mantenerse firme
-¿Puedes
ver el futuro o no ? – insistió él con impaciencia
-Sí –
respondió sabiendo que era inútil negar la realidad
-Dime qué
ves –ordenó él
-No
funciona así , no puedo controlarlo a voluntad. Las visiones vienen a mi, no
puedo convocarlas, ni elegir lo que veo
– respondió ella y escuchó la risa cínica del hombre
-Debí
imaginarlo , nunca nada sale según mis planes. Aún así permanecerás aquí .
Llévenla al calabozo hasta que pueda
sernos de utilidad – ordenó desde las sombras al guardia que la había llevado y que permanecía tras la
joven.
-¡No! –
gritó Kristana y aunque no le gustaba mentir pensó que esta vez la causa valía
la pena- si me encierras las visiones
no vendrán a mi . Necesito luz y tranquilidad para que funcione...
-Ya
veo...entonces llévenla a alguna habitación . Después de todo no hay mucha
diferencia
-Gracias
...-musitó ella y la carcajada de él fue una
tétrica burla
-¿Quién
eres criatura ,que agradeces a quién te encierra? – interrogó con aspereza
-Soy
Kristana...¿y tú?
- Sayen de
Ildrake –contestó con más frialdad en la voz de la que había tenido hasta el
momento.
Se acercó
a ella y la claridad que entraba por la ventana le permitió verlo. Era alto,
joven y vestía de negro, el mismo color de su desordenado cabello..
Tenía ojos
verdes, pero no intensos como los de Blaze sino muy claros. Eran de un extraño color aguamarina, mezcla de
celeste y verde.
La joven
no necesitó de sus dones para saber lo que veían los demás cuando estaban
frente a ese hombre, peligro y dureza. Parecía ser uno más de los acantilados
que enfrentaban al mar.
Sabía que
los que lo rodeaban temblaban ante su
mirada inclemente y que ella debería
temer también ,pero estaba acostumbrada a hombres severos. Así eran los hombres
de su familia, hacían palidecer a sus enemigos con su presencia pero ella los
había visto ser amantes esposos, generosos amigos y tiernos padres. Eran tan
capaces de utilizar una espada como de acunar un bebé o contar un cuento, aunque aquel hombre frente a ella no parecía conservar
ningún rastro de ternura.
Kristana
deseó que aún lo hubiera, que no fuera demasiado tarde para él, ni para ella.
La mirada
de la joven siguió examinándolo y se detuvo consternada en la marca que llevaba él.
Una cicatriz marcaba uno de sus pómulos
llegando hasta el ojo, la muchacha pensó en el dolor que aquello le había causado
y se estremeció.
Sin poder evitarlo estiró una mano para
acariciarlo allí donde había sido herido con saña, pero él la atajó en el aire tomándola con
fuerza, luego notó que le hacía daño y la soltó.
-Qué
terrible ...–murmuró ella apenada y él apartó la cara, no quería su lástima.
-Fue hace
tiempo y ya no importa – dijo él con dureza
Kristana
sólo se quedó mirándolo con dulzura . No le importaba la cicatriz, ni siquiera
eso podía afear aquel hermoso rostro, sólo le dolía porque ella lo recordaba
antes de que tuviera la marca y también recordaba cómo lo habían herido.
Lo había
visto y había despertado llorando de aquella terrible visión y Kristana a pesar
de ser muy sensible no acostumbraba
llorar, de hecho lo había hecho muy
pocas veces en su vida.
Sólo dos
de aquellas veces habían quedado grabadas en su memoria.
La primera vez había sido cuando era pequeña
,estando en casa de sus abuelos había visto que su madre enfermaba y al llegar
a su hogar la visión se había hecho
realidad. Durante mucho tiempo ella y sus hermanos habían deambulado tristes
y silenciosos bajo el cuidado de sus
tíos. Su alegre padre también había perdido su risa acosado por el miedo de
perder a Shara, durante la convalecencia no se había movido del lado de su
esposa.
Y cuando
su madre había emergido frágil y débil de la enfermedad Kristana se había
abrazado a ella llorando y lo había
hecho hasta quedar agotada.
La otra
había sido al ver como un hombre despiadado hería con ferocidad el rostro de un
niño. Un niño que ella conocía desde siempre.
Cuando la llevaron a la habitación entendió porque Sayen había dicho que no
había mucha diferencia con los
calabozos, el lugar parecía abandonado,
era una habitación lúgubre y austera. La joven había notado que la pobreza reinaba
por doquier, la gente de aquel lugar luchaba
desesperadamente por sobrevivir y el joven Señor de Ildrake era capaz de cualquier cosa por
asegurar aquella sobrevivencia .
Todo aquel
lugar estaba sumido en sombras y para Kristana que amaba la luz era un
peligroso desafío.
Se le
informó que podía vagar libremente por el Castillo , aunque debía acudir al
señor tan pronto fuera llamada .En pocas palabras era una prisionera y no podía
olvidarlo.
Sin
embargo Krista aprovechó para recorrer
el lugar, después de todo viviría
allí...aunque no sabía durante cuánto tiempo. Las tierras de Ildrake eran su
nuevo hogar.
Durante
los días siguientes apenas se cruzó casualmente con Sayen pero éste no le dirigió la palabra, ella comía
sola y nadie se le acercaba para hablar o acompañarla. Sólo sentía la
silenciosa vigilancia de los guardias que seguían a distancia sus movimientos.
Al tercer
día se encontró con el hombre que la había acompañado hasta allí , el capitán
de la guardia de Ildrake, y Krista se interpuso en su camino obligándolo a
saludarla.
-Hola –
dijo ella alegremente y el hombre le sonrió, una mueca mínima como si hubiese
olvidado como hacerlo.
-¿Está
usted bien? – preguntó él un poco incómodo
-Sí, él...
-...no es
tan malo – terminó él la oración
-No , no lo
es.¿Lo conoce desde hace mucho?
-Desde que
era un bebé. Serví a su madre y luego siempre , bueno casi siempre – aclaró el
hombre y su mirada se oscureció – estuve a su lado.
-Entiendo
– dijo la joven estudiando su expresión y el hombre intuyó que ella de verdad
comprendía, más allá de las palabras.
-Debo irme
– dijo él y cuando se estaba marchando Krista lo llamó
-¿Por qué nadie se acerca a mi? ¿Por
qué creen que soy una bruja?
-Tal vez o quizás porque temer ya es
una costumbre en este lugar – dijo él antes de marcharse.
Kristana lo observó alejarse. Dolor,
culpa, pérdidas , miedo...se concentraban en Ildrake, parecía que de verdad sus
habitantes necesitaban una bruja para solucionar todo, pero sólo estaba ella.
Tendría que ser suficiente .
Connor estaba en la aldea discutiendo
algunas cuestiones de la cosecha cuando vio al pequeño contingente aproximarse
por el camino principal. Se acercó un poco y al distinguir que venía encabezado por Darren , el
Señor de Azzura , echó a correr desesperado.
“Kristana”
– pensó con alarma y la sensación le oprimió el pecho.
-Connor –
dijo el otro hombre cuando vio llegar intempestivamente al Señor de Levany
-¿Qué
sucedió? – preguntó al tiempo que el otro
desmontaba para enfrentarlo
-Kristana
desapareció – explicó Darren acongojado mientras presenciaba una tormenta de
sentimientos formarse en la mirada gris de Connor Blackdalion
-¡¿Qué
quieres decir con que mi hija desapareció?! La gente no desaparece
-Uno de
los sirvientes la vio salir en su caballo hacia el bosque, nunca regresó. La
buscamos por todos lados, sin ningún resultado
-¿Se evaporó? – preguntó irónicamente con una
furia helada que se desprendía de cada uno de sus gestos
-Connor ,
te juro que la buscamos por todos lados, pero cuando nos dimos cuenta de que no
llegaba habían pasado horas y las huellas se habían borrado. Vine tan pronto
pude, mi gente sigue removiendo cielo y tierra para encontrarla.
-¿Cuándo
sucedió?
-Hace
cuatro días. Tardamos tres en viajar hasta aquí – se justificó el hombre
-Necesito un caballo – dijo Connor y
cuando se lo alcanzaron , sin decir nada más se montó y se encaminó a su hogar
donde debería enfrentar el peor reto de su vida, decirle a Shara que Kristana
había desaparecido.
En culposo silencio , el Señor de
Azzura y su gente se limitaron a seguir a Connor hasta el Castillo.
-¿Padre? – preguntó Sean al
verlo atravesar el patio con el
semblante serio
-¿Dónde está tu madre?
-En la cocina con Cami, ¿qué pasó?
-Tu hermana desapareció en Azzura,
busca a Kilcoy
-Pero...
-¡Ahora Sean!.Tengo que ver a tu
madre - dijo en un susurro y entró al
Castillo. El rubio muchacho salió
corriendo a cumplir con el encargo de su padre.
Shara había sentido el ruido y salió
a recibir a su esposo, antes de que éste ingresara en la cocina
-¿Connor? – dijo al ver la expresión
de él
- Siéntate mi amor - dijo él suavemente y la llevó hasta un
sillón .Luego las palabras, las explicaciones confusas, el dolor y las lágrimas se mezclaron .
A enterarse de la noticia Connor ya
había decidido su primer paso, así que pocas horas después él y Kilcoy marcharon hacia a Azzura junto a Darren.
Shara estaba encargada del cuidado
de los hijos menores y la gente de Levany; Sean y Colin de avisar a sus tíos de
lo sucedido.
Más que nunca los Blackdalion debían
estar unidos. Y como siempre cada miembro de la familia estaba dispuesto a
brindar la ayuda necesaria a los suyos , así fue como al recibir la noticia una
sombra tocó los corazones de los habitantes del Castillo de lo Cerezos, De la Antigua Casa y de
Dalalbión y sin perder tiempo todos
marcharon hacia Levany.
Durante la marcha el joven Blaze
Blackdalion rememoraba una y otra vez su último encuentro con Kristana. “¿Qué
secreto guardaba Krista entonces?” “¿Tenía algo que ver con lo sucedido?”
El joven no pudo evitar sentir un
poco de culpa, tal vez de haber insistido un poco habría averiguado qué era lo que preocupaba a su
prima y prevenido aquella misteriosa
desaparición.
O tal vez no, pensó y decidió que ya
no importaba. Lo único importante era encontrarla sana y salva.
La familia se reunió a pleno en Levany.
Las mujeres se encargaron de
apuntalar a Shara en la tenebrosa espera
y los hombres hacían planes mientras
aguardaban impacientes instrucciones de
Connor.
Dos días después él regresó.
Shara casi no reconoció al hombre
que avanzaba hacia ella. Tenía el mismo cabello rubio, los amados ojos grises, la misma belleza en los rasgos
pero había una derrota en él que nunca había existido antes, un dolor que transfiguraba a Connor
Blackdalion. La mujer no necesitó preguntar , no había novedades sobre su hija
o tal vez fuera peor.
-Lo siento ...no hemos descubierto
nada . No hay señal de ella en Azzura , Kilcoy se quedó allí– musitó Connor al
llegar junto a ella y la rodeó con sus fuertes brazos para contener sus sollozos.
Habían compartido muchas cosas a lo largo de su matrimonio, pero nunca una
desesperanza tan terrible , una angustia tan desgarradora.
Porque aunque ninguno lo dijera,
tenían miedo, mucho miedo. Usualmente
estar cerca el uno del otro les bastaba para sentirse seguros, pero
ahora ni siquiera aquel reconfortante abrazo parecía suficiente .
-Ella vive – dijo una voz y los dos
se volvieron a un tiempo para contemplar a su hijo mayor que parado a poca distancia los observaba .
-¿Qué dices Sean? – preguntó Shara
temblorosa pero con una luz de esperanza en sus ojos dorados.
-Puedo sentirla y sé que ella esta
viva. Mamá tienes que creerme, quisiera saber dónde está pero no puedo. Sin
embargo sé que está bien - explicó más
serio de lo habitual
Connor avanzó hacia él y lo abrazó
-Gracias Sean, la encontraremos –
dijo a un tiempo a su esposa e hijo y luego fueron a reunirse con el resto de
la familia
A pesar de que Shara trataba de ser
fuerte la angustia la venció alterando
su salud, su suegra le recomendó que descansara . Todas las mujeres de la
familia se reunieron para acompañarla.
- Tú no Kaly, no me digas que me
calme. Es mi pequeña... – interrumpió Shara a su cuñada cuando esta iba a
hablar
-¡Oh Shar !, es nuestra pequeña
también y sí voy a pedirte que te tranquilices y descanses, pero sobre todo que
confíes en mí. En nosotras. ¿Lo harás hermana?-preguntó Kalymera sosteniendo
las manos de Shara.
Ésta miró a la más pequeña de los
hermanos Blackdalion, su mirada azul desbordaba fuerza y determinación y también
le decía que su corazón estaba siempre
dispuesto para ayudar a los suyos.
Shara levantó la mirada y contempló
a las otras mujeres que la acompañaban además de Kaly y Leila.
Estaba unida a ellas por los lazos familiares
del matrimonio pero más aún por el amor mutuo.
Se detuvo a contemplar a su suegra,
los hermosos ojos gris plata , heredados por Connor, la miraron con ternura
infinita dándole su apoyo. También estaba allí
la reservada Bladian, alta , de ojos y cabellos oscuros, con un poder
sobrehumano rodeándola parecía una
intimidante guardiana. Al lado de ésta estaba Fair, con sus rubios cabellos
cortos y sus confiados ojos verdes,
creyendo en el amor y los finales
felices, era la imagen de la esperanza.
Por último su mirada se detuvo en su
hermanita Leila, quien se había convertido en una extraordinaria mujer y que
conservaba la dulzura de antaño
-Sí – respondió finalmente
Shara descifrando el mensaje en los ojos
de Kaly- confío en ustedes .
-Bien, entonces descansarás y
tomarás esto – acotó Bladian acercándose con una fragante infusión- Bébelo
Shara, prometo no convertirte en nada raro. –dijo Dian haciéndola sonreír
-Duerme querida – dijo Elady
sentándose junto a ella
-¿Estará bien? – preguntó Fair
preocupada acercándose a Kaly mientras Shara se sumía en el sueño inducido por
la infusión de Bladian.
-Claro que sí – contestó la joven
pensando en su propio extravío y también en el de Connor- Hasta ahora estas
situaciones siempre han terminado bien para los Blackdalion , Kristana no será
la excepción...
Elady calló, aunque era verdad que
las aventuras de sus hijos menores habían terminado bien , también era cierto
que el temor y el dolor de perderlos había dejado huellas imborrables en su
corazón.
Un rato después ,Connor entró a la
habitación y le dio un beso en la frente
a su esposa dormida.
Él no tenía buenos recuerdos de sus
días de prisionero y eso le causaba un miedo indecible por Kristana , un miedo
al que no se animaba a ponerle nombre , tratando de evitar que se volviera
realidad. Sabía de la crueldad y no
quería que rozara a su hija.
Observó a su esposa, la mujer que
amaba, aquella por la que había dejado de ser el menor de los Blackdalion para
convertirse en el hombre que ella
merecía.
-Voy a encontrarla Shar. Lo
prometo – musitó y acarició el rostro dormido donde las lágrimas
habían dejado rastros.
Salió del cuarto y fue hasta su
biblioteca donde sus hermanos y padre lo esperaban .
-¿Es que acaso no puede hacerse
nada? – preguntó Connor impotente y golpeó la mesa que tenía enfrente – Debe
haber una manera...Ennis ¿ no hay nadie en Dalalbión que pueda ver dónde está Krista?
-Lo siento hermano, no conocemos a
nadie con el don de la visión , Kristana es la única ...- se disculpó
-La única ...– repitió Connor y por
un instante deseó que alguno de sus otros hijos hubiera heredado aquel don ,
Sean miró a su padre y pudo adivinar lo que pensaba.
-Perdóname padre – se disculpó el
joven como si tuviera alguna responsabilidad. Connor se acercó a él y le pasó
un brazo sobre los hombros.
-Tú no tienes nada por qué
disculparte. Nos has dado la única esperanza que nos mantiene hijo, por ti
sabemos que Krista vive. ¿Algún hechizo de búsqueda? – preguntó mirando a su
cuñado.
-Ninguno ha resultado Connor
–respondió Dionis apenado
-¿Quién pudo hacer esto, no tenemos
ningún enemigo declarado y además nadie se atrevería a desatar nuestra ira?
¿Por qué Kristana? – preguntó Connor dolido por la impotencia que sentía
-La encontraremos hijo, muy pronto
estará en casa – dijo Kyrios y la seguridad de aquel hombre que lo había
confortado toda su vida sin fallarle jamás , animó a Connor.
Aquella
noche hubo vigilia en Levany y la tristeza los cubrió a todos en su doloroso
manto
Al día
siguiente los Blackdalion estaban
organizados para buscar a Kristana con todos los medios a su alcance .
Connor
había decidido volver a Azzura y los demás investigarían los territorios
cercanos buscando cualquier información que pudiera servir para encontrar a la
joven .
Sin
embargo una semana después seguían sin tener novedades.
Kristana
había llegado a la conclusión de que ser prisionera era tremendamente aburrido
y luego se había reído sola por su pensamiento, aquel razonamiento era más
propio de su hermana Shennara que de ella . Sin embargo era verdad, extrañaba
terriblemente la música...en su hogar siempre había música pues su padre no
concebía la vida sin ella. También Sean
era un prodigioso músico y cuando tocaba algún instrumento era la única vez
que se volvía espontáneo y
despreocupado, además de lograr aligerar el ánimo de quienes lo escuchaban.
Al pensar
en ello soltó un suspiro pues extrañaba mucho a los suyos, más de lo que se
animaba a reconocer.
Extrañaba
a sus padres , el apoyo de su hermano mayor, las travesuras de sus hermanos
menores, la amistad de sus primos.
Su don la
había llevado a emprender una gran aventura , imaginó lo que opinaría el
aventurero Blaze de aquello, nada bueno
seguro.
Las
visiones eran una parte esencial de ella, así que no podía estar tan
errada al dejar que la guiaran , sin embargo pronto esa certeza se
desvaneció.
A la noche
siguiente la joven Blackdalion sintió el
peso de su don, la impotencia por no poder controlarlo cuando sintió los gritos
que alertaban del fuego en el almacén
donde se guardaban los víveres .
Salió
rápido al exterior para ver la noche manchada por el humo y el fuego . Allí
estaba Sayen que entraba junto a sus
hombres al lugar del incendio tratando de apagarlo . Poco a poco fueron
ganándole al fuego y ella vio el alivio
que él sentía.
Había
arriesgado su vida por salvar el alimento que mantendría a su gente y ello le
había costado una fea quemadura en el brazo.
Kristana
se estaba acercando orgullosa hacia él , cuando uno de los soldados que
cuidaban el Castillo se adelantó
llevando a un hombre joven consigo.
Ella alcanzó
a oír como el soldado explicaba que aquel hombre era el encargado de la
vigilancia nocturna y como al estar borracho había tirado una lámpara provocando el incendio.
No había sido intencional pero había
agravado todo al salir huyendo.
Ahora que
estaba sobrio el hombre miraba compungido y aterrorizado al joven Señor ,quien
a pesar de estar manchado por el humo y el hollín, lucía feroz
-¡Tu
irresponsabilidad pudo destruir todo el alimento , además de acabar muchas
vidas si no lográbamos controlarlo !–gritó Sayen
-Lo
siento...- trató de disculparse el otro
-Azótenlo - ordenó impasible Sayen mirándolo con
desprecio y frialdad
-¡No ! –
gimió Krista adelantándose – No puedes
ser tan cruel
-¡¿Qué
rayos haces aquí?!...¿Cruel? , su imprudencia pudo costar vidas , debería
matarlo .¡Vuelve adentro ! – gruñó y ordenó a uno de sus hombres que alejara a
la chica de allí.
Kristana
ni siquiera necesitó que la llevaran por la fuerza, obedientemente regresó al
castillo porque no deseaba estar cerca
de Sayen.
“¿Cómo
había podido pensar que había algo bueno en él ?”. Sólo había sombras en su
interior y ella estaba horrorizada, aunque una voz le decía que no era cierto y
no podía alejar de su mente la imagen del joven combatiendo al fuego.
Se
acurrucó en la cama pensando en su familia..Les había causado un gran
sufrimiento, ella había tomado una
decisión aunque implicara cometer una falta imperdonable contra los suyos.
“¿Acaso
había valido la pena? “ se preguntó a sí misma , pero en realidad sólo había
existido una elección posible, porque la gente de aquel lugar merecía ser amada, porque había un joven
Señor que merecía saber amar y porque ella no podía soportar la oscuridad en la
que todos estaban sumidos.
No podía
darse por vencida , tenía que hacer algo, así que se levantó liberándose de los pensamientos negativos que
la atormentaban .
Antes de
marcharse de la habitación
siguiendo un impulso se arrodilló
junto a la cama para rezar, aunque no sabía a quién dirigía su pedido.
“Por favor
ayúdame “ – dijo y dirigió aquel ruego
al espíritu de la madre que había amado
a Sayen, a Dios y también a sus propios antepasados, aquellos que le habían
legado la visión guiándola hasta Ildrake .
Luego ,
confortada , se levantó y salió decidida.
Fue a la
cocina y descubrió agradecida que la cocinera aún estaba despierta debido
a los incidentes.
Era una
mujer grande de edad y de tamaño que
miró con amable curiosidad a la joven .
Decían que
aquella niña era una bruja , pero no lo parecía. La mujer pensó que no le inspiraba miedo, todo lo contrario, los ojos dorados de
la joven irradiaban una calidez tranquilizadora
-¿Qué
necesitas querida? - preguntó y la joven
sonrió
-Necesito
su ayuda...para conseguir algunas hierbas.
La mujer
asintió y un par de horas después Kristana Blackdalion caminaba resuelta hacia la habitación de Sayen.
La puerta
estaba abierta y él estaba sentado en un
sillón de respaldo alto junto a la ventana, el fuego de la chimenea
apenas iluminaba sus facciones pero ella adivinaba su expresión severa .
De pronto
percatándose de su presencia se volvió hacia ella
-¿Qué
haces aquí? – preguntó con brusquedad.
-Extiende
el brazo... – dijo ella acercándose a él e ignorando su rudo recibimiento.
-¿Qué vas
a hacer? – preguntó confundido por la
actitud de ella
-Curarlo...
-¿Entonces también tienes el don de la
sanación?
-No, sólo
soy nieta e hija de herreros...ésta es nuestra receta familiar para aliviar
quemaduras y heridas...es una mezcla de hierbas– dijo señalando el pote que
sostenía –
-No es
necesario, una cicatriz más no me hará nada – dijo él renuente
-Sayen,
dame tu brazo – ordenó ella con voz
firme y se arrodilló junto a él – no todas las heridas tienen que dejar
cicatriz , algunas pueden curarse...-dijo mirándolo con compasión e
inesperadamente él hizo lo que le
ordenaba.
Aunque se
había limpiado, seguía teniendo la misma ropa y tenía el brazo encogido, con la
tela aún pegada a la quemadura.
La joven
retiró los restos de tela de la herida y aunque él hizo una leve mueca no se
quejó por el dolor, luego le aplicó el
ungüento con mucha delicadeza.
Sus
esbeltos dedos se movieron cuidadosos sobre la piel de él, Sayen no recordaba que lo hubiesen tratado así
alguna vez, nunca había sido tocado tan gentilmente
-¿Ya lo
curaste a él? – preguntó repentinamente
y ella lo miró sorprendida de que
supiera lo que había hecho . En efecto, antes de ir a verlo , había
curado la espalda del hombre que había sido azotado.
Levantó la
cara y lo miró desafiante, con aquella actitud guerrera que llevaba en la
sangre
-Sí, ya lo
curé – contestó y en lugar del reproche que esperaba, Sayen sólo asintió con un
gesto mínimo y dejó que ella terminara de curar su brazo. Luego ella se marchó
, sin poder evitar tener una sensación de triunfo como si hubiese ganado una
batalla, pero aún quedaban muchas más.
“Demasiada
sangre Blackdalion” – se dijo a sí misma.
Al día
siguiente Kristana decidió salir del Castillo e ir a conocer la aldea .Los
guardias la observaron salir pero ninguno la detuvo , Sayen no se veía por
ningún lado así que con una amplia sonrisa ella cruzó el umbral.
Sin darse
cuenta sus pasos se encaminaron lejos de
la aldea y del Castillo, hacia la playa y el mar.
Bien al
norte la tierra descendía suavemente y en lugar de los acantilados había una
hermosa playa por la que Kristana caminó despejando su mente y llenando sus
pulmones con el aire marino. Aquel lugar se parecía mucho más a los paisajes
que conocía.
Ella
conocía el mar pues su padre los había llevado en diversas ocasiones pero era
muy diferente a lo que se veía desde el Castillo sobre los acantilados . En
sus recuerdos el mar estaba relacionado
con horas apacibles de juegos y risas con sus hermanos, de tranquilos
paseos por las playas. Sol y amor, muy
diferente a la fuerza que había
contemplado en la noche desde su habitación en Ildrake.
Las olas
golpeaban con potencia sobre las rocas, aún de noche podía ver la espuma que
brotaba y el potente murmullo era una música estremecedora que le llegaba al
alma. Por un instante, había pensado que todo aquel lugar se parecía a su joven
señor, una potencia capaz de destruir o crear.
El mar era , sin embargo, algo irresistible que la conmovía y le llegaba
al alma. Sí , demasiado parecido a Sayen de Ildrake.
Aunque
aquella playa era ideal para estar a solas con sus pensamientos hacía demasiado
frío , así que decidió continuar viaje
hasta la aldea.
Añoraba el
contacto con la gente, las conversaciones sobre las cosas cotidianas , las risas de los niños y todo el ajetreo .
Sin
embargo cuando llegó a la aldea ,
descubrió que no encontraría nada de eso allí.
La gente
hacía sus faenas diarias en un lúgubre silencio
y la miraban pasar manteniendo la distancia , nadie se acercaba a ella.
Incluso los niños desconfiaban , temían.
Kristana
sintió desasosiego, las cicatrices que aquel horrible hombre había dejado iban
mucho más allá del rostro de Sayen y eran igualmente difíciles de curar.
Sin
embargo ella podía ver la belleza de una flor en una oscura semilla, era sólo
cuestión de ser paciente, cuidar y amar. De esa manera se lograban los milagros
, a una mujer se le cayeron unos leños que llevaba y Krista se acercó para
ayudarla
-Hola –
saludó Kristana confiada y al mirar a aquella joven cuyo corazón libre de temores e incertidumbres se
expresaba en sus ojos dorados , la mujer le devolvió el saludo con un sonrisa.
La joven
Blackdalion pasó varias horas en la aldea , poco a poco logró ganar la
confianza de algunas personas, pudo recorrer el lugar y charlar con ellos.
La primera
impresión que había tenido al llegar se
confirmó ,Ildrake estaba sumido en la pobreza y acosado por enemigos. La última
cosecha se había perdido por problemas climáticos y el Señor había dispuesto un racionamiento
de los víveres tratando de encontrar una
forma de sobrevivir al invierno.
Cuando vio
que el atardecer se aproximaba decidió regresar al Castillo , a medio camino se
encontró con Sayen.
-¿Dónde
estabas? – preguntó ofuscado haciendo patente que la había estado buscando.
-Te temen
– dijo ella con tono acusatorio. Había descubierto que el miedo que los aldeanos
habían sentido ante las atrocidades de su anterior Señor se había extendido
también a lo que sentían por su sucesor.
Si bien sabían que Sayen no poseía la crueldad de su antecesor , la frialdad de él los mantenía a distancia.
-Tal como
debe ser – respondió él entendiendo a que se refería la joven
-No
debería ser así, el miedo no trae nada bueno
-A veces
salva la vida. Miedo y odio son lo único que tuve y me hicieron sobrevivir –
dijo él con un tono cortante que le heló la sangre a Kristana
-No debería
ser así... y el amor es lo único que salva – sentenció la joven
-Tal vez
en tu mundo, no en el mío .- contestó con amargura
Kristana
sólo calló conmovida por el dolor que percibía en aquellas palabras.Había
empezado a nevar y el frío la hizo estremecerse. Sayen notó el gesto y su
mirada perdió algo de la dureza habitual
-Vas a
enfermarte por tomar tanto frío- dijo
y se quitó la capa para cubrirla .
Como si su
gesto caballeroso hubiese sido una señal , empezó a nevar con intensidad. Finos
copos los rodearon , la joven levantó la mirada absorta en el paisaje y Sayen
observó como la nieve se enredaba en su cabello , e incluso en sus largas
pestañas. Era una imagen irreal por su sobrecogedora belleza, aquella joven
parecida a una espiga dorada rodeada por los cristales translucidos que caían
sobre ellos.
-Será
mejor que volvamos – dijo Sayen
regresando a la realidad, una fría realidad– la nieve empeorará en poco tiempo
Kristana
se limitó a asentir y lo siguió de regreso al Castillo.
Al verlos
regresar juntos el capitán esbozó una sonrisa, pero Sayen gruñó al pasar a su lado y se dirigió a sus habitaciones, no
sin antes advertir a sus hombres que no dejaran salir sola a Kristana
nuevamente.
-Es
insoportable – se quejó ella en voz alta .
-A veces
..- dijo Duncan , el capitán
-¿Sólo a
veces? , todo el tiempo . Juro que lo intento,
pero él...
-A él lo
lastimaron mucho. Quisiera contarle una historia si me puede escuchar – dijo el
hombre y Kristana asintió. Ella sabía mucho más de lo que él creía pero igualmente
necesitaba escuchar, tanto como Duncan necesitaba hablar. Con voz monótona ,
empezó a relatar .
-El abuelo
de Sayen no era un buen hombre, pero al morir dejó las tierras de Ildrake a su
único hijo , Galen. Era un joven muy agradable, no tenía un carácter
fuerte pero tenía muy buen corazón. Él se casó con Liaren, esa joven era tan
hermosa por fuera como por dentro y los
dos se amaban mucho. Nunca vi a nadie
amarse así, luego nació Sayen y este lugar se vistió de fiesta. Tal vez crea
que es imposible pero así fue, en aquellos tiempos la felicidad era real y no
una quimera.
Lamentablemente Ildrake era codiciado por muchos y nos
atacaron, Galen murió en una batalla
y con su
muerte llegó la desgracia.
Sayen
tenía tres años entonces, Liaren trató de hacer lo mejor pero eran tiempos
turbulentos y ella no sabía manejar un Señorío , además nunca se repuso de la
muerte de su esposo.
Cuando
Sayen cumplió cinco años, ella decidió casarse con un primo de Galen . Ella sabía que nunca volvería a amar
pero necesitaba que alguien se hiciera cargo de Ildrake y también sentía que debía darle una figura paternal a
Sayen , alguien que le enseñara y lo guiara como su padre habría hecho.
Ella no
conocía mucho a aquel hombre, las veces que lo había visto se había mostrado
amable y ansioso por ayudarla a manejar Ildrake , demasiado diría yo , pero
Liaren no se dio cuenta hasta que fue muy tarde.
Se casó
con él y entonces se desató el infierno .
Lo único que él quería era Ildrake y si para tenerlo debía deshacerse de Liaren y
Sayen , no tenía escrúpulos en hacerlo. Sin embargo, sabía que la muerte del
joven heredero no estaría bien vista , así que debía ser cuidadoso, pero eso no
le impidió mostrar su verdadera personalidad y empezó a maltratar a la madre y
al niño.
Nadie interfería
porque era su esposa y él era el Señor.
Yo lo hubiera matado pero Liaren me pidió que no interfiriera, tanto ella como
yo temíamos que me obligara a alejarme y los dejara totalmente desprotegidos .
Fui un cobarde y lo pagaré toda mi vida, de haber sabido lo que sucedería lo
hubiese matado, pero no lo hice.
El había
reemplazado a toda la gente de Galen por hombres suyos y yo quería permanecer aquí y cuidar a mi Señora y
al niño . ¡No tengo perdón! – exclamó el hombre con un profundo pesar.- Él la
maltrataba en público pero sólo Dios sabe lo que ella soportó y calló en
privado, muchas veces vi sus ojos llorosos pero era una joven muy valiente . En esa época el maldito no se
metía con Sayen , más allá de despreciarlo o gritarle de vez en cuando.
Así
pasaron tres años , de haber sabido
...yo no me hubiera marchado...yo – titubeó él y Kristana temió que no pudiera
seguir con la historia , luego de unos minutos Duncan continuó - No estuve aquí , así que no sé exactamente
qué sucedió. Fuimos enviados a una
misión y cuando volví ella había muerto y Sayen estaba encerrado en los
calabozos con una horrible herida en la cara.
Me
informaron que ella cayó por la escalera, yo sé que él la empujó. Sayen nunca me lo dijo , pero sé
que fue así y que en la desesperación el niño intentó vengar a su madre. En ese
momento aquel monstruo lo hirió con una
daga que llevaba , tuvimos suerte de que no lo matara. Luego lo mandó a
encerrar en los calabozos , cuando lo encontré ardía en fiebre .
Fue
terrible, temí que no sobreviviera , pero tiene un espíritu fuerte y aunque no
me guste decirlo el odio que sentía por su padrastro lo mantuvo vivo.
Desde
aquel día me ocupé de protegerlo pero con la muerte de su madre Sayen se
convirtió en una sombra. El niño sabía que debía sobrevivir porque el día que
fuera adulto se haría cargo de su herencia. Aprendió a salirse del camino de su
padrastro para evitar los golpes, a
esconder sus sentimientos...incluso conmigo
y el odio creció en él. A veces me aterraba ver su mirada, sus ojos
claros infantiles tan cargados de ira.
Yo lo
entrenaba a escondidas y cada vez que esgrimía su espada yo sabía a quien
dirigía cada estoque...fueron años terribles, no sólo para Sayen también para
la gente de la aldea sometida a los sombríos caprichos de aquel hombre.
Cuando
Sayen cumplió quince su padrastro murió en una pelea con sus enemigos .. sé que
no se debe hacer pero agradecimos aquel hecho .Sin embargo sus enemigos estaban
obsesionados por tomar Ildrake y desde entonces Sayen se ha ocupado de mantenerlo
lejos de sus garras.
Con la
muerte de su padrastro terminó de crecer y lo que pudiera quedar de niño en él
,lo dejó atrás. Sin la amenaza constante de aquel hombre , pareció cambiar incluso físicamente ...antes
era pequeño y desgarbado , en cuestión de meses pegó un estirón y luego se
convirtió en el hombre fuerte que es hoy en día. Fuerte e implacable porque
también dejó su corazón atrás, no pude evitarlo ...él no es malo sólo que perdió demasiado y ya no sabe como
recuperarlo ... – finalizó el hombre
sorprendido por toda aquella catarata de palabras que había vertido, era
como si siempre hubiese estado aguardando para contar aquella historia a Kristana , al mirarla
para observar su reacción vio que ella estaba llorando - ¡Oh yo no quise provocar
esto, sólo creí que le serviría para entenderlo ! – exclamó apenado
-Lo
entiendo – dijo ella enjugándose las lágrimas – créame que lo entiendo
-Imaginé
que lo haría – dijo él aún apenado
-¿Duncan?
-¿Sí?
-Usted la
amaba ¿ verdad? – preguntó ella y por un segundo él pensó que era injusto que
lo despojaran de su último secreto, aunque instantáneamente sintió que también lo liberaban de un
doloroso peso
-Sí , la
amé pero siempre supe que su corazón pertenecía a Galen y sólo a él. –confesó y
la joven se acercó y lo besó en la mejilla
-Gracias
por contarme y por cuidar de él . Yo también voy a cuidarlo – dijo la joven y
Duncan sonrió con calidez como si los viejos fantasmas se hubiesen desvanecido
finalmente .
Connor
había regresado a Levany agotado por la
intensa búsqueda sin resultados, cada vez
se le hacía más duro volver a su casa y mirar a los suyos para decirles
que no había novedades.
También
habían regresado su padre y hermanos, incluso Dominick y su hijo Lukan quienes
apenas se habían enterado de lo ocurrido se habían sumado a la búsqueda.
Estaban
todos reunidos, tratando de pensar en los siguientes pasos cuando Kilcoy
regresó.
Por un
momento el cansancio y desasosiego hicieron que Connor se extrañase al ver
llegar a aquel hombre en lugar del pequeño niño que había sido Coy. Sin embargo
era un hombre alto, de cabello oscuro, ceño hosco y ojos dorados. Ojos dorados
que brillaban intensamente con una luz de esperanza .
-
Averigüé algo – dijo Kilcoy incluso antes de llegar y todos se pusieron
inmediatamente alertas
-¿Qué? –
preguntó Shara a su hermano con el alma
pendiendo de un hilo
-Al norte
de Azzura, una pareja de ancianos la vio pasar con un grupo de hombres. Ellos
se detuvieron a comprarles algunas provisiones.
-¿La
vieron?- cuestionó Connor
-Sólo de
lejos, me dijeron que creyeron que era una princesa por su belleza y por la
custodia que llevaba.
-Está viva
...-susurró Shara y Connor la abrazó al tiempo que interrogaba a su cuñado
-¿Sabes
algo más?
- No .
Sólo que siguieron al norte , no pude ir más allá .La nieve y las lluvias han
cerrado los caminos.
-Salimos
hoy para allá – dijo Connor y miró a su
familia.
-Yo me
encargo de la nieve – dijo Dionis con una sonrisa sesgada
-Yo te
ayudo – propuso Ennis.
- No
manejo el tiempo ni tengo magia, pero sabes que mi espada está a tu servicio
hermano – dijo Caleb
-Y las
nuestras – agregaron Dominick y Lukan.
-También
vamos – dijeron los mellizos .
Sean y
Blaze ni siquiera necesitaron decir que iban, su actitud hablaba por ellos .
-¿Qué
esperamos? – dijo Shara y Connor se le acercó
-No mi
amor, tú no.
-¿Bromeas
? – lo desafió Shara
--Shar ...
-Voy...-
dijo ella y Connor se le acercó. Luego miró a su hermano con una muda súplica
en sus ojos grises .
-Ennis...-
dijo y aquello bastó para que el otro entendiera. Tras un breve gesto Shara
cayó dormida en brazos de Connor.
-¡¿Cómo te
atreves ?!- gritó indignada Kalymera y
Kyrios la detuvo mientras Connor llevaba a su esposa hasta el dormitorio.
Mientras
hacían los preparativos para partir
Kalymera se acercó a su hermano.
-¿Por qué
Connor?
-Tengo
miedo Kaly, cuídala por favor
-Llévala
contigo
-No. No sé
qué vamos a encontrar , Kalymera, y no
quiero que ella esté allí. No puedo cargarla con eso... – confesó angustiado
-Connor ,
no puedo verte así – dijo ella abrazando a su hermano.
-¿Y si...?
– empezó a preguntar él
-No lo
digas – gimió ella tapándole la boca con la mano – Kristana está bien. Aún en
la noche más oscura hay estrellas para recordarnos la existencia de la luz.
Kristana es nuestra estrella brillante Connor y estará bien, ya verás...
-Ay Gatita
. Cuida de los míos , por favor – pidió él
-Sí
hermano -asintió ella con seriedad y horas más tarde vio partir a los hombres
de la familia junto a un inmenso ejército.
Al
amanecer Kristana se sintió débil y con la garganta dolorida. Había dormido
mal acosada por terribles pesadillas en
las que Sayen sufría y ella trataba de consolarlo en vano.
El
malestar empeoró con el correr de las horas y la joven tuvo que reconocer que
el frío que había tomado el día anterior tenía mucho que ver.
Cuando se
cruzó con Sayen , éste se detuvo frente
a ella.
-¿Te
sientes bien? – preguntó al ver la palidez de Kristana
-No
realmente – dijo ella con voz cansina y una tenue sonrisa.
En
realidad los últimos sucesos y la brusca
llegada del invierno, tan diferente al clima de su tierra natal había
repercutido en las defensas de Kristana.
-Te dije que el frío te haría mal - dijo él con un tono de reproche tan similar
al de Shara que si Krista no se hubiese sentido
tan mal hubiese reído .
-Sí lo
dijiste – murmuró ella mientras él se le acercaba – Me siento muy cansada –
agregó la joven apoyándose contra él cuando llegó a su lado.
Sayen
percibió el calor que emanaba ella y al
tocarle la frente sintió la piel ardiendo.
-¡Tienes
fiebre! – exclamó y notó que la chica no le respondía. Tenía los ojos cerrados
y se apoyaba en él como si no pudiera sostenerse por sí misma - ¿Krista?
-Estoy muy
cansada – repitió ella
-¡Diablos!
– se quejó él y la levantó en sus brazos – Tendrás que descansar entonces .
Eres la bruja más problemática que he conocido...
-No soy
bruja ...- protestó ella débilmente acomodándose en sus brazos
-Lo eres
...- murmuró él con inusitada ternura pero
Krista ya no lo escuchaba.
Sayen de
Ildrake estaba acostumbrado a reaccionar
con rapidez pues de eso dependía su vida la mayoría de las veces. Sin embargo
la joven que llevaba en brazos lo desconcertaba y no sabía como proceder con
ella.
Había una
dulzura y fragilidad en Kristana que penetraba el escudo que había erigido con
los años , pero al mismo tiempo ella poseía una fortaleza única. De hecho era
una de las pocas personas que podía sostenerle la mirada sin temblar y cuando él se miraba en aquellos
ojos dorados sentía que renacía algo que creía olvidado y que aquella joven era
mucho más fuerte que él mismo.
Parecía
que nada podía doblegarla,” a excepción de una gripe” , pensó irónico mientras la cargaba hasta su cama. Se sentía conmovido por lo
desvalida que se veía, incluso sintió una punzada de culpa , él era responsable
de aquel estado , de que ella estuviese enferma. Nada le hubiese sucedido si él
no la hubiera raptado, maldijo el momento en que había aprobado aquella loca
idea de secuestrar a la bruja de Levany.
La bruja
de Levany ...era casi una niña , se repitió burlonamente mientras acariciaba la
frente afiebrada de ella. Se preguntó también
sobre la gente que había criado a Kristana, sin dudas habían cometido un gran error con
ella...no le habían enseñado a ser precavida. Era extraña la confianza que la
joven le demostraba, la forma en que se
había apoyado en él al sentirse enferma, el hecho de que no se acobardara en su
presencia como los demás.
La
desconfianza servía como defensa y la joven que se había acomodado tranquila en
sus brazos parecía no saberlo.
La acomodó
, cubriéndola con unas mantas y salió del cuarto para buscar ayuda, alguien que
supiera cómo aliviar a Kristana.
Maya era la cocinera del castillo y como la mayoría de los habitantes del lugar había
observado silenciosamente a Sayen durante los últimos años esperando ver en qué
clase de hombre se convertiría.
Ella sabía
muy bien qué clase de hombre lo había engendrado y qué clase de hombre lo había
criado, había presenciado como le habían arrebatado la gentileza y la ternura
endureciéndolo con malos tratos.Durante años había visto crecer al joven esperando el resultado , ver hacia que lado
de la balanza se inclinaría su naturaleza. Dolorosamente lo había observado
encerrarse en sí mismo, como si la oscuridad que lo acechaba lo consumiera poco
a poco, lo había visto ser rudo y hacer que le temieran, la mujer
casi había perdido la esperanza . Sin embargo allí estaba él, pidiendo
ayuda para la joven Kristana. Maya pudo percibir en el joven
,por primera vez, la preocupación por otra persona, no llevado por el
deber o la responsabilidad, sino interés verdadero, una preocupación que despejaba las sombras de
sus ojos claros y que le devolvía la juventud a sus actitudes. Casi podía ver
al niño pequeño en el hombre que tenía delante, tal vez aún tuvieran esperanzas
después de todo.
-Yo me
ocuparé de ella Señor – respondió al pedido de ayuda de Sayen de Ildrake y lo
vio respirar aliviado.
Un rato
después ,mientras Maya atendía a Kristana , Duncan se encontró con que Sayen
despotricaba solo caminando por el Salón.
-¿ Qué
clase de espíritu maligno me poseyó para aceptar traerla aquí? – preguntó en
voz alta cuando lo vio acercarse
-Sayen...
-¡Es la
peor bruja que he conocido en mi vida!. Lo único que ha predicho hasta ahora es
que la vaca de uno de mis granjeros
tendrá dos terneros...
-Es buena
información...
-Sí, trata
de vencer a mis enemigos con eso. Y
ahora está en mi cama – ante la mirada especulativa de su capitán aclaró con violencia- ¡Enferma!..porque se le
ocurrió pasear por la aldea sin abrigo , ahora no sólo tengo que soportarla,
sino cuidarla. ¡¿Qué diablos sé yo de cuidar a alguien?! ..y ni siquiera puedo
enviarla de regreso porque las nevadas bloquearon los caminos ,y más allá de lo que piensen, no
soy capaz de enviarla para que se pierda en la nieve y se muera
congelada...¿qué se supone que haga con
ella?.
-Pues ya
encontrarás una solución, siempre lo haces...- respondió el capitán con
sarcasmo y Sayen se limitó a gruñir.
Krista
entreabrió los ojos, tenía los párpados pesados a causa de la fiebre. Estaba
oscuro y el lugar le resultaba extraño, sin embargo la silueta que se recortaba
contra la ventana le era familiar.
Sayen de
Ildrake dormía en el sillón de alto respaldar junto a la ventana, había estado
custodiándola y la joven lo miró preocupada. Era tan joven, sólo tenía
veintidós años , pero no los parecía. No
lo habían dejado ser niño, ni joven. Le habían arrebatado demasiado.
Incluso
dormido tenía el ceño fruncido como si algo lo inquietara, habían demasiadas tempestades en el alma de
aquel hombre y antes de volver a dormirse Kristana se preguntó qué haría falta
para devolverle la paz.
A la
mañana siguiente cuando Kristana
despertó , Sayen se había ido pero ella tenía la certeza de que la había
cuidado hasta el amanecer. Descubrió que dormía en el cuarto de Sayen ,por eso
no había reconocido la habitación. La joven se incorporó y se sintió mucho más
fuerte. Si bien el brusco cambio del clima
sumado a los sucesos recientes la habían dejado vulnerable a la
enfermedad, la fuerte constitución de los Blackdalion habían facilitado su
recuperación, ya no tenía fiebre y se sentía mucho mejor.
Maya entró
al cuarto y se detuvo junto a la cama.
-¿Cómo te
sientes querida? – preguntó la mujer con ternura
-Mucho mejor, gracias. ¿Qué hago
aquí?.
-El Señor pensó que estarías más
cómoda, además hace menos frío que en tu propia habitación.
-¿Tú cuidaste de mí?
-En realidad sólo te bajé la fiebre
, él cuidó de ti . Aunque dudo que quiera que lo sepas
-Gracias Maya – dijo la joven con
una sonrisa luminosa- Me gustaría levantarme
-Será mejor que descanses otro poco
-Pero...
-Debes recuperarte bien querida. ¿No querrás preocuparnos
nuevamente , verdad?- insistió la mujer y al ver la confusión en la joven supo
que había dado en el blanco.
Durante su recuperación Kristana
pasó mucho tiempo en la cocina con Maya, y ese día la mujer le había permitido
ayudarla a preparar la comida. En realidad era un plato sencillo ya que los
habitantes del Castillo sufrían la
carestía tanto como los aldeanos. No había lujos ni manjares allí y ese le hizo pensar a la joven que Sayen
tenía lo necesario para convertirse en
un buen Señor.
Estaba meditando en eso cuando la
visión llegó a ella, su expresión cambió y necesitó sostenerse de la mesa para
soportarla.
-¡Krista! ¿ qué te pasa criatura? –
preguntó Maya asustada y aquello la
trajo de regreso.
-¿Dónde está Sayen? – preguntó
temblando.
-En el Salón con Duncan ....- dijo
la mujer y ella salió rápidamente a buscarlo.
-¿Qué haremos Duncan? Las
provisiones se acaban y no podremos sobrevivir el invierno...yo podría ir a
competir a algún torneo por dinero , pero con nuestros enemigos al acecho no
puedo abandonar Ildrake - estaba
diciendo Sayen cuando la joven entró y
los interrumpió -¿Qué sucede? – le preguntó él
- Vi a tus enemigos ...- dijo Kristana y antes
de terminar la frase vio como la mirada de él se enfriaba perdiendo toda expresión, tanto que se
envolvió en sus propios brazos como si aquella frialdad pudiera herirla.
-¿Vienen?
- No
todavía, están lejos buscando aliados, juntando fuerzas...
-¿Para
destruirme? – cuestionó él con voz letalmente suave y una sonrisa aterradora
-Sí
-¿Cuándo?
-No lo sé,
pero no aún, están lejos.
-¿Lo
sabrás a tiempo?
-Ojala
pueda...- dijo con tanto sentimiento que Sayen se concentró en ella y notó que
temblaba
-¿Kristana
te sientes bien? ¿ La visión te puso así?–preguntó acercándose
-Sí , a
veces consumen mucho de mi y en estos días...
-...no has
estado muy bien – concluyó él , mientras ella asentía.
-Entonces
ve a descansar yo me encargaré de
ellos cuando vengan. – dijo él con
frialdad y Krista tuvo miedo porque sabía sin necesidad de usar su don que
Sayen no podría solo contra todos sus enemigos. Derramaría hasta su última gota
de sangre para vencer y aún así no sería suficiente.
La nieve
se derretía a su paso , el hielo
desaparecía dando lugar a tierra firme y
seca donde los caballos podían avanzar sin dificultad
-¿Te he
dicho alguna vez que me agrada que seas mi cuñado ? - preguntó Connor admirado
de la forma en que Dionis usaba sus poderes para despejar el camino
- Sí
Connor – respondió Dio con diversión –
ya tuvimos esta charla hace diez años ¿recuerdas? ...en la que me dijiste que
estabas contento de que me hubiera casado con Kaly
-¿Diez
años? – preguntó Ennis – pero si hace casi veinte años que están casados...
-Tus
hermanos se toman su tiempo, la charla con Caleb fue hace cinco
años...-respondió Dionis y Ennis río
-Tú sabías
que me caías bien ..- se defendió Caleb –
-Sí
pero quince años es mucho tiempo para
esperar por una declaración – se burló
Dio y todos los presentes rieron .Kyrios
miró aliviado a sus hijos, el humor los ayudaba a sobrellevar aquel
trance y las bromas entre los cuatro, Dionis era su hijo también, era una forma
de reforzar los lazos que tenían para
combatir el pesar.
Distintos
pensamientos se arremolinaban en la mente de Kristana inquietándola, así que
decidió salir, ya estaba totalmente
recuperada y no aguantaba más el encierro.
-¿Dónde
vas? – preguntó Sayen al verla bajar por la escalera.
-A la
aldea, ya no aguanto más estar recluida aquí
-Hace
mucho frío afuera, hay una gruesa capa de nieve, cubriéndolo todo...
-Estoy
preparada , Maya me dio este vestido de lana gruesa y también la chaqueta –
dijo ella y Sayen reconoció la prenda,
el abrigo de cuero le pertenecía a él pero hacía años que no le entraba,
en cambio se ajustaba perfectamente a la figura de la joven.- Me voy a poner
una capa y también tengo éstas – dijo ella señalando las botas de cuero que
habían sido frotadas con grasa para impermeabilizarlas. – Estoy armada contra el frío – dijo la joven
dando una media vuelta mientras bajaba
el escalón y Sayen corrió para atraparla
adivinando que aquel movimiento
la haría caer.
Llegó a
tiempo cuando ella resbaló y la atrapó apretándola contra sí. En su mente la
había visto caer y había recordado otra caída, sostuvo a Kristana con
desesperación y al mirarla tuvo la sensación de que ella conocía lo que había
causado aquella reacción extrema.
- No vas a
ir sola ...- dijo soltándola
-Ven
conmigo entonces...
-No...
-Es tu
gente Sayen , conocerlos un poco más no te matará. Te preocupa que los ataquen
, pero creo que a ellos les preocupa más
tu distanciamiento.
-No te
metas en lo que no es asunto tuyo – advirtió él con los ojos echando chispas
-Tú lo
convertiste en asunto mío – le contestó la joven sin amilanarse .
Ignorándolo
terminó de bajar la escalera mientras se encaminaba a la salida. Entonces se
volvió y lo miró con calidez.
-Ven
conmigo Sayen, por favor – dijo extendiéndole su mano e inesperadamente él la
siguió.
Kristana
tenía la capacidad de hacerlo bajar la guardia , aunque al mismo tiempo tenía la sensación de que
ella lo amenazaba más que cualquier enemigo que pudiera atacarlo.
Su
confianza, su serenidad , la calidez de sus ojos dorados combinados con el
espíritu guerrero que tenía – porque desconcertado Sayen había descubierto que
había en la dulce joven algo de guerrera
dispuesta a dar batalla siempre que la causa valiera la pena- lo hacían vulnerable.
Además lo
hacía ver las cosas bajo otro luz, casi como si lo dorado de su mirada
iluminara el mundo transformándolo. En ese momento su propia aldea parecía
diferente al recorrerla junto a ella, incluso la gente lo saludaba llevados por
la simpatía que les causaba Kristana.
“¿Cómo los
había conquistado en tan poco tiempo? “ se preguntó a sí mismo , pero la misma
voz le dijo irónicamente que él lo sabía muy bien .
Mientras él
meditaba aquello sin dejar de percibir la presencia de la joven a su lado, alguien los detuvo.
-¡Por
favor necesito ayuda! – imploró un hombre saliendo a su paso
-¿Qué
sucede ? - preguntó Krista alarmada
-Mi esposa
va a dar a luz y no sé que hacer. Es nuestro primer hijo
-Está bien
, buscaremos una partera – respondió la joven volviéndose hacia Sayen
-No hay
ninguna, tampoco un sanador .Murió el año pasado y no pudimos lograr que nadie
viniera a reemplazarlo – explicó rápidamente el Señor de Ildrake.
-Pero
lograste que yo viniera ...- lo acusó ella conmovida por la precariedad en que
vivía aquella gente –
-Por favor
...- insistió el hombre
-Llévenos
– dijo la joven decidida y tomándolo de un brazo arrastró a Sayen consigo
-¿Acaso
sabes que hacer? – cuestionó Sayen
-He
presenciado partos, seguramente podré ayudar y al menos podremos darles un poco
de tranquilidad. Creo que eso es lo más importante – explicó ella.
Un rato
después Sayen se encontraba cortando leños
e hirviendo agua , mientras
Krista ayudaba a la joven mujer a traer su hijo al mundo y el hombre que había
pedido ayuda no se despegaba de su esposa.
Cuando el
bebé lloró para anunciar su llegada Sayen vio aparecer a la joven con una
mirada triunfante .
-¡Es
precioso !, ven a conocerlo- dijo ella .
-Yo...
-Ven.
Además ellos quieren agradecerte .
-Pero si
no hice nada , tú me enviaste a hervir el agua y...
-Estuviste
aquí Señor de Ildrake y a veces eso alcanza – dijo ella y lo llevó a conocer al
recién nacido.
Un rato
después los dos abandonaron la humilde casa.
Kristana
no podía dejar de sonreír y Sayen no podía evitar pensar en la destrucción que
se acercaba y en la fragilidad de la felicidad de esa familia.
-Una nueva
vida es un milagro. – dijo ella repentinamente y aquel comentario desbordó al
joven
-Veremos si piensan lo mismo cuando la
comida no les alcance para alimentarlo, como pronto sucederá, o cuando la
crudeza del frío los venza o cuando la destrucción llegue a las puertas de
Ildrake y ninguno de nosotros pueda detenerla. ¿Crees que aún entonces valdrá la pena? – preguntó enojado
porque la inocencia de Kristana no sería suficiente para salvarlos, nunca lo
era.
-Sí – respondió ella con apasionamiento – aunque sólo dure poco tiempo son felices y se aman. Aún si deben perderlo todo después, vale la pena. Cada instante de felicidad Sayen, la dicha de un hijo y del amor compartido son valiosos milagros, aunque luego deban perecer.
-Sí – respondió ella con apasionamiento – aunque sólo dure poco tiempo son felices y se aman. Aún si deben perderlo todo después, vale la pena. Cada instante de felicidad Sayen, la dicha de un hijo y del amor compartido son valiosos milagros, aunque luego deban perecer.
-El mundo
no es de color rosa como tú quieres creer – la acusó él
-Tampoco
es de sombras como crees tú – replicó ella
Estaban
discutiendo cuando apareció un niño corriendo y se chocó contra Sayen. El
pequeño cayó al suelo y al descubrir con quien había chocado lo miró
aterrorizado.
Kristana
vio el dolor que la reacción del niño causó en Sayen, después de todo existían
límites que él nunca cruzaría, porque en su interior el joven luchaba contra sí
mismo, luchaba con sus fantasmas con la certeza de no querer convertirse en la
misma clase de hombre que había sido su padrastro.
Krista
estaba bastante acostumbrada a tratar con niños, tenía hermanos y primos que siempre estaban
alrededor de ella . Su padre solía decir que en Levany siempre había un niño a
mano y que no sabría vivir de otra manera, aunque a menudo las travesuras de “La Plaga” lo hacán cambiar de
opinión.
La joven
se arrodilló junto al niño.
-¿Estás
bien? - preguntó ayudándolo a levantarse. El niño asintió pero un inesperado
dolor en el pie, le impidió incorporarse, se había torcido al caer. Sin perder tiempo Kristana lo levantó en
brazos.
-Parece que tendremos que llevarte a casa-
dijo con una sonrisa ignorando la
actitud arisca de Sayen .
Apenas
habían avanzado unos pasos cuando Kristana
le entregó el niño a él sin que tuviera oportunidad de negarse.
-Se me
cansaron los brazos – dijo ella entregándole al niño y el joven no tuvo más
opción que alzarlo para evitar que Krista lo soltara en el aire. Le dirigió una
mirada asesina pero ella le devolvió una sonrisa y cuando sintió que el pequeño cuerpo se relajaba
contra él una desconocida calidez lo
embargó. Aquella sensación lo distrajo , por lo que no se percató de que
Kristana se retrasaba, hasta que una bola de nieve le dio en la nuca.
Se dio
vuelta y la descubrió a poca distancia
sosteniendo un manojo de nieve y mirándolo divertida.
-¿Qué
rayos...? – preguntó él pero otra bola de nieve paso sobre su cabeza.
-Está
jugando – dijo el niño como si creyese que Sayen era incapaz de darse cuenta
por sí mismo.
-Kristana
tengo al niño – dijo él serio y ella sonrió con picardía
-No te
preocupes tengo muy buena puntería – contestó y para probarlo otra bola se
estrelló en la cara de él sin siquiera rozar al pequeño - ¡Defiéndete ! – lo
provocó ella
-¡Pequeña
bruja ! – exclamó él y la chica le sacó la lengua mientras preparaba otra
munición.
-Es buena
– comento el niño con admiración y Sayen lo depositó cuidadosamente en el suelo
-Sí lo es
, pero podemos ganarle – dijo y con un guiño
se agachó para recoger nieve. Sin
embargo cuando le lanzó una bola a la chica, ella la esquivó con gracia y se
largo a reír . En ese momento otra bola de nieve se estrelló justamente en la
boca abierta de Kristana, el niño había acertado su tiro y al verla contrariada
masticando nieve , Sayen largó la carcajada.
Aquello la
congeló más que el frío . Sayen riendo
de verdad era un espectáculo maravilloso, y verlo así por primera vez, la impactó.
Se lo
quedó mirando con el alma en los ojos y cuando a su vez él la miró a ella
,pareció que la misma intensidad de
sentimientos que la embargaban a ella lo recorrían a él .
Se sintió
forzado a romper aquel encantamiento, aquella silenciosa comunicación.
-Vamos
Krista – dijo acercándosele – debemos llevarlo a casa y tú ya tomaste mucho
frío – explicó tomándole la mano.
Ella se
acercó más y en un gesto impulsivo le acarició los labios con los dedos.
-Te ves
bien cuando ríes, deberías hacerlo más seguido....- y tanto la caricia como las
palabras lo hicieron tensarse y apartarse de ella con rapidez.
Volvió a
alzar al niño y caminó con rapidez,
Krista lo siguió tratando de seguir sus pasos. No iba a dejarlo huir.
Llevaron
al pequeño a su casa y Krista observó como el hombre titubeaba ante la mirada
sorprendida de la madre. Una vez que explicó lo sucedido, la mujer les
agradeció su ayuda y como corolario el niño le dio un beso a Sayen diciéndole
que se había divertido mucho con ellos.
La joven
casi sintió compasión , lo estaban atacando con armas desconocidas .
-Ildrake
...- musitó Connor y sus ojos grises evaluaron la muralla que tenía frente a él
-Bien,
sólo di lo que quieres hacer – dijo Kyrios acercándosele
-Entrar,
pero nuestro ejército no puede atravesar ese puente, es muy angosto. Y la
muralla , tardaremos mucho en derribarla.
-No mucho
Connor. Sólo da la orden – dijo Dionis con la mirada glauca inexpresiva y Conn
agradeció que aquel hombre estuviera de su lado.
-Papá
destruye la muralla, nosotros ampliamos el puente y ustedes entran . A mi me
parece un buen plan – dijo Lysander
-Cuando
quieran – ordenó Connor y sus ojos grises relampaguearon.
Kristana
estaba descansando mientras leía un libro que Duncan le había prestado, cuando lo sintió.
-Están
aquí ...- murmuró la joven para sí misma y se levantó. Tenía que advertirle a
Sayen
-¿Qué
sucede ? – preguntó él cuando la vio llegar con el semblante alterado pero la
joven no tuvo tiempo de responder ya que un guardia entró precipitadamente para
informarle que un gran ejército se acercaba
- ¿ Mis
enemigos llegaron? – preguntó él y se dirigió a Kristana – Eso era lo que
venías a decirme , ¿verdad?, pero no tienes que preocuparte ...
-Señor...
tienen el estandarte de los dos leones ...-intervino el mensajero
-¿Los
Blackdalion ? – preguntó él confundido – Nunca hemos tenido nada que ver con
ellos ...no sé por qué nos atacarían – luego recordó algo que le había pasado
desapercibido-
-El Señor
de Levany es un Blackdalion, ¿verdad Kristana? – le preguntó a la muchacha
creyendo entender que al llevársela se había vuelto enemigo de aquel poderoso
clan.
-Sí lo es
...y es mi padre también – dijo ella sorprendiéndolo
-¡Cielos!,
creí..dijiste que eras hija de un
herrero – musitó confuso
-Mi madre,
pero también soy una Blackdalion – aclaró ella y se atajó antes de que él le reprochase-
Jamás me preguntaste...
-No, no lo
hice ...- dijo y notó que era verdad. Kristana era la “bruja de Levany” y nunca
había preguntado nada sobre ella, había ordenado que la capturaran y
luego...luego ella había llegado a su
vida , sin dejar lugar para nada más.
Desde aquel momento ella había pasado a ser de él , sin que jamás se preguntara
por la familia de ella, ni siquiera había visto las señales . La educación de
la joven , sus actitudes tendrían que haberle servido de pistas , pero quizás no
había querido verlas . Ahora su gente estaba allí buscándola y Sayen imaginaba
lo que debían sentir, lo que eran capaces de hacer por recuperarla.
-Voy a
hablarles – dijo él. Probablemente si hubiese visto las tres generaciones de hombres Blackdalion
que iban a la vanguardia de un gran ejército lo hubiese pensado dos veces, pero
ante la inminencia del ataque en lo único que él pensaba era en proteger a
Kristana, aunque fueran su propia familia.
-No espera
, déjame a mí – insistió Krista sabiendo que lo atravesarían con una espada
antes de que pudiera explicar algo. Además era ella quien debía contar lo
sucedido .
-No,
quédate aquí puede ser peligroso – dijo
él sosteniéndola por los brazos y en ese
momento el caos se desató.
La puerta
del Salón voló destrozada por los aires y Blaze entró como poseído, lanzándose
contra Sayen
-¡Blaze! –
gritó Kristana y se desmayó por la impresión . Sayen golpeó con fuerza al joven
Blackdalion para soltarse de su agarre e
ir junto a Kristana que estaba desvanecida en el piso. En ese momento entraron
los demás. Lysander que había abierto la puerta ayudó a su primo a reducir al
Señor de Ildrake y Sean corrió hacia su
hermana , la levantó cuidadosamente y la depositó en el amplió diván que estaba contra la pared.
Connor entró
atraído por los ruidos , su hijo mayor le explicó rápidamente lo sucedido y el
Señor de Levany ordenó que liberaran a Sayen dirigiéndose hacia él con la espada desenvainada
Connor
Blackdalion levantó su espada. Nunca antes había estado tan dispuesto a matar,
nunca había deseado tanto hacerlo.
Avanzó
implacable hacia Sayen de Ildrake, pero un breve vistazo a su alrededor lo
distrajo de su objetivo, su mirada se detuvo en el escudo de armas que adornaba
la pared, era un dragón en posición de ataque. Las palabras que una vez le
había dicho su hija brillaron en su memoria como un relámpago y aquello lo
detuvo.
Aún así se
paró frente a Sayen y con una voz más cortante que su espada preguntó:
-¿Le has
hecho daño?
Sayen miró
fugazmente la figura desvanecida de
Kristana y pensó cuan fácil era herirla. A pesar de la fuerza que guardaba en
su interior , se la podía lastimar con una palabra o una mirada desdeñosa,
probablemente él la había lastimado incontables veces pero nunca
intencionalmente , y nunca de la forma en que le importaba a Connor
Blackdalion. No había dañado físicamente a Kristana e incluso la había
protegido tanto como era posible.
-No –
contestó finalmente – no le hice daño.
-Entonces
vivirás – sentenció Connor con frialdad-
al menos hasta que pueda hablar con mi hija..Llévenselo de aquí, debe haber un
lugar donde encerrarlo – ordenó Conn
mientras Sayen permanecía en silencio.
-No te
preocupes tío , si no hay un lugar nosotros lo crearemos – dijo Conrad y Sean
se adelantó para llevarse a Sayen.
En el
momento en que estaban por marcharse, Shara entró y quedó frente al captor de su hija.
-¡Maldito!
– gritó al tiempo que lo abofeteaba con todas sus fuerzas, ante la sorpresa de
los presentes.
Sayen
sintió un inesperado dolor causado porque los ojos que lo miraban con desprecio
eran dorados como los de Kristana
-¡¿Shara?!
, ¿qué haces aquí? - preguntó Connor desde el fondo del Salón y los jóvenes
Likaios aprovecharon la distracción para
sacar a Sayen de la habitación.
-¿Pensaste
que iba a abandonar a mi hija? - preguntó ella y horrorizada descubrió la
figura desvanecida de Kristana .
-No mi
amor, nunca lo creí- la calmó Connor- , ella está bien. Sólo se desmayó por la
impresión de nuestra llegada.
La mujer
apenas lo escuchó y corrió hasta el diván
para acariciar a la joven
-Krista...-
murmuró
En ese
momento ingresaron las demás mujeres que habían acompañado a Shara
-¡Debí
saberlo! – exclamó Connor mirando a su hermana y cuñadas
-No es
nuestra culpa que dejen huellas tan visibles – se defendió Kalymera
-¿Y tu
madre? – preguntó Kyrios apenas sorprendido por la llegada de las mujeres.
-Se
quedó con Leila cuidando de los niños...
-Parece
que finalmente adquirió algo de sensatez – declaró el patriarca de los
Blackdalion, aunque estaba seguro de que su esposa se había encargado de cada
detalle de aquella expedición.
Kristana no quería abrir los ojos , temía lo
que encontraría al hacerlo, sin embargo reconoció el
toque
gentil de las manos que acariciaban su frente y eso la persuadió. Su madre
estaba allí.
-¿Mamá? –
preguntó al tiempo que entreabría los ojos.
-Mi
pequeña – exclamó Shara abrazándola con fuerza – ya estamos aquí mi amor
-¿Y Sayen
?
-Encerrado
, hasta que decida si va a vivir – dijo Connor con aspereza.
-¡No! ,
papá tenemos que hablar...
-Sí
Kristana, luego. ¿Estás bien, te hicieron daño? – preguntó él angustiado
-Estoy muy
bien, pero tienes que escucharme ...-dijo ella y fue interrumpida por la
repentina llegada de su primo Conrad .
-Un
ejército se acerca y no son de los
nuestros – dijo él joven
-
Llegaron. Vienen a atacar Ildrake , ¿dónde está Sayen? – preguntó la joven
incorporándose
-Lo
metimos en los calabozos , junto a su gente -
explicó Lysander
-¡Él no
puede estar allí!, hay que sacarlo rápido – dijo angustiada
-¿Krista ,
qué está sucediendo aquí? – preguntó Connor confundido
-Esos
hombres que se acercan son malos y van a dañar a la gente de la aldea. Sayen
tiene que estar libre para defender a los suyos y tenemos que ayudarlo.
-Te tenía
prisionera ...- dijo su madre
-No, sí,
luego les explico .Por favor antes de que sea tarde...- rogó ella y su padre
accedió.
-Está
bien, impediremos el ataque. Pero no
olvido lo que sucedió, cuando esto termine arreglaré cuentas con el Señor de
Ildrake – dijo mirando a la joven y luego se volvió hacia su hijo para
ordenarle que liberaran a Sayen.
-Gracias –
dijo la joven.
Años atrás
Sayen había estado a punto de clausurar los calabozos del Castillo para evitar
tener que volver a contemplarlos una vez más, pero luego no lo había hecho.
Ahora que
estaba encerrado allí se extrañaba de no sentir nada. Había creído que sus
recuerdos de aquel lugar lo atormentarían pero parecía que sus fantasmas
estaban desvaneciéndose , en lo único que pensaba era en Krista.
Esperaba
que ella estuviera bien, además no podía evitar preguntarse sobre qué tipo de
relación la unía con el joven que lo
había derribado.
El ruido
de la cerradura al abrirse lo hizo dejar sus pensamientos de lado y enfocar su
mirada aguamarina en los dos jóvenes que estaban frente a él.
- Están atacando
Ildrake – dijo el rubio – y mi hermana pidió que te liberemos para que puedas
defender tu hogar. También dijo que hay gente inocente aquí, así que te
ayudaremos ...
Sayen sólo asintió incorporándose pero al tratar de salir Sean lo empujó contra
la pared sujetándolo por el cuello
-Mantente
alejado de ella o te mato – lo amenazó
para luego dejarlo ir –Tus hombres te están esperando – agregó después haciéndose a un lado.
-No
olvides lo que dijo mi primo – dijo Blaze a su espalda y no vio la breve sonrisa
de Sayen.
“Era su
primo y además Kristana lo había liberado”.
-Shara,
Kalymera , Fair y Kristana se quedaran aquí , Sean las cuidará – dijo Connor
sin dar lugar a la discusión.
-Yo y
Ennis crearemos un escudo para proteger
la aldea – dijo Bladian .
-Nosotros
bloquearemos la entrada- propuso Dionis mirando a los mellizos
-Y el
resto nos encargaremos de guiar al ejército en el combate , el Señor de Ildrake junto a sus
hombres actuará como él quiera.– finalizó Connor mientras su padre, amigos y
hermanos asentían.
Un rato
después todos estaban enfrascados en combate , incluso Sean junto a algunos
hombres repelían el ataque al Castillo mientras las mujeres - con espadas en mano- se refugiaban en la
cocina.
En medio
del caos , no percibieron que Kristana
se escabullía del lugar , como las
mujeres se habían dividido cada grupo
creía que la joven aún permanecía en el Castillo .
Sólo Maya
la había visto fugarse , pero no la había delatado. En primer lugar porque los
Blackdalion eran unos extraños para ella y en segundo porque sabía que la joven
necesitaba ver a Sayen.
El joven
estaba combatiendo cerca del Castillo así que la vio salir y corrió hacia ella.
-¿Kristana
qué haces aquí? , vuelve adentro – gritó él preocupado
-Necesitaba
verte – le explicó la joven , en ese momento
fueron atacados por unos hombres
y Sayen se vio obligado a combatir al
tiempo que protegía a Kristana de las estocadas enemigas. Cuando se vieron
libres, los sorprendió un ataque de los arqueros y el joven la cubrió con su
propio cuerpo.
Las
flechas no alcanzaron a darles pero
cuando él se abrazó a ella cubriéndola , algo sorprendente pasó , se vio
envuelto en las visiones de Kristana.
Vio a una
niña junto a un lago, la reconoció inmediatamente, era la misma mujer que tenía
en sus brazos y tenía la misma expresión ausente en sus infantiles ojos dorados. Una y otra vez observó a la
joven en distintas situaciones .Por extraño que fuera sabía lo que la niña
estaba viendo en cada uno de aquellos trances , lo veía a él.
Ahora comprendía
la compasión de ella al ver su cicatriz, había visto como lo herían, había
sentido su dolor. Ella había estado allí con él .
Luego las
visiones cambiaron pero la situación era la misma, Kristana viéndolo en sus
visiones, hasta llegar a las semanas anteriores
cuando ella había ido a él.
Porque Sayen ahora sabía que Kristana había ido a él
por su voluntad, conociéndolo más profundamente que nadie y sabía también que
la soledad que había sentido toda su vida era injustificada. Ella había estado
a su lado en incontables oportunidades
Repentinamente
pudo percibir una nueva visión de la joven y compartió su miedo y su angustia.
Así que esto era lo que ella debía soportar cada vez que entreveía el
futuro, las visiones tenían una
intensidad devastadora, la sostuvo con firmeza tratando de trasmitirle su
propia fuerza.
Tan
súbitamente como había empezado , acabó y él la sintió tambalear entre sus
brazos al tiempo que regresaban a la realidad.
Los ojos dorados se enfocaron en él y pudo
leer la sorpresa de la joven por haber
compartido aquello. Supo que era el primero y el único que había compartido su trance , también vio el
dolor de ella por lo que sucedería.
-No te
preocupes , lo detendremos – dijo y sin darle tiempo a pensar la tomó de la
mano y corrieron en busca del lugar que habían contemplado en sus visiones.
Sayen percibía las dudas de ella, podía ver
lo que sucedería pero no estaba segura de que pudiese cambiarlo. Sin embargo no
perdían nada con intentarlo , sobre todo porque él no dejaría que ella
sufriera. Si protegerla significaba cambiar el futuro, lo haría, después de
todo era Sayen de Ildrake
La rigidez
de ella le indicó que habían llegado al lugar, la dejó sola y echó a correr.
Todavía estaban a tiempo.
Blaze
estaba peleando con un par de hombres, ya había dado cuenta de una buena cifra
de enemigos y sus fuerzas estaban decayendo.
Evitar al
mismo tiempo que le atravesaran la
espalda y le cortaran la cabeza era
agotador, sus reflejos no estaban funcionando adecuadamente. Aún así tenía la
destreza de los guerreros de su linaje y en poco tiempo se vio libre de los
ataques , sin darle tiempo a respirar aliviado , un fuerte golpe en la
mandíbula lo derribó. Antes de que pudiera desquitarse vio como una flecha
enemiga atravesaba el espacio que había
dejado vacío clavándose en el brazo de
quien lo había derribado....
Un poco
atontado el joven Blackdalion se incorporó para acabar con Sayen pero su prima
llegó hasta ellos .
- ¿Están
bien? – preguntó echándoles un rápido vistazo .
Blaze iba
a protestar pero después de ver a Sayen
herido por la flecha Kristana lo
miró con intensidad
- Estaba destinada a ti – dijo la muchacha y él
entendió.
-Supongo
que me salvó la vida, pero eso no cambia
nada – replicó él tozudamente entonces el gemido de dolor de Ildrake al tratar
de sacarse la flecha, captó su atención – Vamos Krista ayúdame a sacarlo de
aquí.
Entre los
dos lo ayudaron y Kristana le dio las gracias a Sayen..
Sus
sentimientos eran tan intensos que se vio obligada a desviar la mirada, entonces
se encontró con la de su primo y , dado que se conocían desde niños, él
entendió lo que la joven sentía por Sayen de Ildrake y ella supo que Blaze había mentido al decir
que el heroico gesto de éste no cambiaba en nada lo que pensaba de él.
El ejército
que los Blackdalion habían reunido para asolar Ildrake, lo había salvado.
Los
enemigos de Sayen no eran nada frente a las fuerzas unidas del legendario clan.
Expertos
guerreros, estrategas y magos habían logrado una rápida victoria.
Una vez
que todo hubo acabado se reunieron en el Castillo , entonces notaron que
Kristana no estaba pero antes de tener tiempo de preocuparse la vieron llegar
con Blaze y Sayen.
Rápidamente los jóvenes explicaron lo sucedido
, Connor se quedó observando a su hija y al hombre que la acompañaba.
Sayen de
Ildrake había demostrado ser un buen espadachín
pero eso era irrelevante Kristana contaba con todas las espadas
Blackdalion, y varios ejércitos, a su servicio.
También
parecía quererla, pero la belleza y dulzura de la joven hacía que muchos
hombres valiosos ansiaran el honor de
casarse con ella.
Nada de
eso convencía a Connor, sin embargo aquel hombre podía hacer algo que ninguno ,
ni siquiera él podía. Sayen de Ildrake podía compartir las visiones de su hija
y acompañarla para defenderla en ese territorio que a él le era desconocido,
aquel hombre podía darle una protección a Kristana que ningún otro le daría. Lo
que lo llevaba a pensar en otra cuestión y era en por qué aquel joven era el
único con aquélla habilidad , tal vez porque era el indicado, el hombre que el destino tenía reservado para Krista. Y con un gruñido Connor abordó
el último punto en su reflexión, Kristana parecía estar enamorada de él ,lo que decidía la cuestión.
No
tendría más opción que aceptar al joven
cuando llegara el momento.
Finalmente,
el Señor de Levany decidió volver a su hogar con su familia dejando libre al joven Ildrake. Esta decisión
generó un pequeño conflicto con su hermano mayor.
-¡Vas a
dejarlo ! ¡Diablos Connor él raptó y tuvo prisionera a Krista ! ¿Por qué lo vas
a dejar ileso...? – protestó Caleb con
la furia a flor de piel
-Tal vez
porque salvó la vida de tu hijo – le contestó Connor – o tal vez porque es lo
que Kristana quiere...- respondió con un extraño resplandor en sus ojos grises.
-Pero...
-Ya
terminó Caleb, sólo quiero volver con mi familia a casa y olvidar todo esto
-¿Y ella
...?
-No estoy
seguro Cal – respondió el hombre rubio
mientras contemplaba a su hija a la distancia
“Necesito
hablar con él , antes de irme” – había dicho la joven y aunque
verdaderamente no deseara hacerlo Connor
la había autorizado.
Kristana
se acercó lentamente a Sayen, había llegado el momento decisivo.
Duncan
estaba curándole la herida de flecha pero al verla acercarse los dejó solos.
-¿Cómo estás?
– preguntó ella
-Bien,
gracias...
- Gracias
a ti por evitar que Blaze muriera...
-Si se
trata de agradecer , yo debo darte las gracias porque los Blackdalion me ayudaron a salvar a Ildrake...- dijo él y
Kristana pensó que también eso había sido
predestinado . Si los Blackdalion
no hubiesen llegado a buscarla Sayen no
hubiese podido con sus enemigos.
-Creo que
Ildrake merece otra oportunidad...
-Sí, es
verdad...ahora somos libres y, cuando se corra la voz de lo que sucedió hoy ,nadie se atreverá a desafiarnos ....¿Ya
te vas? – preguntó él
-No...yo
quisiera quedarme. Si tú ...- empezó ella pero él la interrumpió abruptamente.
- Vuelve a
tu casa Kristana...
-Pero...
-Ya es
hora de que te marches con los tuyos. Han venido por ti.
-Yo no quiero irme...te amo...- dijo la joven.
-No hay
nada para ti aquí – aseveró él como si
no la hubiese escuchado – Vete –y sin más le dio la espalda y se marchó.
Kristana
sintió que se rompía pero había jugado su última carta y había perdido. No se
podía obligar a nadie a sentir lo que no
sentía . Sayen la había echado de su lado y ella tenía que irse de Ildrake, no
había nada más que pudiera hacer.
La joven
hizo un esfuerzo para no llorar y fue a reunirse con su familia , una hora
después tras despedirse de la gente del lugar se marchó.
Aunque
trató de evitarlo, a último minuto Sayen
subió a una almena para verla partir. Entre el montón de gente podía distinguir
su cabellera dorada.
-¿Por qué
la dejaste ir si la amas? - preguntó
Duncan llegando a su lado
- No sé
amar . Yo sólo la destruiría, marchitaría la belleza de Kristana
Blackdalion...no queda nada bueno en mí.
-Yo creo
que ella sí vio algo en ti...- dijo Duncan
-Se
equivocó
-No , esa
muchacha ve lo que los demás no. Yo creo que ella fue la única que te vio de verdad...una
sola palabra hubiera bastado ...
-¿Para
encerrarla en la oscuridad?- preguntó irónico
-No Sayen,
para llevarte a ti a la luz – respondió el hombre y se marchó dejándolo solo
con su tristeza, experimentando el dolor por la pérdida más terrible en su
vida.
La joven
cabalgaba ensimismada, la alegría de volver a ver a sus seres queridos no
bastaba para compensar lo que sentía por el rechazo de Sayen.
Connor se
acercó preocupado a ella.
-Kristana
lamento no haber llegado antes – dijo Connor a su hija y al ver el dolor que se
reflejaba en su mirada plateada , ella se sintió obligada a hablar.
-No papá,
soy yo quien debe pedirte perdón
-Krista,
¿de qué hablas?.
-Yo sabía
que esto sucedería. Lo sabía desde el
momento que te pedí permiso para ir a Azzura .
-¡¿Cómo
pudiste hacernos esto?! ¿Sabes lo que sufrimos? – estalló Connor comprendiendo
lo que ella decía
-Lo
siento...
-¿Lo
sientes?, llegamos a creer que estabas muerta...¿no se te ocurrió decir la
verdad? – preguntó tratando de controlarse.
Kristana
miró a su padre, en verdad lamentaba el dolor que les había causado y haberlo decepcionado , pero no había tenido
otra opción.
-Si te lo
hubiera dicho, ¿me hubieras dejado ir? – preguntó ella y la frialdad en los
ojos de su padre la hirió.
-No –
respondió él y azuzó su caballo para adelantarse ya que
no confiaba en sí mismo para controlar su enojo.
-Mamá –
dijo la joven dirigiéndose a Shara que había escuchado todo. Esperaba que ella
pudiera perdonarla.
Shara
había sufrido mucho, pero sabía que algunas decisiones no las dictaba la lógica
y al mirar a su hija se vio reflejada en aquellos ojos dorados .
Recordaba
muy bien a una joven que había seguido
su corazón al ir a una subasta de esclavos y comprar a un desconocido. Ahora
que sabía que Kristana estaba a salvo era fácil
perdonar su imprudencia y olvidar el dolor.
-Te
entiendo Krista , debes darle tiempo a tu padre, sufrió mucho pero entenderá
-¿Y tú, y
los demás?
-Te amamos
Kristana y a mi me alcanza con que estés bien, eso es todo lo que deseo –respondió
y aunque Krista supo que era verdad también entendió que el precio por seguir
su corazón había sido muy caro.
Volver a
casa fue difícil, nada era lo mismo .
Aunque la reunión con sus hermanos menores , sus
primas y amigos curó un poco las heridas de Kristana .
Sus
familiares volvieron a su hogar pero antes de partir hacia el Castillo de los Cerezos su abuela
pasó la tarde con Kristana
- Mi
pequeña, dale tiempo.
-¿A quién
? – preguntó Kristana pensando en su padre que se había distanciado, en Sayen que
no la quería y en ella misma que se sentía extraña en su propio hogar.
-A todos
mi amor . A tu padre ,por empezar , sufrió mucho pero entenderá algo que tu
bisabuela me enseñó a mi hace mucho.
-¿Mi
bisabuela? ...qué fue lo que te dijo
-Que amar
es aceptar al otro como es y yo sé que Connor te ama muchísimo .
-Nunca
hemos estado peleados antes ...
-Siempre
hay un momento para todo Krista y creo
que han llegado los cambios para ti.... Y en cuanto a tu primera pregunta,
también dale tiempo al Señor de Ildrake y a tu propio corazón.... Además estoy
segura que tu don te llevará por un buen camino mi niña.
-Abuela te
quiero mucho.
-Yo
también amor. Visítame pronto .
-Lo haré –
respondió la joven con una sonrisa.
A pesar de
los consejos de Elady enfrentar cada día se le hacía complicado a Krista ,
aunque el enojo de Connor se había
diluido , ella vagaba triste por Levany .
-Se le
pasará – sentenció Connor mirándola
-¿Alguna
vez dejaste de amarme? – le preguntó
Shara
-Shar cada
día te amo más, ¿cómo me lo preguntas?
-¿Y crees
que yo he dejado de amarte ?- volvió a preguntar mientras él negaba con un
enérgico movimiento de cabeza- Mírala Connor , lo ama y no es algo que se le
vaya a pasar, es amor verdadero.
-Shar ...-
protestó Connor y observó a su hija. Kristana siempre había sido la risa, la
calidez, ahora era un sol apagado - ¡Oh Shara ! – exclamó dolido y su esposa lo
abrazó.
Lo amaba.
Lo había amado siempre y lo amaría aún sin tenerlo . Y ese era el dolor más
terrible que Kristana hubiera experimentado jamás. Además ya no podía verlo,
sus visiones no se lo mostraban.
Últimamente
había visto a un lobo negro y sabía que su prima Kyrian se metería en
problemas, aunque ella no interferiría, Kyrian tenía un camino propio que
recorrer.. También había visto algunos combates
que afrontarían sus familiares
pero sabía que ellos saldrían ilesos, los Leones Blackdalion siempre
vencían.
Pero no lo
había visto a él, no podía acercarse al
castillo junto al mar, sus visiones nunca le habían permito saber cómo terminaría
todo. Por primera vez sintió resentimiento por su don , le había permito crecer con Sayen y amarlo
a lo largo de los años. Los había unido irremediablemente, desde la más
temprana infancia ella había aceptado que él sería el único hombre que amaría. Pero si era sincera consigo
misma, nunca había entrevisto el final, y ahora pagaba el precio . Porque
ansiarlo sin poder tenerlo la desgarraba por dentro.
¿Como
podría vivir toda una vida sintiéndose así.?
Sean se
sentó junto a su hermana.
-Bueno
tenemos varias posibilidades . Todos han estado haciendo sugerencias . Blaze,
Kilcoy y yo mismo nos inclinamos por el descuartizamiento, los mellizos y Nía
obviamente prefieren usar una variedad de hechizos, las gemelas sugirieron un
secuestro, Kyrian una charla muy seria – sólo ella sabe lo que eso implica- y
nuestros hermanos menores pensaron en varias combinaciones de las anteriores.
Estoy seguro que papá , el abuelo y los tíos tienen sus propios planes para él
, pero creo que tenemos que consultarte. ¿Qué debemos hacer Krista? ¿Qué deseas
tú?
-Que venga
por mi para llevarme a casa
-Estás en
tu casa Kristana
-Ya no
...-dijo ella y su hermano la abrazó con fuerza conmovido por la tangible
tristeza de la joven.
Colin
entró al despacho de su padre agitando su largo cabello oscuro y centrando su
curiosa mirada dorada en sus padres.
-Papá, hay
unos mensajeros allá afuera. Dicen que tú los contrataste ...
-Sí Col ,
diles que pasen
-¿Sucedió
algo?, ¿Para qué necesitamos tantos mensajeros?
--Para
comunicar una decisión importante, ¿qué más podría ser ?
- ¿Cuál es el mensaje? – preguntó el
jovencito
-Si quisiera que lo supieras te lo habría
dicho , ¿no te parece Colin? – preguntó el hombre mientras el chico se marchaba
desilusionado.
-Colin – lo llamó su madre antes de que
cerrara la puerta.
-¿Sí ? – contestó metiendo la cabeza
-No escuches detrás de la puerta cariño –
le aconsejo ella y él bufó frustrado.
Connor se rió . Colin tenía la misma
expresión que él cuando lo pescaban en algo raro.
-¿Crees
que es una buena idea? – preguntó
repentinamente Shara a su esposo
-Bueno ,
no perdemos nada con intentarlo Shar. – dijo él concentrándose
-Pero...
-Es un
buen plan, confía en mí – le contestó
con una demoledora sonrisa y Shara pensó que Connor siempre le ganaba
con facilidad , le resultaba imposible resistirse a él. Aún cuando tenía ideas
absurdas.
El tiempo
pasó y aunque ninguno de los jóvenes
comentaba nada , Connor y Shara parecían
ansiosos y cada día aquel estado
empeoraba.
A finales
de invierno todo cambió
-Padre
deberías ver esto - llamó Sean
preocupado a su padre
-¿Qué
sucede?
-Un
ejército se dirige a nuestras puertas y no vas a creer quien los guía...
-Creo que
me hago una idea. Vamos a darles la bienvenida...
-Connor...-
expresó preocupada Shara
-Tranquila
amor – le respondió Connor guiñándole un
ojo. Shara tembló.
Kristana
no necesitó que nadie le avisara lo que
sucedía, sintió el ruido de los cascos de caballos y el de un rumor que le despertaba el alma.
Salió
presurosa hacia el patio exterior y se quedó observando como aquellos hombres se acercaban, como el
hombre de negro venía hacia ella.
Fue
vagamente conciente de que su padre salía al exterior y se paraba a su lado, de
que sus hermanos, y la gente de Levany la rodeaba como un beligerante escudo
Ella sólo veía los ojos que había perseguido a
través de visiones durante toda su vida.
Y él sólo
avanzaba guiado por los ojos dorados como si fueran el único faro para llevarlo
a salvo hasta la costa. Poco le importaba que Connor Blackdalion desenvainará y
lo atravesará con su espada, aunque el susodicho no se movió y lo dejó
acercarse.
--No vas a
casarte con nadie que no sea yo ....-dijo
Sayen en voz alta antes de llegar hasta Krista.
-¿Casarme?
– preguntó confusa sin dejar de mirarlo , temiendo que fuese una visión y que
se desvaneciese.
-¡Cielos
Krista !, no sabes lo que ha sido escuchar durante todo este tiempo a los
mensajeros que estabas por comprometerte y que tu padre había elegido un marido
para ti. Al dejarte ir pensé que el
esposo que tu familia te eligiera sería digno de ti, te amaría y te protegería.
Pensé que era lo mejor, la mayor prueba de mi amor por ti..dejar que fueras
feliz junto a alguien que te mereciera. Quise ser noble...
-Yo...
- Mi
resolución no duró mucho.- continuó él implacable, dispuesto a decir lo que
había callado tanto tiempo- Fue un infierno Kristana, peor que todo lo que
he vivido, pensar que te casarías con
otro. Cada vez que escuchaba algo al respecto sentía que moría un poco .
No tengo
tanta voluntad...sé que no puedo darte
mucho pero tampoco voy a permitir que te cases con nadie que no sea yo. Poco me
importa si tu padre dio tu mano o si tu familia va a matarme. Ningún compromiso
es más fuerte que lo siento por ti , te
amo , estamos unidos de una manera única...dijiste que el amor salva...Sálvame
Kristana
-Yo no
estoy comprometida ...-dijo ella titubeando
-Pero creí
que ...
-No –dijo
ella con una sonrisa y las lágrimas
asomando en sus ojos – Yo te esperaba a ti,
mi amor , siempre a ti....
-Kristana...
-Vamos a
casa ..-dijo la joven alzando su mano en un gesto elocuente y él se acercó para tomarla cuando una espada
se interpuso.
-¡Oh no !–
dijo Connor amenazante
-Padre
...– suplicó la joven y vio como los hombres de Sayen y él mismo eran rodeados
por los hombres Blackdalion.
-No vas a
llevarte a mi hija...hasta que te cases con ella - finalizó Connor con un brillo triunfal en
los ojos.
Kristana
miró sorprendida los ojos grises de su padre y él le devolvió una tierna
sonrisa. Ella comprendió y lo abrazó
-Sí te
elegí un marido – le susurró él y bajó la espada.
La joven
no pudo esperar más y se arrojó en brazos de Sayen , quien la besó para
convencerse de que era real . Kristana era suya
Shara se
acercó a su esposo
-¿Cómo
sabías que resultaría ? – le preguntó
-Bueno si
funcionó para que mi padre convenciera a mi renuente madre , supuse que
serviría para convencerlo a él...
-Connor
Blackdalion te amo.
-Dejarla
ir va a ser muy difícil...- confesó él después de besar a su esposa
-Aún
tienes a Shennara
-¡Rayos Shar!
no sé cómo sobreviví a Leila, ahora Krista , no me hagas pensar en Sheny
.Algún día tendré que enfrentar que también se la llevarán a ella..., pero
ahora no.
Shara río
y lo abrazó
-Esperemos
que tengan la misma suerte que la madre
– le susurró ella y lo besó para reafirmar sus palabras.
-Sabes que
si la lastimas te mataré ...-dijo Blaze con su tono más letal
-Sí chiquillo me lo dejaste claro la primera vez
que nos vimos, también sé que si tú no
lo haces algún otro Blackdalion lo hará..
-Me alegro
que lo entiendas...- susurró Blaze
La contestación se vio interrumpida por un
muchacho rubio que entró al cuarto.
-¿Se puede
saber por qué tardan tanto? Espero que no pienses dejar esperando a mi
hermana....
-La culpa
es de Blaze , me demoró con otra sesión
de amenazas...-se defendió Sayen
-Supongo
que nunca están demás – comentó Sean con una sonrisa demasiado parecida a la de
su padre.
- Tal vez
, pero juro que si por su culpa llego
tarde a mi boda, serán ustedes quienes prueben el filo de mi espada.
-Entonces
no nos demoremos . Ah me olvidaba , mi
abuelo te envió esto. – dijo Sean
lanzándole algo a Sayen
Era un
hermoso broche de oro con un dragón labrado. El joven lo aceptó orgulloso y
prendió su capa con él.
-Dijo
además que dejes el negro para nosotros , que a ti te va bien el dorado.
El dichoso
Señor de Ildrake no pudo evitar sonreír al recordar que ese era el color del
pelo y de los ojos de su amada.
-Sí , creo
que tiene razón. Bueno vamos – dijo y salió flanqueado por los dos jóvenes
Blackdalion.
- Te ves
nervioso primo...dudo que ella te deje
en el altar, aunque tal vez Krista recuperó la cordura.- lo provocó Blaze
-¿ No vas
a darme un poco de paz Blaze?
-Claro que
no – intervino Sean – para eso está Kristana , nosotros te atormentaremos lo
suficiente como para mantener el equilibrio.
Sayen rió
porque después de todo aquellos dos eran parte de su familia y después de todo
Krista le había devuelto la risa y la luz.
Kristana
caminaba sola hacia el altar donde Sayen la esperaba.
Había
decido marchar sin escolta, su padre y hermanos esperaban junto al novio pero
ella quería ir sola hacia él.
Era un
gesto simbólico entre ellos, iba a él sin que nadie la llevara ..iba a él
confiada, entregada y amándolo incondicionalmente. De la misma forma él la esperaba.
Al
recorrer el camino los pimpollos de
flores que adornaban el trayecto florecían, había muchos magos en su familia
pero Krista sabía que Nía era la artífice de aquel prodigio . Las dos siempre
habían amado la historia de las mariposas en la boda de la tía Fair. Para Sayen
era algo totalmente natural que las flores nacieran ante el paso de Kristana
porque ella era capaz de cualquier milagro, después de todo había llevado amor
a su vida.
Cuando
finalmente hicieron sus votos y Sayen entrelazó sus manos a las de Kristana ,
se vio transportado una vez más en las visiones de la joven. Sonrió emocionado
porque el futuro que emprendían juntos se vislumbraba lleno de amor y
felicidad.
Kristana
también sonrió conmovida y sus ojos dorados confirmaron la certeza de aquella
visión compartida.
Con un
beso sellaron el inicio de un dulce porvenir.
Me encanto!!!!!!
ResponderEliminarJajajaja Quien lo diría de Connor
ResponderEliminarGracias Nata
Lu