Cuando ella
levantó la mirada hacia él y le sonrió tuvo la completa certeza de que la
amaría siempre.
Deseaba que
fuera un siempre lleno de felicidad, sin dificultades ni dolores, pero eso no
lo sabía, era simplemente un ser humano y el futuro no estaba en sus manos.
La única verdad
que tenía en su corazón es que amaba a aquella mujer y que la seguiría amando
sin importar lo que sucediera.
Estaban a punto
de hacer el amor y si bien era un momento trascendental, ya estaban unidos
antes de unir sus cuerpos, porque la tenía metida en su alma.
Podrían ser
jóvenes, pero se amaban, se habían encontrado y sabían que se pertenecían.
-¿Estás segura?
– le preguntó Lucian a Claire y ella asintió tímidamente.
-Te
amo...-respondió como si fuera lo único que importaba.
-Y
yo...-respondió él enmarcándole el rostro con las manos, luego la besó y
deslizó su mano a los botones de la blusa que llevaba para empezar a
desnudarla.
Habían terminado
de hacer el amor y yacían abrazados, había sido la primera vez de ella, así que
Lucian estaba preocupado, pero Claire había afirmado estar bien.
-Soy feliz…-le
dijo mientras él le acariciaba el cabello.
-También soy muy
feliz, cásate conmigo, Claire – le dijo mirándola.
-No podemos…
-¿Por qué?
-Tengo que ir a
la Universidad, debo cuidar de mi madre y mi hermana…tu padre…
-Yo cuidaré de
tu familia, puedes ir a la Universidad como has planeado y no tienes que
preocuparte por nada más.
-Sí- dijo ella
acomodándose en sus brazos para mirarlo bien.
-¿Sí?- preguntó
emocionado.
-Sí, juntos,
para siempre- le sonrió y Lucian la besó.
- ¿Y cuántos
hijos tendremos?
-Mmm..cinco –
dijo Claire mostrándole con los dedos de la mano.
-Sí, y todos
parecidos a ti. Y haciendo ruido como yo, tendremos una casa donde pondrás tu
consultorio cuando seas médica y yo jugaré con los niños y el perro en el
jardín.
-¿No vas a
trabajar?
-No, porque no
quiero dejar de verte ni un segundo.
-Eso va a ser
difícil – le contestó ella sonriendo.
-Voy a
asegurarme de estar cerca de ti, para verte,
no quiero perderme nada, estar cuando despiertes, cuando sonrías, cuando
te duermas , abrazarte si lloras, hacerte bromas si estás preocupada, voy a
estar allí amándote cada segundo.
-¿Lo prometes?
-Prometido…-le
dijo y le besó la frente. Claire se acomodó mejor contra su pecho y se
durmieron llenos de sueños y promesas felices.
A la
mañana, Claire se despertó por los
ruidos que venían de la cocina y fue descalza a ver qué sucedía, Lucian estaba preparando el desayuno. Se
movía torpemente y hacía mucho ruido aunque intentaba ser silencioso. La chica
lo amó más por eso, pensó que era afortunada con su primer amor, aunque también
sería su último amor, él era el único para ella.
Por eso había
aceptado pasar el fin de semana con él en aquella casa de campo, por eso había
mentido a su madre, por eso se había entregado sin dudarlo y había aceptado
casarse con él a pesar de tener sólo
dieciocho años.
-Hola – dijo con
suavidad para que él volteara a verla.
-Buenos días,
¿dormiste bien? – preguntó Lucian acercándose para besarla.
-Sí, muy bien
–contestó y enredó los brazos alrededor del cuello de él. Después de besarla,
la levantó en brazos sorpresivamente y la llevó hacia la silla que había junto
al desayunador.
-A desayunar,
luego te llevaré a tu casa...
-Nooo,
quedémonos aquí – protestó ella mientras el chico le servía el café y la
comida.
-Tenemos que
regresar.
-No quiero, no
quiero despertarme- se quejó haciendo muecas y él rió.
- Nuestra
realidad será mucho mejor, estos dos días serán aburridos y grises comparados
con los que vendrán.
-Nunca, estos
días serán los más brillantes siempre, aunque haya días mejores, estos han sido
muy especiales – comentó ella y se sonrojó levemente.
-Vamos, Claire,
come o juro que no nos iremos nunca más de aquí...- insistió divertido y le
pasó un sándwich para que ella diera un mordisco.
Cuando
terminaron de desayunar, se marcharon de prisa a tomar el autobús para regresar
a la ciudad, Lucian acompañó a Claire hasta su casa. Allí se despidieron una y
otra vez, se negaban a dejarse , él incluso caminó hacia atrás un buen trecho
para seguir viendo como ella lo saludaba con la mano hasta que desapareció de su vista.
Llegó a su casa
lleno de energía, incluso entró tarareando una de sus canciones favoritas.
Estaba atravesando el salón hacia la escalera cuando la voz de su padre lo
detuvo.
-Deja de verla –
dijo el hombre y Lucian giró para ver que su padre estaba sentado en el sillón,
esperándolo.
-¿De qué hablas?
-Deja de ver a esa
chica...
-Nunca, voy a
casarme con ella, la amo.
-O te alejas de
ella o la destruyo – dijo su padre y Lucian se estremeció, aunque las palabras
estaban dichas tan casualmente tenían un tono de amenaza y sabía que su padre
no amenazaba en vano.
- Esta vez no me
importa lo que digas, no voy a dejarla, Claire es lo mejor que me pasó en la
vida.
-Tienes veintiún
años, ¿dijiste que vas a casarte?
-Sí, me casaré y
me iré con ella, lejos de esta casa, lejos de ti – dijo enfrentándolo
valientemente y su padre sonrió.
-No hay lugar
donde puedas ir lejos de mí, maldito mocoso. ¿Crees que te crié para que
te escapes con una chica como ésa?
-No hay nada de
malo con Claire, de hecho es demasiado
buena para mí.
-¿Demasiado
buena? Su padre está preso , su madre es borracha , tiene una hermana menor que
cuidar y es pobre como una rata...
-Mis
antecedentes son peores, tú deberías estar preso por cosas peores que el padre
de ella, mi madre se suicidó y tenemos dinero que está demasiado sucio,
¿verdad? – contestó y su padre se levantó para darle una bofetada.
-Sí, tienes
razón, me ensucié las manos para crear un imperio y tú lo heredaras, serás mi
sucesor, tengo planes para ti y no incluyen a esa chiquilla. De hecho desde que
estás con ella tienes la cabeza llena de ideas extraña, reniegas de quien eres
y me miras con desprecio. Yo te enseñaré a bajar la cabeza...
-Ojala pudiera
renegar de ti, quisiera ser alguien mejor por ella...estar a la altura de sus
ideales. Odio tu mundo, no quiero nada de él.
-Es tu mundo, y
hablo en serio Lucian, déjala o la destruiré. No es tan difícil, puedo hacer
que le quiten esa beca que le dieron para la Universidad...
-Es inteligente,
estará bien.
-Prueba, vete
con ella, no tendrán trabajo en ningún lado, ella no podrá estudiar medicina
como quiere, los echarán de cualquier casa que alquilen, ni siquiera podrán
vivir en una pocilga...y si me obligas puede ser peor. Una orden mía a un par
de mis hombres y le arruinarán la vida en cualquier forma que puedas
imaginar...
-Si le tocas un
pelo, te mato...- reaccionó con furia ante aquella amenaza.
-No puedes
defenderla de mí, no tienes poder alguno para hacerlo, eres un cachorro que ni
siquiera tiene colmillos para morder. Y aún así te rebelas, te crees un
hombre..
-Entonces me
mataré yo, te quedarás sin heredero...- le dijo y estaba muy asustado porque
sabía la clase de hombre que era su padre. Si quería dañar a Claire lo haría.
-Si te sucede
algo a ti, haré que ella lo pague, no la quiero en tu vida Lucian. ¿La sacas tú
o me encargo yo?- preguntó y el chico apretó los puños con fuerza.
No había nada
que pudiera hacer, su padre era un hombre con un pasado oscuro al que le
gustaba salirse con la suya y manejar a todos, incluso a él. Nunca le había
importado mucho, era la vida que le había tocado, hasta la llegada de Claire,
ella lo había cambiado todo.
Pero su padre
tenía razón, no podría ayudarla si estaba decidido a dañarla, ni aún cuidándola
veinticuatro horas podría defenderla.
Sólo tenía una
salida, sólo había una forma de mantenerla a salvo.
-Tú
ganas...-dijo y vio la sonrisa satisfecha de su padre, sintió odio .Se alejó de
prisa hacia su cuarto, allí gritó y golpeó las paredes, no quería perderla, la
amaba, no quería dejarla.
Sintió que la
vista se le nublaba y el estómago se le revolvió, tuvo que ir a vomitar porque
el asco que sentía por su padre se había vuelto algo físico.
Dejaría ir a
Claire porque no tenía opción, pero él
iba a crecer, iba a tener poder y ser más fuerte que su padre y que cualquiera,
nunca más tendría que ceder ante nadie.
Lucian llevaba
dos días sin ir al colegio, iba al último año como Claire a pesar de que él
estaba atrasado y le llevaba tres años, y tampoco había respondido el teléfono
aunque ella lo había llamado insistentemente.
Acostado en la
cama volvió a escuchar el último mensaje
que ella le había dejado.
“Lucian , ¿estás
bien? Estoy preocupada por ti. Llámame, por favor. Me hablaron de la
Universidad diciendo que mi beca no es algo seguro, necesito abrazos. Te
extraño.”
Aquello
claramente era obra de su padre, le quería demostrar que hablaba en serio y él
no podía retrasar más lo inevitable.
Tenía que dejarla, lo difícil sería que Claire le creyera, ¿cómo iba a
convencerla de que no la amaba si era su vida?
Claire se acercó
a la mesa donde estaba Lucian con unos amigos, no podía creer que él estuviera
allí, llevaba cinco días tratando de contactarlo sin tener respuesta. Había
creído que iba a volverse loca de preocupación, incluso había rondado su casa
para saber de él, aunque el valor no le había alcanzado para llamar a la
puerta.
Pero ahora
estaba allí, bebiendo y riendo con sus amigos.
-Lucian...-lo
llamó acercándose.
-Ah,
hola...-contestó casi ignorándola. Se veía extraño, incluso tenía ojeras como
si no hubiera estado durmiendo bien.
-¿Estás bien?
¿Podemos hablar? – insistió y le tiró del brazo para llamar su atención, cada
vez estaba más confundida.
-Estoy ocupado
ahora – contestó él.
-¿Qué te pasó? –
preguntó inquieta, sentía que algo iba mal.
-¡Ya basta, deja
de molestarme! – dijo parándose y ella retrocedió. Nunca se comportaba así.
- Lucian...dime
qué sucede – casi rogó asustada. Pero no temía por ella, sino por él, parecía
que estaba sufriendo.
-Nada, parece
que no entiendes. Eres demasiado tonta, ¿tengo que explicártelo?
-De qué hablas...
-Ya está Claire,
ya terminó entre nosotros, deja de buscarme.
-¿Terminó, qué
quieres decir?
-Ya me acosté
contigo, es todo lo que quería, nena. –dijo con una sonrisa ladina y ella
automáticamente le dio una bofetada. Había quedado helada con aquellas palabras.
-Es
mentira...-le dijo sin poder creerlo, las risitas de los amigos de él lo hacían
aún peor. Pero Lucian siguió hablando.
-¿No me digas
que te creíste el cuento? Bueno, supongo que fui convincente...la casita, el
perro los hijitos, era la única manera de que una virgencita como tú cayera,
¿verdad?
-No sé qué te
pasa, pero es mentira, nos amamos, Lucian...-dijo ella con voz temblorosa.
Aquello no era cierto, tenía que ser una pesadilla. La última vez que lo había
visto eran felices, estaban en su propio paraíso y ahora sentía que caía en el
infierno, no podía ser verdad.
- Eres más tonta
de lo que pensé, por eso con una vez me alcanzó, eres muy aburrida para
mí...-le dijo .
-¡Basura! – le
gritó al darse en cuenta que hablaba en serio. No quería creerlo pero él estaba
diciendo aquellas palabras. Le costaba respirar y sentía que no podía tenerse
en pie.
De repente,
Lucian la tomó de la muñeca y la arrastró
fuera del local.
-Suéltame...
-No quiero que
busques más, ya me cansé de jugar al noviecito, nos acostamos y listo. Ya
supéralo y sigue con tu vida...Fue divertido pero me aburrí.
-No te creo...
- Podemos
acostarnos de vez en cuando si es lo que quieres, aunque no eres tan buena en
la cama, puedo hacerte ese favor...-le dijo y a ella se le llenaron los ojos de
lágrimas.
-No te
preocupes, ya me desperté. Tampoco quiero volver a verte- le dijo dolida y se
marchó.
Lucian volvió a
entrar y se sentó mientras pedía que le trajeran una botella de cerveza.
-Oye, creí que
habías dicho que estabas enamorado de ella- dijo uno de sus amigos.
-Cállate –
contestó él.
-¿En serio te
acostaste con ella? ¿ Y no estuvo bien? – preguntó otro.
- Eso te pasa
por meterte con una nena buena, son aburridas...-comentó otro.
-¡Ya cállense! –
gritó Lucian golpeando el vaso contra la mesa , el cristal se rompió
lastimándole la mano.
-Estás
sangrando...
-Déjenme en paz-
dijo y se marchó. Anduvo vagando por las calles algunas horas y sin siquiera
pensarlo fue hasta la biblioteca central donde Claire iba a estudiar al atardecer para preparar su ingreso a
Medicina. Él solía ir a buscarla y acompañarla a su casa si se hacía
tarde.
Tal como había
imaginado ella había ido a refugiarse allí, la vio salir y la siguió sin que lo
viera. Aunque dudaba que la chica lo notara, iba caminando como ausente, como
si estuviera ajena al mundo que la rodeaba.
Caminó detrás de
ella, la chica caminaba cada vez más despacio y casi cuando iban llegando al
barrio donde vivía, Lucian observó los
espasmos en los músculos de la espalda de Claire y supo que estaba llorando. De
pronto, la chica se dejó caer al suelo apoyándose contra una pared y el sonido de sus sollozos le llegó al alma.
Quiso correr
hacia ella, levantarla, acunarla en sus brazos y consolarla. Pero no podía
hacerlo.
Ella lo
olvidaría, su corazón roto sanaría, pero si él se le acercaba la pondría en
peligro.
Su padre estaba
demasiado enfermo como para enfrentarlo, algún día Claire dejaría aquel primer
amor atrás, conocería a alguien digno de ella y sería feliz. Tendría la familia
que deseaba y todo lo que merecía.
Ni siquiera iba
a acordarse de él.
Él podía vivir sin
ella si sabía que estaba a salvo. Pensó que con el tiempo ambos estarían bien,
y se escondió en las sombras de una esquina para esperar que ella dejase de
llorar y luego seguirla hasta su casa, para asegurarse que llegara a salvo.
Se dijo a sí
mismo que saldrían adelante, aunque sabía que él se había convertido en una
cáscara vacía, que al perderla había perdido su corazón.
Ah!! me hiciste llorar!! Quiero mas y pronto, por favor, ¿que va a pasar con ellos?
ResponderEliminarPor cierto,¿esta es la historia del concurso?
ResponderEliminarGracias, sí es esta la del concurso, y pronto sub o más...está casi terminada. Me alegra que te gustara
EliminarMuy muy hermoso me encanto*-*
ResponderEliminarme encantan estas historias .. los habeis escrito vos? si es asi pues te felicito me ha encantado :D
Sí la he escrito yo, gracias por tus palabras, me alegra que te gustara. Te cuento que las tres administradoras del lugar escribimos y subimos nuestras historias aquí ( ese fue el propósito original del blog pero como nos gsuta desvariar) Así que las historias que subimos son nuestras...Hay historias de las tres de JJ, Ej y mías.
EliminarJoder!!!! Que rabia!!! Puede que si no nos hubieramos entretenido hablar el otro día, la hubieses acabado. Solo 24 hojas!!! 24!!! maldita sea!!!! Con lo emocionante que es esta novela. Y eres una maquina, en pocos días la has tenido lista. Eso yo ni pensarlo!!!!
ResponderEliminarLo bueno que ya casi la terminas y lo mejor que la he leído casi toda wiiiiiiiiiiiiii jaja
ResponderEliminar¡¡Que linda la historia!! Pero triste para los protas. Sigue escribiendo, me encanta.
ResponderEliminarBesos