Durante un par
de días, Lena se las arregló muy bien para no encontrarse casualmente con
Benedict y tuvo mucho más cuidado en no
quedarse dormida , a pesar de que estaba agotada y se le cerraban los ojos del
sueño, hizo su mayor esfuerzo para aguantarse. No quería volver a ser
sorprendida.
Con la
inesperada atención del delegado había vuelto a asomarse al mundo, pero
prefería no hacerlo, seguir estando lejos, mirando desde afuera.
Era orgullosa,
si el mundo le había dado la espalda tantas veces, ella no iba a ser menos.
Pero todos sus
esfuerzos semanales se fueron por la alcantarilla en la salida escolar que
hicieron a una exposición de arte en el museo.