La clienta
lloraba desconsolada y en una silla a un lado intentando calmarla estaba Marco
con el pie vendado.
Francesca se
dirigió primero a su empleado.
-¿Estás bien? –
preguntó preocupada.
-Sí, Jefa, es
sólo un golpe…
-No es verdad,
el médico dijo que tiene una fisura en uno de los dedos – dijo la mujer
interrumpiéndose con sollozos
-Nada que
un poco de descanso no cure – dijo Marcos
intentando calmarla y Fran se sintió orgullosa de que su empleado se preocupara
más por la mujer que por sí mismo.
-Ve a casa y descansa,
yo me encargo y por favor cualquier cosa que necesites llámame, gracias-le dijo
ella palmeándole un hombro y luego se volteó hacia Iván- Llévalo a su casa por favor y asegúrate que tenga a
mano todo lo que necesita.
-De acuerdo –
dijo guiñándole un ojo y ayudó a Marcos a incorporarse.
-Perdón, perdón….-repitió
la mujer y él la tranquilizó.
-No se preocupe –
le respondió él y se marcho, pero la mujer se largó a llorar.
-Lo siento mucho,
no sé qué pasa con ella …-dijo la mujer entre llanto. En ese momento, Ethan se acercó
con un vaso de agua que había buscado del dispensador , se lo dio silenciosamente
a la clienta y lego se echó atrás. Solo entonces Francesca recordó la presencia
de él, pero tenía algo más urgente de lo que ocuparse.
-Cálmese, Marco
estará bien, así que ya no se preocupe
-Estoy segura
que ella no quiso dañarlo…
-Claro que no
fue su intención – intervino Francesca con dulzura – es comprensible. Ha
perdido a su padre hace poco, y es duro para ella ver a alguien más, aunque sea
un empleado contratado, hacer lo que su padre hacía en la casa…Su enfado tiene
que ver con su dolor, con saber que él ya no está ni estará. Es natural que se
sienta triste y enojada y afortunadamente
puede expresarlo aunque sea de esta
manera. Uno quiere gritar, llorar y arrojar cosas cuando el dolor no nos cabe
en el cuerpo, aunque no fuera de la mejor manera, Clara solo está manifestando
eso.
Estoy segura que
ahora debe sentirse muy mal, porque sabe que Marco no tiene culpa alguna….pero eso
no puede evitar esos sentimientos y, más aún
a su edad, debe ser muy complicado para ella.
-Así es, sé lo
que está pasando y lo mucho que lo extraña, pero hemos quedado solas ambas y de
ahora en más que solicitemos ayuda será frecuente ….pensé que recurriendo a la
Agencia lo haría menos extraño, no imaginé que ella reaccionaría así.
-Creo que
hubiera pasado con cualquier persona, estoy segura que su padre hacía todos los
arreglos y ver a alguien más en ese lugar sólo le recordó su ausencia. Y
también debe sentirse confundida porque sabe que necesitan ayuda, pero al mismo
tiempo es difícil aceptar que deban recibirla de un extraño.
-No sé qué hacer…-
dijo la mujer volviendo a llorar y Francesca
entendió que debía ser muy duro para ella, porque además de extrañar a
su marido debía lidiar con el dolor de su hija. Y como madre era más importante
el sufrimiento de su hija que el suyo propio.
-No hay recetas,
Sra. Mayer. Nadie puede decirlo que está bien o mal en estos casos o como
proceder, sólo recuerden que se tienen una a la otra, hablen si es
necesario aunque sin forzarla, probablemente
a ella le cuesta expresarse con palabras….por eso sucedió esto, pero dele el
tiempo que necesite y también dese el tiempo a usted misma. Decirle que todo
estará bien será una mentira, pero encontraran un camino …
-Muchas gracias,
Srta Meadow. Usted paso por lo mismo, así que sé que sus palabras no son vacías
….gracias.
-No se preocupe
por nada, y si vuelve a necesitar ayuda, acérquese a nosotros, incluso si no es
algo muy complicado podría enseñarles a usted y Clara como resolverlo. A veces
ayuda poder hacerlo una misma, y de paso se enfrenta la realidad…y se sobrevive
a ella.
-Yo quisiera
hacerme cargo de los gastos médicos de
su empleado además del importe del trabajo que realizó.
-No se preocupe,
tenemos un seguro que cubrirá todo lo que él pueda necesitar. Vaya a casa y
descanse, ha sido un día difícil para usted.- le dijo a la mujer acompañándola hasta
la puerta.
Ethan se quedó
observando a aquella joven, la forma en que se preocupaba por los demás, la
eficiencia para resolver crisis, pero lo que más había llamado su atención habían
sido sus palabras, tanto las que había dicho como las que había callado
“Uno quiere
gritar, llorar y arrojar cosas cuando el dolor no nos cabe en el cuerpo”, había
dicho ella y él había comprendido que Francesca no se había podido permitir
hacer eso. No sabía por qué pero estaba seguro que la joven había sentido mucho
dolor y que no había podido descargarse, sino que lo había encerrado dentro de
sí.
De repente deseó
verla libre de aquel velo, así como era,
ella lo atraía muchísimo, pero le daba pena que ella se contuviera. Imaginaba
que si las sombras se disipaban, ella podría brillar con más intensidad.
Tuvo ganas de
verla reír, tuvo ganas de ser quien la hiciera reír.
Realmente un capitulo muy intenso.
ResponderEliminarEn pocas palabras has dicho mucho. Te quiero Boli Rojo!!!!
Un enorme beso