Al día siguiente, Helena pudo notar un cambio
en el ambiente, ya no sentía la tensión en el aire, esa sensación de ser un
animal en un zoológico totalmente expuesto a las miradas.
También algo
había cambiado en ella, se sentía más libre y segura incluso no se alarmó
cuando Benedict le tomó la mano para avanzar por el pasillo.
-¿Tienes algún
plan para el fin de semana siguiente? – le preguntó él
-Nada
particular. ¿Por qué?
- Quiero que
vengas a cenar a casa. Mi padre volverá de su viaje esta semana , quiero que te
conozca y además…