Emma empacó
con cuidado las galletas que había terminado de hornear hacía una hora. Sonrió
levemente e inspiró hondo, como si tratara de darse ánimo y fuerza para lo que
quería hacer. Era el día. Iría a visitar a Nick, no podía esperar más.
No quería
esperar más. Lo había extrañado tanto que… que… definitivamente se había
enamorado de él, tuvo que admitir.
El guardia
no tuvo problema en reconocerla aunque hacía un par de meses que no pasaba por
ahí. Se detuvo frente a la puerta y dudó al tocar. Pero era hora. Ese era el
momento. Nick…
- ¿Emma? -los ojos verdes de Nick denotaban sorpresa-
no esperaba verte…
- Nick,
hola –Emma lo besó en la mejilla al saludarlo- sí, supongo que debí avisar pero
no pensé que hubiera problema sí…
- No, claro
que no –Nick se apartó de la puerta- ¿te gustaría pasar?
- Sí,
quisiera que hablemos un poco. ¿Tienes tiempo?
- Seguro
–se encogió de hombros- pero necesito cinco minutos.
- Por
supuesto –asintió y se sentó en el sofá que Nick le señaló. Por alguna razón,
se sentía incómoda, como nunca antes le había sucedido en esa casa. Hacía unos
meses, ella habría seguido detrás de Nick, bromeando y riendo… ahora, parecía
fuera de lugar y…- ¿estás ocupado?
- Tengo una
visita –dijo Nick girando, pues ya se alejaba- ¿hay algún problema con eso?
- No, ¿por
qué lo habría? –murmuró Emma a las espaldas de Nick. Él ni siquiera había
esperado respuesta. Cerró los ojos, empezaba a sentir que esto era un error.
Aquel
sentimiento se confirmó e intensificó a los 15 minutos de su llegada, cuando atravesó
el pasillo Nick charlando con una mujer. No cualquier mujer, por supuesto. Esa
era Vicky, su coprotagonista en Destino. La misma con la que Nick aseguró no
les unía absolutamente ninguna relación hacía unos meses. Pero esa era su casa,
temprano en la mañana y él lucía… diferente.
Al
regresar, Nick se apoyó en el umbral del salón con una pequeña sonrisa mientras
miraba atentamente a Emma, instándola a hablar. Cruzó los brazos y pasó sus
ojos verdes lentamente por la figura sentada en el sofá.
- Hola,
estoy de regreso –pronunció, a pesar de que su llegada había sido evidente.
Emma elevó sus ojos castaños hacia él- ¿quieres tomar algo?
- No
gracias –Emma intentó relajar las manos para no aplastar la caja que llevaba-
ten, es para ti.
- ¿Un
regalo? –los ojos de Nick se iluminaron y se acercó a tomarlo- Gracias –le besó
en la mejilla.
- No es
nada –Emma desvió la mirada- una tontería.
Nick abrió
el empaque y un dulce aroma cubrió el ambiente. Aspiró hondo y sonrió
encantado. ¡Galletas!
- Se ven
deliciosas y huelen muy bien –Nick las miró con ansiedad- ¿cuál es la ocasión?
- Quería
agradecerte –se encogió de hombros- por la invitación el día de tu cumpleaños y
no te di regalo alguno así que… bueno, solo es un gracias.
- ¿Nada
más? –arqueó una ceja.
- Nada más
–afirmó Emma.
- Está
bien… -Nick llevó su mano hasta el fondo de la caja y volvió sus ojos hacia
ella- ¿dónde las compraste?
- No las
compré –contestó- las hice.
- ¿Tú? ¿Tú
las hiciste? –habló Nick y tragó con nerviosismo, mirando a la caja. Emma puso
en blanco los ojos, ofendida- no quiero ser…
- Solo
pruébalas –cortó Emma impaciente- y luego puedes decir lo que quieras.
- Entonces…
¿no es un castigo o…?
- Nick,
come una maldita galleta –siseó Emma cruzando los brazos. Él reprimió una
sonrisa y se llevó una galleta a la boca, intentando no dar una mordida
demasiado grande para disimular lo que estaba seguro vendría. Sus ojos verdes
se abrieron con sorpresa- ¿decías?
- No, no
puede ser –Nick tomó el resto de la galleta y se la comió entera. Buscó una más
y sonrió- no puede ser.
- Debería
sentirme terriblemente ofendida, pero no lo estoy.
- Es obvio
que no deberías –negó divertido- creo que nuestro desastre en la cocina no es
tan antiguo ¿verdad?
-
Ciertamente –sonrió un poco Emma.
- Es
increíble –Nick clavó sus ojos en ella- ¿estás segura que tú las preparaste?
- ¡Claro
que sí! –Emma torció el gesto- ¿qué piensas que hice? ¡Son caseras!
- No lo sé
–se pasó una mano por la barbilla en gesto pensativo. Emma bufó por lo bajo-
está bien, has mejorado desde la última vez.
- Tomé
lecciones –confesó Emma sin poder evitar una sonrisa de culpabilidad- detesto
no lograr algo que parece sencillo.
- Ah… ¿y
fue sencillo?
- No
demasiado complicado.
- Bien, yo
no he tomado lecciones de cocina aún pero podrías enseñarme.
- No creo
que serviría de mucho –Emma rió- solo aprendí de repostería y un curso rápido,
debo decir.
- Pues se
te da… y muy bien, eh.
Se quedaron
en silencio por varios minutos. Emma no se atrevía a mirar a Nick ni él parecía
dispuesto a decir mucho más. Pero Emma sabía que debía decirle lo que la había
llevado realmente ahí. ¿Qué más daba que Nick ya no la quisiera?
- Veo que…
-Emma carraspeó- el especial de la serie ha causado gran interés.
- Así es
–Nick soltó el aire- han sido meses ajetreados y cualquier cosa puede pasar.
- Sí,
supongo que sí –Emma no sabía como tomar aquella afirmación. ¿Significaba que
Nick se había enamorado de Vicky por el tiempo que habían pasado juntos o…?
- ¿Quieres
probar una galleta? –ofreció Nick y Emma negó- ¿no estarán envenenadas o algo
así verdad?
- ¡Nick!
¿Cómo puedes decir eso? Yo nunca te haría daño –respondió seria.
- Solo
bromeaba –él dejó a un lado la caja y se acercó hasta ella. Se puso a su altura
y miró directamente su rostro- Emma ¿qué sucede?
- Nick, yo
no quería perderte y… -Emma suspiró- no pensé que tú podrías… -inspiró hondo. No,
no era momento para ser cobarde. Valor. Debía ser valiente si quería la
oportunidad de ser feliz. ¿Con Nick?- nunca pensé que pasaría porque… -resopló
con frustración. ¡No debería ser tan difícil! Y, mirar los ojos verdes ansiosos
de Nick no estaba ayudándole en nada- yo te amo.
- ¿Tú…?
–Nick pasó la mano con reverencia por la mejilla de Emma, antes de colocarla
firmemente en su nuca y acercarla lentamente- ¿me amas?
- Sí –una
sola sílaba. Después de su confesión, hasta esa simple palabra se le había
antojado terriblemente difícil de pensar.
- Yo… Emma,
yo… -echó la cabeza para atrás- no sé qué decirte.
Esa era una
respuesta que Emma no esperaba. Bueno, no esperaba antes de llegar a la casa de
Nick. Ahora que estaba ahí, diciéndole lo que sentía después de haber visto a
una mujer (posiblemente la chica que salía con Nick) saliendo, era obvio.
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