martes, 21 de abril de 2015

Esos celos me hacen daño, me enloquecen.... (I)/Semana de Aniv


J.J: Con mi sis (gané el color rosa wiii) traemos desde hace tiempo las ganas de escribir sobre los celos y el porqué nos gustan tanto en la ficción. Es curioso como es que cuando nos pasa en la vida real los repudiamos por lo general. 


En mi caso, no me llevo con ellos, no me gusta recibirlos sin razón, y aun habiéndola (Que no significa que yo los provocara) mi primera reacción es de no creer que en realidad me estén dirigiendo ese sentimiento. Paso de la incredulidad a la risa y si la cosa sigue... paso al enojo en toda su expresión. Pero eso es por que sé muy bien quien soy y eso de la infidelidad, podrá ser muy atrayente para muchos pero no para otros y me incluyo en estos últimos. Antes de seguir desvariando debo añadir que sí he sentido celos pero no suelo demostrarlos hasta no tener todas las cartas en mi mano, a veces no hay justificación ni motivos y suelo dar el beneficio de la duda. 

Pero bueno, entremos en materia y no vamos a hablar de nosotras sino, de nuestras escenas favoritas celostinas de doramas, películas y libros, creo que algo así íbamos a hacer ¿O no sis? 
No creo poder solo una, iré sobre la marcha... Una en particular que me gusta es la de la primera historia de una trilogía de época (Love by Numbers de Sarah Maclean). Ella es una señorita que ya se quedó solterona y decide iniciar una lista con cosas muy escandalosas que realizar. Una de ellas es besarse con cierto Lord (Nueve reglas que romper para conquistar un granuja reseña click aquí)
La escena donde ella se la está pasando muy bien con su gemelo es de mis favoritas en cuanto a celos de historias de época.

Capítulo 14 (Fragmentos)


Ella no pudo contener una carcajada cuando él le hizo girar con rapidez levantándola en volandas para aligerar la tensión del momento. (La prota baila con el hermano gemelo de quien ella está enamorada, Gabriel y acaba de descubrirse ante él que sí ha mantenido encuentros secretos con Gabriel)

(...)

—Pero bueno, bueno… qué escena más entrañable… (Aparece Gabriel el prota... ¿celoso? naaa jeje)

La música se detuvo bruscamente cuando aquellas secas palabras resonaron en el salón de baile, y Callie contuvo el aliento cuando el objeto de sus ensoñaciones le dirigió una mirada aburrida.  «¡Santo Dios! Le he invocado.»

Callie meneó la cabeza ante aquel absurdo pensamiento e intentó zafarse de los brazos de Nick, aunque él no la soltó. Cuando levantó la mirada hacia él, St. John le guiñó un ojo.

—No le siga el juego —le susurró, inclinándose hacia ella—. No hacíamos nada malo, solo bailábamos.



Abrió los ojos como platos cuando Nick la soltó lentamente y se inclinó en una profunda reverencia para besarle la mano. Miró a Ralston con rapidez, que estaba apoyado desenfadadamente en la entrada del salón de baile y los observaba con una mirada indescifrable. 





—¡Lord Ralston! —exclamó Latuffe, atravesando la estancia hacia el marqués—. ¡Es un honor que honre con su presencia las lecciones de la señorita Juliana! 



—¿De veras? —dijo Ralston, arrastrando las sílabas perezosamente, sin apartar la mirada de Nick y Callie. 


—¡Por supuesto! ¡Por supuesto! ¡Oui! —repitió el profesor de danza con ansiedad, siguiendo la mirada del marqués—. Lord Nicholas y lady Calpurnia han sido de una gran ayuda para darles algo de frivolidad a estas desafiantes lecciones. 

—¿Eso es lo que estaban haciendo? ¿Dando… frivolidad? —El tono de Ralston era realmente seco.

Capítulo 15...


Nick se apartó de la ventana y se sentó en un sillón ante la chimenea. Se puso cómodo, tomó un sorbo de whisky y esperó. La mirada que Ralston le lanzó por encima del hombro habría conseguido que cualquier otro hombre huyera de la habitación. Sin embargo, Nick se recostó en el sillón y comentó: 

—Es evidente que la razón de que hayas perdido el juicio de esa manera es habernos visto bailar juntos a lady Calpurnia y a mí. 

—¿No estás exagerando un poco? 

—No lo creo, Gabriel. Has aterrorizado al pianista, has despedido al profesor de baile y has conseguido que nuestra hermana saliera huyendo a su habitación, sin mencionar esa insinuación de que no me estaba comportando como un caballero. 

—¿Pretendes hacerme creer que no coqueteabas con ella de una manera impropia? —El tono de Ralston tenía un toque de testarudez. 

—¿Coqueteando? Sí. ¿De manera impropia? No. 

Ralston volvió a mirar hacia el jardín. Por supuesto que Nick no había coqueteado de una manera impropia.


—Trato de proteger su reputación. Está inexorablemente unida a la de Juliana. No podemos arriesgarnos a que haya murmuraciones sobre ella —dijo Ralston, intentando acallar a Nick. 

—Jamás te habías preocupado antes por la reputación de nadie —repuso Nick con sarcasmo. 

—Jamás había tenido una hermana. 

Nick arqueó una ceja con incredulidad. 

—No creo que esto sea por Juliana. Me parece que el motivo es la propia lady Calpurnia. Y tengo la sensación de que estás poniendo en peligro algo más que su reputación. 

—Es innecesario que defiendas su honor ante mí, Nick. Ya has visto cómo me antes de salir en pos de Juliana. No me sorprendería nada que esta fuera la última vez que viera a lady Calpurnia Hartwell. 

—¿Y quedarías satisfecho con ese giro de los acontecimientos? 

—En efecto. 

—Entonces, no te importará que la corteje ¿verdad? 

Aquellas palabras fueron como una bofetada. Se puso tenso y entrecerró los ojos para fulminar a su hermano, que le sostenía la mirada, divertido. 

—Ya veo que sí. Intrigante. 

—Estás yendo demasiado lejos, Nick. 

—Es probable, pero alguien tiene que ponerte los pies en la tierra. 

—¿A qué te refieres? 

—Lady Calpurnia Hartwell no es mujer para ti, Gabriel. 

—¿Y qué clase de mujer es? 

—De las que quieren amor. 

—Amor. —Ralston escupió la palabra—. Callie no cree en esos cuentos de hadas. No se llega a su edad sin darse cuenta de que el amor es una quimera sin sentido. 

—¿Callie? —preguntó Nick. 

—Tienes suerte si no te tumbo ahora mismo de un puñetazo —gruñó Ralston. 

—Mmm… —respondió Nick, evadiéndose. Sostuvo la mirada de su hermano durante un buen rato antes de ponerse en pie y acercarse a la puerta del estudio. Una vez allí, se volvió hacia Gabriel—. Solo quiero que me respondas a una cosa. Y esta vez quiero una respuesta sincera, por favor. ¿Andas tras ella? 

«Sí.» (Y en realidad sigue una interesante escena entre los dos protas donde vemos que si que había celos y muchos)



Soy Nata y me quedaré con el color azulito, la verdad que siempre nos ha llamado la atención eso de que en la realidad no nos vayan los celos y nos fascinen en los personajes de ficción. Pensamos en analizarlo, pero mejor escribimos un post y ya...

Ciertamente un hombre que haga escenas o se ponga celoso por como vistes o te comportas o haga escenas infantiles por eso es un gran NO en la vida real, incluso hasta peligroso me parecería. Pero me emociona cuando en una novela que leo o un dorama el personaje masculino demuestra sus celos y hace escenas por ello ( sin llegar a la violencia obvio, aunque si le da un golpe al otro tipo tampoco me molesta ¡LO SÉ! Es raro)

Creo que se debe a que en las novelas el prota no demuestra lo que siente y la escena de celos, cuando llega, es como una gran declaración de amor, sabemos que ama a la chica que ya no puede negarse a sí mismo lo que siente y lo revela de esa manera. Es su forma de demostrar cuanto le importa y por eso nos produce un gran "Awwwwwwwwwwww"
Sigue siendo poco racional que nos gusten estas escenas, pero es un poco más justificado... 

Y además en los kdramas usualmente esos celos salen a la luz de las maneras más disparatadas y una dice..."Ahhhhhhhh es un amor" Es tonto, bastante cuadrado y tiene problemas para expresarse, pero es una lindura.

Pienso en Hyun Bin en Secret Garden con sus celos tontos con el primo, o en la reciente Hyde con sus celos con "él mismo" ( dejemos eso para otro post) 
Y algo más reciente, en una serie china llamada Boss and Me , sus celos incluso lo llevan a prohibir las relaciones en el trabajo  para alejarla de otros hombres sin ser consciente de que eso lo afectará también en su plan de conquista.
O en Unkind Woman cuando uno de ellos muestra sus celos y le pide que deje de estar interesada en "ese mal hombre con novia" y le de una oportunidad sin saber que , debido a un malentendido, el "mal hombre con novia" que la tiene loquita ...es él .

O sea, son tontos enamorados...por eso nos gustan. Y sus celos son casi infantiles, lo que provoca ternura.

No tengo tan buena memoria con escenas escritas, pero por ejemplo  estoy muriendo de ganas , con la miel en los labios y disfrutando a lo loca ahora que en Becaria Pueblerina apareció alguien para acicatear los celos de nuestro héroe ( EJ hazte cargo!!)

Hay cosas con las que he tratado de dejar de entenderme a mí misma, una es que me emocionen los celos en la ficción...

Ah me olvidaba, en la novela turca de la que hablé , la que arrasa en los ratings de mi país, los celos están súper presentes, aunque ahí no me hacen gracia, demasiado parecido a lo posesivo y machista que deploro...
Les dejo una frase del prota, que más bien me huele a justificación pero que dejó suspirando a medio país ( de lo que se deduce que las que tenemos esta contradicción no somos sólo nosotras)
"Siempre tendré celos,no por desconfiar de ti, sino porque creo que no te merezco !"

 
Celos, Celos.... Carajo, estas niñas siempre andan tocándome los....

Hasta que no leí, el apartado azulito de Nata, que no caí en que yo me hallo en una de mis novelas con cierta parte de CELOS.

Creo que en el fondo somos masocas papanatas (Las mujeres amantes de las historias de amor). Y ahí, es cuando recalco la paciencia que deben de tener miles de hombres con nuestros cambios de carácter y demás....

Cierto, los celos son feos. Muy feos... Pero en nuestro día a día.

Aquí es cuando digo, que tal vez es el cambio lunar, o cuando enchufamos el rizador de pestañas que nos pega un corto circuito en el cerebro ¡Lo que sea! Pero vemos una escena de celos en la tele o bien la leemos en una novela, y lo primero que hacemos es.... Sonreír como tontas con nuestras comisuras de los labios y mirar, de un lado a otro, por si alguien nos ve o compartir ese maravilloso momento con alguien.

No seáis tontinas, admitirlo.

Y después, cuando nos lo refleja nuestra pareja o el novio de alguna amiga, resoplamos como un toro viendo a un idiota balancearse delante suyo en calzones rojos. 

Aich.... Paciencia, paciencia chicos. Pero el amor, que nos atolondra y distorsiona un poco la realidad. 

Aunque sea en la ficción o en la realidad, hay que comentar que ese puntillo inocente de celos, no va del todo mal para saber el grado de amor de alguien cercano y amado por ti.

Y aquí, es cuando traigo mi pequeño aporte de celos confesionarios, como yo les llamo. O los descojonantes, viendo al hombre hacer el tonto. 




Amo éste anime. Y la verdad, en él encontramos varios momentos de celos.



Un anime que me encanta y siempre me hace reír. Pues repleto de celos.

En éste, nos encontramos la típica escena de... No es lo que parece.



Aquí un popurrí de diferentes escenas de celos divertidas.



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