Después
de aquel encuentro, fui yo quien decidió nuestras siguientes citas, quería tener los pies sobre tierra firme para que me
hiciera sentir más seguro Aunque fue una mala idea, fuimos a un concierto y terminamos teniendo
nuestra primera pelea.
En
realidad yo tuve la culpa, a medida que crecían mis sentimientos hacia Tess,
también crecía mi inseguridad, así que cuando la vi saludar e interactuar
con distintos chicos que estaban allí y
a los que obviamente conocía, me sentí mal. La forma en que la miraban también
me desagradaba, aunque era lógico pues ella atraía la atención con su magnética presencia. Dije tonterías,
preguntando si recordaba que era conmigo con quien había ido y cosas así. Tess
tenía poca tolerancia para esa clase de niñería. Simplemente se marchó en mitad
del recital. Fui tras ella e intenté que subiera a mi camioneta porque era muy
tarde, pero aquella chica no era tan fácil de tranquilizar una vez que se
enfadaba.
-¡No
soy tu propiedad!
-Sube
Tess, es de noche…- insistí y fue un error.
-Sé
cuidarme sola, Samuel, lo hacía antes de ti y lo haré después.- dijo y eso
volvió a herirme, ese era mi mayor problema, para mí estar con ella se volvía
cada vez más serio, pero no sabía qué sentía por mí ni cuánto le importaba.
-Tess…
-Déjame
en paz. Si vas a reaccionar así cada vez que yo saludo a alguien, prefiero
tenerte lejos.
-
¿Cómo quieres que reaccione? Ni siquiera sé qué somos…
-Creí
que éramos nosotros y que bastaba – dijo mirándome fijamente y luego, para su
conveniencia, pasó un taxi que detuvo y tomó para alejarse de mí.
Fue
entonces que tuve plena consciencia de la gravedad de mi error y de lo que lo
había ocasionado, estaba celoso porque me había enamorado de aquella chica. Era
un completo idiota.
Y
necesitaba arreglar aquel lío, pronto, pero no sabía cómo.
Tardé
dos días en decidirme y finalmente fui a su casa, sólo existía una manera de reparar lo hecho y era pedir perdón, con la
esperanza de que ella me entendiera. Pero al ir a buscarla me llevé una gran
sorpresa, no fue ella quién eme recibió sino su padre, sabía que era un hombre
de negocios, aún así me sorprendí al verlo, supongo que en mi mente seguía
asociando al padre de Tess con alguna especie de hippie o algo semejante, no
esperaba al hombre serio y de traje que abrió la puerta. No se parecía a ella,
sin embargo me recibió amablemente y yo me presenté tan educadamente como para
enorgullecer a mis padres.
Me
invitó a pasar cuando dije que era amigo de su hija.
Estaba
muy nervioso, pero entré, ella estaba en el comedor desayunando, y se giró a verme cuando su padre le anunció
que estaba allí.
-Tess,
te busca un amigo – dijo el hombre y ella clavó sus ojos verdes en mí.
-Hola…-
dije tímidamente, no era el escenario que había pensado y no podía decir lo que
quería con su padre presente. Después, ella dijo que parecía un cachorrito
asustado, supongo que eso fue lo que la
hizo apiadarse de mí.
-¿Desayunaste?
– me preguntó y negué con la cabeza.
-Siéntate entonces – dijo el padre de Tess y yo acepté.
-Papá,
él es Samuel …- dijo ella.
-Sí,
eso me dijo- contestó sucintamente.
-Es
mi novio…- agregó Tess dejándonos a los dos completamente atónitos mientras
ella seguía comiendo sus cereales.
Por
suerte no había empezado a comer o me hubiese atragantado, el padre de Tess
volvió a mirarme, esta vez en forma más inquisitiva, me senté junto a ella. La
chica de pelo azul que acababa de autonombrarse “Mi novia” sonrió, y su sonrisa
tenía mucho de travesura, casi como si dijera, “¿Querías un título? Ahí lo
tienes, ahora arréglatelas”
Desayunamos
los tres y charlé amigablemente con su padre quien de pronto estaba muy
interesado en mis estudios, mi carrera deportiva y mi familia.
Cada
tanto, podía ver a Tess revoleando la mirada como si se aburriera. Tras el desayuno
su padre se despidió porque debía irse al trabajo y nos quedamos solos.
-Entonces,
¿viniste a disculparte? - preguntó ella
-Sí,
¿te estabas vengando con lo que dijiste delante de tu padre?
-
Solo un poco, aunque más bien estaba
enseñándote una lección, Mac.
-¿Una
lección?
-“Ten
cuidado con lo que deseas, puede volverse realidad”
-¿En
realidad eres mi novia?
-Sí,
y creo que es mi mayor insensatez, lo que es mucho decir. Y también la tuya.-
aclaró y aunque probablemente era verdad, me importaba más saber qué sentía por
mí.
-Aún
así…- dije confundido.
-Aún
así… me gustas…mucho. Eso también es verdad – dijo inclinándose para besarme .Y
pensé que fueran cuales fueran las consecuencias, las aceptaría. Ella lo valía.
No
me quedé mucho tiempo, había ido a disculparme y los acontecimientos me habían superado, así
que tan pronto terminamos de desayunar, la ayudé a limpiar y me marché de allí prometiendo que la vería
a la tarde.
Mi
cabeza estaba llena de planes, era el novio de Tess así que iba a asegurarme
que ese título significara algo.
Esa
misma tarde pasé a buscarla en una motocicleta que me había prestado un amigo,
Tess me miró divertida cuando me acerqué a ponerle el casco. Quizás estaba
esforzándome demasiado en impresionarla, pero finalmente ella no dijo nada y me
siguió tal como yo la había seguido antes.
Sólo
anduvimos por allí disfrutando el viento y la velocidad, paseamos por la ciudad.
Me gustaba sentir los brazos de ella alrededor de mi cintura, también poder
estar sin hablar, sólo dejándonos llevar.
Recordé
haber visto a Tess en el pasado subiendo a la motocicleta de algún chico, nunca
hubiera pensado que algún día iría conmigo o que andaríamos así, sin rumbo,
sólo disfrutando de aquella cercanía.
Hicimos
un largo recorrido y luego la llevé a casa.
-Gracias
por el paseo – me dijo al quitarse el casco.
-¿Te
gustó?
-Sí,
mucho. Pero…
-¿Pasa
algo?
-Me
gusta más cuando eres Mac, el de siempre- dijo de nuevo con aquel tono de voz
que me hacía sentir que ella era infinitamente mayor que yo, sobre todo cuando
veía a través de mis torpes artimañas para seducirla.
Quedé
sin saber qué responder, la mayoría de las veces pensaba que no alcanzaba con
ser yo mismo, que eso terminaría por aburrirla.
Tess
debió percibir mis dudas, porque se acercó y se estiró para darme un suave
beso. Luego se despidió y entró a la casa.
Un
par de días después había llevado a mi madre a un salón de belleza y al
regresar vi a Tess parada frente a una vidriera en la zona céntrica, llevaba su
cuadernillo de dibujo así que debía haber andado observando las cosas que nadie
más veía.
Estacioné
tan cerca como pude y caminé hacia ella. Al aproximarme vi que era una tienda
de electrodomésticos, debía estar mirando algo en la pantalla de los
televisores que exhibían porque estaba totalmente concentrada, me puse a sus
espaldas y la llamé.
-Tess…-
dije y al girarse vi que estaba llorando--¿Qué sucede?- pregunté sorprendido y
ella me señaló la pantalla Estaban transmitiendo las imágenes de un gran incendio
en una ciudad cercana, había muchas pérdidas humanas. No supe que hacer, así
que solo la abracé fuerte. Me sentí muy masculino al envolverla con mi cuerpo y,
a mi modo, consolarla.
Fue
la primera vez que vi tan claramente aquella grieta en ella y que entendí que
la causaba, alguien capaz de sentir el mundo como ella lo hacía, era igual de
sensible para percibir lo malo y la tristeza.
La
chica que podía absorber amaneceres también podía sentir más intensamente la
oscuridad , más que ninguno de nosotros.
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