viernes, 9 de mayo de 2014

Gabriela Ruiz "Si Supieras" 11

- ¿Sí? –susurró Nina, poniéndose de puntillas para alcanzar su oído.

Caleb inspiró hondo y sintió como el aroma de Nina inundaba sus fosas nasales. Estaba tan cerca, casi podía tocarla… era una tortura. Y él estaba muy dispuesto a que durara por siempre, no podía imaginarla lejos. Nina…

- ¿Caleb? –Nina volvió a llamarle. Cada vez más cerca.

Caleb no pudo resistirlo. Elevó la mano hasta la altura de su rostro, quería besarla. La besaría. Escuchó un ruido que lo trajo de vuelta a la realidad por un segundo, pero eso fue suficiente para entender lo que había estado a punto de hacer. Iba a besar a Nina en frente de todos, en la mitad de la fiesta de compromiso de su hermano y, lo que era peor, lo más probable era que Nina lo apartara con fuerza.


- Yo… debo irme –Caleb se incorporó de golpe y su tono fue controlado- tengo una llamada pendiente –explicó y no dio tiempo a que Nina replicara, se alejó.

Caleb atravesó la estancia sin siquiera mirar a su alrededor. No le interesaba saber si alguien había contemplado la escena entre él y Nina. Lo más probable era que no, pues todos debían estar atentos a los novios. ¡¿Qué demonios le había pasado?!

Subió a su auto y cerró la puerta. Apoyó la cabeza en el volante, sujetándolo con fuerza. ¡Era un idiota! Necesitaba irse de aquel lugar, ahí no podía pensar con claridad. Todo se sentía tan dolorosamente real junto a Nina. Era absurdo pero casi podía sentir como el amor que sentía por ella lo desbordaba, sus emociones se desataban y le nublaban el juicio. Definitivamente, debía marcharse. Y cuánto antes pudiera hacerlo, sería mejor.

Nina observó a Caleb irse, dudando entre seguirlo o quedarse ahí, en la cena de Cameron y Kristen. Si tan solo pudiera entender lo que había pasado… por un momento, solo por uno, había sentido que… bueno, que diferente no era tan malo. Que Caleb era… ¿qué?

- ¿Estás bien, Nina? –Cameron le sonrió y le pasó una mano por el brazo, en gesto tranquilizador- ¿sucede algo?

- No, Cameron. ¿Por qué la pregunta?

- Te he visto con Caleb –respondió él- parecían muy…

- ¿Muy…? –Nina lo instó a seguir.

- No lo sé –Cameron se puso pensativo- es extraño verte a su lado.

- ¿Qué tiene de extraño?

- Caleb nunca te ha agradado, Nina –contestó Cameron automáticamente- ¿me equivoco?

- Mmm… -Nina se cruzó de brazos- ¿dónde está Kristen?

- Creo que ha llegado una amiga suya y está exhibiendo su anillo de compromiso.

- ¡Finalmente alguien que la escuche! –exclamó Nina con alivio. Cameron la miró frunciendo el ceño- lo siento, Cameron pero nunca he entendido como puedes hablar con ella por tanto tiempo sin huir.

- No seas tan dura con ella, solo no le has dado una oportunidad –Cameron le tomó de los brazos cuando Nina empezaba a protestar- una real.

- Lo estoy intentando –murmuró Nina sin fuerza- por ti, lo estoy haciendo.

- Gracias, Nina –Cameron depositó un beso en su mejilla antes de alejarse. Nina se llevó la mano a la mejilla, inconscientemente. Era tan raro… no sentía nada. Cariño, por supuesto. Pero no lo que debería sentir, lo que había creído que sentía durante tantos años…

Y, se dio cuenta que solo una vez se había sentido inquieta, diferente. Después de tantos años, el único que le había hecho sentir algo remotamente diferente era él. Caleb.

- Veo que no pierdes el tiempo –habló Caleb acercándose con una sonrisa fría que más podría calificarse como una mueca- ¿lo estás logrando?

- ¿Qué, exactamente? –inquirió Nina con un mohín.

- Llamar su atención –contestó con frialdad y señaló con un ademán hacia Cameron, que los miraba varias veces- no pensé que fueras tan astuta, Nina.

- No me vuelvas a llamar de esa manera –ella se cruzó de brazos, con enfado- no en ese tono que parece implicar muchas cosas que no son.

- No he dicho nada malo –se excusó Caleb, restándole importancia.

- Has vuelto a ser un idiota –murmuró.

- Imagino que eso significa que vuelves a odiarme.

- Supongo que sí.

- Se acabó el juego. En ese caso, debo dejarte. Ha sido una noche completamente aburrida y quiero descansar. Adiós Nina.

- Adiós –soltó Nina con rabia contenida. ¿Le había llamado aburrida con sutileza? ¿Qué rayos le pasaba a ese hombre? Sabía que no era la mujer más hermosa o la más interesante del mundo pero, nadie le había insultado así. ¡Definitivamente lo odiaba!

- ¡Nina, acompáñanos para una foto! –Kristen se acercó y la arrastró hacia el centro.


                                                                         ***


Caleb se encontraba recostado en su cama, dando vueltas y sin poder conciliar el sueño. No podía creer lo que había sucedido en la noche. Se sentía tan irreal e intenso. Nina… Él no sabía que haría, pero tenía que hacer algo al respecto. Y, si fuera poco, al regresar a la cena, se había encontrado con Kristen. Recordó la conversación e hizo un gesto de desagrado.

- Si me dices que te casas por amor, será histéricamente gracioso –Caleb clavó sus ojos azules con desprecio en Kristen- ¿qué respondes?

- No es de tu incumbencia, Caleb –Kristen sonrió con maldad- ¿acaso estás interesado?

- ¿En ti? ¡Jamás! ¿Acaso se te olvidó como te rechacé? –rió con burla. Kristen lo miró con furia- ah, veo que lo recuerdas bien.

- De todas maneras, solo me hubieras parecido interesante por un momento. Eres bastante aburrido, Caleb.

- ¿Sí? Me encanta escucharlo de ti, nunca cambiaré si eso evita que mujeres como tú se me acerquen.

- Ninguna mujer se te acercaría, Caleb. Eres demasiado… -ella elevó su rostro con altivez.

- ¿Soy demasiado… qué? –retó él bajando su mirada azul hacia la de ella, para enfrentarla- me gustaría que te atrevieras a decírmelo.

- No. Seguramente pensarás que estoy dolida por tu rechazo…

- Y que te enredaste con mi hermano menor por eso… ¡No! ¿Cómo crees que pensaría algo semejante de ti? –exclamó Caleb con sarcasmo.

- No tendrías por qué pensarlo. Fue hace tanto tiempo y… -ella sonrió- ¿te gustan las mujeres, Caleb?

- No las que son como tú, indudablemente.

Kristen se mostró ofendida por sus palabras. Empezó a caminar alrededor de Caleb, y le tocó el brazo.

- ¿De qué tipo te gustan entonces? –Kristen se pasó una mano por el cabello, sacudiéndolo- no independientes y seguras de sí mismas… ¿débiles y aburridas como Nina, quizás? –se burló con una risita.

- No tengo por qué escuchar tus estupideces –apartó su brazo de ella.

- Pero, Caleb… -Kristen abrió mucho los ojos- no lo negaste. ¡No puede ser! ¿Acaso te gusta Nina? ¡Caleb, por favor, debes estar bromeando! –rió fuertemente.

- Estoy cansado de escucharte, regreso a la cena. ¿No es dónde deberías estar, Kristen?

- Estoy esperando a alguien, Caleb –ella sonrió con malicia.

- Realmente espero que no hayas tenido el descaro de invitar a tu amante.

- No dejas de ser insufrible, Caleb.

- Tanto mejor, así no tienes que volver a hablarme –culminó y caminó hacia la puerta de entrada. Pero, al parecer, Kristen no había terminado.

- ¿Sabes algo? ¡Tú deberías agradecerme que aparte a Cameron de tu camino! -dijo riendo- así quizás y Nina te mire.

Siguió sin girar, no quería ni mirar la sonrisa despectiva de Kristen. La detestaba. Realmente, esto era intolerable. Y, cuando pensó que la noche no podría empeorar, encontró que Cameron tenía a Nina en sus brazos. ¡Sí que había sido una velada perfecta!

1 comentario:

  1. Me gusta, me gusta... Se está poniendo muy muy interesante jijijiji.
    Gracias EJ, besitos

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