Se sentía tímida pero traviesa, pensó para sí misma cuando se hallaba tumbada en la cama completamente excitada y a los pies de ésta, un Donovan que se bajaba los pantalones sin apartar su mirada hambrienta de ella.
-Mmm
–No pudo evitar gemir en voz alta y ver como el hombre ensanchaba orgulloso su
sonrisa en el rostro, mientras que a ella le subía el color de las mejillas.
-Tranquila
–Empleó un tono ronco y sensual de voz-. A mí también me gusta lo que veo-.
Acto seguido le guiñó un ojo, para llevarse las manos a la cintura y agarrar un
ojo, el elástico de sus calzoncillos.
-De
momento estas mejor que mí muñeco –Soltó puntillosa y traviesa.
-Tengamos
la noche en paz y dejemos a ese trozo de plástico, lejos de aquí –Comentó con
cierta mueca y empezando a deslizar la ropa interior hacia abajo, cuando el
dormitorio se quedó a oscuras.- Y ahora qué demonios –Masculló entre dientes
con gran frustración.
-¿Habrán
saltado los fusibles? –Propuso con voz débil Silvia.
-¿En
serio así lo crees? –alzó una ceja con incredulidad.
-Cierto
–imitó su mueca, mientras tanteaba por encima de la cama y encontraba la
camisa, para una vez más ponérsela.
Donovan,
completamente desnudo, frunció el ceño
ante aquello.
-¿Te
vistes?
-¿En
serio crees que no volverán a tomar
libertad para abrir esa puerta? –Medio escupió con tono irónico y salpicado de
sarcasmo.
-¡Joder!
–Volvió a gruñir, para inclinarse y agarrar sus calzoncillos, justo cuando se
abrió la puerta y la madre de él, aparecía con una linterna en la mano.
-Hola
tesoro –Sonrió con tono alegre, sin importarle la desnudez del hombre-. Yo
venía a buscar a Silvia –dio un par de pasos y le sonrió al achica con cariño-.
Por la luz no os preocupéis –Soltó con tono armonioso, acortando la distancia
que había con la joven-, tus sobrinos han jugado con un enchufe y un juguete –Silvia
palideció-, pero nada de qué preocuparse, pues Alex está ahora mismo con los
fusibles…
-Mamá
–Gruñó Donovan incrédulo, pero al parecer ésta lo ignoraba.
-Vamos
preciosa mía, te vienes abajo –Le tendió
una mano a la joven, justo cuando volvía la luz y en el dormitorio volvía a
escucharse la música del equipo-. Quiero que me cuentes como ha sido todo,
hasta la petición de matrimonio –Soltó un suspiro-. No sabes lo feliz que me
siento, al ver que eres tú quien le hará sentar la cabeza…
-¡Mamá!
–Vociferó aquella vez histérico.
-¡Hay
hijo que quejica! –Se giró al hombre con los brazos en jarra y algo
exasperada-. ¿Qué quieres?
Silvia,
aún permanecía muda por lo sorprendida que estaba. Aquello era un tanto
surrealista.
-¡Eso,
quiero saber yo! –Escupió de sopetón con un gruñido.
-Hablar
con mi futura nuera de todo lo que hay que hacer –Alzó la barbilla desafiante-.
Alex ha comentado que quieres una boda exprés… Y eso, representa mucho trabajo.
-Juro,
que antes de terminar la noche –Masculló entre dientes-, despellejo poco a poco
a Alex.
-No
seas así con tú primo –Lo regañó como a un niño de cinco años-, gracias a él,
que vamos a poder hacerlo todo bien –Indicó con irritación-. Y ya veremos, si
nos da tiempo para que sea éste sábado… -Achicó los ojos, para mover la cabeza
con gesto negativo-. Acaso no piensas taparte las vergüenzas –Después volvió a
prestar su atención a ella-. Estos hombres, solo pensando siempre con el
músculo tonto del cuerpo.
-Cuando
baje abajo –Se escuchaba hablar por lo bajo a Donovan, mientras volvía a
vestirse-. Les voy a quitar las llaves de mí casa a todos.
Se
dejó llevar por la madre de Donovan bastante avergonzada, porque los hubiera
ido a buscar aún sabiendo lo que se iba a encontrar.
Iba
a resultar muy vergonzoso, el mirar a la cara a su propia familia, si Alex
había sido detallista con lo que hacían ellos en el dormitorio.
¿Acaso
no sabían lo que era la privacidad?
Y
ahora que la apartaban de él, que podía detenerse un poco a pensar. Se habían
confesado, cierto… ¿Pero en serio querían casarse tan pronto?
Con
todo aquel hervidero en su cabeza, entró nerviosa en el salón para conocer al
completo a la familia de su prometido.
Jajaj muy divertido ¡Pobrecitos estos dos! ¡nunca tendrán un poco de paz! Qué bueno volver a leer algo más de esta historia
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