sábado, 2 de enero de 2016

Cenicienta por un día 1°

Lo primero es lo primero, que tengan un buen 2016! Gracias por acompañarnos día a día.
Lo segundo, aunque me proponía terminar alguna de mis historias pendientes, me temo que mi computadora está rota, algo así como un error de cálculos y tiene mis escritos de rehén, así que el año empezó con una historia nueva. Espero les guste.
Cenicienta por un día
 

William  Kincaid estaba a punto de terminar su día laboral cuando el director de marketing , uno de sus mejores amigos, entró a la oficina.
-Creo que deberías echar un vistazo a esto – dijo depositando una carpeta delante de sus ojos.
-¿Qué es?
-Míralo Will, creo que serían unos socios potenciales magníficos, es la sensación actual entre el público femenino, ya sabes, nuestros clientes.
-Liam, he tenido un día agotador y estoy a punto de irme a casa, ¿no puedes hacerme un resumen o algo?
-Llévatelo a casa y léelo , te interesará. Es el negocio del momento una mezcla de Cenicientas modernas, con esos programas de makeover donde renuevan el estilo o lo que sea, la cuestión es que es un boom ,la creadora y dueña del lugar estuvo en televisión la semana pasada. La gente la ama. Si pudiéramos negociar con ellos para que usen nuestros productos sería muy bueno.- explicó rápidamente y terminó despertando la curiosidad de Will quien tomó los papeles y leyó.  
“Bellas por un día” , ese era el nombre del negocio, le pareció demasiado simple y hasta obvio, sin embargo parecía funcionar muy bien para atraer clientela. Tal como le había explicado  su amigo se dedicaban a embellecer mujeres con todo lo que eso implicaba, una renovación de estilo que abarcaba peinado, maquillaje, ropa y zapatos. Esa era la parte que le interesaba a él, su empresa se dedicaba a fabricar calzado femenino, zapatos bellos, sofisticados y caros.

Desde su perspectiva, ese nuevo negocio sonaba a un salón de belleza magnificado, no entendía por qué era tan renombrado y exitoso, pero si su popularidad era tanta, necesitaba analizarlo mejor, quizás fuera provechoso para ellos.
-¿Y?- preguntó Liam ansioso.
-Lo leeré en casa más tranquilo y estudiaré el caso, si veo que es más que una novedad fugaz lo tendré en cuenta.
-Ya te dije, es una sensación absoluta, no sé qué lo hace diferente, pero lo es. Tiene una magia particular y no estaría mal asociarla a nuestro producto.
-De acuerdo, lo consideraré. ¿Puedo irme o tienes alguna otra propuesta de último momento?
-Puede irse Presidente, cuenta con mi autorización – dijo en broma y Will gruñó por lo bajo. En verdad estaba cansado.

Una semana después, tras analizar los documentos, leer todas las notas en diarios y revistas que incluso mencionaban a “Bellas por un día” como un fenómeno empresarial, William estaba a punto de entrevistarse con Anya Bari la creadora de aquel exitoso emprendimiento.
El lugar era muy agradable, tenía un salón principal donde había grandes sillones estilo vintage, jarrones con flores, el ambiente era acogedor y muy femenino, le hacía pensar en una sala victoriana salida de alguna novela romántica. El sitio entero parecía estar diseñado para que las mujeres se sintieran cómodas.
Se acercó a la recepcionista, quien lo recibió algo sorprendida, por lo visto eran pocos los hombres que iban allí. Una vez que se anunció, la joven lo guió hacia el despacho de la dueña del lugar. Lo dejó junto una puerta de madera finamente labrada con flores y arabescos. William casi sonrió pensando que era el recinto de alguna clase de reina, quizás hasta tuviera un espejo al que le preguntaba quién era la más linda, golpeó, alguien abrió la puerta y la sonrisa se le borró.
Anya Bari era la mujer más hermosa que había visto jamás, quedó atontado y tardó unos segundos en reaccionar cuando ella lo invitó a entrar. Llevaba un vestido rojo ajustado hasta las rodillas, con escote cerrado y mangas cortas, tenía el cabello rubio dorado largo y lacio que se movía con cada paso que daba y  que enmarcaba una cara con rasgos delicados como si los hubiera recreado algún artista. Ahora entendía un poco más del éxito de aquella propuesta, esa mujer era la representante perfecta de lo que vendía, era fácil creer que podían otorgar belleza si ella era quien lo garantizaba.
-¿Señor Kincaid? – llamó ella y extendió su mano para saludarlo. William recuperó la compostura y devolvió el saludo, luego se sentó donde  le indicaba –Dijo que tenía una propuesta que podía interesarme, lo escucho- dijo mirándolo con atención y él volvió a sentirse turbado. Mejor dicho, lo invadió una ola de deseo instantáneo por aquella mujer, casi como si regresara a los diecisiete años, le costaba concentrarse cuando la boca de ella lo tentaba a besarla.
Se recordó a sí mismo que tenía un propósito al ir allí, uno serio y adulto relacionado con negocios y le explicó su propuesta.
-¿Qué le parece? –preguntó una vez que acabó su exposición.
-Debo pensarlo, pero sinceramente, Señor Kincaid, sus zapatos no encajan muy bien con nuestra propuesta. Son caros y exclusivos, no todas las mujeres pueden acceder a  ellos.
-Este lugar no parece brindar un servicio barato – comentó él y ella sonrió pero no con humor sino más bien con una mueca vacía, como dirigida a alguien que no comprende lo básico.
-Brindamos un servicio hecho a medida del presupuesto de cada mujer, no sólo para mujeres de alta sociedad. Queremos que cada mujer sienta que puede ser especial y hermosa, aunque sea por un día.
-Puede considerar usar nuestros zapatos para sus clientes más exclusivas, creo que el renombre de nuestra marca iría bien con su concepto de Cenicienta. Quiero decir, usted está vendiendo belleza, también nuestras clientas tienen esa idea en mente al comprar nuestros zapatos, ser bellas, seducir, ser únicas.
-Señor Kincaid, ¿por qué cree que las mujeres compran esos zapatos? –le preguntó ella desconcertándolo. Tenía la respuesta, era el presidente de un negocio muy rentable y sabía cómo funcionaba, pero también sabía que a ella no le gustaría.
-Para verse bien para los hombres y para ganar la admiración de otras mujeres- dijo él y esta vez ella lo miró con algo parecido a la lástima
- Se equivoca, la belleza no es algo tan superficial o carente de significado. La mayoría de la gente ha terminado viéndolo como un valor negativo, pero no hay nada malo en querer ser bellas, claro que el fondo de la cuestión está en el mismo concepto de belleza. La belleza es relativa y subjetiva, no para todos significa lo mismo. Pero cuando una mujer se siente bella tiene que ver con su autoestima, con su lugar en el mundo y con ella misma, sobretodo. Las mujeres no compran zapatos para los demás, sino para ellas, y vienen aquí por la misma razón, sentirse hermosa, redescubrirse, da una especie de poder único que nos da confianza para enfrentar el mundo. No tiene que ver con cánones o modelos clásicos, tiene que verse al espejo y sentirse bien, y algo pequeño puede dar esa seguridad, un nuevo corte de pelo, resaltar algún rasgo que nos gusta, un accesorio. Usted habló de Cenicienta, es verdad ese es el concepto detrás de mi negocio, ese momento en que llega al baile transformada y todos la miran, pero dígame, ¿cree que lo importante es lo que piensan los demás, o el príncipe?
-Estoy seguro que me equivocaré si respondo, ilústreme.
-Lo importante es ella misma, cuando va a ese baile transformada, es el momento en que se recupera, en que deja de ser lo que su madrastra había impuesto que fuera, lo que ella misma había aceptado como su destino. Y ahí está el verdadero significado y lo que de verdad queremos darles a las mujeres que vienen aquí, creo que todas las mujeres del mundo deberían tener un día en que se sientan así, seguras y confiadas. Si hay un día en que sienten que el mundo está en sus manos, quizás puedan conservar esa sensación y seguir siendo fuertes para lo que deban enfrentar sin perderse a sí mismas ni su autoestima.- finalizó ella con los ojos chispeantes de pasión. Aquello volvió a turbarlo, pensó si él podría despertarle la misma pasión, aunque estaba seguro que por el momento sólo había logrado irritarla.
-También están las cirugías...- mencionó al pasar y algo nubló la mirada de la joven.
-Es cierto, y las hay necesarias e innecesarias, pero aquí ofrecemos otra cosa. Una cirugía es un proceso doloroso y peligroso, aprender a maquillarse, la ropa adecuada o a resaltar los puntos fuertes de cada uno no conlleva riesgo alguno y es una forma fácil de mejorar la apariencia. Creo que tenemos perspectivas muy diferentes, señor Kincaid.
-Eso parece, aún así me gustaría que leyera mi propuesta y lo pensara, quizás podamos encontrar una forma de unir su trabajo y el mío. Y prometo reflexionar sobre lo que ha expuesto – dijo y ella entornó los ojos verdes para mirarlo.
-¿Lo he divertido?
-No, lo digo en serio. Cuando una persona habla tan intensamente y está tan convencido como usted de lo que dice, vale la pena tratar de ver las cosas desde su perspectiva, a veces sirve para que aprendamos algo – expresó sinceramente – Y me gustaría volver otro día, con más tiempo,  para ver como funciona todo, si no le molesta.
-De acuerdo, y me comprometo a leer su propuesta.
-Ya sabe, Cenicienta y los zapatos se llevan bien.- dijo y le sonrió, de verdad quería volver a ver a aquella mujer.
-Es posible – contestó ella dubitativamente y lo acompañó hasta la salida.
-Señorita Bari, ¿cenaría conmigo si no tiene otro compromiso? – preguntó William sin poder contenerse, en ningún informe que hubiera leído se mencionaba que ella estuviese casada o comprometida, y aquella mujer lo hacía comportarse como un adolescente en lugar de cómo el hombre adulto y centrado que era.
-Agradezco su invitación, pero no- respondió sin dar mayores explicaciones- Leeré su propuesta – agregó y eso volvió a ubicarlo en la categoría de negocios que él había intentado traspasar. Hizo un breve gesto de saludo y separaron sus caminos.




 

4 comentarios:

  1. Me gusto muchisimo este primer capitulo.
    Muchisimas gracias, Gaby.

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    Respuestas
    1. Es Nata la autora jijiji... Sisss me encanta.. amo los zapatos lo sabes y me encanta que ella lo haya puesto en su sitio.. hombres!!! pobres, no saben lo que significan en realidad los zapatos!!! quiero massss

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    2. SIsssssssssssss pensé en ti con los zapatos, lo sujuro!! Y no ellos no entienden. tampoco el hecho de que nunca tenemso demasiados zapatos , carteras....o que hay cosas que una hace por una. BESOSSSSSSSSSSSs Y habrá más!!!

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  2. Interestante primer capítulo... Pero mi gran dilema los zapatos jajajaja a la enana sí que le seducen!!!

    Veamos que sigue con ésta bella mujet,quien parece tener cubitos de hielo para el insistente Sr Kinckaid.

    de qué me suena ese apellido
    Besos preciosa

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