Lo segundo, aunque me proponía terminar alguna de mis historias pendientes, me temo que mi computadora está rota, algo así como un error de cálculos y tiene mis escritos de rehén, así que el año empezó con una historia nueva. Espero les guste.
Cenicienta por un día
William Kincaid estaba a punto de terminar su día
laboral cuando el director de marketing , uno de sus mejores amigos, entró a la
oficina.
-Creo que
deberías echar un vistazo a esto – dijo depositando una carpeta delante de sus
ojos.
-¿Qué es?
-Míralo
Will, creo que serían unos socios potenciales magníficos, es la sensación
actual entre el público femenino, ya sabes, nuestros clientes.
-Liam, he
tenido un día agotador y estoy a punto de irme a casa, ¿no puedes hacerme un
resumen o algo?
-Llévatelo
a casa y léelo , te interesará. Es el negocio del momento una mezcla de
Cenicientas modernas, con esos programas de makeover donde renuevan el estilo o
lo que sea, la cuestión es que es un boom ,la creadora y dueña del lugar estuvo
en televisión la semana pasada. La gente la ama. Si pudiéramos negociar con
ellos para que usen nuestros productos sería muy bueno.- explicó rápidamente y
terminó despertando la curiosidad de Will quien tomó los papeles y leyó.
“Bellas por
un día” , ese era el nombre del negocio, le pareció demasiado simple y hasta
obvio, sin embargo parecía funcionar muy bien para atraer clientela. Tal como
le había explicado su amigo se dedicaban
a embellecer mujeres con todo lo que eso implicaba, una renovación de estilo
que abarcaba peinado, maquillaje, ropa y zapatos. Esa era la parte que le
interesaba a él, su empresa se dedicaba a fabricar calzado femenino, zapatos
bellos, sofisticados y caros.
Desde su
perspectiva, ese nuevo negocio sonaba a un salón de belleza magnificado, no
entendía por qué era tan renombrado y exitoso, pero si su popularidad era
tanta, necesitaba analizarlo mejor, quizás fuera provechoso para ellos.
-¿Y?-
preguntó Liam ansioso.
-Lo leeré
en casa más tranquilo y estudiaré el caso, si veo que es más que una novedad
fugaz lo tendré en cuenta.
-Ya te
dije, es una sensación absoluta, no sé qué lo hace diferente, pero lo es. Tiene
una magia particular y no estaría mal asociarla a nuestro producto.
-De
acuerdo, lo consideraré. ¿Puedo irme o tienes alguna otra propuesta de último
momento?
-Puede irse
Presidente, cuenta con mi autorización – dijo en broma y Will gruñó por lo
bajo. En verdad estaba cansado.
Una semana después, tras analizar los
documentos, leer todas las notas en diarios y revistas que incluso mencionaban
a “Bellas por un día” como un fenómeno empresarial, William estaba a punto de
entrevistarse con Anya Bari la creadora de aquel exitoso emprendimiento.
El lugar era muy agradable, tenía un salón
principal donde había grandes sillones estilo vintage, jarrones con flores, el
ambiente era acogedor y muy femenino, le hacía pensar en una sala victoriana
salida de alguna novela romántica. El sitio entero parecía estar diseñado para
que las mujeres se sintieran cómodas.
Se acercó a la recepcionista, quien lo recibió
algo sorprendida, por lo visto eran pocos los hombres que iban allí. Una vez
que se anunció, la joven lo guió hacia el despacho de la dueña del lugar. Lo
dejó junto una puerta de madera finamente labrada con flores y arabescos.
William casi sonrió pensando que era el recinto de alguna clase de reina, quizás
hasta tuviera un espejo al que le preguntaba quién era la más linda, golpeó,
alguien abrió la puerta y la sonrisa se le borró.
Anya Bari era la mujer más hermosa que había
visto jamás, quedó atontado y tardó unos segundos en reaccionar cuando ella lo
invitó a entrar. Llevaba un vestido rojo ajustado hasta las rodillas, con
escote cerrado y mangas cortas, tenía el cabello rubio dorado largo y lacio que
se movía con cada paso que daba y que enmarcaba
una cara con rasgos delicados como si los hubiera recreado algún artista. Ahora
entendía un poco más del éxito de aquella propuesta, esa mujer era la
representante perfecta de lo que vendía, era fácil creer que podían otorgar
belleza si ella era quien lo garantizaba.
-¿Señor Kincaid? – llamó ella y extendió su
mano para saludarlo. William recuperó la compostura y devolvió el saludo, luego
se sentó donde le indicaba –Dijo que
tenía una propuesta que podía interesarme, lo escucho- dijo mirándolo con
atención y él volvió a sentirse turbado. Mejor dicho, lo invadió una ola de
deseo instantáneo por aquella mujer, casi como si regresara a los diecisiete
años, le costaba concentrarse cuando la boca de ella lo tentaba a besarla.
Se recordó a sí mismo que tenía un propósito al
ir allí, uno serio y adulto relacionado con negocios y le explicó su propuesta.
-¿Qué le parece? –preguntó una vez que acabó su
exposición.
-Debo pensarlo, pero sinceramente, Señor
Kincaid, sus zapatos no encajan muy bien con nuestra propuesta. Son caros y
exclusivos, no todas las mujeres pueden acceder a ellos.
-Este lugar no parece brindar un servicio
barato – comentó él y ella sonrió pero no con humor sino más bien con una mueca
vacía, como dirigida a alguien que no comprende lo básico.
-Brindamos un servicio hecho a medida del
presupuesto de cada mujer, no sólo para mujeres de alta sociedad. Queremos que
cada mujer sienta que puede ser especial y hermosa, aunque sea por un día.
-Puede considerar usar nuestros zapatos para
sus clientes más exclusivas, creo que el renombre de nuestra marca iría bien
con su concepto de Cenicienta. Quiero decir, usted está vendiendo belleza,
también nuestras clientas tienen esa idea en mente al comprar nuestros zapatos,
ser bellas, seducir, ser únicas.
-Señor Kincaid, ¿por qué cree que las mujeres
compran esos zapatos? –le preguntó ella desconcertándolo. Tenía la respuesta,
era el presidente de un negocio muy rentable y sabía cómo funcionaba, pero
también sabía que a ella no le gustaría.
-Para verse bien para los hombres y para ganar
la admiración de otras mujeres- dijo él y esta vez ella lo miró con algo
parecido a la lástima
- Se equivoca, la belleza no es algo tan
superficial o carente de significado. La mayoría de la gente ha terminado
viéndolo como un valor negativo, pero no hay nada malo en querer ser bellas,
claro que el fondo de la cuestión está en el mismo concepto de belleza. La
belleza es relativa y subjetiva, no para todos significa lo mismo. Pero cuando
una mujer se siente bella tiene que ver con su autoestima, con su lugar en el
mundo y con ella misma, sobretodo. Las mujeres no compran zapatos para los
demás, sino para ellas, y vienen aquí por la misma razón, sentirse hermosa,
redescubrirse, da una especie de poder único que nos da confianza para
enfrentar el mundo. No tiene que ver con cánones o modelos clásicos, tiene que
verse al espejo y sentirse bien, y algo pequeño puede dar esa seguridad, un
nuevo corte de pelo, resaltar algún rasgo que nos gusta, un accesorio. Usted
habló de Cenicienta, es verdad ese es el concepto detrás de mi negocio, ese
momento en que llega al baile transformada y todos la miran, pero dígame, ¿cree
que lo importante es lo que piensan los demás, o el príncipe?
-Estoy seguro que me equivocaré si respondo,
ilústreme.
-Lo importante es ella misma, cuando va a ese
baile transformada, es el momento en que se recupera, en que deja de ser lo que
su madrastra había impuesto que fuera, lo que ella misma había aceptado como su
destino. Y ahí está el verdadero significado y lo que de verdad queremos darles
a las mujeres que vienen aquí, creo que todas las mujeres del mundo deberían
tener un día en que se sientan así, seguras y confiadas. Si hay un día en que
sienten que el mundo está en sus manos, quizás puedan conservar esa sensación y
seguir siendo fuertes para lo que deban enfrentar sin perderse a sí mismas ni
su autoestima.- finalizó ella con los ojos chispeantes de pasión. Aquello
volvió a turbarlo, pensó si él podría despertarle la misma pasión, aunque
estaba seguro que por el momento sólo había logrado irritarla.
-También están las cirugías...- mencionó al
pasar y algo nubló la mirada de la joven.
-Es cierto, y las hay necesarias e
innecesarias, pero aquí ofrecemos otra cosa. Una cirugía es un proceso doloroso
y peligroso, aprender a maquillarse, la ropa adecuada o a resaltar los puntos
fuertes de cada uno no conlleva riesgo alguno y es una forma fácil de mejorar
la apariencia. Creo que tenemos perspectivas muy diferentes, señor Kincaid.
-Eso parece, aún así me gustaría que leyera mi
propuesta y lo pensara, quizás podamos encontrar una forma de unir su trabajo y
el mío. Y prometo reflexionar sobre lo que ha expuesto – dijo y ella entornó
los ojos verdes para mirarlo.
-¿Lo he divertido?
-No, lo digo en serio. Cuando una persona habla
tan intensamente y está tan convencido como usted de lo que dice, vale la pena
tratar de ver las cosas desde su perspectiva, a veces sirve para que aprendamos
algo – expresó sinceramente – Y me gustaría volver otro día, con más tiempo, para ver como funciona todo, si no le
molesta.
-De acuerdo, y me comprometo a leer su
propuesta.
-Ya sabe, Cenicienta y los zapatos se llevan
bien.- dijo y le sonrió, de verdad quería volver a ver a aquella mujer.
-Es posible – contestó ella dubitativamente y
lo acompañó hasta la salida.
-Señorita Bari, ¿cenaría conmigo si no tiene
otro compromiso? – preguntó William sin poder contenerse, en ningún informe que
hubiera leído se mencionaba que ella estuviese casada o comprometida, y aquella
mujer lo hacía comportarse como un adolescente en lugar de cómo el hombre
adulto y centrado que era.
-Agradezco su invitación, pero no- respondió
sin dar mayores explicaciones- Leeré su propuesta – agregó y eso volvió a
ubicarlo en la categoría de negocios que él había intentado traspasar. Hizo un
breve gesto de saludo y separaron sus caminos.
Me gusto muchisimo este primer capitulo.
ResponderEliminarMuchisimas gracias, Gaby.
Es Nata la autora jijiji... Sisss me encanta.. amo los zapatos lo sabes y me encanta que ella lo haya puesto en su sitio.. hombres!!! pobres, no saben lo que significan en realidad los zapatos!!! quiero massss
EliminarSIsssssssssssss pensé en ti con los zapatos, lo sujuro!! Y no ellos no entienden. tampoco el hecho de que nunca tenemso demasiados zapatos , carteras....o que hay cosas que una hace por una. BESOSSSSSSSSSSSs Y habrá más!!!
EliminarInterestante primer capítulo... Pero mi gran dilema los zapatos jajajaja a la enana sí que le seducen!!!
ResponderEliminarVeamos que sigue con ésta bella mujet,quien parece tener cubitos de hielo para el insistente Sr Kinckaid.
de qué me suena ese apellido
Besos preciosa