Después de obtener un nuevo
estilo de cabello lo arrastro hasta una óptica para comprar lentes de contacto,
su madre ha jugado de cómplice y me ha dado la receta de la graduación de
Albus.
-¡¿Por qué no intentas meterte
tú un objeto extraño en un ojo?! – protesta mi amigo cuando le explico las
ventajas indiscutibles de los lentes de contacto.
-Tu madre ya los dejó pagos.
-No quiero. No vas a
convencerme esta vez.
-Películas en 3D, piénsalo
Albus, no has podido verlas por tus lentes, pero ahora sí podrás.- digo y me siento como la serpiente seduciendo a
Eva. Lo veo dudar un segundo, se muerde el labio como cuando está reflexionando
y eso es mi victoria. Un rato después está aprendiendo a colocarse los lentes
de contacto mientras yo observo disimuladamente, sé que no debo opinar nada o
el pez se me irá del anzuelo.
-¿Traes dinero? – pregunta
Albus cuando estamos por salir de la
óptica.
-Sí, ¿por?
-Entonces, tú pagas éstas –
dice y sostiene dos pares de gafas muy particulares.
-¿Y eso?
-Para el eclipse, Rony, pasado
mañana hay eclipse. ¿No lo recordaste? – pregunta extrañado, siempre hemos
hecho un gran escándalo con cualquier fenómeno: arcoíris, lluvias de estrellas,
eclipses.
-Lo olvidé- respondo y me doy
cuenta que últimamente mis prioridades han cambiado, hasta la rotación de los
astros ha dejado de importarme para concentrarme en mí misma, y en Albus.
-¿Entonces? – pregunta
-Los llevamos- confirmo y
Albus sonríe. Resulta extraño verlo sin sus lentes, mirar directamente a esos
ojos azules de pestañas largas. Mi plan está dando resultado, se ve diferente.
Y no sé si eso me gusta o no.
Regresamos a casa y quedamos
en vernos dos días después para observar el eclipse.
El día pautado, pienso que
esto nos define como nada más, el resto de la gente de nuestra edad debe estar
aprovechando al máximo sus últimos días de vacaciones, con salidas y fiestas,
nosotros estamos en el patio de Albus, recostados en unas tumbonas de playa,
con gafas especiales, mirando hacia el cielo y esperando. Somos, levemente
particulares.
-¿Y si el mundo se acaba? –
pregunto de golpe antes que comience el eclipse solar y el día se torne
oscuridad. Creo que hay cierto pavor atávico unido a este fenómeno.
-¡Cielos, Rony! – protesta mi
amigo incorporándose y mirándome censurador. –Miles de años de astronomía,
gente que incluso sacrificó su vida para descubrir los misterios del universo y
tú sales con eso. Me avergüenzas.
-Y tú harías sentir orgulloso
a Galileo Galilei.
-También a los aztecas y mayas- agrega.
Lo miro y pienso que eso hace
que Albus sea él, nadie más tendría ese tipo de respuesta. La parte del cambio
de apariencia no ha ido tan mal, lo difícil será hacerlo socializar y encontrar
gente que pueda apreciar su forma de ser. A veces creo que nadie lo podrá
entender como yo, de la misma manera que nadie me entiende como yo a él.
-Aún así , creo que debe ser
muy desconcertante cuando no sabes lo que está sucediendo. Que de pronto el sol
se oculte y la oscuridad trague todo, ha de ser absolutamente aterrador- digo
sin poder evitar pensar en mí misma.
-Supongo que sí, pero imagina
la felicidad y absoluto alivio cuando descubres poco tiempo después que el sol
sigue allí, que todo está bien- dice él.
-Sí, debe ser increíble-
respondo pensando que ver la luz luego de que la oscuridad te aterre, ha de ser
casi un momento de epifanía.
-Empieza, Rony – me dice y
volvemos a nuestras posiciones para observar el eclipse.
Poco a poco la sombra cubre al
sol, y es un espectáculo maravilloso, ambos soltamos exclamaciones de asombro y
disfrutamos el momento en que la luz se volvía sombra para volver a ser luz,
como la vida.
Desde que supe de mi condición,
he tenido días malos y días buenos, es cierto que una vez superada la primera
crisis, decidí ser fuerte, sabia, etc, y aprovechar cada instante ;pero sólo
tengo diecisiete y a veces me gana el desánimo. Sobre todo cuando pienso en
todo lo que me gustaría tener y que, posiblemente, nunca tenga. Hoy es uno de
esos días, así que para desahogarme tengo una maratón de películas tristes, de esa
manera puedo llorar sin sentir que soy una cobarde.
Tengo una gran selección, “Un
paseo para recordar”, “Posdata: te amo” y la que estoy mirando ahora, “Yo
después de ti”.
Estoy acurrucada en la cama,
abrazada a la almohada, con una buena dotación de pañuelos descartables, llorando a lágrima
viva.
Lloro por la película y lloro por mí.
Es la parte final y justo
entra Albus a mi habitación.
-¿Qué haces aquí? – pregunto
hipando. No es que no suela aparecer súbitamente, pero hace un tiempo que no lo
hace. Y mamá suele anunciarme cuando llega, pero ahora parece apresurado.
-¿Y qué pasa contigo? –
pregunta y yo señalo la pantalla.
Albus toma el control remoto y
la detiene, de pasada echa un vistazo a las cajas de DVDs y alza las cejas en
forma interrogante
-Quítate, es el final- le
digo.
-Ya sabes cómo termina-
insiste y pienso que sí, que lamentablemente sé el final de todas estas
películas.- Rony, ¿a qué se debe este ataque masoquista. ¿Estás bien? –
pregunta.
-Sí.
-¿Entonces? Por
casualidad…¿estás con tu período algo? – pregunta sin tacto alguno y le lanzo
mi almohada. Mi hermano cree que estoy atravesando los avatares de la
adolescencia y Albus que es por mi período, los compadezco, ninguno de ellos
podrá trabajar siendo detective. De hecho, empiezo a preocuparme por cómo sobrevivirán solos.
-¡Idiota!- digo y estoy siendo muy condescendiente.
-Tengo algo que contarte, algo
muy importante – dice sentándose a mi lado- Por cierto, te ves fea cuando
lloras- dice.
-¡Habla de una vez!
-Cielos, no sé cómo decirlo.
-¡Albus!
-Mi madre está embarazada.
Tendré un hermanito – dice frotándose el cuello con la mano, como cuando algo
lo molesta.
-¡¿Qué qué?!
-¿Embarazada? – pregunto
tontamente, no es extraño pues como ya
dije es una mujer joven aún, pero, imagino que es todo un shock para
Albus.
-Tendrá un bebé, ¿puedes
imaginarlo?
-Claro que un bebé, ¿esperabas
un elfo? – pregunto y por primera vez lo veo relajarse, en verdad se lo veía
turbado.
- Tendré un hermano…- repite.
-O hermana. ¡Felicitaciones! –
digo sonriendo y es que en verdad ha sido una noticia feliz, una nueva vida y
una persona más que estará para Albus. Y lo mantendrá entretenido. Pero es
claro que él aún no digiere la noticia.
-No estabas tan feliz cuando
llegó Leo- me recuerda.
-Pero ahora sí, y además tú te
irás pronto a la universidad, será bueno que tus padres no sufran en síndrome
de nido vacío.
-No es como si fuera irme al
extranjero…
-Incluso pueden darle tu
habitación, ya sabes – lo provoco y veo su cara de espanto.
- Seguramente romperá mis cosas cuando empiece a deambular
por allí, ¿verdad?
-¡Albusssssssss! Falta mucho
para eso y estoy segura que amarás al bebé. Y que te amará a ti, además puedes
inculcarle todo tu frikismo.- digo entusiasmada. Me encantará ver eso. Es mi
primer pensamiento , luego recuerdo que es casi imposible, pero trato de no
pensarlo ahora. Por un instante quiero ser feliz con esta noticia.
-Primero debo acostúmbrame a
la idea- susurra.
-Vámonos- digo.
-¿Dónde?
-A comprar algo para regalarle
a tu madre y demostrar lo mucho que nos gusta la idea, porque…¿no saliste
huyendo hacia aquí cuando te lo contó, verdad? – pregunto y él baja la mirada,
igual ya sabía la respuesta, sí lo hizo. Me levanto y me encamino hacia la
puerta.
-Rony…- me detiene mi amigo.
-¿Qué?
- No puedes salir así a la
calle, tus ojos están muy hinchados y vas en piyama.
-Eres un aguafiestas- respondo
y agradezco a la madre de mi amigo,
porque esa nueva vida ha logrado sacarme de mi
tristeza.
Luego echo a Albus de mi
habitación, para darme un baño y cambiarme.
Cuando estoy lista y vamos a salir, recuerdo algo.
-¡Oh cielos, Albus! – exclamó
y él me mira asustado
-¿Qué pasa?
-Si llega a ser una niña, por
lo que más quieras no dejes que le ponga Minerva, o Hermione – digo y los dos nos miramos
preocupados por el futuro de la criatura.
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