A veces llueve.
Y no me refiero al clima, sino a que ,a veces, la vida llueve.
Nos encontramos a la intemperie, frente a momentos difíciles, bajo el peso de los miedos y de lo imprevisible, solos porque frente a determinadas cosas , estamos solos aún cuando nos rodee mucha gente, son días nublados de tormenta constante.
Y a veces , se vuelve temporada de lluvia, muchos días malos, sin descanso, en los que no vemos el sol.
Cuando nos llueve de esa manera no hay nada que nos de seguridad, ni certeza y sabemos mejor que nadie que las palabras "todo irá bien" son mentira, porque aunque queramos creer , recordamos lo que es estar bajo la lluvia fría que nos llega hasta el alma, lo sabemos, hemos estado allí antes.
SIN EMBARGO...suelen aparecer paraguas para guarecerse, para tomar un descanso. Es la gente que nos escucha, que nos alienta, o que simplemente nos deja descargar lo que llevamos dentro para que la lluvia que nos agobia no nos ahogue.
Y hay gente que aparece, y hay gente que reza cuando nosotros no podemos, y nos anima. Gente que nos da refugio, luego con una media sonrisa y un abrazo para transmitir fuerza nos da un empujoncito para que vayamos de nuevo a soportar la lluvia pero recargados de fuerza.
Gente que nos recuerda que también existe el sol. O que al menos cuando la vida llueva, nos dejarán descansar un rato bajo el refugio que da su afecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario