Una
vez que abriera la doble puerta, donde
se hallaban todos los convocados a la rueda de prensa, sabía que iba a lloverle
la misma pregunta de cada uno de los presentes… Y por dios, que le gustaría
poder gritar a pleno pulmón lo que todos querían escuchar, para salir en su
búsqueda.
Quería
que él viera también lo mucho que lo amaba, con otra demostración en público.
Una que se merecían desde hacía mucho tiempo y como tenía que ser…
Una
enorme sonrisa apareció en sus labios, con un amago de lágrimas, sin dar
crédito al giro repentino de su vida. Era como tener mil mariposas atrapadas en
una suave corriente, que iba por todas su terminaciones nerviosas.
Solo
dos días.
Reconocía,
que para Kénan iban a estar llenos de incertidumbre, rencor y retraimiento…
Mientras que ella, iba a vivirlos con ansiedad, nervios y esperanza.
Cierto,
que era un tanto vengativo por parte de su madre y ella, sonrió traviesa. Pero,
era como un último toque, para aquella larga batalla a su corazón.
Ahora,
solo esperaba que su madre hubiese podido hacerle llegar un mensaje a Zaida, a
pesar de que la periodista se hallara en antena con Kénan.
Él,
debía escuchar o ver, lo que tenía que decir.
Era
necesario saber su reacción, para poder dar el siguiente paso en la dirección
adecuada y conducir así, a Kénan hacía donde ella quería.
Se
sentía radiante, era como tener un rayo de sol solo para ella, dándole calor y
luz a su vida, ahora que sabía la verdad.
Escuchó
unos pasos fuetes tras ella y seguidamente, caer el peso de una mano grande en
su hombro derecho.
Era
su padre.
Sonrió
al notar aquel calor y su fragancia, para girarse y dedicarle una nerviosa
sonrisa.
-¿Preparada
tesoro? –Habló con mirada tierna y acariciando su mejilla con suma delicadeza.
Jacqueline,
asintió con un gesto de cabeza mientras soltaba el aire contenido.
-Pues
a por tu futuro –Señalizó el hombre
empujando las dos puertas, para al momento, sentir la lluvia de flashes
en su rostro.
Pero
ya no le molestaban, pues no tenía nada que esconder pensó orgullosa dando los
pasos necesarios, para llegar al pequeño altillo donde solían dar siempre sus
comunicaciones oficiales.
¿Lo
habría visto?
Por
supuesto, cualquier cosa de la casa real, era comunicada al instante… ¿Cómo se
sentiría? ¿Dónde estaría ahora? ¿Qué debía hacer ahora él?
Mientras
interrumpían en la sala y la emisión en directo, para entregarle una nota a
Zaida, introdujo la mano en el bolsillo de su americana, para extraer su
silenciado móvil.
Nada.
Frunció
preocupado el ceño, al hallar el aparato sin ninguna notificación en espera…
Tal vez, debería darle un poco más de margen, hasta que levantara el culo de
aquella silla, y desapareciera de la vista de todo Mónaco.
-Espero me perdones por ésta interrupción –Habló
la mujer, sacándolo de sus cavilaciones-. Tenían que comunicarme un par de
cosas –Informó, mientras cogía un mando de televisión y accionaba el encendido,
de un pequeño televisor que había a un lado-. Me han informado, que en breve da
comienzo al comunicado de la casa real, si no te parece mal –Se alzó de
hombros-. Podemos ver, que tiene que decirnos la futura reina, y si ha visto
parte de nuestra emisión.
-Claro –Se alzó también de hombros,
pero notando como su cuerpo perdía cierta relajación, ante la espera de una
respuesta.
Seguro
de su amor por Jacqui, sí. Seguro de que ella lo amaba, también… Pero para nada
estaba seguro, de su elección correcta ante su herencia.
Y
ahí estaba…
Justo
en aquel momento, bajo el sonido de los flashes de las cámaras, su mujer
caminaba con paso decidido al estrado, para saludar con un gesto de cabeza a
todos los allí presentes… y aquello, ya fue más que suficiente para indicarle
que había ganado el deber antes que él.
-Creí conveniente ofrecer ésta
rueda de prensa, pues no quiero ver como en pocos días, mi imagen podía verse
dañada por no obtener respuestas de fuentes fiables -Empezó con tono serio, para sustituirlo de
forma inmediata por una dulce sonrisa-. Cierto, que apenas hace unos minutos,
se les ha aclarado todo de mano de Kénan Saphire –Se llevó un mechón de cabello
tras la oreja, intentando ocultar sus nervios-. A quien ahora conocen como mí
marido – Carraspeó de forma suave-. Reconozco que a mis dieciséis años, acepté
mi cargo como futura heredera. Aceptando las responsabilidades que eso
traía a mi vida… Por ello, pido disculpas por mi comportamiento
poco correcto, ante el hecho de que contrajera matrimonio en aquel momento, sin
pensar en el daño que podía infligir a la larga. Pero, no era más que una
adolescente dando un cambio a mujer… -Se encogió de hombros-. Y somos muchos
los que en esa edad hacemos cosas que suelen acabar siendo errores.
¡Y
ahí estaba su confesión!
Pensó
con el ceño fruncido Kénan. Él, era un error en la vida de ella. No entraba en
la ecuación de su vida.
¡Fantástico!
Había
sido rechazado ante todo Mónaco. Pensó con amargura, mientras se llevaba la
mano al pantalón y de ahí, extraía la caja que había ido con él a todos lados.
Era
minúscula, de piel negra. Y dentro, se hallaban las alianzas de matrimonio que
se habían puesto aquella noche en Irlanda.
Dos
simples aros de plata, a los que él había reforzado con oro blanco… Un anillo
viejo junto a uno nuevo, el que se suponía simbolizaría una nueva vida repleta
de amor e ilusión.
Pero
ya no era así. Nunca iban a volver a reposar en el dedo de aquella primera y
única noche.
-Como bien ha comentado mi marido,
el amor no siempre es fácil, ni recíproco… Ha pasado mucho tiempo de aquel amor
inocente y desconfiado –Sus ojos se iluminaron un poco con el brillo de las
lágrimas-. Hoy mismo, cada uno ha podido ver algo diferente en el encuentro de
ésta mañana –Soltó un resoplo fuerte-. Pero una vez más, volvieron a surgir
diferencias… Siento que hayan tenido que presenciar un momento difícil y débil,
de mi vida. Pero mis abogados ya lo tienen preparado, para zanjar de forma correcta
y agilizada, el asunto éste martes. Así, que nos volverán a ver juntos éste martes,
en los juzgados para firmar el acuerdo.
Y
allí, Jacqui volvió hacer un movimiento de cabeza como a modo de despedida,
para salir del lugar, sin responder a nada de lo que pedían a gritos los
periodistas.
En
cierta manera, ya lo había dicho todo. No había nada más que aclarar ni que
tuvieran tampoco que saber.
Con
movimientos automáticos, se puso en pie, observando como Zaida también lo hacía
con cierta mirada de lástima.
-Lo siento mucho Kénan –Dijo con tono
sincero.
-Gracias –Mostró una sonrisa un
tanto despectiva.- Pero ya sabemos lo que conlleva el amor, unas veces se gana
y otras –Aspiró con fuerza-. Se pierde como me acaba de ocurrir a mí.
-Cierto –Le sonrió, apoyando una
mano en su brazo-. Gracias por haberle mostrado al mundo, que aunque se pierda
hay que intentar luchar, porque a veces bien se lo merece.
-Duele sufrir así –Confesó con
sinceridad-, pero también es necesario vivir el dolor, para poder avanzar en la
vida y no quedarse estancado en algún recuerdo –La agarró de las manos, para depositar
en ellas la caja de piel claramente desgastada.
-¿Y esto? –Frunció la joven el
ceño, sin atreverse a mirar el contenido.
-Ha sido i compañera por todo éste
tiempo –Decidió confesar la verdad, sin temor a destapar una vez más su
corazón-. Son nuestras alianzas –Sonrió con una pequeña mueca-. Yo las guardé,
llegando a mejorar el pequeño metal que eran… Con la esperanza, de que algún
día volveríamos a llevar como muestra de nuestro amor. Pero está claro, que no
me van hacer falta y tampoco quiero, que ahora se vuelvan un objeto de
amargura. Te las entrego cargadas de ilusión, búscales un lugar digno.
Le
guiñó un ojo y con paso apenado, se acercó a la puerta para salir de allí.
¿Pero
dónde ir ahora?
No me gusta hablar mal de los demas, pero.... eres muy mala.. :( la verdad es que me encanto, y seguire esperando con ansias el final de estos dos, "que maldad mas grande" es lo que pense cuando jacqui dio su discurso, pobre Kenan...
ResponderEliminarYocelyn tiene razón, eres mala, sis. Nos dejas ahí a medias y Jaqui se está pareciendo a ti con esa mala jugada con el pobrecito Kenan. Mira qué jugar así ¿y si se le escapa? Aish!! Espero el final pronto, no me tengas en ascuas , bruja.
ResponderEliminarMuy muy mala!!! Que desespero... por fi... mas ������
ResponderEliminarMuchos besos a todas �� �� ��