Cerraba
el libro que estaba consultando con cierto atoramiento en su cerebro, por el
tratar de incrustarse toda la máxima información posible y por hallarse algo
cansada, que al consultar la hora en su reloj de pulsera, dio un pequeño brinco
en la silla al comprobar que habían transcurrido dos horas prácticamente, y no
tenía ni idea de por dónde andaba Gregory.
No
podía creerse que hubiese pasado tanto rato, sin ir él a incordiarla un poco.
¿Pues
ella ya tenía ganas de volver a casa? ¿Acaso debía ponerse a buscarlo ahora?
Pensó
totalmente frustrada, al levantarse de la silla con los tres libros que había
seleccionado aquella vez para estudiar, decidiendo que una vez que los guardara
y recogiera sus cosas. Daría una pequeñísima vuelta por la zona de recepción
por si lo veía. Que no tenía esa suerte… Que cogiera el bus, pensó con sonrisa
traviesa girando por los solitarios pasillos formados por enormes estanterías y
llevándose el mayor susto de su vida, al ver al sujeto de sus pensamientos
apoyado contra el estante en donde debía dejar los libros.
Toda
ella se puso en alerta.
Tal
vez fue por la mirada que le dirigía, por la postura relajada que presentaba o
por la sonrisa lobuna que apareció en sus labios, al ver como ella había
acudido a lo que parecía una encerrona.
¡Por
que aquello es lo que sentía, ante su presencia y en un lugar tan tenue de luz!
Maldita
sea, cómo no ponían más fluorescentes por los pasillos. Pensó quieta en el
lugar y decidiendo si dejar caer los libros al suelo, a la buena suerte de un
samaritano y largarse a su coche, como el avestruz de los dibujos.
Había
que joderse, su coraje ya se hallaba en el coche intentando darle al acelerador,
para poner distancia en menos de un segundo de él… Pero faltaba el paquete, el
cuerpo… ¡Ella!
-No
te asustes pequeña, que soy yo… -Dijo con humor eh incorporándose del estante.
-Eso
es lo que me asusta –siseó para sí misma, decidiendo dar un paso alzando su
barbilla y creyendo, que si se hacía la despistada… -. Ahora iba a dar un
volteo por si te veía, es hora de irse.
-¿De
verdad no ibas a dejarme plantado? –Preguntó con voz ronca, justo a su lado
cuando estaba depositando los libros en un estante, tres palmos por encima de
su cabeza.
-¿Estás
seguro de querer escuchar mi respuesta? –Soltó puntillosa sin atreverse a
mirarlo.
Gregory,
solo supo soltar una risita controlando el volumen en todo momento.
-¿Ya
hiciste lo que venías hacer?
-Sí
–Respondió escueta-. ¿Y tú?
¡Pero
porqué narices preguntas! Se riñó completamente alarmada y con el corazón a mil
por hora, sabiendo que no debía darle tanta coba al hombre… Venga, guardo el
último libro y me voy al coche, se dijo intentando controlar sus nervios.
Pero
no llegó a dejarlo en el estante, pues él escogió volver hablar y la despistó
un poco… Bastante.
-Ya
hablé con un viejo amigo, pero él no era mi objetivo, sino tú –Soltó en un
susurro, consiguiendo que girara a mirarlo con ojos abiertos como un conejo
ante los faros de un coche-. Tranquila –Siguió hablando en tono apaciguador,
mientras aproximaba a pocos centímetros su cuerpo al de ella, alargaba su brazo
para quitarle con mucha delicadeza el tomo gordo que sostenía-. Mejor guardo yo
esto, no vayamos hacernos daño –Sus ojos brillaron con humor, regalándole seguidamente
un guiño embaucador-. También anduve mucho por éstos pasillos, pero solo me
faltó hacerlo junto a una preciosa chica. Creo que tampoco le di mucha
importancia en su día como mis amigos, porque no conocí a ninguna chica como tú
–Siguió hablando, mientras conducía sus cálidas y grandes manos a su rostro,
observando como ella se hallaba aún paralizada-. No tengas miedo –dijo con
media sonrisa y empleando el tono de médico como con sus pacientes-, no te va a
doler, ni notaras ningún pinchazo… Pero si es posible, que notes un pequeño
salto en tu corazón –Habló con burla, atrapando con gran pasión los jóvenes y
dulces labios de Megan.
Pasillos, callejones...vayas como están las dos!! Me alegró volver a leer esta historia...Vamos Gregory!!!
ResponderEliminar¿¿¿Y ahí lo dejas??? Después de tanto tiempo... ¿me quedo ahí? No puede ser... ya volvemos a las andadas jijiji.
ResponderEliminarGracias EJ. Muchos besitos 😙 😙
No es Thais soy Yola, pero como entre con la tablet de Thais sin querer no cambie el nombre jijiji
Eliminar