jueves, 10 de diciembre de 2015

Becaria Pueblerina 21

Capitulo para todas y para mi mariposilla Nata, que me lo pidió con mucho cariño... Ejem... Boli rojo... jejeje 

-Vaya –Silbó encantado-, creo que esto tendría que haberlo grabado, para mostrárselo a las chicas.
Karolaine rió por una vez a gusto, sintiéndose sin quererlo apoyada por sus amigas desde la ciudad de Londres.


-Tonto –Rió encantada y yendo a darle un abrazo lleno de cariño-. Al final te han metido a ti en el embrollo.
Matt, le guiñó un ojo antes de ir a sentarse en la cama de matrimonio.
-Sabían por medio de Lucas, que me hallaba aquí en la ciudad –Comenzó a explicarle-, me comentaron lo que te ocurría y decidí colaborar de forma voluntaria.
-¿Y me puedes decir exactamente, en qué se vasa esa colaboración voluntaria tuya?
-En que te ganes el corazón de ese gigante de ahí fuera –Dijo con cierta mueca de terror-, quien ahora mismo, debe de estar imaginando mil y una maneras, de romperme el cuello.
La chica volteó los ojos al techo.
-Creo que es perro ladrador pero poco mordedor –Rebufó, yendo al armario y buscar entre las prendas de Clara unas mallas, para ponérselas y salir al comedor algo más decente según Sebas.
-¿Segura?
Karolaine asintió con un gesto de cabeza, cerrando las puertas del ropero.
-Sabe que ya soy adulta y que mi hermano Dereck, no es tan monje conmigo, como a él le gustaría –se fue a sentar a su lado en el mullido colchón-. ¿Y qué ingenioso y loco plan habéis elaborado todo el séquito?
El hombre, no pudo evitar soltar una pequeña carcajada.
-Me voy a convertir en tu amigo, que viene a pedirte derechos de roce, mientras estas aquí en la ciudad por vacaciones, tras lo ocurrido en Sicilia.
Karolaine se lo quedó mirando por un segundo en silencio, para después echarse a reír.
-Sebas no es tonto –Se cruzó de brazos-, es igualito de ligón que todos vosotros.
Matt también rió otra vez, por aquel dato.
-Simplemente habrá que hacerlo muy bien –Señaló con sonrisa picarona.
-Qué abarca ese –alzó los dedos para hacer unas comillas y enmarcar las siguientes palabras-, hacerlo bien.
-Las muestras de cariño que se nos vengan en mente, siempre que esté él presente.
Ella, comenzó a negar con firmeza con su cabeza.
-Haber pequeña –le acarició la mejilla con cariño-, no debes preocuparte –Le guiñó un ojo y empleó cierto tono guasón-. Prometo no enamorarme de ti, pues ya lo estoy de mi novia.
-¡HO! –Se alzó de sopetón de la cama-. ¿Acaso quieres perderla si te pilla?
-No conoces a Jasmine –Rió abiertamente-, ella está súper emocionada por conocerte y colaborar.
Karolaine se llevó las manos a la nuca, para soltar un gemido en protesta.
-Porqué nadie que conozco está bien de la cabeza.
-¿Eso es un sí? –Quiso saber impaciente y emocionado por empezar todo el teatro.
Pero unos golpes en la puerta sin ningún tipo de discreción, interrumpió de responder. Era obvio, que por la energía de aquellos golpes, su querido perro guardián, comenzaba a impacientarse de que estuviera en el dormitorio en compañía masculina.
-Te recuerdo que la cena está en la mesa enfriándose –Masculló a secas.
-Ya salimos –Respondió volteando los ojos al aire-. Vamos, antes de que decida taladrar esa puerta con un taladro para observarnos –Soltó sin importarle emplear un tono de voz algo alto, para que lo escuchara.
-Te he oído –Confirmó éste en un gruñido.
-Bravo –tarareó con ironía-,  recuérdame que hagamos una fiesta para brindar por tus perfectos oídos a tu edad –Le respondió, viendo como Matt se aguantaba la risa, mientras que al otro lado se escuchaba rebufar al perro.
-Niña impertinente –Masculló alejando sus pasos de allí con cierto enfado.
-Vaya –suspiró alzándose de hombros-, ya volví a la categoría de niña. Obvio, que no le gusta que estés aquí –Se giró a mirarlo divertida-. No sabes dónde te has metido, Matt.
-Y él, tampoco sabe con quién se está metiendo –Le guiñó un ojo con cierta picardía-. Ven aquí –Pidió agarrándola del brazo, antes de que abriera la chica la puerta del dormitorio-. Vamos a darle algo en qué pensar –Indicó, antes de revolverle un poco el pelo a la chica y rasparle las mejillas con la barba de dos días que llevaba.
-¿Qué demonios? –Frunció el ceño divertida-. Estas cavando tu tumba Matt.
-Él, sí que la va a cavar en pocos días, si no te muerde –Soltó empujándola fuera del dormitorio.

-Difícil os va a resultar vuestro  plan –Susurró ella, mientras iban por el pasillo para salir al encuentro de Sebas, quien se hallaba sentado a la mesa con los dedos tamborileando a una marcha desenfrenada sobre la pobre mesa.

1 comentario:

  1. ¡¡¡GRACIASSSSSSSSSSSSSSSS!! ¿he dicho que te quiero? Extrañaba mucho esta historia, pero mucho mucho mucho! Ahhhh y me dejas en lo mejor! tendré que seguir acosándoet o enviándote saluditos navideños! ¿Cómo va a reaccionar Seba?

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