Capitulo para todas y para mi mariposilla Nata, que me lo pidió con mucho cariño... Ejem... Boli rojo... jejeje
-Vaya –Silbó encantado-, creo que
esto tendría que haberlo grabado, para mostrárselo a las chicas.
Karolaine rió por una vez a gusto,
sintiéndose sin quererlo apoyada por sus amigas desde la ciudad de Londres.
-Tonto –Rió encantada y yendo a
darle un abrazo lleno de cariño-. Al final te han metido a ti en el embrollo.
Matt, le guiñó un ojo antes de ir
a sentarse en la cama de matrimonio.
-Sabían por medio de Lucas, que me
hallaba aquí en la ciudad –Comenzó a explicarle-, me comentaron lo que te
ocurría y decidí colaborar de forma voluntaria.
-¿Y me puedes decir exactamente,
en qué se vasa esa colaboración voluntaria tuya?
-En que te ganes el corazón de ese
gigante de ahí fuera –Dijo con cierta mueca de terror-, quien ahora mismo, debe
de estar imaginando mil y una maneras, de romperme el cuello.
La chica volteó los ojos al techo.
-Creo que es perro ladrador pero
poco mordedor –Rebufó, yendo al armario y buscar entre las prendas de Clara
unas mallas, para ponérselas y salir al comedor algo más decente según Sebas.
-¿Segura?
Karolaine asintió con un gesto de
cabeza, cerrando las puertas del ropero.
-Sabe que ya soy adulta y que mi
hermano Dereck, no es tan monje conmigo, como a él le gustaría –se fue a sentar
a su lado en el mullido colchón-. ¿Y qué ingenioso y loco plan habéis elaborado
todo el séquito?
El hombre, no pudo evitar soltar
una pequeña carcajada.
-Me voy a convertir en tu amigo,
que viene a pedirte derechos de roce, mientras estas aquí en la ciudad por
vacaciones, tras lo ocurrido en Sicilia.
Karolaine se lo quedó mirando por
un segundo en silencio, para después echarse a reír.
-Sebas no es tonto –Se cruzó de
brazos-, es igualito de ligón que todos vosotros.
Matt también rió otra vez, por
aquel dato.
-Simplemente habrá que hacerlo muy
bien –Señaló con sonrisa picarona.
-Qué abarca ese –alzó los dedos
para hacer unas comillas y enmarcar las siguientes palabras-, hacerlo bien.
-Las muestras de cariño que se nos
vengan en mente, siempre que esté él presente.
Ella, comenzó a negar con firmeza
con su cabeza.
-Haber pequeña –le acarició la
mejilla con cariño-, no debes preocuparte –Le guiñó un ojo y empleó cierto tono
guasón-. Prometo no enamorarme de ti, pues ya lo estoy de mi novia.
-¡HO! –Se alzó de sopetón de la
cama-. ¿Acaso quieres perderla si te pilla?
-No conoces a Jasmine –Rió
abiertamente-, ella está súper emocionada por conocerte y colaborar.
Karolaine se llevó las manos a la
nuca, para soltar un gemido en protesta.
-Porqué nadie que conozco está
bien de la cabeza.
-¿Eso es un sí? –Quiso saber
impaciente y emocionado por empezar todo el teatro.
Pero unos golpes en la puerta sin
ningún tipo de discreción, interrumpió de responder. Era obvio, que por la
energía de aquellos golpes, su querido perro guardián, comenzaba a
impacientarse de que estuviera en el dormitorio en compañía masculina.
-Te recuerdo que la cena está en
la mesa enfriándose –Masculló a secas.
-Ya salimos –Respondió volteando
los ojos al aire-. Vamos, antes de que decida taladrar esa puerta con un taladro
para observarnos –Soltó sin importarle emplear un tono de voz algo alto, para
que lo escuchara.
-Te he oído –Confirmó éste en un
gruñido.
-Bravo –tarareó con ironía-, recuérdame que hagamos una fiesta para
brindar por tus perfectos oídos a tu edad –Le respondió, viendo como Matt se
aguantaba la risa, mientras que al otro lado se escuchaba rebufar al perro.
-Niña impertinente –Masculló
alejando sus pasos de allí con cierto enfado.
-Vaya –suspiró alzándose de
hombros-, ya volví a la categoría de niña. Obvio, que no le gusta que estés
aquí –Se giró a mirarlo divertida-. No sabes dónde te has metido, Matt.
-Y él, tampoco sabe con quién se
está metiendo –Le guiñó un ojo con cierta picardía-. Ven aquí –Pidió
agarrándola del brazo, antes de que abriera la chica la puerta del dormitorio-.
Vamos a darle algo en qué pensar –Indicó, antes de revolverle un poco el pelo a
la chica y rasparle las mejillas con la barba de dos días que llevaba.
-¿Qué demonios? –Frunció el ceño
divertida-. Estas cavando tu tumba Matt.
-Él, sí que la va a cavar en pocos
días, si no te muerde –Soltó empujándola fuera del dormitorio.
-Difícil os va a resultar vuestro plan –Susurró ella, mientras iban por el
pasillo para salir al encuentro de Sebas, quien se hallaba sentado a la mesa
con los dedos tamborileando a una marcha desenfrenada sobre la pobre mesa.
¡¡¡GRACIASSSSSSSSSSSSSSSS!! ¿he dicho que te quiero? Extrañaba mucho esta historia, pero mucho mucho mucho! Ahhhh y me dejas en lo mejor! tendré que seguir acosándoet o enviándote saluditos navideños! ¿Cómo va a reaccionar Seba?
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