- ¿Caro, sucede algo? –Flavio se obligó a
preguntar. Él no deseaba escuchar la
respuesta, ya la presentía, pero tenía que hacerlo. Era un completa ironía… él
estaba enamorado. Realmente amaba a
Caro… por primera vez, él estaba enamorado… pero ella…
Carolina soltó su
sándwich y lo miró reticente. Flavio
siempre tan directo… y ¡ella aún no sabía cómo decírselo!
Las palabras de
Lauren resonaron en ella… “sin castillitos en el aire”. Tenía razón.
Flavio quería sinceridad… ella lo había engañado sin proponérselo. Él, lo mínimo que merecía, era honestidad en
la decisión.
- Flavio, lo que debo decirte… es… difícil
–Caro suspiró y maldijo su vacilación.
Es que Flavio era… él era un hombre maravilloso, del que bien podría
estar enamorada… pero, no lo estaba- Flavio yo…
Él esperó. Quería que Caro hablara de una vez… pero
no. Ella parecía meditar muy bien lo que
quería decir. Bueno, él había pasado por
esto cientos de veces; claro estando él en la posición de Caro, así que ya se
imaginaba de qué iba todo. Respiró hondo
y soltó lo que tenía que decir.
- Caro… ¿quieres terminar conmigo? -apuntó él como si hablara del clima.
Carolina se quedó
boquiabierta. Flavio era directo pero…
no se imaginaba hasta que punto. Ella se
quedó helada, se suponía que sería fácil… él se lo había hecho todo fácil y sin
embargo…
- ¿Es eso Caro?
-Flavio repitió al ver que Caro no dejaba de mirarlo sorprendida- ¿Quieres terminar conmigo?
- Flavio… -Caro respiró hondo y asintió con la
cabeza- sí -con sorpresa sintió que sus ojos se llenaban
de lágrimas.
- No, Caro… -Flavio se sintió dolido y sorprendido. Se suponía que era él quien tendría que estar
destrozado… la amaba, pero Carolina estaba a punto de llorar- ¿Es mejor que vayamos a mi auto no te parece?
Ella estaba con el
rostro dirigido al suelo pero asintió ligeramente. Él la dirigió con cuidado y rodeándole con un
brazo.
Lauren los miró desde
el otro extremo… eso no parecía una ruptura precisamente. Flavio abrazaba a Caro y salieron
juntos. Bien, tal vez no todo había
estado decidido.
Flavio abrió la
puerta para que Caro entrara y luego se subió él. Tomó el rostro de Caro con suavidad y la
obligó a mirarlo.
- Caro, está bien. En verdad… -él afirmó intentando sonreír
cuando su corazón estaba destrozado- todo está bien –asintió con energía,
convenciendo a Carolina… y a él mismo.
- Flavio, no quise hacerte daño -Carolina le tapó la boca con un dedo cuando
él intentó interrumpirla- No, déjame
hablar. Estos meses juntos han sido
hermosos. Tú eres el hombre que toda
mujer sueña… sé que puedes amar y entregarte por completo. Yo no… -Caro suspiró hondo y siguió- yo no puedo entregar mi corazón por completo
a nadie… porque aún amo a Fernando… nunca dejé de amarlo… -la voz de Caro se
apagó.
Flavio pensó estar
preparado para todo… pero no fue así. Su
corazón se volvió a quebrar en mil pedazos… sintió que no volvería a ser el
mismo. Escuchar a la mujer que amas,
decir que ama a otro… ¿hay algo peor?
- Caro, mírame
-Flavio dijo firmemente- Yo no te
culpo de nada. Podría… pero sé que no es
tu culpa, ni de nadie. Sencillamente
sucede… tú querías rehacer tu vida y tienes todo el derecho… pero si te sigues
aferrando al pasado, no lo lograrás. Lo
único… -él le miró directamente- lo
único que te digo es date una oportunidad Caro.
No… -negó él cuando ella iba a replicar-
no conmigo. Encontrarás a alguien
que te hará feliz… espero de corazón que
lo seas.
Carolina quería
llorar pero se mantuvo fuerte. Cerró con
fuerza los ojos para no derramar más lágrimas y sintió la mano de Flavio en su
mejilla.
Él intentó resistirse
pero no pudo. Tuvo que besarla por
última vez… ¡No! No podía hacerse esto…
en el último segundo, Flavio desvió sus ojos de los labios de Caro y rozó con
sus labios la mejilla de ella.
- Vamos.
El receso ha terminado -dijo
Flavio y se obligó a desviar la mirada.
¡Cuánto le dolía mirarla!
Carolina se bajó del
auto como pudo. Se sentía algo aturdida
y cansada… como sí… no podía expresarlo.
Y así… se terminaba
su corta historia con Flavio.
***
Era una bella mañana
de sábado. Sí, dentro de unas horas
estaría atado por un año a Debbie.
Fernando se sentía cansado, nervioso y muy indeciso. Carolina… ese era su único pensamiento. Ella y nadie más, si tan solo él pudiera…
pero no. Las cosas ya estaban
decididas. El contrato estaba listo y….
solo faltaba su firma. Releyó nuevamente
el prenupcial. Era justo, las
estipulaciones aseguraban sus intenciones sobre Christopher… él tenía el deber. Él tenía la obligación…
Aún recordaba la
tarde de ayer, cuando habían firmado el acuerdo prenupcial. Deborah solo había preguntado por su
seguridad económica y él se sintió ofendido; pero cuando el abogado de ella le
quiso hablar de la cláusula que estipulaba la custodia de Christopher… le
respondió que no importaba. Que en ese
tema firmaría lo que sea… eso lo hizo sentirse asqueado. ¿Cómo podía alguien renunciar a su hijo así?
Sí, era
definitivo. Él tenía la obligación de
proteger a su sobrino… se lo había prometido a su primo y lo cumpliría… así en
el camino dejará su posibilidad de ser feliz con la mujer que amaba.
Miró su reflejo en el
espejo y divisó en sus ojos solo recuerdos y nostalgia… Un imposible… algo que
ya no sería nunca más… ¿estaba seguro de lo que iba a hacer?
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