- ¡Ay, Caro!
Pero, es que… ¡esto solo te puede pasar a ti! -exclamó Danna con un poco de estruendo,
provocando que varias miradas se dirigieran a ellas.
- ¡Danna, habla más bajo! -reprendió Caro y la miró mortificada- recuerda que estamos en la academia.
- Es que con semejante historia… -suspiró y le clavó una mirada
inquisidora- Un momento… -ahí estaba,
esa suspicacia brillando en sus ojos-
¿Por qué me pediste que viniera a tu trabajo?
- ¿Yo?
-Caro intentó fingir demencia- No
lo recuerdo… ¿te lo pedí?
- No exactamente… pero me dijiste que era algo
sumamente increíble y urgente… ¿Quién se resistiría a algo así? ¿Qué mujer en su sano juicio, Caro?
- ¡Dramática!
-evadió Caro paseando más rápidamente por el pasillo.
- Si sigues así… harás un hoyo… -observó Danna divertida.
- ¡Danna! Tú te estás burlando de mí y…
- Y no te desvíes del tema… -retomó sin hacerle caso- tú querías que viniera… ¿por qué?
- Eso no es… -Caro intentó negar pero se
detuvo- Bien, sí quería que vinieras…
pero es que estaba confundida y necesitaba hablar con alguien, dado que tu eres
mi mejor amiga pensé que…
- Sí, si… pero hay algo más ¿cierto? -Danna no se iba a rendir.
- Bien… sí.
Es por… ¡Flavio! -exclamó Caro ahogando un gritito.
- Y luego dices que yo soy la escandalosa… -murmuró Danna- así se va a enterar… -su voz se fue apagando conforme Caro hacía
señas indicándole que alguien estaba detrás…
La curiosidad pudo más y… descaradamente volteó el rostro para encontrarse
con… un hombre guapísimo.
Caro angustiada
miraba como el hombre del que huía se acercaba.
Parecía que las palabras que había estado a punto de decir lo hubieran
conjurado. ¡Flavio! Miró aquellos ojos verdes y… se sintió más
perdida que nunca. ¿Habría confusión más
grande?
Intentó aclararse la
garganta para poder presentarlos. Ya que
Danna estaba ahí, debía servirle para evitarle una conversación “seria” con
Flavio.
Flavio miró a Caro,
cada día la veía más hermosa y su enfado se evaporó instantáneamente… su
corazón se contrajo tanto que le dolió… se sentía tan débil… a merced de
ella. Sus ojos, esa boca de ensueño
y… no pudo más. Hizo lo único que sintió era lo
correcto… sonrió ampliamente y…
Caro habría esperado
todo menos un beso. Cuando Flavio
sonrió… sintió que le fallaban las piernas y…
cuando sintió sus labios sobre los suyos… estuvo a punto de desfallecer… solo por eso se había abrazado a su cuello,
acariciado su cabello, tocado su mejilla y…
se dio cuenta que “alguien” se aclaraba la garganta… ¡Danna seguía ahí!
La cara de Danna era
digna de un retrato. Estar sin palabras…
era una expresión que se quedaba corta frente a su complejo rostro.
Caro se separó de un
salto… literalmente. Flavio se
sorprendió por la reacción algo tardía de Caro pero sonrió. Ahora sí, que le presentara a la guapa mujer
que la acompañaba.
- ¡Flavio, que sorpresa! -inspiró fuertemente y se apoyó en la
pared. No pasó por alto la sonrisa
burlona de Danna. Podía hasta leerle el
pensamiento… “eso te pasa por burlarte de mí y Leonardo”. Ironías de la vida- Te presento a Danna, mi mejor amiga. Danna, él es Flavio… -e hizo una pausa…
larga… incómoda- mi…
- Mucho gusto
-adelantó la mano Flavio y estrechó la de Danna, aunque le besó
levemente la mejilla también- ¿Cómo está
Danna?
- No me trates de usted, Flavio. No creo que parezca tan vieja ¿no? -intentó distender el ambiente.
- ¿Vieja?
Podría calificarte con muchas adjetivos, guapa. Y definitivamente vieja no es uno de
ellos -sonrió seductor Flavio.
- Cuidado…
-murmuró Caro y Flavio soltó una risa rica y profunda.
- Creo que…
estoy advertido.
- Sí, ya lo creo Caro… -rió también Danna- soy casada por si mi amiga no lo ha hecho tan
evidente señalando mi anillo de bodas
-comentó sarcástica.
Caro la miró
rápidamente. Danna tenía razón… mientras
decía cuidado, había estado observando la mano donde brillaba el aro de
matrimonio… ¡Estaba volviéndose
loca! Ahora ya ni consciente de sus
actos era.
- ¿Qué?
¡Danna, estás loca! -intentó
sonar burlona… pero en realidad se oyó bastante nerviosa. ¿Qué le estaba pasando? ¿En realidad Flavio le afectaba tanto? Hasta el punto de…
- Nunca me ha detenido un anillo… -pronunció con tono de un seductor consumado
Flavio y Danna rió… Caro lo miró, él
estaba bromeando… aún cuando su voz pareciera que lo decía muy enserio.
- Se notó que es otra persona quien ha captado
tu interés… -sacudió Danna la mano en el
aire- si el brillo en tu mirada y
sonrisa no hubieran sido suficientes… si lo fue el beso que le diste…
Danna había logrado
dejarlo sin réplica. Bien, aunque estaba
bastante sonrojada… se sentía internamente satisfecha por su amiga… a pesar que
luego la mataría con gusto y lentamente…
- Tengo algo de hambre Caro… ¿dónde está la
cafetería?
¿Había escuchado
bien? ¿Danna estaba planeando dejarla a
solas con… Flavio? ¡No! Era lo último que quería… primero debía
aclarar un poco su confusa mente y darse un respiro…
- Yo te llevaré… también tengo hambre y mi
próxima hora de clase la dicto en 40 minutos… vamos -tomó el brazo de Danna y, Flavio las siguió.
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