martes, 23 de junio de 2015

Aún te amo 7° Gaby Ruiz



Caro daba vueltas en su cama.  Había sido una cita… ¡maravillosa! ¡estupenda! ¡única!  Y…  y se dio cuenta que…  ¡Rayos!  ¿estaba enamorándose?  Claro…  por qué… ¿de qué otra manera se explicaba que besara a Flavio?  ¡Lo había besado!  Y no una…  ¡varias veces!  Y…  cielos… ¡como lo había disfrutado!

Aún podía saborear un rezago de las sensaciones en su cuerpo…  Hummm…  tenía una sensación de vértigo y…  un extraño nudo aprisionaba su estómago…  ¿eso era amor?  Había pasado tanto tiempo que  probablemente lo había olvidado pero…  si no era amor…  era sospechosamente parecido…
Se cubrió el rostro con la sábana.  Tenía que dormir y dejar de darle vueltas al asunto.  Miró el reloj en la mesita de noche…  había dicho lo mismo hace unas tres horas… y seguía ahí…  recordando cada palabra…  cada gesto…
Y…  rememorando el beso, cerró los ojos y se abandonó al sueño que se había, finalmente, manifestado.

Miró el reloj.  ¡Estaba retrasada!  -movió la cabeza negando-  ¿cómo pudo haberse quedado dormida?  Jamás…  jamás… se quedaba dormida… pero, esta vez…  bueno, el día anterior no había sido de lo más normal…  no tenía nada que ver con sus rutinarios días en todos esos años…
-  Buenos días, señores.  Disculpen el retraso  -Caro se dirigió a los estudiantes y tomó su cuaderno de apuntes, lista para iniciar la clase.
Exhaló el aire contenido cuando, por fin, el sonido del timbre anunciaba el receso de clases.  Sonrió tomando su bolso…  y se congeló al instante.  Había estado tan concentrada en sus “emociones” que no había tomado en cuenta lo que pensaría él…  Flavio…  ¡demonios!  Bien podía tenerla en el peor concepto… dar por hecho algo que ella no era…  ¿cómo pudo besarlo en la primera cita?  ¡Ni siquiera lo conocía!  -ya, eso no era del todo cierto-  Bueno… lo poco que conocía no era suficiente para…
-  Hola Caro  -sonrió devastadoramente Flavio-  estás muy…  ¿sucede algo?
-  Hola  Flavio  -musitó Caro desviando sus ojos-  no…
-  ¿No?  -él la miró sin entender-  ¿no qué?
-  No sucede nada…  -explicó.
-  Ah  -dijo él desilusionado-  ¿no?  -le clavó una intensa mirada.
-  Bueno… sí… pero…  -ella vacilaba sin saber qué era lo que quería decir…
-  Aja…  -soltó él divertido por su aparente falta de palabras.
-  Sí… tú…  ya me entiendes…  -hizo gestos en el aire.
-  No, ni de cerca…  -sonrió.
-  Ni yo  -emitió un bufido Caro-  no tengo ni idea de qué demonios hablo…  ¿cómo ibas a entenderlo tú?
-  Sí… cómo…  -río por lo bajo.
-  Flavio yo…  -Caro lo apuntaló con una mirada-  ¿te estás riendo?
-  ¿Yo?  -fingió inocencia-  no lo creo…
-  Sí, te estabas riendo  -afirmó enfadada-  Yo… intentando que…  -se cortó-  ¡y tú riendo!  -ella se tomó la cabeza entre las manos.
-  Caro  -él aprisionó su mano retirándola de su cabeza y con increíble dulzura repitió-  ¿qué sucede?
-  Flavio, yo no quiero que tú…  te equivoques y…  -Caro se removió inquieta al sentir la fuerza que él irradiaba en el apretón de su mano-  Yo…
-  ¿Equivocado?  -dijo casi en un susurro.
-  Flavio yo me siento…  una completa tonta diciendo esto…  no tiene sentido  -se soltó de su mano-  debes pensar que me estoy loca…
-  No  -él negó firmemente-  solo confundida, según veo.  ¿Existe un…  motivo para…?  -ella concentró su mirada en otro lado lo que hizo que él se detuviera al instante.
-  Vienen Camille y Lauren  -siseo Caro y a continuación pronunció-  ¿qué tal el día?
-  Agotador contando que estamos a media semana  -sonrió Lauren-  ¿cómo les fue?
-  ¿Dónde?  -preguntaron al unísono Caro y…  Camille-  ¿a qué te refieres?  -preguntó esta última.
-  Caro y Flavio tenían una…  -decía Lauren y fue acallada por una fuerte tos proveniente de Caro-  ¿qué?  ¿estás bien Caro?
-  Perfectamente.  Ya mejor…  Tengo sed, eso es todo.  Voy por una bebida…
-  Te acompaño  -se ofrecieron Lauren y Flavio a la vez.
-  Eh…  creo que voy sola.  ¿Nos encontramos en la mesa?
Caro caminó tratando de ordenar sus pensamientos.  No había nada de malo en que Lauren comentara sobre su cita con Flavio pero…  es qué si era incómodo, la verdad.  Ella era consciente de que Camille quería a Flavio para ella…  y…  pero, en realidad, no era eso lo que le molestaba…  incomodaba  -corrigió-  sino que…  no sabía qué esperar de Flavio…  ¿cuáles serían sus intenciones?  Y…  ¡maldita sea!  Estaba perfectamente consciente de que era demasiado pronto para pensar en eso.
Pensó un gran listado de maldiciones dirigidas hacía sí misma.  Realmente…  ¿qué era lo que le molestaba?  ¿qué era?
No quiso continuar en esa línea de razonamiento porque… sus pensamientos se habían estado desviando a rumbos peligrosos…  en particular a una sombra que tomaba forma en su mente…  ella estaba en contra y, sin embargo, aquella sombra… se convirtió en…  Fernando  -musitó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...