- Y yo…
-susurró Carolina llorando abiertamente y Fernando no lo soportó más… la
tomó en brazos y le acunó con ternura.
Para él, Caro siempre sería su niña… su pequeña necesitada de amor y
protección… era su vida… pero debía dejarla volar… tenía que hacerlo…- No…
-Caro se sintió desesperada cuando tras unos minutos que a ella le
pareció un instante, Fernando se separó y ocultó su rostro por última vez en su
cabello… lo acarició con ternura… y haciendo un esfuerzo sobrehumano se alejó.
- Adiós Caro…
-deseaba tanto decirle que… no la olvidaría jamás… que había sido su
vida… que con ella… que todo lo había experimentado con ella… su primer
noviazgo serio… un verdadero beso de amor… la primera vez que había hecho el
amor… todo esos recuerdos… todo le pertenecían a esa mujer que dejaba ahí… Su corazón… se quedaba ahí… si pudiera tan solo decirlo…
- Adiós Fer… mi Fernando… -habló bajito tocándose su pecho… aquel lugar
donde una vez había latido su corazón… ahora estaba vacío… Fernando se llevaba su vida con él… y no le dejaba más que recuerdos… y un lugar
tan vacío que hacía daño el solo sentirlo…
Caro le dio las espaldas
mientras lágrimas de dolor bañaban su rostro.
Contenía sus sollozos y prefirió no mirar cómo se alejaba su amor… Fernando no pudo mirar, lo intentó… pero por primera vez, se sintió
cobarde… si lo hacía, él no dejaría a Carolina nunca… y ya era tiempo de
alejarse…
Un
nuevo día en el instituto e increíblemente ya habían pasado 2 semanas desde su
llegada. La fiesta de Beth había sido
muy bonita y Danna estaba cada día más orgullosa de su hijastra. A Caro también le encantaba esa familia… -suspiró y algo en su interior le gritó que
ya era hora de seguir… de cumplir su sueño de casarse y tener una familia… de
dejar el pasado en paz… de enfrentarlo para que finalmente se convirtieran en
recuerdos.
- ¿Cómo estuvo la clase, Caro? -Flavio la saludó sonriente y se sentó junto
a ella- ¿Decidida a aceptar mi
invitación finalmente? -bromeó.
- Estuvo muy bien y… -Caro sonrió burlona- ¿cuál invitación? Qué yo recuerde… y aún tengo buena memoria…
no he recibido ninguna invitación…
- Claro que si…
-exclamó ofendido Flavio- Yo te
invité al cine… y no aceptaste…
- Una vez… y tenía un compromiso… no podía ir…
- Bien, pero ¿esta vez sí aceptaras? -dijo con una cómica seriedad.
- Hummm… sí
-afirmó Caro…
- Gracias, me has hecho el hombre más
feliz… -continuó bromeando…
- Gracioso
-replicó Caro pero riendo-
deberías ser actor y no músico…
- Es similar…
-intervino Lauren que escuchó lo último-
al final los dos terminan siendo payasos…
- Eso sí que me hizo gracia -murmuró Flavio irónico- ja, ja, ja.
- No es a ti a quien debe hacer gracia… -guiñó un ojo y Caro no pudo contener más la
risa.
- Bueno, esto está divertidísimo pero mi receso
ha terminado. Nos vemos Lauren, Flavio.
- Adiós Caro
-Lauren se despidió sonriente.
- Adiós guapa
-Flavio sonrió seductor- No
olvides nuestra cita…
- ¿Cita? ¿Cuál…? -exclamó Lauren pero Caro no
pudo escuchar más ya que se alejó rápidamente.
***
Llegada
la tarde, Caro estaba lista. Se miró
nuevamente en el espejo… sin duda los
años no pasaban en vano. Ya no era la
misma joven que salió la última vez al cine.
De hecho…. ¡ya estaba pensando
nuevamente en Fernando! No, debía dejar
de comparar todo con él… ya debía
renunciar a que todo le recordara a él…
hasta en lo más absurdo. Era
tiempo de seguir…
El
timbre sonó en ese instante. Contestó y
le dijo que bajaba en unos minutos. Ahí,
frente al espejo notó un sutil cambio en ella…
en sus ojos se reflejo algo que ya había olvidado… una ilusión… una nueva ilusión.
Caro
abrió la puerta y se encontró con un guapo Flavio, que vestía de jeans y un
sweater que resaltaba el color de sus ojos.
Sin duda, era un hombre sumamente atractivo y ella no podía creer que
iba a salir nuevamente y con alguien como él.
Flavio
se quedó sin aliento al ver a Caro.
Estaba hermosa con su cabello suelto, una sonrisa iluminando su rostro
y… un algo en sus ojos que…
- Hola Flavio ¿qué tal? -saludó risueñamente Caro.
- Hola Caro, muy bien y ¿tú?
- Bien.
¿Vamos ya? Estoy ansiosa por ver
esa película…
- Claro
-Flavio rodeó su auto y le abrió la puerta a Caro.
Carolina
se dio cuenta que no había notado que él tuviera un auto. La verdad no se fijaba mucho en eso. Pero, mirando ahora tan lindo coche… debía
empezar a fijarse más.
- ¿Qué tal Italia? -preguntó Flavio- ¿te estás adaptando?
- Sí, aunque al inicio extrañaba mucho a mi
familia y el clima de mi país, ahora ya estoy mucho mejor. Es que este país es hermoso…
- Sí
-asintió Flavio aunque en realidad miraba a Caro- ¿eres libre?
- ¿Cómo?
-espetó Caro sorprendida- ¿a qué te refieres?
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