viernes, 10 de abril de 2015

Gabriela Ruiz - Definitivamente amor 27



- Lo entiendo –asintió Emma intentando sostener con firmeza la mirada en el rostro de Nick y su voz sin vacilación- de cualquier manera, me ha gustado ser parte de tu vida, Nick.
- A mí también me ha gustado que lo seas y no quisiera que eso cambie.
- Es imposible que no cambie dadas las circunstancias, Nick –se incorporó y paseó la mirada por el salón- debo irme, he tenido una larga guardia y quiero descansar.
- ¿Te llevo a casa? –ofreció Nick y ella negó- ¿puedo hacer algo por ti?

- No, solo termínate las galletas o me sentiré terriblemente ofendida.
- ¿Ahora mismo? –bromeó entrecerrando los ojos Nick.
- Más tarde –sonrió levemente Emma- adiós Nick.
- Emma –él le tomó de la mano con suavidad- creo que la repostería es una habilidad indispensable en una esposa ¿tú que opinas?
- ¿Disculpa? –Emma lo miró con extrañeza, como si se hubiera vuelto loco- bien… supongo que es algo… -él sonrió y se acercó un paso- algo bastante útil y… -otro paso más hacia ella- si te gustan los postres y… -uno más.
- Me encantan –pronunció Nick cerrando el espacio entre ellos- así que… ¿qué dices?
- Que no entiendo de qué estás hablando –dijo Emma incrédula- y creo que has perdido la razón.
- Probablemente –asintió pensativo- seguramente es apresurado pero no puedo imaginarme nada diferente.
- Nick ¿te sientes bien? –interrogó con preocupación.
- Sí, muy bien –él le rozó los labios- muy bien.
- Nick, no vuelvas a hacer eso…
- Emma ¿acaso no lo ves? –él la miró como si ella fuera la que estuviera desvariando, lo que en opinión de Emma hacía Nick- yo estoy enamorado de ti.
- ¿Tú…?
- Sí, claro que sí –confirmó sonriente.
- Pero tú… yo pensé que tú… -exclamó confusa
- Emma, tú no quisiste salir conmigo pero de alguna manera me las arreglé para que te enamoraras de mí también ¿o no? –rió cuando ella puso en blanco los ojos- no sé como lo hice pero me alegro de haberlo hecho.
- ¡Nick, suéltame! –pidió Emma aunque no pudo evitar reír en sus brazos- yo no sé cómo sucedió pero… tú y Vicky…
- Es una gran amiga –se encogió de hombros Nick- y, por si te preguntas qué hacía aquí –soltó burlón mientras Emma se sonrojaba avergonzada- me ha traído un guion que le ofrecieron y quería conocer mi opinión.
- ¿Eso era todo? –preguntó con desconfianza Emma.
- Por  mi parte, sí –restó importancia Nick con una gran sonrisa- ¿estás celosa?
- Nick, no seas absurdo –emitió una risita nerviosa- yo no…
- Emma, yo también te amo –confesó Nick con rapidez.
- ¿También me amas? –repitió mirándolo de inmediato, con sorpresa.
- Yo también, ya lo sabes –confirmó Nick contra sus labios- te amo –murmuró antes de atraparlos. Y la besó. Con suavidad, lentamente para saborear el momento y, porque realmente, no tenían ninguna prisa. Emma no se iría a ningún lugar. Nunca. Al menos, no sin él.
Porque le pertenecía. No importaba nada más, solo lo sabía. Emma era suya. Tal como él era solo suyo. De nadie más. Solo de Emma. Ella podía destruirlo o amarlo.
Y con cada beso se afirmaba más en lo último. Ella lo amaría. Definitivamente lo amaría. No, ya lo amaba. Y seguiría haciéndolo.
Eso era la felicidad. Así que eso era la absoluta felicidad. Amar y ser amado. ¿Quién lo habría imaginado?
- No vuelvas a asustarme así –exigió Emma entre beso y beso- ¡pensé que no me amabas!
- ¿Por qué lo pensaste? Yo no he dicho nada parecido ¿o sí?
- ¡Pensé que la amabas a ella! –frunció los labios y él sonrió- no es gracioso.
- Sí que lo es. Creí que valía si te hacía ver un poquito lo irresistible que soy.
- Eres tan tonto –cruzó sus brazos pero rió- ay Nick, no quiero perderte.
- ¿Perderme? Emma, esto apenas está iniciando y, te advierto, que no pienso irme a ningún lugar.
- ¿Ah sí? –ella sonrió encantada y lo abrazó.
- Claro, al menos no sin ti. ¿No escuchaste lo que te dije antes?
- ¿Qué cosa? –le acarició la mejilla con ternura.
- Ser mi esposa –comentó Nick con tono casual- ¿a quién crees que me refería?
- ¿A nadie en particular? –exclamó alarmada Emma. Él rió divertido- vamos Nick, no puedes hablar en serio…
- ¿Vamos de nuevo? –entrecerró sus ojos verdes suspicaz.
- En absoluto –Emma negó una vez- yo digo que sí.
- ¿Sí? ¿De verdad?
- Sí. Yo contigo digo que sí, a todo –aseguró sonriendo. Nick sonrió y la elevó entre sus brazos. Se sentía tan feliz. Absolutamente feliz. Enamorado. Sí, así era como se sentía. Irremediablemente enamorado.
- Emma… ¿cómo pudiste pensar que no te amaba? –Nick meneó la cabeza lentamente- ¿Quién más que alguien profundamente enamorado se atrevería a probar unas galletas horneadas por ti después de la última vez?
- ¡Nick! –exclamó Emma con indignación y él la estrechó entre sus brazos- eres…
- ¿Encantador, irresistible, único? –enumeró sonriente.
- Eres… mío –completó Emma atrayendo su rostro para besarlo- solo mío.
- Solo tuyo –aseguró Nick dejando que Emma lo besara por largo rato.
***
- No, no y no… -Emma abrazó con fuerza a Nick- esto de ninguna manera puede ser buena idea –exclamó horrorizada.
- Vamos Emma, que no será tan terrible –animó Nick con una sonrisa divertida- creí que siempre me dirías sí.
- ¡Pero no pensé que se te ocurriría semejante cosa! –Emma cerró los ojos mientras Nick le ponía el casco- ¡no te rías!
- No lo hago, es solo que no sé qué te preocupa. Sé lo que hago.
- Más te vale que así sea Nicholas Wright o…
- Mi amor, jamás pondría en peligro tu vida –enmarcó el rostro de Emma con sus manos y sonrió- te lo prometo, todo estará bien –aseguró besándola con suavidad- ¿lista? Sujétate –pidió antes de encender la moto, colocarse el casco y arrancar.

1 comentario:

  1. Hola hola, por fin esta pareja, bueno exactamente Emma se decidió jijiji, estan junta. Tanto tura y afloja me daba ganas de entrar y darle una colleja para que se decidieran jijiji especialmente a la tonta de Emma jijiji.
    Nata, muy muy bueno. Muchos besos

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