lunes, 23 de marzo de 2015

HC (Historia corta-Alargada por lios creativos jiji) Más sabe la Diabla por vieja que por Diabla... Penúltimo capítulo


La verdad es que no creí terminar el día así. Sentada en la casi oscuridad en la fría acera junto a mis dos hermanas, las tres con sendos vestidos de fiesta hechos un desastre, llenos de barro y manchas que prefiero no averiguar de qué son. Espero no pase la policía por que nos levantan seguro, somos un crimen a la vista. Suspiro pesadamente y miro a mis compinches, una con una gran mancha oscura que le cubre desde el ojo izquierdo hasta la mandíbula creo que es barro o eso espero, la otra gimotea mientras mira sus bellos tacones que lucen acabados y murmura lo que seguro son todas las groserías que conoce, que no son muchas la verdad. Pienso en lo que diría nuestra madre de vernos así y sin querer sonrío y poco a poco empiezo a reír, de inmediato las dos me miran como si quisiera matarme y con justa razón, todo es mi culpa pero aun así…


-      Sólo… -Me atraganto de risa intentando explicarlo – sólo… pienso en que si madre nos viera así. –Veo el cambio en su rostro e igual que yo sonríen aunque intentan evitarlo, pero poco después las tres reímos como si no hubiera un mañana.
No podemos parar de reír, las luces de un auto nos ciegan momentáneamente y dos autos negros se estacionan frente a nosotras. Callamos de inmediato.
-      Sólo falta que sea la mafia rusa buscando incautas para comercializar con ellas. – Digo sin poder evitarlo.
-      Considerando la nochecita que hemos tenido no me sorprendería. ¿Alguna sabe karate o algo así? – Dice Natalia levantándose.
-      Sabes que no, mamá decía que esas cosas no las hacen las niñas de sociedad. – Enaí se levanta y no puede evitar reír al decirlo, se tapa la boca y me mira. – Te corresponde sacarnos de esto.
-      ¿Yo? ¿Por qué yo? – Protesto.
-      Tú nos metiste en todo este lío Jade. – Añade Natalia.
-      No veo de qué manera puedo evitar que veinte rusos nos secuestren. – Digo dramáticamente. Mis hermanas bufan ante mi despliegue histriónico.
-      Por ti, en esa condenada fiesta fingimos no conocerte, por ti hicimos malabarismos varios para que mamá no te viera y él no descubriera que ¡Oh sorpresa! Eres  una Stone ¡Y por ti, disculpa si nos entrometimos para evitar que te matara la prometida de ese tipo!
-      ¡Ya entendí!- Digo enojada a Natalia pero tiene toda la razón, sin embargo contraataco – Pero en ningún momento pedí que la cara de nadie fuera enterrada en ese enorme pastel- Y miro furiosa a Enaí, quien simplemente se encoge de hombros y sonríe complacida. – Tampoco que le arrojaran una copa en la cara al susodicho y que por ello… -Miro esta vez a Natalia quien tiene la decencia de sonrojarse tanto que aun en la penumbra veo su cara roja.
-      ¿No deberíamos correr? – Dice Enaí recogiéndose el vestido y echando la carrera.
No llega lejos pues los tacones terminan de morir. Las dos la observamos y cuando decidimos seguirla, las puertas se abren dando paso a gente conocida de toda la vida y fruncimos el ceño automáticamente las tres, estoy segura. Madre ha mandado por nosotras pero, ¿Cómo rayos sabía donde estábamos? Y del segundo carro baja gente que parece ser también de seguridad y baja él, a quien no quiero ver en la vida, el corazón me empieza a latir con fuerza y le ignoro. Día aciago, día infernal de haberlo sabido ni loca me presento a enseñarle la empresa hace ocho horas.
8 horas antes…
Estoy nerviosa, mucho, muy.   Así que eso de las mariposas es real o son ellas o tengo un bicho gigante que aletea en mi estomago. Pongo mi máscara de profesionalismo, la verdad es que se la debo a mi madre, las apariencias son todo dice, nunca dejes que vean que estás en un apuro, o triste, deprimida, nerviosa o vacilante sino, te comerán viva. Y que razón tenía, la sociedad es como una selva despiadada, es por eso que mis hermanas y yo solemos alejarnos de ese mundo de vez en cuando, esta vez yo lo hice trabajando como una secretaria y claro, eso casi le provoca un infarto a mi progenitora. Camino con seguridad hacia el lobby cinco minutos antes de las cuatro y él ya está allí platicando con un hombre que reconozco enseguida, me acerco más confiada.
-      Hola. – Digo simplemente a modo de saludo y los dos giran sonrientes al verme.
-      Jade, tanto sin verte y eso que trabajamos en el mimo edificio. – Josh se acerca y me da un beso en la mejilla, le sonrío contenta. Gracias a él supe de la vacante y ha sabido guardar mis orígenes. Amigos desde la universidad nos conocemos y llevamos muy bien.
-      Tú que te desapareces. – Contesto únicamente y me giro a Ethan que de pronto luce algo serio. No entiendo por que, he llegado puntual ¿no? – Daré algo así como una gira de las instalaciones – Digo y señalo a Ethan. - ¿Se conocen?
-      Así es. – Dice Ethan. - ¿Nos vamos?
-      Claro. –Y él empieza a caminar, confundida me despido rápido de Josh y le sigo.
-      ¿Algo que desees ver primero? – Pregunto casi corriendo para ponerme a su altura y enseguida me detengo, ¿yo corriendo detrás de alguien? ¡por supuesto que no! Menos si es un grosero, ¿dónde quedó su flamante sonrisa de la mañana? Él se gira al ver que no le sigo y yo simplemente arqueo las cejas. - ¿Me llevarás corriendo por toda la empresa? Porque si es así me niego.
-      Lo lamento – Dice enseguida y se detiene. - ¿Vamos? – Añade y al ver que no me muevo me extiende la mano con una sonrisa de mil vatios y parpadeo cegada por ella, cual venadillo. Camino hacia él como si flotara, mendigas hormonas activadas y antes de que haga caso a su grito coreado de “toma esa mano y no la sueltes” veo de lejos a Milton y me detengo en seco. Ethan sigue mi mirada y gruñe al decir. - ¿Es que tienes algo con él?
-      Ni de broma. – contesto rápidamente. – Es ya la costumbre de prepararme a enfrentarlo.
-      ¿Quieres que lo despidan? –Dicen aparentemente tranquilo mientras se arregla los puños de su inmaculada camisa. Sé que va juzgar mi reacción ¿Por qué? ¿realmente cree que tengo algo con Milton? Sin poderme detener empiezo a reír y él me mira sorprendido.
-      No me importa que pase con él, pero no quiero ser la responsable de nada de lo que le pase. Además puedo defenderme sola – Antes que rebata eso lo tomo por la muñeca y lo llevo a los ascensores, justo antes que se abran las puertas le suelto y entramos, ignoro las miradas curiosas de todos los que van dentro. – Iremos al primer piso, ya sabes dónde están las oficinas de los Jefes, aunque supongo que ya conoces ¿no?
-      Sólo la de mi tía. – No le creo, es de la familia después de todo.
-      ¿En serio no conoces? – Le pregunto al bajar y él se gira y me sonríe misterioso. Miro hacia otro lado porque corro riesgo de hacer alguna tontería como sonreírle con cara de boba.
-      Por supuesto que conozco. – Dice al fin y yo lo miro con los ojos entrecerrados. – Estuve aquí antes que mi tía incluso, así que ella no tiene idea de que conozco el lugar.
-      ¿Entonces…? – Inicio mi pregunta pero no la termino pues no sé bien que preguntar.
-      Te dejaste esto- Y saca mis gafas de su saco, ¿todo esto para devolvérmelas? Bueno, son edición limitada, él ha de saber de cosas caras y por ello pensó que… es raro, pero tiene lógica.
-      Gracias. – Digo y las tomo. - Podrías habérmelas dado sin necesidad de todo esto. Pero, muchas gracias.
-      Quería estar contigo.- Me suelta sin más. Y vuelvo a parpadear como cervatillo o venadillo, lo que sea… una luz se asoma en mi cabeza y comprendo.
-      Ahh ya, te sientes mal por lo que pasó el otro día.
-      ¿Por no detener tu caída? – Pregunta.
-      Ajá. –Digo únicamente empezando a sentirme incomoda puesto que noto que todos discreta o indiscretamente están escuchando nuestra conversación en el ascensor.
-      Creo que ni James Bond hubiera podido, te fuiste con todo al suelo.
-      No creo que Bond sea el hombre más rápido del planeta y no caí tan rápido.
-      Bueno, ciertamente tampoco soy Flash y sí que caíste en un segundo y sí que lamento que tu bonito rostro se quedase con ese golpe. – Me suelta sincero y yo estoy complacida pero aun sintiendo muy de cerca la mirada de todo el mundo prefiero no responder. El ascensor se detiene y aunque  no es nuestro piso salgo y no le queda más remedio que seguirme. –No es el piso que me mostrarías.
-      Lo sé. – Digo y voy hacia las escaleras subiendo sabiendo que me seguirá.
-      ¿A dónde vamos? – Dice detrás de mí.
-      A un lugar que quizás no conozcas. – Lo llevo hacia la azotea, subir con tacones no es sencillo pero lo logro. Estar allí siempre me ha gustado. Tengo la clave de la puerta que da acceso y la digito al llegar.
-      ¿Quién te la dio? – Pregunta curioso.
-      Tu tía. Aquí se hizo una cena para un Jeque, quería la máxima privacidad y se me ocurrió que era el lugar idóneo y todos estuvieron de acuerdo. – Lo veo tensarse y vuelvo a ignorar el porque esos cambios de humor. – Ya verás como si es el lugar ideal. –Abro y en lugar de encontrar todo vació y estéril, el lugar es un jardín precioso. Hay arboles pequeños y flores, todo en macetas de todos los tamaños y acomodados con cuidado para su mayor lucimiento, una única banca en el mejor lugar para las vistas. - ¿A que es precioso?
-      ¿Y quien cenó con ese Jeque? – Pregunta ceñudo.
-      Tu tía y los demás directivos. – Respondo confundida por tal pregunta.
-      ¿Tú no?- Dice más relajado.
-      Sí estuve aquí, no domino el árabe pero no se me da mal lo básico, además él habla muy bien nuestro idioma y por alguna razón que no sé, pidió que estuviera como posible traductora.
-      ¿En serio eres tan ingenua? – Suelta de pronto.
-      ¿De que rayos…?  - Y la comprensión llega a mí. Seguro ha oído las historias del Jeque y yo, este sí fue de lo mas amable conmigo pero me había confesado que le recordaba a su difunta hija, su favorita. Podría haber sonado a una historia inventada pero lo cierto es que lo investigué  y era cierta, además nada de sus acciones y palabras me dieron a entender nada más, pero, aun si así fuera ¿Por qué eso le podría molestar a él? – El Jeque sí tenia cierta predilección por mi presencia – Digo sincera. – Pero no por las razones que creyó medio mundo. Me doblaba la edad y podría ser mi padre, le recordaba a su hija muerta.- Añado rápidamente y al ver su ceño aun manifiesto me irrito. - ¿Quieres ver el lugar o discutir sobre un Jeque que tiene meses que no sé de él?
-      No estaba discutiendo.
-      Me dijiste ingenua, si eso no pone a discutir a una mujer no sé que más podría. –Sonríe de nuevo.
-      Ven conmigo esta noche.
-      ¿Cómo?- Trago saliva y me muerdo la lengua, a Dios gracias no dije sí, por que eso era lo que quería decir. ¿Ir a donde? ¿a su hotel? ¿a su cama? En ese caso: sí, sí, SI.
-      Hay un evento esta noche, recaudación de fondos, ¿Me acompañarías? – Me desinflo un poco, pero me avergüenzo por dentro al comprobar mis lujuriosas reacciones.
-      ¿Crees que sea buena idea? No sé que pensará tu tía de eso.
-      Si te preocupa, le diré que sigues en plan profesional hablándome de la empresa.
-      Aun así, no creo que sea conveniente… - Recuerdo enseguida que eventos de sociedad son como la miel a la abeja… la abeja es mi madre por si queda duda. Ella revolotea en todos.
-      Por favor… - Dice suavemente y su voz así suavizada me derrite por dentro como la miel… ¿Por qué rayos sigo pensando en miel?
-      Está bien. – Digo obligándome a pensar que todo puede salir bien. Que mi madre ha pillado un catarro o algo así y debe quedarse en casa. Tengo que hacer unas llamadas, averiguar que hará esta noche y sobre todo pedir ayuda a mis hermanas, seguro querrán matarme, pero, para eso son las hermanas ¿no? Para salvarnos el trasero. Veo su enorme sonrisa de complacencia y me repito que tomé la decisión correcta.


5 comentarios:

  1. AY SISSSSSSSSSSSSS LA AMÉ!! Gran regreso....pero ¿me dejas allí? Quiero saber cómo terminam....quiero decir como esas tres terminaron en el calamitoso estado del comienzo. Y quiero un Ethan ¿le gustarán los pasteles de arroz? Te quiero ESCRIBEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

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    Respuestas
    1. Me siento tentada a incluir pasteles de arroz a la próxima XDD

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    2. Jajaj Hazlo y plumas y brea...amaré leerlo, LO SABES

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  2. Yo la verdad después de tanto tiempo de seguirlas debería estar acostumbrada, pero... no. ¿Por qué nos dejáis así? Quiero maaaas.
    Me encantó y estoy con la intriga que pasó en la fiesta aunque me la imagino y quiero saber y cuando las encontraron. Pero bueno, pido mucho jijijiji pero por pedir que no quede jajajaja.
    Gracias JJ, muchos besitos

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  3. Protesto!!!!

    Quiero proceder a una demanda!!!!

    Es injusto que nos dejes así.... En medio de si accederá a la cena y que carajo pasa, tras bajarse él del coche.

    De dónde has aprendido tanta maldad? grrrrrrrrr

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