martes, 9 de diciembre de 2014

Conociéndote 23






Era temprano y había pocos alumnos, aún así ambos fueron conscientes de los murmullos a su alrededor mientras recorrían el pasillo tomados de la mano.
La mirada que les dirigió Lorena cuando entraron a la clase fue veneno puro, la rubia sin dudas odiaba a Lena y también aún estaba  enfadada con Ben desde el hecho del teléfono, pero también era obvio que se sentía despechada porque él la había despreciado
Ben pensó que quizás había sido un poco soberbio, en su alegría por aquella relación había minimizado  el impacto que podría sufrir Helena.Pero era un escollo que tendrían que superar tarde o temprano, y él sabía que su chica tenía fuerzas para salir adelante. Sin mencionar que no pensaba perderla de vista ni un segundo.

-¿Qué haces? – preguntó Helena cuando vio que él estaba por sentarse a su lado.
-Sentarme.
-Este no es tu sitio, Ben, ve a tu lugar. Estaré bien.
-De acuerdo, pero si sucede algo, me llamas.- dijo tan serio que ella sonrió. Se sentía extraño ser protegida tan ferozmente.
-Es un trato, te diré si alguien me roba los útiles o me saca la lengua – respondió intentando aligerar el clima. Él asintió y fue a su sitio.
La situación se puso más tensa a la hora del almuerzo, era obvio que el rumor ya se había regado por toda la escuela pues eran el foco de todas las miradas.
-Voy al baño – dijo Lena y Ben se giró hacia ella - ¡Ni se te ocurra! No puedes acompañarme.
-Bien, pero te esperaré en la puerta.
- Estoy empezando a preocuparme que seas un acosador en lugar de un novio.
- Soy nuevo en esto, ¿sabes?
-Creo que tendremos que tener una charla seria sobre esto pronto – dijo ella y fue al baño mientras Ben se quedaba haciendo guardia afuera.
Sin embargo apenas ella salió se vieron obligados a separarse porque un profesor le pidió a Benedict que lo acompañara para darle material que debía fotocopiar.
Él hizo una mueca de disgusto pero no pudo escabullirse, Helena  le dijo que compraría la comida y lo esperaría en los jardines.
Se refugió en el mismo rincón al que iba siempre, aunque poco después se arrepintió, parecía ser el destino de cualquier persona que escuchara conversaciones ajenas a escondidas, escuchar cosas malas, aún cuando no había sido su intención espiar a nadie.
Las chicas que hablaba no debían estar muy lejos ya que sus voces le llegaban fuertes y claras, o bien no tenían la más mínima intención de ser discretas.
-¿De verdad Benedict Cole está saliendo con una chica como ésa? – preguntó una de ella y la palabra ésa se le enroscó a Lena en el estómago. Era tan peyorativa como el tono de voz.
-No creo que sea verdad – dijo la otra- Quizás sea un juego o una apuesta de esas que hacen los chicos. Él es tan perfecto y ella…bueno es mala estudiante, la echaron de otros lugares y es tan ordinaria.
-Ni siquiera es linda, ni sabe vestirse…No lo entiendo.
-Y dudo que sea rica, quiero decir ni siquiera está a su mismo nivel – dijo la otra, el ligustro las ocultaba así que no podía ver quiénes eran, tampoco importaba, seguramente era la opinión general. Estuvo tentada a salir y enfrentarlas, pero no podía hacerlo, eso sólo les daría la razón, sin embargo aquellas palabras se le iban metiendo dentro como si fueran esquirlas.
-Quizás lo tiene amenazado con algo, escuché que ella es muy peligrosa…- agregó una de ellas y en ese instante Lena sintió a alguien acercarse y que dos manos masculinas le tapaban los oídos. No se asustó pues conocía el tacto de aquellas manos, era Ben. Se giró lentamente, para mirarlo, pero él no dejó de taparle los oídos para evitar que escuchara aquellos insidiosos comentarios.
Se veía enfadado.
-Ben…- susurró ella y entonces la mirada de él cambio, la miró y la acercó a sí hasta hacerla apoyarse contra su pecho. Se mantuvieron así varios minutos hasta que las chicas se alejaron y quedaron solos en su refugio.
-Lo siento mucho….- dijo él soltándola.
-No es tu culpa.
-Sí, lo es. Y tengo mucho miedo.
-¿Miedo de qué? – preguntó sorprendida.
-De que seas tú quien termine odiándome algún día.
-Nunca podría odiarte.
- Es mi culpa que tengas que escuchar cosas así. Te forcé a pasar por esto a pesar de que me advertiste.
-Sabes que no es verdad, llevó años escuchando cosas así. Aunque lo de amenazar a alguien para que sea mi novio es nuevo.- dijo con una sonrisa.
-Helena, no escuches cosas así, sólo vete. No debiste quedarte allí parada.
-Ya te dije que no voy a escapar. Tú lograste que dejara de huir, Benedict, así que si  estás a mi lado, podré hacerlo. Soy una chica mala después de todo, a las chicas malas no nos importa nuestra reputación.
-Eres terca, valiente y noble, eres única, persigues ladrones pero te hieren las palabras de un par de descerebradas. Eres inteligente, preciosa y el día que fuimos al cine estabas tan bonita que no sabía qué decirte. Cielos, ni siquiera pude ver la película.
-¿En serio?- preguntó ella sabiendo que él estaba tratando de compensar todo lo malo que había escuchado, y extrañamente funcionaba. No sabía desde cuando, pero ella había empezado a verse distinta, mejor dicho sí sabía, desde la llegada de él a su vida. Había empezado a verse tal como él la describía.
Así como las personas podían herir y arrastrar a otras a la oscuridad, también había personas que podían salvar y llevar a la luz. Ben había hecho eso, le había dado la oportunidad de volver a ser ella misma, la de antes de ser herida.
-En serio, y perseguirte hasta que me aceptaras ha sido mi mayor logro.
-¿No ser el delegado? ¿Ni tener el mejor promedio? ¿Ni ser bueno con el piano?
-No, tú eres lo mejor que tengo.
-Ben..
-¿Sí?
-Tengo hambre – dijo y lo hizo sonreír.

Comieron juntos mientras charlaban de cosas cotidianas, sin embargo estaban tensos y parecía ser que cada uno de ellos estaba sumergido en sus propios sentimientos.
Cuando terminó el descanso, regresaron a clases.
-¡Matemáticas! – exclamó Ben recordando que no era la materia favorita de ella y lo que menos necesitaban aquel día eran más malos recuerdos. Ella sólo le tocó el brazo levemente para expresar que todo estaba bien y entraron al salón.
Helena notó un par de codazos que intercambiaban algunos compañeros y risitas burlonas entre otros, su rostro se volvió inexpresivo con aquella mirada desafiante que la caracterizaba.
El profesor explicó los ejercicios, eran complicados y difíciles de entender, la mayoría había desaprobado en la evaluación anterior.
Ella sabía hacerlos perfectamente, pensó en aquellas palabras que la habían tildado de tonta, no lo era.
Durante años había peleado muchas batallas, todas con reglas diferentes, había luchado en el tatami siguiendo un estricto código de honor, había luchado enfadada contra el mundo, había luchado para sacar a su familia adelante y había luchado consigo misma para salir a flote. También había luchado contra Ben y lo que la hacía sentir, y ahora iba a luchar por él, por poder quererlo libremente.
Sabía que lo más importante para ganar cualquier pelea era, por un lado elegir cuidadosamente con que armas pelear, y por otro, cuán importante era la causa que movía a la lucha. Benedict Cole, era muy importante.
El profesor pidió voluntarios y ella levantó la mano para hacerlo, ya antes había pasado al pizarrón pero no eran ejercicios tan complejos y tampoco se había ofrecido de voluntaria. Este era un paso más, un paso más para recuperarse a sí misma y para demostrar quién era en verdad.
Ben la había elegido, ella iba a mostrarles por qué.



3 comentarios:

  1. En primer lugar ¡Olé por Lena! Ese cambio de mentalidad me encanta, y esa frase final fue la guinda del pastel.ME ENCANTOOOOOO. Y en segundo lugar, que risa el momento en el que Lena dice "Tengo hambre" y zas, atmósfera linda completamente rota. Se pareció a mí jajjajaja

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  2. Concuerdo con Thais. ¡Qué capítulo! Wow y wooooooooow. ¡Bien por Lena! Ben y Lena se merecen el uno al otro, qué pareja tan perfecta hacen. Quiero mássssssssss. Gracias Nata!!

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  3. me encanto el cap. gracias... que bueno que Elena muestre quien es realmente para que dejen de tildarla de tonta y mala.

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