Era temprano y
había pocos alumnos, aún así ambos fueron conscientes de los murmullos a su
alrededor mientras recorrían el pasillo tomados de la mano.
La mirada que
les dirigió Lorena cuando entraron a la clase fue veneno puro, la rubia sin
dudas odiaba a Lena y también aún estaba
enfadada con Ben desde el hecho del teléfono, pero también era obvio que
se sentía despechada porque él la había despreciado
Ben pensó que
quizás había sido un poco soberbio, en su alegría por aquella relación había
minimizado el impacto que podría sufrir
Helena.Pero era un escollo que tendrían que superar tarde o temprano, y él
sabía que su chica tenía fuerzas para salir adelante. Sin mencionar que no
pensaba perderla de vista ni un segundo.
-¿Qué haces? –
preguntó Helena cuando vio que él estaba por sentarse a su lado.
-Sentarme.
-Este no es tu
sitio, Ben, ve a tu lugar. Estaré bien.
-De acuerdo,
pero si sucede algo, me llamas.- dijo tan serio que ella sonrió. Se sentía
extraño ser protegida tan ferozmente.
-Es un trato, te
diré si alguien me roba los útiles o me saca la lengua – respondió intentando
aligerar el clima. Él asintió y fue a su sitio.
La situación se
puso más tensa a la hora del almuerzo, era obvio que el rumor ya se había
regado por toda la escuela pues eran el foco de todas las miradas.
-Voy al baño – dijo
Lena y Ben se giró hacia ella - ¡Ni se te ocurra! No puedes acompañarme.
-Bien, pero te
esperaré en la puerta.
- Estoy
empezando a preocuparme que seas un acosador en lugar de un novio.
- Soy nuevo en
esto, ¿sabes?
-Creo que
tendremos que tener una charla seria sobre esto pronto – dijo ella y fue al
baño mientras Ben se quedaba haciendo guardia afuera.
Sin embargo
apenas ella salió se vieron obligados a separarse porque un profesor le pidió a
Benedict que lo acompañara para darle material que debía fotocopiar.
Él hizo una
mueca de disgusto pero no pudo escabullirse, Helena le dijo que compraría la comida y lo
esperaría en los jardines.
Se refugió en el
mismo rincón al que iba siempre, aunque poco después se arrepintió, parecía ser
el destino de cualquier persona que escuchara conversaciones ajenas a
escondidas, escuchar cosas malas, aún cuando no había sido su intención espiar
a nadie.
Las chicas que
hablaba no debían estar muy lejos ya que sus voces le llegaban fuertes y
claras, o bien no tenían la más mínima intención de ser discretas.
-¿De verdad
Benedict Cole está saliendo con una chica como ésa? – preguntó una de ella y la
palabra ésa se le enroscó a Lena en el estómago. Era tan peyorativa como el
tono de voz.
-No creo que sea
verdad – dijo la otra- Quizás sea un juego o una apuesta de esas que hacen los
chicos. Él es tan perfecto y ella…bueno es mala estudiante, la echaron de otros
lugares y es tan ordinaria.
-Ni siquiera es
linda, ni sabe vestirse…No lo entiendo.
-Y dudo que sea
rica, quiero decir ni siquiera está a su mismo nivel – dijo la otra, el
ligustro las ocultaba así que no podía ver quiénes eran, tampoco importaba,
seguramente era la opinión general. Estuvo tentada a salir y enfrentarlas, pero
no podía hacerlo, eso sólo les daría la razón, sin embargo aquellas palabras se
le iban metiendo dentro como si fueran esquirlas.
-Quizás lo tiene
amenazado con algo, escuché que ella es muy peligrosa…- agregó una de ellas y
en ese instante Lena sintió a alguien acercarse y que dos manos masculinas le
tapaban los oídos. No se asustó pues conocía el tacto de aquellas manos, era
Ben. Se giró lentamente, para mirarlo, pero él no dejó de taparle los oídos
para evitar que escuchara aquellos insidiosos comentarios.
Se veía
enfadado.
-Ben…- susurró
ella y entonces la mirada de él cambio, la miró y la acercó a sí hasta hacerla
apoyarse contra su pecho. Se mantuvieron así varios minutos hasta que las
chicas se alejaron y quedaron solos en su refugio.
-Lo siento
mucho….- dijo él soltándola.
-No es tu culpa.
-Sí, lo es. Y
tengo mucho miedo.
-¿Miedo de qué?
– preguntó sorprendida.
-De que seas tú
quien termine odiándome algún día.
-Nunca podría
odiarte.
- Es mi culpa
que tengas que escuchar cosas así. Te forcé a pasar por esto a pesar de que me
advertiste.
-Sabes que no es
verdad, llevó años escuchando cosas así. Aunque lo de amenazar a alguien para
que sea mi novio es nuevo.- dijo con una sonrisa.
-Helena, no
escuches cosas así, sólo vete. No debiste quedarte allí parada.
-Ya te dije que
no voy a escapar. Tú lograste que dejara de huir, Benedict, así que si estás a mi lado, podré hacerlo. Soy una chica
mala después de todo, a las chicas malas no nos importa nuestra reputación.
-Eres terca,
valiente y noble, eres única, persigues ladrones pero te hieren las palabras de
un par de descerebradas. Eres inteligente, preciosa y el día que fuimos al cine
estabas tan bonita que no sabía qué decirte. Cielos, ni siquiera pude ver la
película.
-¿En serio?-
preguntó ella sabiendo que él estaba tratando de compensar todo lo malo que
había escuchado, y extrañamente funcionaba. No sabía desde cuando, pero ella
había empezado a verse distinta, mejor dicho sí sabía, desde la llegada de él a
su vida. Había empezado a verse tal como él la describía.
Así como las
personas podían herir y arrastrar a otras a la oscuridad, también había
personas que podían salvar y llevar a la luz. Ben había hecho eso, le había
dado la oportunidad de volver a ser ella misma, la de antes de ser herida.
-En serio, y
perseguirte hasta que me aceptaras ha sido mi mayor logro.
-¿No ser el
delegado? ¿Ni tener el mejor promedio? ¿Ni ser bueno con el piano?
-No, tú eres lo
mejor que tengo.
-Ben..
-¿Sí?
-Tengo hambre –
dijo y lo hizo sonreír.
Comieron juntos
mientras charlaban de cosas cotidianas, sin embargo estaban tensos y parecía
ser que cada uno de ellos estaba sumergido en sus propios sentimientos.
Cuando terminó
el descanso, regresaron a clases.
-¡Matemáticas! –
exclamó Ben recordando que no era la materia favorita de ella y lo que menos
necesitaban aquel día eran más malos recuerdos. Ella sólo le tocó el brazo
levemente para expresar que todo estaba bien y entraron al salón.
Helena notó un
par de codazos que intercambiaban algunos compañeros y risitas burlonas entre
otros, su rostro se volvió inexpresivo con aquella mirada desafiante que la
caracterizaba.
El profesor
explicó los ejercicios, eran complicados y difíciles de entender, la mayoría
había desaprobado en la evaluación anterior.
Ella sabía
hacerlos perfectamente, pensó en aquellas palabras que la habían tildado de
tonta, no lo era.
Durante años
había peleado muchas batallas, todas con reglas diferentes, había luchado en el
tatami siguiendo un estricto código de honor, había luchado enfadada contra el
mundo, había luchado para sacar a su familia adelante y había luchado consigo
misma para salir a flote. También había luchado contra Ben y lo que la hacía
sentir, y ahora iba a luchar por él, por poder quererlo libremente.
Sabía que lo más
importante para ganar cualquier pelea era, por un lado elegir cuidadosamente
con que armas pelear, y por otro, cuán importante era la causa que movía a la
lucha. Benedict Cole, era muy importante.
El profesor
pidió voluntarios y ella levantó la mano para hacerlo, ya antes había pasado al
pizarrón pero no eran ejercicios tan complejos y tampoco se había ofrecido de
voluntaria. Este era un paso más, un paso más para recuperarse a sí misma y
para demostrar quién era en verdad.
Ben la había
elegido, ella iba a mostrarles por qué.
En primer lugar ¡Olé por Lena! Ese cambio de mentalidad me encanta, y esa frase final fue la guinda del pastel.ME ENCANTOOOOOO. Y en segundo lugar, que risa el momento en el que Lena dice "Tengo hambre" y zas, atmósfera linda completamente rota. Se pareció a mí jajjajaja
ResponderEliminarConcuerdo con Thais. ¡Qué capítulo! Wow y wooooooooow. ¡Bien por Lena! Ben y Lena se merecen el uno al otro, qué pareja tan perfecta hacen. Quiero mássssssssss. Gracias Nata!!
ResponderEliminarme encanto el cap. gracias... que bueno que Elena muestre quien es realmente para que dejen de tildarla de tonta y mala.
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