jueves, 25 de septiembre de 2014

Gabriela Ruiz "Si Supieras" 27

Caleb se despertó muy temprano, verificó que su pasaporte, pasaje de avión y equipaje contuvieran lo necesario. Releyó los documentos brevemente, una vez más, antes de salir con rumbo al aeropuerto.
Debía comer algo por ahí, antes de tomar el avión. Condujo con relativa calma y llegó con varias horas de anticipación a la salida del vuelo. Dejó las cosas en el auto, antes de ir a buscar comida. Regresó. Sabía el lugar al que debía ir.

***
Nina entró a la oficina de Caleb inspirando hondo, intentando tomar fuerza. Esto no iba a ser fácil. De hecho, bien podría ser lo más complicado que haría en toda su vida. ¿Qué pasaba si él no admitía lo que sentía? ¿Qué tal si en realidad, él no sentía nada?
¡No! Debía mantenerse positiva. Si hubiera existido una mínima sospecha de que él no sentía algo por ella, Cameron se lo habría dicho claramente. Era su mejor amigo. Pero no, él le había dicho que uno de los dos debía admitir lo que sentía.
Pero ¿él conocía a Caleb? Escasamente. ¿Ella había ido ahí porque Cameron se lo había dicho? No. Lo cierto era que ya no soportaba la incertidumbre de no saber.
Caleb había dicho que estaba enamorado, o eso creía recordar. ¿Era cierto? ¿Podía ser posible que…?
Tenía que saberlo. Lo necesitaba. Iban a hablar. Ahora.
Y, cuando la secretaria de Caleb le dijo que él no acudiría a la oficina, se inquietó. Cuando le dijo que no había anunciado cuando regresaría… ¡se empezó a volver loca!
***
Caleb no había resistido la tentación. Debía visitar una última vez aquel local antes de marcharse. Y, si lo había evitado, era por una razón muy poderosa. Nina.
Todo ahí le recordaba a Nina. Se ubicó en una mesa diferente a la que habían ocupado en las dos ocasiones previas en que habían estado juntos ahí.
Intentó probar un postre diferente pero no tenía ánimo alguno para elegir. Ordenó un soufflé de chocolate y, en cuanto se lo trajeron, notó que no estaba listo para dejarlo todo atrás.
Solo que, quizás nunca lo estaría. Y, ya que lo había decidido, simplemente lo llevaría a cabo.
Dejó el postre prácticamente intacto y ordenó la cuenta. Pagó y salió del lugar.
***
Nina sintió como una incontrolable furia la recorría antes de lograr calmarse lo suficiente para preguntarle si el viaje tenía relación a algún negocio. Aunque la miró de manera extrañada, asintió, sin perder oportunidad de aclararle que también se había tomado unas vacaciones, motivo por el cual no tenía certeza de su regreso.
Cerró los ojos por un momento. Si Caleb se había ido con alguien… lo mataría. Y no, no importaba que ellos no fueran amigos siquiera, él la había besado. La había llevado a su departamento, había sido el hombre más dulce, enigmático e imposible que había conocido en su vida, la había vuelto loca con sus cambios y había hecho que riera con varias frases.
Él le debía algo. No sabía qué, pero se lo debía. No la dejaría así. Caleb no.
Aprovechando que estaba cerca, caminó hasta el lugar que tanto le había fascinado. Ordenó un soufflé de chocolate, recordando que Caleb le había dicho que le recordaba a ella. Miró hacia la mesa junto a la suya, alguien había pedido uno y ni siquiera lo había comido. Era una pena, estaba delicioso.
***
Caleb se encontraba de vuelta en el aeropuerto, a dos horas y media de que su vuelo saliera. Decidió registrar su equipaje para tener tiempo de sobra en caso de cualquier imprevisto, le gustaba ser precavido.
Firmó el registro y se sentó en una de las sillas de espera, tomó uno de los documentos que le faltaba por revisar y empezó a leer, intentando concentrarse en lo que tenía frente a sí y no lo que estaba decidido a dejar atrás.
***
Nina regresó a la oficina de Caleb y le preguntó a la secretaria la hora de salida del vuelo de Caleb. ¿Cómo no se le había ocurrido eso? ¿Qué tal si aún estaba a tiempo de encontrarlo?
No creía soportar semanas sin saber lo que Caleb sentía. No. Ella haría hasta el último esfuerzo por encontrarlo. No tenía opción.
Condujo hasta el aeropuerto temerariamente. Cualquiera que la mirara, no creería que ella se había pasado un semáforo que tenía luz preventiva. ¡Cameron la regañaría! Y Caleb… esperaba que le importara también.
Se quitó aquellos pensamientos sin sentido y dejó el auto estacionado cerca de ahí. Entró, observando para todos los lugares posibles, sintiendo que aún podía encontrarlo. Su vuelo salía en una hora, él tenía que estar ahí.
***
Caleb se levantó de la silla y estiró los brazos. Sería mejor esperar en la sala de embarque. Tomó su equipaje de mano, dirigiéndose hacia el lugar.
A punto de entrar, notó que había dejado una carpeta en la silla junto a él. Regresó sobre sus pasos y la guardó en el maletín.
–Caleb… –soltó Nina sin aliento, a sus espaldas. Él giró incrédulo.
–¿Nina? –inquirió con sorpresa. ¿Qué hacía Nina ahí?
–Hola –pronunció ella despacio. Él siguió mirándola– pensé que ya no te alcanzaría. Fui a tu oficina y me dijeron que saldrías de viaje…
–Sí, esa es mi intención –contestó Caleb, tratando de imaginar las razones que habrían traído a Nina hasta ahí– ¿está todo bien?
–Sí. Bueno, es que necesito hablar contigo.
–No tengo demasiado tiempo, pero si es tan importante… –clavó sus ojos azules en ella– dime Nina, ¿qué sucede?
–Tengo que preguntarte algo…
Su rostro denotó inquietud. Caleb frunció el ceño, sin saber qué esperar, pero asintió.
–Te escucho.
Nina se mordió el labio, indecisa, intentando poner en palabras sus sentimientos. Caleb continuó mirándola con extrañeza.
–Tú sientes algo… –vaciló paseando sus ojos castaños por el lugar– ¿por alguien? –terminó, sin saber bien que decir.
–Vas a tener que ser más específica, Nina –soltó con tono burlón Caleb, sintiendo una creciente curiosidad.
–¿Sientes algo por… mí? –concretó con esfuerzo, sintiendo como sus mejillas se sonrojaban. Se decidió a mirarlo y él abrió la boca varias veces y pareció a punto de reírse. A carcajadas.
Nina no podía creerlo. Se sentía tan mortificada y estúpida. La respuesta era obvia. Caleb no sentía nada por ella. ¿Cómo había creído que sería diferente? ¡Era tan idiota, como él mismo lo repetía! Él no sentía nada que no fuera su trabajo y dinero, ¿por qué ella sería diferente?
Sus ojos empezaron a inundarse por las lágrimas contenidas. Se sintió aún más estúpida por seguir parada frente a él, a punto de llorar. Inspiró hondo, pestañeó varias veces y carraspeó.
–Esto ha sido incómodo –murmuró– que tengas buen viaje.
–Espera –Caleb la tomó del brazo con suavidad. Nina lo miró sin entender– ni siquiera me has dado tiempo a responder.
–Pero, tú… te estabas burlando de mí y yo…
–No, es que estaba… estoy –corrigió– sorprendido. Esto es inesperado, sin duda. Pensé que amabas a Cameron.
–Yo también –suspiró sintiendo el calor que la mano de Caleb en su brazo provocaba– pero, estaba equivocada.
–¿Tú crees? –él sonrió. Nina se sorprendió, esa era la sonrisa que no dejaba que nadie más mirara. Y se la dirigía… ¡a ella!
–No quiero retrasarte…
–No me importa –Caleb se encogió de hombros– puedo ir más tarde.
–¿Más tarde?
–O mañana. O pasado. O el próximo mes –contestó desinteresado.
Nina rió entre lágrimas. Caleb era divertido, dentro de su humor extraño, era totalmente divertido.
–Cuando me preguntaste si amaba a Cameron… claro que lo amo, Caleb –Nina le tomó el rostro entre las manos– pero el amor se manifiesta de maneras diferentes ¿sabes?
–¿Eso quiere decir que nos amas a los dos? –abrió los ojos con sorpresa y sonrió divertido. Nina asintió.
–Sí, pero de maneras totalmente distintas.
–¿Podrías ser más específica, Nina?
–Cameron es mi mejor amigo, siempre lo será, así que es mejor que empieces a hacerte la idea de que debes llevarte bien con él –Caleb reprimió una carcajada– pero tú… contigo es… diferente.
–Diferente… ¿cómo, Nina?
–No, tú no has respondido a mi pregunta.
–¿Cuál era? ¿Y por qué debería responder?
–Caleb… –Nina elevó sus ojos castaños hacia él– estabas en deuda conmigo.
–Está bien, está bien… –Caleb giró su rostro y le besó el dorso de la mano que Nina aún mantenía en su rostro– eres tú de quien estoy enamorado, Nina.
–¿De mí? –no podía creerlo. Lo había soñado, querido y deseado… pero escucharlo de Caleb… ¡era increíble!
–Sí, de ti, Nina.
–Pero dijiste que habías estado enamorado durante años y…
–Así fue. Así es –afirmó.
–¿Estás intentando decirme que has estado enamorado de mí por algún tiempo ya?
–Por años, Nina –Caleb movió la cabeza lentamente– no tienes idea lo que ha sido guardar para mí todo lo que siento por ti.
–¿Por qué no me lo dijiste? –Nina pasó sus brazos por el cuello de Caleb– ¿por qué te fuiste?
–Porque pensé que es lo que querías, Nina.
–No. Caleb, yo te quiero a ti –lo besó en los labios con suavidad– estoy enamorada de ti.
–¿Cómo pasó eso? –preguntó emocionado Caleb y con un toque de ironía en su voz.
–Tampoco lo entiendo, pero pasó –rió divertida y él la estrechó con fuerza– te amo.
–Tardamos…
–Ya lo sé –asintió Nina– y ahora, debes irte –suspiró con tristeza.
–Creo que no iré. Esperé tanto tiempo por este momento y ahora ¿irme? No es una opción.
–Caleb… –Nina lo regañó, pero sin dejar de abrazarlo– debes ir. Tú siempre eres responsable, cumples con tus obligaciones, eres serio… –mientras lo decía, empezó a besarle lentamente el rostro. Él suspiró con irritación– no te enfades.
–No estoy enfadado. Es que no lo estás haciendo fácil, Nina.
–Bien –ella se apartó y se puso a varios pasos de distancia– ¿ahora está mejor?
–Nina… –se quejó Caleb y alargó la mano para atrapar su brazo y atraerla hacia él– no te quiero lejos, ya no más.
–No iré a ningún lugar, Caleb –le sonrió con ternura– te estaré esperando. ¿No piensas tardar demasiado o sí?
–Ya no –contestó con una sonrisa leve– volveré muy pronto.
–Lo sé.
–Me gustaría que vinieras conmigo, Nina.
–Y a mí… debería ir contigo –ladeó su rostro– iré por ti. Lo haré.
–Te creo –murmuró él muy cerca de sus labios. La besó largamente antes de irse.

2 comentarios:

  1. Ooooo que liindo. me encanta que porfin las cosas se aclararan y que ella llegara a tiempo. creo que me mataria si hubiese llegado tarde. Gracias por seguir subiendo esta historia tan linda e interesante de Gaby. xau saludos a todas

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  2. Señor, ¡¡por fin!!, aunque por poco se vuelven a confundir o mejor dicho, a tergiversar las palabras jijiji.
    Gracias Gaby jijiji me encantan aunque me imagino que estamos llegando al final jijiji.
    Muchos besos para todas ;-)

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