viernes, 26 de septiembre de 2014

Conociéndote 20




Helena no podía concentrarse en clase, las palabras de Ben la tenían totalmente confusa. Estar de novia nunca había sido parte de sus planes, menos con alguien como él, no porque no le gustara, muy por el contrario, le gustaba demasiado.
Pero Benedict Cole y ella eran muy diferentes, se habían acercado, pero no estaba segura de que eso alcanzara. Aunque si él había dicho aquello eso significaba que ella le gustaba , eso la asustaba más.

Saber que Ben no estaba bromeando sino hablando en serio, le daba miedo….¿y si no era lo que él esperaba?
De pronto algo que mencionaba la profesora de Formación ética la obligo a concentrarse y dejar de lado a Ben, o mejor dicho cambiar el ángulo de sus pensamientos sobre él.
La docente acababa de mencionar que deberían visitar alguna fundación encargada de las adopciones y asistencia a madres adolescentes.
Aquella palabra la hizo ponerse alerta y mirar a Ben, le preocupaba que lo afectara, pero él se veía imperturbable, sólo un alumno atento a las palabras de la profesora. Pero ella sentía que no era así, aquello era una fachada, podía percibir la tensión  y como aquello formaba ondas de expansión en el interior de él.
Entonces también se dio cuenta de varias cosas más. Primero, Ben le preocupaba. Segundo, había llegado a entender sus gestos, sus miradas e incluso sus silencios.
Lo tercero que se dio cuenta era que ella misma estaba tensa, casi conteniendo la respiración, de pronto él la miró como si buscara apoyo y ella le sonrió levemente para alentarlo, para tratar de aliviar  la tormenta de sensaciones que adivinaba en él.
Eran diferentes incluso en eso, ella para protegerse había sacado púas, Benedict era puro encanto, pero ahora lo entendía, ahora podía ver lo que escondía el chico perfecto.
La profesora repartió las direcciones de los lugares que debían visitar y luego tocó el timbre del recreo, pero Ben debió quedarse para cumplir con algunos encargos propios de su rol de delegado.
Lena se quedó esperándolo. Incluso se salteó la clase siguiente porque él aún no regresaba de la sala de profesores. Estaba perdida en sus pensamientos cuando la voz del chico la sobresaltó.
-¿Me esperabas?
-¿Estás bien?
-Sigues contestando una pregunta con otra – le dijo Ben acercándosele.
-No te escapes…- dijo ella aludiendo a su evasiva para responder, pero como siempre Ben dio vueltas aquellas palabras.
-Eres tú quien se escapa Lena.- y antes que ella protestara, respondió su pregunta- Estoy bien. Ya te salteaste una clase, ¿te parece saltearte otra? Tengo ganas de ir a tocar el piano, ¿vienes conmigo? – la invitó.
Helena supo que él no quería hablar sino que necesitaba un tiempo para sí mismo, y eso se lo permitía la música.
Asintió quedamente y se escabulleron a la vieja sala de ensayo, donde cada uno tomó su lugar. Ben se sentó al piano y ella se acurrucó en un rincón para escucharlo en silencio.
Era una melodía suave, pero no se sentía ligera sino pesada, cargada de sentimientos contradictorios. Sin embargo no era una melodía que le produjera rechazo, era atrapante. Benedict hacía que fuera de ese modo.
Mirándolo tocar, absorbida en aquella música volvió a pensar en las palabras de él.
Ser su novia, le seguía pareciendo una locura…¿pero estaba mal si deseaba que fuera cierto?
-Esta tarde…¿puedes? – preguntó él dejando de tocar repentinamente.
-¿Qué? – le preguntó confundida sin saber a qué se estaba refiriendo.
- Ir donde dijo la profesora, preferiría ir hoy…- respondió algo tenso.
-¿Al  mal  trago darle prisa?- soltó ella sin darse cuenta, luego se avergonzó de su poco tacto pero el chico sonrió.
-Algo así…¿te parece si vamos a la tarde?
- De acuerdo. ¿Nos seguiremos salteando clases? Sabes que no me molesta, pero estás arruinando tu reputación delegado.
-Es tu mala influencia…- dijo él y ella bufó.
- Sí claro…Eres un lobo con piel de cordero, Cole….te conozco bien – dijo ella fingiendo enojarse.
-Vamos a clases, pequeña impostora. Yo daré la excusa por nuestra ausencia– dijo él guiñándole un ojo.

Volvieron a las clases y  al finalizar el chófer de Ben los llevó a ambos para dejar a Lena en su casa.
-Pasaré a buscarte en unas horas…- le dijo Ben cuando ella bajó del auto.
-De acuerdo…- respondió y titubeó, sentía que debía decir algo más, pero no tenía idea de qué, así que sólo se marchó.
A primeras horas de la tarde, Ben pasó a buscarla. Helena aún se sentía ansiosa al verlo llegar a su casa,  y agradecía que no hubiera ido con el auto y el chófer, eso la incomodaba aún más.
-¿Otra cita? – preguntó Marcos cuando  recibió al chico.
-Tarea..-aclaró ben y ella le dirigió una mirada asesina a su hermano mayor que sonrió inocentemente.
-Entonces supongo que no tengo que decir que la traigas temprano, ni nada de eso…
-Marcos…- le advirtió ella apretando los dientes.
- Está bien. Vayan - les dijo con aire de complicidad.
Helena casi arrastró fuera a Ben.
-¿Cómo está él…? – preguntó el chico mientras caminaban hacia la estación de autobús.
-¿Mi hermano? Bien, ya no toma en estos días… es un alivio no tener que estar preocupada por él o salir corriendo a buscarlo al bar de turno.
-Me alegra que así sea- dijo y en verdad estaba feliz de que el hermano de Helena hubiera recuperado el sentido y dejara de darle malos momentos.
Hablaron de cosas varias mientras duraba el viaje, luego se bajaron y caminaron un par de cuadras, fue entonces cuando Lena notó que estaban cerca de su vieja escuela.
-¿Compramos algo para beber? – preguntó Benedict dado que hacía calor y les quedaba un trecho largo para caminar hasta llegar a su destino.
-Buena idea.
Entraron junto a una tienda de comestibles y buscaron un par de bebidas y algunos bocadillos. Justo cuando estaban pagando, un grupo de chicas ingreso riendo, la reacción de Lena fue automática. Se puso tensa y todo su cuerpo era una señal de alarma, como si estuviera dispuesta a salir corriendo, en cambio, se refugió detrás de un escaparate para que no la vieran mientras le cobraban a Ben.
-¿Qué suc…? _ empezó a preguntar él, pero se detuvo al reconocer a las chicas. Eran las mismas que habían estado en la escuela y la ex amiga de Helena iba delante. Se habían detenido a la entrada.
Pagó de prisa y se acercó a Helena, la tomó por los hombros y la obligó a mirarlo.
-No tienes que saludarlas si no quieres, pero de ninguna manera vas a esconderte. Tú no hiciste nada malo, no tienes culpa de nada ni debes avergonzarte, ¿queda claro? – preguntó mirándola firmemente y ella asintió con la cabeza. Ben le sonrió con calidez, podía sentirla temblar debajo de su agarre , continuó hablándole con voz firme- Ahora saldremos de aquí, Helena. Pasaremos junto a ellas sin que te ocultes, no estás sola, estoy contigo y no dejaré que nadie te lastime.
-Vámonos – dijo ella con cierta urgencia. Ben le paso un brazo por los hombros y la acercó todo lo posible a él. Luego, juntos, pasaron junto a aquellas chicas y las dejaron atrás. Por primera vez, helena no temió sus miradas ni sus cuchicheos.
Caminaron un rato así, hasta que Lena se frenó.
-¿Estás bien? – preguntó preocupado
- Sí – respondió ella dándose cuenta que era verdad. Se sentía segura y tranquila gracias a Ben.
-De acuerdo, entonces sigamos, nos están esperando – dijo él y ella lo detuvo.
-Ben…- lo llamó quedándose unos pasos rezagados.
-¿Uhmm?
- Sí.
-¿Sí qué?
-Quiero ser tu novia- dijo ella casi susurrando.- Y cuando comprendió lo que le decía, el chico quiso gritar de alegría pero se contuvo, no iba a asustarla aún. Así que simplemente se le acercó y la tomó de la mano entrelazando los dedos con los de ella.
- Buena decisión, no vas a arrepentirte – dijo y le sonrió luminosamente.


2 comentarios:

  1. ¡¡Que bonito, que bonito!! Me hicieron llorar jijiji. Estos dos son diferentes pero al mismo tiempo son almas gemelas.
    Me encanta Nata. Por favor no tardes tanto en publicar jijiji.
    Muchos besitos y gracias ;-)

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  2. Simplemente me encanta la dulzura de esta historia aich.... Quiero más!!!!!

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