domingo, 6 de julio de 2014

Agencia Maridos a Domicilio 8°


Francesca llevó a Ethan hasta la casa de la  Srta. Edelweiss y se lo presentó.
-Es un nuevo empleado, uno temporal…- dijo algo incómoda se seguía sintiendo culpable por aceptar la ayuda de aquel hombre y no terminaba de confiar en él.
-Srta. Edelweiss, esto es para usted- dijo él extendiéndole los dulces que había comprado y con una sonrisa agregó- Ahora vamos a salvar a sus libros y deshacernos de los  invasores.
La anciana señora pareció tranquilizarse y Francesca comprobó que aquel extraño efecto que el Sr. Brey había ejercido en ella también se hacía extensivo a su profesora.

-Apenas termine lo que debo hacer vendré para aquí – agregó y sonó casi como una advertencia.
-Vaya tranquila Jefa, yo me encargo de todo – respondió el hombre con calma.
-Demoraré un poco porque quiero ir a ver cómo sigue Marco, pero volveré muy pronto.
-Ve tranquila, Francesca querida – dijo la clienta y ella se fue completamente intranquila, pero sin más opción.
Pudo regresar recién dos horas después, y al volver encontró a su empleado temporal y a la Srta. Edelweiss tomando el té y riendo en el comedor.
Según le contó la mujer satisfecha, él se había encargado de  la plaga de forma eficiente.
-Quedan puestas algunas trampas y cebos que mañana revisaré. Recuerde no acercarse, Srta. Edelweiss…- dijo él amablemente.
- Mañana enviaré a los muchachos a que revisen las trampas y terminen el trabajo…- dijo Francesca.
-No es necesario, yo puedo hacerlo…- dijo él.
-Yo…no…
-Está bien, Ethan, la gente de Francesca se encargará. Conociéndola, estoy segura que ella no querrá incomodarte más…-intervino la profesora.
-No es molestia, muy por el contrario. Aunque ha despertado mi curiosidad, ¿qué clase de alumna era ella? – preguntó él y la chica se sintió incómoda de que hablaran así, casi ignorando su presencia.
-¿No es obvio? Era una excelente alumna, muy responsable y exigente consigo misma…y muy buena lectora…
-Srta. Edelweiss…- trató de interrumpirla Francesca.
-Y era tan encantadora como ahora, amable y buena persona, muy sensible…- dijo la mujer y le dirigió una cálida mirada.
-Sí, eso pensé – dijo él  y la chica sintió que se había equivocado al aceptar la oferta de aquel extraño.
-Gracias por el té, profesora, ha sido un placer conocerla pero creo que es hora de irnos.- dijo Ethan captando la mirada de su “jefa temporal”
-También ha sido un gusto conocerte, Ethan. Muchas gracias por todo.
-Iré a dar un vistazo para ver la situación y luego nos vamos- dijo Francesca aunque Ethan iba a decir que no era necesario  supo que era buena idea callarse y dejarla hacer. Después de todo aquel era su trabajo y era obvio que ella se sentía responsable y necesitaba supervisar todo. “Exigente consigo misma” había dicho la profesora y él sabía que era verdad, así como también sabía que la gente exigente y responsable no solía permitirse los errores ni se perdonaba a sí misma fácilmente.
La joven hizo una inspección rápida y tuvo que reconocer que el hombre había hecho un buen trabajo .Cuando regresó hizo un ligero gesto de aprobación hacia él.
-Creo que ya podemos irnos. ¿Estará bien Srta. Edelweiss?
-Sí querida, estaba muy asustada, pero ya estoy bien….
-Si suceda algo llámeme –dijo ella
-También puede llamarme a mí, tiene mi teléfono.- asevero el hobre.
-Gracias, a los dos,  estaré bien y seguramente esos bichos malvados no volverán a aparecer hasta mañana y prometo no asomarme a comprobarlo hasta que vengan tus chicos, Francesca.
-De acuerdo.
-Vuelvo a decirlo, ha sido un gusto conocerte Ethan.
-Lo mismo digo , nos vemos – dijo él y salió.
-Hasta mañana, Srta. Edelweiss – la saludó Francesca y la mujer la detuvo.
-Francesca…
-Sí.
-Querida mía, podrías explicarme qué haces poniendo a un hombre así a cazar ratas…
-¿Hizo algo mal?
-Todo lo contrario, es encantador. Me recitó antiguos poemas irlandeses y me hizo sentir totalmente a gusto a pesar de la situación. En serio , niña, es un desperdicio….ponlo a hacer algo más interesante. – dijo la anciana con tono cómplice y Francesca se sonrojó. Aún le duraba la incomodidad cuando se encontró con su “empleado temporal” esperándola junto al auto.
-Dejé mi auto estacionado frente a su negocio. ¿Puede llevarme?
-Claro, no pensaba dejarlo aquí. Suba- dijo ella mientras entraba al vehículo.
-¿Por qué creó este negocio? – preguntó él cuando ya habían recorrido un trecho.
-Acaba de ver la razón, hay muchas mujeres solas que necesitan ayuda. No siempre hay un hombre alrededor que pueda ayudarlas, y lamentablemente no todas las mujeres pueden desenvolverse solas ante determinadas circunstancias.
-¿ Y por qué no una agencia de mujeres que sí puedan hacer esos trabajos?
- Buena pregunta, pero creo que no funcionaría.  Es cierto que muchas de nuestras clientas son mujeres solas, pero algunas de ellas son viudas, divorciadas, o perdieron a alguien, me refiero a que alguna vez pudieron contar con un marido, un padre o un hermano que las ayudara  y ahora no saben a quién recurrir. Por eso la agencia se encarga de que un hombre pueda ayudarlas y no sientan tanto ese vacío.
-Entiendo…
-Aunque eso no impide que poco a poco muchas de ellas logren hacerse autosuficientes.
- Sólo quería saber un poco más, no estoy atacando su trabajo.
-Más temprano dijo que discriminaba.
-Y lo hace- insistió él- me refiero a que hay muchos hombres que también necesitan ayuda, no todos somos buenos con las herramientas , arreglamos pérdidas de agua, instalamos artefactos, etc..
-Lo sé, pero es diferente.
-¿Por qué?
-Porque para una mujer sola es más difícil, muchas veces no hay a quien pedir ayuda desinteresada, a menos que sea de la familia. Y en general, termina topándose con un aprovechado que ve  el pedido de ayuda como algo más, o un estafador que cobra caro pero no trabaja bien o alguien que la hace sentir inútil. Con un hombre no pasa eso, el trato entre ustedes es diferente.
-No lo había pensado, pero también hay buenos hombres.
-Mis chicos lo son, son buenos en su trabajo, son confiables, respetuosos y además saben tratar con nuestras clientas sin hacerlas sentir impotentes o tontas.- finalizó su discurso algo enfadada
- No estoy muy seguro si está elogiando al género masculino o acabando con el poco orgullo que nos queda.
- He conocido hombres grandiosos pero también de los otros y la verdad es que no todas las mujeres tienen suerte de toparse al indicado, y no me refiero en cuestiones amorosas sino en algo tan cotidiano como contratar a un gasista. Los hombres muchas veces no lo notan y creo que nosotras tampoco, pero es horrible darte cuenta que hay cosas que no puedes hacer como levantar algo demasiado pesado, armar un mueble, colocar una cortina, matar una rata…Algo pequeño se puede volver una tragedia cuando te das cuenta que no puedes solucionarlo y no hay a quien pedirle ayuda.
-Creo que sé de lo que habla, hoy pude ver a la Srta. Edelweiss pasando un mal momento. En mi casa siempre había hombres para ayudar a las mujeres, así que nunca he visto las cosas desde su punto de vista
-También yo lo aprendí tarde, lo sola que puede estar una mujer – dijo ella y había un dejo de dolor en sus palabras.
-Pero también ha demostrado lo fuerte que puede ser, hizo de esa debilidad una empresa, no sólo pudo ser autosuficiente usted sino que encontró como ayudar a otras personas. Nada mal…- dijo con sincera admiración y Francesca se volvió a mirarlo, no estaba acostumbrada a los elogios pero aquel era muy particular porque se sentía comprendida.
-Gracias – dijo y lamentó llegar tan pronto a su negocio.






3 comentarios:

  1. Gracias Nata. ayer desde mi celular vi el cap. de y si supieras pero no pude comentar y ahora veo que ya has subido otro cap. de esta linda historia... y solo puedo decirte... Gracias. ambas historias me gustan, en realidad todas las que suben. asi que con paciencia seguire esperando por el desenlace de tan lindas historias

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  2. Gracias por el nuevo capítulo, Nata. Me gusta mucho esta historia y las emociones que reflejó este cap. Abrazos y espero más!!

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  3. Veamos, eso de no ponerlo a trabajar para cazar ratas, dudo en ello... jajaja si es un bombón, viene con la camisa desabrochada... Yo misma, me voy a comprar un montón de hamsters y lo llamo.

    Gracias por subir capi otra vez, se va poniendo interesante esta historia.

    Besos abuelita mia.

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