Una interesante proposición/Serie los hermanos Salvatore 3 de Day Leclaire.

Festejemos que llegamos a cien seguidores ¿por qué? ¡porque nos encanta festejar! O al menos, en mi caso me gusta festejar lo relacionado con el blog y para celebrar cien seguidores y de paso dar una recomendación para el fin de semana les quiero comentar sobre esta historia de Day que es simple y sencillamente divertida y que logrará con quien la lea que pase un ameno rato y le deje una ancha sonrisa y disculpen la foto de portada pero es que no encontré una mejor y la verdad no es necesario.

Vamos con la sinopsis:

A Penélope le gustaba ser práctica. Necesitaba un marido, de manera que decidió investigar al candidato más adecuado... ¡y proponerle que se casara con ella! Stefano Salvatore era perfecto, y su matrimonio supondría una fusión muy provechosa para las empresas de ambos. Sin duda, él estaría de acuerdo en que lo mejor que podían hacer era casarse. 

Pero aquel apasionado italiano creía en el matrimonio por amor. Cuando Penélope entró en su despacho y le propuso que se casaran, pensó que estaba loca... y también que era adorable. ¡En realidad, sintió la tentación de tomarse en serio su propuesta!

Penélope tiene una urgencia literal por casarse y esta no tiene nada que ver con cuestiones del cuerpo (jaja), no revelaré cuál es porque esta se desvela a mitad de la historia más o menos y nos deja ver el por qué es tan importante para ella el contraer nupcias. Su  primer elegido, porque elige dos, es Stefano (me encanta ese nombre y más cuando quien lo porta es un Italiano) quien acaba de recibir la humillación y repudio empresarial al ser acusado de intentar negocios fraudulentos contra la familia de la que fuera su novia. La situación se agrava cuando la novia lo deja y con ello demuestra que ni ella cree su inocencia.

Penélope analiza todos los detalles después de investigarle y llega a la conclusión de que es inocente basándose en su famosa capacidad de racionalizar todo. Tomando en cuenta que solo su familia lo ha apoyado eso logra desestabilizar un poco a Stefano pero aun así la saca de su oficina cuando llega con tan descabellada propuesta que presenta como si un plan de negocios se tratase. 

-La estoy echando de mi oficina, señorita Wentworth.

-¿Le importaría decirme por qué?

-No me importa lo más mínimo -dijo Stefano mientras abría la puerta-. No me

caso con chifladas. De hecho, ni siquiera hablo con ellas -sin más, sacó a Penelope del

despacho y cerró la puerta ante sus narices.

Es divertido ver cuando las cosas se invierten, ella está en apuros pero deja de ser una damisela desvalida, es ella la que se atreve a hacer de un matrimonio un negocio, recurso explotado en Harlequin pero por los protagonistas masculinos. Es Penélope quien dice que ella quiere llevar las riendas de la relación y él quien aparentemente acepta y es ella la que sigue recordándole  que todo es cuestión de negocios.

Al saber que su máximo rival y competidor es el siguiente en la lista para marido potencial, Stefano decide aceptar porque aparte de eso, el matrimonio incluye una de las empresas de Penélope que la compañía Salvatore desea desde hace mucho y es cuando deciden que tienen que dar la imagen de una pareja unida por un arrollador romance que desembocará en Boda. Romance que en realidad inicia puesto que ambos tienen una poderosa química juntos.

La historia se centra más en el floreciente romance y en la diferencia de ambos, ella práctica, intentando racionalizar todo y él todo pasión y sentimientos. Me gustó mucho el que ambos se empezaran a mandar regalos para dejar en claro cuan  intenso era el romance y las situaciones provenientes de tan "peculiares" regalos son muy divertidas.

El hecho de que él tenga un hermano gemelo despierta los celos de Stefano sobre todo por que ella los confunde continuamente, cosa que no le agrada lo más mínimo escudándose Stefano en el hecho de que si ella sigue confundiéndoles la gente no se creerá ese rápido matrimonio.

STEFANO apoyó una mano en su hombro. 

-Hola, cara.

-¿Stefano? -susurró 

Penelope.

-En carne y hueso.

Ella miró hacia atrás y se estremeció.

-Si tú eres Stefano, ¿entonces quién es...?

-Permite que te presente a Marco, mi hermano gemelo, y a su esposa Hanna.

-No, gracias -logró decir Penelope con notable compostura-. Creo que prefiero

ocultarme en cualquier rincón y sufrir mi humillación en privado.

Stefano clavó los dedos en los hombros de Penelope y esta se contrajo. Después

le dirigió una parrafada en italiano a su hermano. A juzgar por la expresión de Hanna,

tal vez fue mejor que Penelope no entendiera ni una palabra. En cuanto terminó, se la

llevó prácticamente a rastras. La gente se apartó a su paso. Mientras a ella la miraban

con evidente sorpresa, el desagrado que manifestaban las expresiones dirigidas a

Stefano era palpable.

Aunque la historia se centra en los dos, cosa que agradezco, sale a relucir la verdad de  porque Stefano quedó mal visto por la Sociedad empresarial y el supuesto fraude. Lo interesante es que hará ella para intentar arreglar la situación de su ahora esposo. Me encanta que sea él quien acepte lo que siente y lo haga con tanta frescura y libertad y sobre todo lo comparta con ella. 

Se las recomiendo ampliamente, puedo asegurarles que no se arrepetirán de leerla. 

¡Oh, no! ¡Otra vez no! Penelope se arriesgó a echar otro rápido vistazo por

encima del hombro y se estremeció. Stefano no parecía especialmente feliz. De

hecho,sospechaba que estaba a punto de tener otra «discusión» y que esta iba a

acabar de manera muy distinta a la primera. Para alivio suyo, las puertas del ascensor

se abrieron en aquel instante. Entró rápidamente y pulsó el botón de bajada.

-Solo tengo una cosa que decir, Stefano Salvatore -dijo mientras las puertas

empezaban a cerrarse.

-Por lo tanto, unas mil menos que yo.

La boca de Penelope se curvó en una irónica sonrisa.

-No lo dudo.

-Adelante, cara. Te estás muriendo por decirme algo. Dilo.

-Gracias a Dios no sois trillizos. Y, a continuación, las puertas se cerraron por

completo.