Nina escuchó que la seguían. Estaba segura de que era Cameron pero en ese instante era la última persona a quien quería ver. No podía hablarle, no sin que él adivinara lo que sentía. Quizás ya lo sabía…
- ¡Nina! –Cameron la tomó del brazo para detenerla- ¿qué sucedió? ¿hice algo mal?
- No –fue la cortante respuesta de Nina- ¿puedes soltarme, por favor?
- ¿A dónde vas? –interrogó sorprendido.
- A casa –murmuró e intentó caminar- ¡déjame, Cameron!
- Nina, de verdad, si dije algo que te disgustó, yo…
- ¿Sabes qué sucede? –Nina clavó sus ojos castaños con dureza en él- el problema es que tú nunca sabes nada. ¡No te enteras de nada!
Cameron arqueó las cejas con sorpresa, sin saber qué contestar a eso. No sabía de qué se estaba perdiendo, pero más valía que lo averiguara pronto.
- Yo… lo siento –susurró Cameron, atrapando con su dedo una lágrima que recorría la mejilla de Nina- no me gusta verte triste, Nina.
- Cameron… ¿por qué no me quieres? –soltó Nina con cansancio- ¿por qué? ¿qué hay de malo en mí?
- No hay nada de malo en ti, Nina. ¿Por qué dices que no te quiero? ¿Cómo puedes pensarlo siquiera? –la abrazó y ella se alejó- ¿qué?
- ¡No de esa forma, Cameron! –inspiró hondo y bajó la vista- yo te amo.
Cameron no podía hablar de la sorpresa. Eso no lo había visto venir. Es decir, habían sido amigos desde niños, eran los mejores amigos y se querían mucho. Pero… ¿amor?
Nina era preciosa, sin duda. Pero siempre la había visto con un cariño fraternal, inocente. No de esa manera.
¿Cómo podía decirle eso sin herirla? Él no quería perder a Nina, pero no podía jugar con ella. Le importaba demasiado para decidir que “probaría por si funcionaba”. Con Nina, no. Ella era tan… dulce.
- Nina… -Cameron la miró con tristeza- sabes que te amo.
- Sé que lo haces… -susurró Nina y se apartó. Cameron le tomó de la mano y clavó sus ojos azules en ella- Cameron, yo…
Él continuó mirándola detenidamente. Empezó a acercarse con lentitud y le puso un dedo bajo la barbilla, para que lo mirara. Nina cerró los ojos con fuerza. Cameron sonrió y empezó a cerrar el espacio entre ellos.
- Esto es un error… -murmuró a centímetros de los labios de Nina. Ella se tensó y abrió los ojos, se alejó de un solo golpe.
- Estoy de acuerdo –consiguió decir- es mejor que me vaya. Tu cita te está esperando.
Cameron giró hacia donde Nina había mirado. Sarah se encontraba de pie, en la puerta, mirándolos con rabia. Él intentó pensar en lo que había estado a punto de pasar, en lo que podría ser pero… simplemente no era.
Quería a Nina. Siempre la querría. Eran almas gemelas pero nada ni remotamente romántico le recorría la mente cuando pensaba en ella. Cariño, respeto y complicidad.
Cuando quiso decidir, no era necesario. Nina se había marchado. Y, no tenía sentido volver al baile. Ya no.
***
- La señorita Danes lo busca –escuchó Nina que la anunciaban e inspiró hondo. Se sentó a esperar que él diera su autorización y, cuando finalmente le indicaron que siguiera, se dio cuenta que no había lugar a dónde huir. Estaba ahí y tendría que hacerlo.
Caleb le clavó la mirada en cuanto se abrió la puerta. Se levantó y esperó a que Nina se acercara. Ella se quedó de pie frente a él, con el escritorio de por medio, sin decir nada. Solo ahí, parada en silencio.
- ¿Quieres sentarte? –preguntó con fría cortesía. Ella asintió y se sentó. Caleb hizo lo mismo- será mejor que empieces, no tengo mucho tiempo –dijo con sequedad, pues Nina continuaba sin decir una palabra.
Nina asintió una vez más, intentando encontrar las palabras adecuadas. Pero era tan difícil… Caleb siempre le había intimidado, desde que era una niña… Solo que, ya no era una niña. No más.
Tenía que hacerlo, además, por Cameron. Era su mejor amigo. Él lo merecía.
- Es Cameron… -empezó con un deje de duda. Se aclaró la garganta- imagino que…
- Siempre se trata de él, lo suponía –Caleb formó una mueca desdeñosa- ¿y qué tengo que ver yo en eso?
- Bien… él es tu hermano. Y, tú deberías…
- ¿Qué, Nina? –Caleb se levantó con lentitud, bostezando con desinterés- ¿qué debería? –se acercó a centímetros de ella. Nina, instintivamente, se puso de pie.
- Es que él… -Nina intentó mantener la mirada fría de esos ojos azules pero no lo logró. Desvió los ojos hacia el otro lado- ¿sabes con quién se casa?
- Si –Caleb ladeó una sonrisa y empezó a caminar por su oficina- ¿Kristen, tu prima, verdad?
- Sí, y yo pensé que tú podrías… -¿cómo se lo iba a decir? ¿cómo?
- ¿Qué podría, qué? –se estaba divirtiendo mucho con Nina, tan vacilante- oh, ya veo. Aún sigues atrás de mi hermanito. Eso no ha cambiado –le dijo con crueldad.
- ¿Yo qué? –Nina abrió sus ojos castaños con rabia- ¡Yo no! –apretó las manos en puños- ¿cómo te atreves…?
- ¿Puedes terminar una frase completa? Estoy aburriéndome, ¿sabes? –Caleb se cruzó de brazos- y, a diferencia tuya, yo si trabajo.
Nina decidió ignorar la grosera observación de Caleb, sobre todo porque ya estaba lo suficientemente enfadada y no había llegado para discutir con él. Debía recordarlo. Cameron. Estaba ahí por él.
- Siento quitarte tu valioso tiempo –contestó en tono seco- solo quiero pedirte que hables con Cameron. Él necesita saber que Kristen es…
- ¿Qué? –Caleb rió mientras Nina dudaba en la palabra a usar- ¿qué es tu querida prima Kristen?
- Solo… no es para él –completó.
- No, claro que no. ¿Y tú sí?
- Yo no tengo nada que ver en esto –murmuró entre dientes.
- Seguro. Lo haces de una forma totalmente desinteresada –se burló.
- Aunque no conozcas el significado de amistad, pues así es.
- Aja –Caleb se acercó nuevamente- dilo.
- ¿A qué te refieres? –Nina lo miró, esta vez con firmeza.
- A Kristen. Di lo que piensas.
- Tú lo podrás expresar mejor que yo.
- Ah, así que es eso.
- Sí –elevó su barbilla- tienes que decirle que ustedes…
- ¿Tengo qué decirle que nosotros…? –Caleb sonrió con desprecio.
- ¿Por qué eres así? ¡Tú sabes a qué me refiero!
- No, no lo sé –él se encogió de hombros- ¿qué será?
- Tu… relación –soltó con desprecio.
- ¿Mi relación? ¿Con Kristen? Yo no tuve una relación con ella –negó categóricamente.
- Bien, como sea que lo llames –increpó con rabia Nina- pero Cameron…
- Los caballeros no tenemos memoria –rió Caleb.
- Tú no eres un caballero –le contestó Nina altiva.
- ¿Ah sí? –Caleb acercó su rostro hacia ella, rápida y deliberadamente. Nina se alejó, pero no pudo poner la suficiente distancia pues chocó contra el escritorio- ¿y qué supones que pasó, Nina, entre ella y yo?
- Tú y ella… -Nina miró a su alrededor, con inquietud. Caleb estaba demasiado cerca, solo una vez él… Finalmente, se incorporó y escuchó su risa seca.
- Salimos –le ayudó.
- Sí, salieron. Y Cameron…
- En ese entonces, no era demasiado selectivo –su tono de desprecio hizo que a Nina le recorriera un escalofrío. No sabía que exactamente había pasado, pero tampoco estaba segura de querer saberlo.
- Entonces… ¿le dirás?
- No.
Nina sintió una gota de pánico en medio de su decepción. Sabía que Caleb y Cameron no tenían la mejor relación pero, él era su hermano, después de todo. ¿Por qué no podía simplemente… quererlo como tal?
- No es necesario –escuchó que Caleb volvía a hablar- ya lo sabe.
Ahhhhhh. yo creo que me quieren matar de un preinfarto...no se si esta historia estará en el grupo de yahoo. hace semanas que trato de entrar pero el compu de mi empresa esta boqueado y el internet de mi celu no me responde para eso... muero de ganas de poder leer esta historia completa.
ResponderEliminarSi mal no recuerdo, esta no está subida allí...así que a tranquilizar tu corazoncito!!!
EliminarNata tiene razón Yocelyn, no llegué a subir esta historia en Creaciones. Lo siento jeje.
EliminarEs uno de mis chicos favoritos de los que has creado mi Gab, aunque he perdido la cuenta de las veces que me enamoré de tus héroes...aunque tengos mis favoritos, lo sabes. Éste es uno de ellos...me encanta esta historia!!!
ResponderEliminarJajajaja jajaja esto no puede ser. Estoy de acuerdo con Yocelyn. ¿como nos hacéis esto? Nos van a dar un infarto dejándonos en suspense :(
ResponderEliminarQuiero maaaaas!!
Muchaa gracias