Su estomago comenzaba a rugir. Normal, ya era
la hora de comer. Se le había pasado después de todo, la mañana un tanto rápida
para su gusto. Había comprado un par de cosillas, para el bebé de Susan y otro
para el de Helen. Y después, se había tirado la última hora y media, metida en
una gran librería. Donde por suerte, podías ir a tu libre albedrio buscando tu
lectura por las miles de estanterías, sin que nadie viniera a incordiarte para
conseguir una venta segura.
Sí, que había hallado algunos libros
interesantes. Pero ciertamente, había
tenido su subida de vergüenza al pensar en dirigirse con alguno de ellos a
caja. No es que se trataran una imitación al kamasutra. Pero no le hacía
gracia, que vieran su inseguridad en el sexo. Eso era una cosa personal de uno
mismo.
Así, que lamentándolo mucho no le
quedaba más remedio que indagar por internet. Tontamente se había dirigido a la
caja, con una nueva novela en sus manos, para leer antes de acostarse.
Cinco minutos después, salía por
la puerta del establecimiento sacando el móvil del bolsillo interior del bolso,
y pensando qué hacer. Pasaron unos minutos más y aún seguía allí mordiéndose los
labios, mientras pensaba en su gran indecisión de si llamar a Seba, para ir a
comer juntos. Cuando de
pronto el dichoso aparato, la asustó al empezar a sonar entre sus manos.
Era Lucas. ¿Qué diantres querría éste ahora?
Pensó con el ceño fruncido, mientras decidía si descolgaba o no.
-Yo que tú no le descolgaba –Dijo
una voz profunda, tras su oído y sobresaltándola aún más que el propio
teléfono.
-¡Seba! –Se llevó el aún sonante
aparato al pecho, como reflejo ante su sorpresa.
-Hola linda -Le sonrió, al tiempo que le quitaba el aparato y le daba
al botón rojo con gran satisfacción y
consternación de ella.
-¿Por qué hiciste eso? –Preguntó
molesta arrancándoselo de las manos-. ¿Y qué haces aquí?
-Enana, trabajo dos calles más abajo -Le informó con sonrisa torcida-.
Y simplemente te hice un favor, pues vi que estabas un poco indecisa de cogérselo a tú amigo Lucas. Veo que tu
cabeza empieza a entender mi filosofía, sobre las compañías adecuadas –Le guiñó
un ojo.
-Es mi amigo y no pienso cambiar ese hecho
nunca –Respondió con la mirada entrecerrada-. Solo que estaba pensando en si
llamarte para ir a comer –Informó, abriendo la agenda del teléfono-. Y como se
que Lucas, entretiene mucho
rato al teléfono a cualquiera –volteó los ojos al cielo-. Dudaba si descolgar o llamarlo luego.
Sebastian sonrió ante la indicación de ella
de llamarlo para comer.
-Me alegro, que me antepusieras un
poco ante ese amigo tuyo
–Chascó la lengua-. Pero deberías de hacerme caso y pasar un poco de él.
Karolaine resopló al volver a oír aquella
disparatada sugerencia.
-No sabes lo que estás diciendo,
por estas tonterías dudaba de
si llamarte era buena idea -Su móvil, comenzó a sonar nuevamente con el nombre de Lucas,
parpadeando en la pequeña pantalla.
-Cuélgale otra vez y vayamos a comer –Intentó convencerla con tono dulce-.
Mi estomago parece una jaula de leones.
-No soy tonta Seba… -Le sonrió al
tiempo que descolgaba la llamada, no muy segura dado que conocía las
intenciones de su amigo-. ¡Hola Lucas! Sin querer te colgué -Se disculpó con voz cálida.
Pero volvió a saltar en la acera, cuando su
perro guardián acercó su boca al lado casi de la de ella para soltar un
alarido.
-¡Y un cuerno! ¡Lo hice yo! –Soltó
Seba y con tono brusco, para que el otro lo escuchara.
-Mmm… Sí -Soltó un tanto avergonzada y girándose para darle la espalda al hombre-. Es Sebastián, quien has escuchado. Mmm… Te manda saludos -Mintió descaradamente y agradeciendo que no le viera
la cara de apuro, a causa de las palabras de su amigo.
Sebastián se encrespó como un erizo.
-¿Saludos? –Volvió hablar con gran
sarcasmo el hombre-. Si lo tuviera delante, le iba a dar un buen saludo muy especial -Volvió a gruñir en amenaza, y que el aludido
pudiera escuchar perfectamente.
-Como lo sabes -Rió ella
nerviosa-. Seba es un hombre muy divertido.
-Trae aquí eso, que yo sí que me voy a divertir -Ordenó, al tiempo que intentaba hacerse con
el aparato-. Karolaine… -Habló completamente frustrado, por no conseguir su objetivo, al revolverse
ella constantemente entre sus brazos y no ponérselo fácil.
-Bueno Lucas, mejor te llamo yo en otro momento -Comenzó a decir ella con ciertas prisas por el acoso que estaba
recibiendo.
-No te atrevas a colgar niña
–Amenazó Sebastián.
-Prometo llamarte en cuanto tenga un minuto libre…
-Hoy pienso convertirme en tú
sombra, en lo que queda de día –Seguía amenazando Sebastián y moviendo sus manos, para marear a la joven y poder
hacerse con el aparato.
-Adiós Lucas –Y colgó, para detenerse y mirarlo con gran enfado.
-Vamos enana, ahora no te enfades
conmigo –La miró con cierta súplica sin poder ocultar el principio de una sonrisa-. No estamos obligados a que nos caiga bien todo el mundo.
-Y creo acertar, que ningún amigo
mío te caería jamás bien –Lo miró desafiante.
-De momento, solo conozco uno
–Dijo entre dientes el nombre de éste-. Lucas. Y no es que me simpatice mucho –Empleó cierta mueca de
fastidio en su rostro.
-Idiota –Le soltó de sopetón ella,
y arrancando a caminar.
-¡Oye! –Corrió a su altura, un
tanto indignado por su insulto-. ¿Ahora porque me insultaste? Simplemente, te fui sincero –Admitió encogiéndose
de hombros.
-No tienes ningún fundamento, para
poder haber llegado a esa conclusión –Se enfrentó a él furiosa.
-Claro que sí –Le replicó cruzándose de brazos-. No encuentro para nada bien,
que un hombre de su edad sea…
-Mi amigo –Lo interrumpió ella.
-¿Ahora se les llama así a los
amantes? –Soltó quisquilloso y enfadado.
-Lucas, es un buen hombre y un
excelente marido. Te daría un buen puñetazo, si te escuchara decir eso de él
–Puso los brazos en jarra.
-¿Cómo? –Se quedó petrificado por
un momento, sin quitarle la mirada de sus ojos-. ¿Marido? ¡Maldita sea
Karolaine! ¿Pero en qué diantres estas pensando? –La agarró por los hombros,
para zarandearla con poca delicadeza-. ¡Estas acostándote con un hombre casado!
¡Acaso eres idiota!
Karolaine rebufó como un gato al ver el agua.
-El único idiota eres tú. ¿Es que
no me escuchaste bien? Lucas, es simplemente un amigo. El marido de mí amiga Sabrina. Y él, simplemente se preocupa demasiado por mí. Por eso me llama constantemente –Entonces,
ahí sonrió algo traviesa y divertida-. Digamos, que no se
fía de que esté en un piso sin mi
hermano, y que tú seas mí compañía.
-¡OH! –Pudo decir, ante su nuevo
descubrimiento-. Un momento… -Frunció las cejas-. ¿Qué no se fía de mí? –Sus ojos brillaron entonces de rabia-. ¡Quién demonios se cree que soy!
Dame tú móvil, que ya lo llamo yo.
-Por favor -Elevó los ojos al cielo gris de Nueva York-. Por que
sois todos tan… -No acabó la frase-. Olvídalo, no tengo ganas de escuchar más
tonterías. Así, que solo te pido el favor de ir a comer. Pero a la más mínima
tontería… -Amenazó alzando
su dedo índice.
-Veo, que no me vas a dejar
terminar éste tema –Soltó exasperado.
-Exacto –Sonrió triunfante.
-Muy bien –Se encogió de hombros resignado-. Tendré que tener paciencia y esperar a la próxima llamada de tu amigo.
-Tú verás –Soltó un suspiro con un movimiento negativo de cabeza-. Pero tengo hambre. Y me da lo
mismo, tener que ir a comer sola.
***
-¿Vas a querer postre? –Le
preguntó Sebastián, cuando hubieron acabado el segundo plato.
-Mmm… No, solo un café –Le indicó
un poco dudosa con las manos
cruzadas bajo la barbilla.
-¿No pides postre, para poder
deshacerte de mí lo más rápido posible? –Bromeó el hombre, alzando una mano
para llamar al camarero-. Tráiganos dos cafés, por favor.
Karolaine sonrió.
-No pido postre, porque prefiero
guardarme el dulce para merendar. Digamos, que sigo con una dieta sana –Dio un
sorbo a su copa de agua-. Y se, que podré respirar más tranquila en cuanto tú
empieces a sacar tu agenda negra de la mochila.
Soltó esperando que con cierta calma, para
que no notara que iba directa a picarlo.
-¿Perdona? –Se hizo el tonto.
-Venga Seba, se que te estás
reteniendo porque no tengo a mi hermano a mi lado, para que me vigile –Le guiñó
un ojo en completa burla-. Si mal no recuerdo, tú eres todo un Don Juan. Pero
no quieres dejarme sola, lo cual es una gran tontería. Sabemos, que soy una chica adulta y responsable.
-Cierto, todo lo adulta que se
puede llegar a ser con veinte años –Se burló el hombre.
-No empieces –Lo amenazó con el
dedo y los ojos achicados.
-Es broma enana –Rió éste.
-Así me gusta –Respiró un poco,
antes de soltar lo siguiente-. Ya va siendo hora de que quedes con alguna
mujer, y así vuelvas a
pillar el tacto al besar.
-¿Has llamado a tú hermano?
-¿Cambiando de tema? –Respondió
divertida y con otra pregunta, mientras removía su café.
-No soy ningún cobarde. Pero
tampoco creo que tenga que hablar contigo de esas cosas –Le sonrió con
superioridad-. Y lo de tú hermano, va en serio. No sabemos nada de su viaje, ni
de cómo están las cosas por
allí.
-Y no te llamará, hasta que no vea
como esta todo para pasar un magnifico y detallado informe. Y Seba, el hablar
de besos no conlleva a ningún crimen –Se encogió
de hombros-. Es una
cosa, que se empieza a poner en práctica desde muy jovencitos.
-No digo nada –Alzó sus manos sonriendo-. Solo, que no catalogo
por igual los besos de los adolescentes con los de adultos como yo –Le guiñó un ojo-. Estamos hablando, de pasión y…
-Sexo –Acabó por soltar ella, con
un poco de fastidio.
-Más o meno –Rió-. Y tú, aún estas un poco lejos de mi categoría.
-¿Perdona? –Soltó con un poco de
altivez y abriendo las fosas nasales en el proceso, demostrando que aquello no
le gustaba para nada.
-Vamos enana, admite que tu estas
en fase de experimentación con jóvenes de tu edad. Que más que besar… -Frunció
el ceño-. Manosean como pulpos… Por cierto… ¿Te dejas manosear mucho? –Su
mirada era completamente oscura.
-No creo que sea de tu incumbencia
–Aún seguía enfadada-. Y hace mucho
tiempo que dejé esa etapa de besos manuseantes y demasiados húmedos… -Ahí, iba
su medallita de honor, pensó cogiendo aire-. Aunque hay que decir, que tú ayer
me la recordaste mucho.
-¿Perdona? –Preguntó éste,
entrecerrando aún más su mirada.
¡Genial! Ahora era él, quien
parecía molesto por un comentario.
Dios, como le gustaba aquel aprendizaje de
Susan, que consistía en darle la vuelta
a la tortilla, dejándolos completamente desconcertados al atacarles en
su demasiado henchido ego masculino.
-No pongas esa cara –Se rió-. Ya
te lo dije ésta mañana. Siento comentarte, que debes de llevar mucho tiempo
fuera de juego si llamas a eso, beso de adulto –Esperaba, que sus pupilas no se
le achicaran por la gran mentira que estaba soltando.
Su beso había sido duro, pero lleno de pasión
y frustración… Digno de todo un maldito Don Juan como lo era él. Pero
simplemente, ahora solo quería hacerlo rabiar un poco. ¿Y quién sabía, si a lo
mejor ganaba con ello alguna demostración? Eso sí, aquella vez iba a participar.
-Por eso, antes te comentaba que ya era hora de que sacaras
tu agenda…
Sebastian cogió aire.
-Para un segundo –La interrumpió-.
¿Estás catalogando mi beso, como el de un adolescente inexperto? –Preguntó con
sarcasmo.
-Sí –Intentó responder como una
mujer experta y demostrando mucha seguridad en sus palabras.
-Para empezar… -Empezó a
explicarle entre risas-. Pido disculpas por mi comportamiento. Sé que te falté
al respeto… De seguido, te comunico que
aquel beso no se puede catalogar como no de los habituales en un momento de
pasión. Estaba enfadado e indignado, y más bien era un pequeño castigo. De
tercero, no doy besos húmedos desde que tenía catorce años… Y por último,
tampoco creo que tengas un gran abanico de momentos apasionados o como quieras
llamarlos, para decirme que eh perdido practica… De eso, es de lo que no eh
perdido ni un ápice enana… -No paraba de reírse a cada momento el muy creído-.
Pequeña enana, pongo la mano en el fuego en vista de lo que ocurrió aquella
mañana en el dormitorio con mi desnudez. Que simplemente te han besado enanos
como tú. Aún no sabes, lo que es un beso de adulto, lleno de pasión o
seducción…
-Matt, tiene treinta tres años…
-Escupió con el pecho henchido y brillo en los ojos-. Y por cierto, amigo de
Lucas. ¿Me pregunto qué será de él? Tengo que llamarlo.
-¡Tú no vas a llamar a nadie!
–Soltó de sopetón, totalmente furioso tras mirarla unos segundos a los ojos-.
Déjame que sea yo quien hable con tu amigo Lucas. Ahora, aún tengo más motivos
para que deje de ser tu amigo. ¿Cómo ha permitido, que un amigo suyo flirteé
contigo?
-OH, lo impuso Lucas –Soltó un
tanto despistada-. Digamos que me lo asignó como pareja en Sicilia, cuando fui
a su boda… Tenía que ser mi sombra... Y la verdad, tuvo muy bien gusto. Y Matt
era muy….
-Adulto para ti –Soltó corroído
por la rabia.
-No empecemos otra vez –Resopló
ella-. Eres el único, que no ve que soy una mujer adulta y responsable.
-Aún, no eh visto esa mujer adulta
–Soltó irónico.
-Porque no dejas de comportarte
como un perro guardián –Le señaló indignada.
-Nos estamos volviendo a enfadar
–Masculló Sebastián al ver que algunas mesas cercanas, los miraban con un poco
de disimulo.
-Tranquilo, no te temo –Soltó
mordaz-. No creo que te atrevas a castigarme con un beso tan poco profesional,
en un lugar público como este –Sonrió con cierta malicia-. Sabes perfectamente,
que dañarías tu idolatrada imagen de playboy. Y tranquilo, que no te
arrestarían por pederasta… -Se levantó de la mesa y se puso el abrigo-. La hora
de la comida finalizó. Me voy a respirar
aire… Tú, vete al trabajo un poco. Puede
que consigas dejar tu frustración para que no la traigas ésta noche a casa y la
descargues conmigo.
Y allí lo dejó, completamente solo
y enfadado consigo mismo. Mirando el vacio, supuestamente perdido en sus
pensamientos.
OHHHHHHHHH graciassssssssss!!! tenía ganas de este par de este Sebas (de ahí se te cruzan, jajaj) y AMO las escenas de celos cavernícolas, me enanta, tu sis menor y yo deberemos analizarnos ese gusto por los celososo pero me encantannnnnnnnnnn...y que lo chinche ella más aún. Mira que la han corrompido las demás.
ResponderEliminarY quiero beso, beso beso de esos bien dados y quiero a Matt en escena!!
y quiero más capis.....y te quiero a ti ( a ver si así consigo algo antes,jajaa)
Pero tu ya sabes lo que quieres? jajajajjajaja
EliminarUn bonito texto.
ResponderEliminargracias Jordi. Tengo apuntado pasearme éste finde por tu web. Pues debo decir que lo poco que he visto me ha gustado.
EliminarUn cordial saludo
¡¡Me encanta, me encanta, me encanta!!
ResponderEliminarMe he reído un monton, esta pareja es la bomba jajajaja jajaja.
¡¡Quiero maaaaas!! Jijiji
Muchos besos
Muchas gracias preciosa, ya mismo habrá más.
EliminarYa quiero que aparesca Matt, a ver que pasa con el triangulo amoroso
ResponderEliminarTu no le hagas mucho caso a Nata con lo de Matt, que luego te volverás igual de loca que ella y lloraras
Eliminarjajajaja