¡Maldita fuera!
Gruñó para sí, cuando
se vio nuevamente abordada por Ignasi. Sí, sí… El chico estaba siendo muy
atenta con ella, reconoció cuando de un solo trago bebió el refresco de limón,
que le había servido en un vaso ancho.
Aquello parecía una bebida
digna del infierno. ¿Cómo podía beberse aquello la gente? Prácticamente parecía
que le estabas dando un trago a la lejía.
Detuvo sus protestas
mentales, cuando por el rabillo del ojo captó que Elisabeth y Eric, se decían
algo. Molesto para él, pero satisfactorio al parecer para ella.
¿Se trataría sobre la
compañía de Ignasi?
Pensó abriendo un
momento sus ojos, para velozmente plantar una arruga en su frente, al ver por
donde estaba tirando su mente.
¿Ya le estaba afectando
el alcohol al cerebro?
Realmente, llevaba unos
días que su mente en referencia a todo lo que estuviera relacionado con Eric,
no trabajaba nada cuerda.
No señor, algo le
estaba fallando ahí dentro. Dado que no era normal, que se hubiera sentido un
poco triste e inquieta al no saber donde estaba. Molesta y avergonzada, cuando
lo pilló en aquella situación en el sofá y que su sistema nervioso, hirviera
cuando lo tenía rondando cerca.
Solo podía haber una
explicación para aquello… El chico la sacaba de quicio.
-¿Lo conoces de hace
mucho?
Interrumpió de sopetón
Ignasi, el caos que había en su cabeza.
-¿Perdona?
Se giró a mirarlo algo
avergonzada, al reconocer que lo había ignorado, después de que él estuviera
atento por ella.
Viendo como los labios
del chico, aparecía una leve mueca, acabando en una tierna sonrisa.
-¿Si hace mucho que
conoces a Eric?
-Unos meses –Respondió no
comprendiendo aquel repentino interés en ello-. Es mi vecino y trabajamos
juntos –Se encogió de hombros-. Aunque tampoco es que nos veamos mucho. Pero
puede decirse, que es la primera persona que he conocido en mi mudanza a ésta
ciudad. Además, me ha ayudado mucho, sin pedirme nada a cambio.
Ignasi volvió a mostrar
otra nueva sonrisa.
-Sí, ese es nuestro
Eric –Soltó un suspiro leve-. Todo un caballero.
-Al que también le
gusta chincharme siempre que puede –Masculló entre dientes, causando que el
chico soltara una sonora carcajada, llamando la atención de los que se hallaban
cerca.
-Pues yo creo, que esto
te divierte un poco –Le guiñó un ojo-. Aunque ahora mismo, por ciertas razones
te lo niegas a reconocer.
-¿Cómo? –Mostró una
leve arruga en la frente, obvia respuesta a que no comprendía exactamente sus
palabras.
-Nada, tonterías mías –volvió
a sonreír-. Me refería a que va ha ser una noche divertida -Confesó dando un
paso hacia ella, para rodearle el cuello con un brazo y arrimarla hacia él,
pudiendo así, depositar un casto beso en su frente-. ¿Te vienes a dar un paseo
por la playa?
No pudo ocultarlo, fue
muy evidente.
Ante aquella proposición,
Yola abrió sus ojos de forma desmesurada a la vez, que todo su rostro se
tornaba colorado. Mirando por un segundo, en repetidas veces a su amiga con
gesto nervioso.
Ignasi, al ver el apuró
que apareció en la chica por su
invitación, volvió a soltar otra sonora carcajada, para seguidamente
sorprenderla aún más cuando se inclinó hasta su oído y susurrarle unas palabras
tranquilizadoras, pero intensificando así los nervios en su amigo al depositar
su mirada burlona fija en él.
Sí, estaba provocando a
Eric, sin que ola lo supiera.
-Puedes estar
completamente tranquila, que no llevo segundas intenciones. Nos cavamos de
conocer… Se trata de solo caminar un poco. Estirar las piernas en la arena de
la playa –Explicó volviendo a enderezarse, mirando por última vez a su amigo, quien
tenía el ceño fruncido.
-¿Te apetece? –Preguntó
volviendo a mirarla-. De ésta manera –Le guiñó un ojo con cierta diversión-.
Podrás ser tú, quien chinche un poco a Eric.
-OH –Soltó en un
susurro ella, mientras lo pensaba por un segundo.
Realmente, sabía por
Elisabeth que podía confiar plenamente en el chico. No tenía porque desconfiar
en él. Y al parecer, éste también había captado el aire restrictivo que estaba
aplicando su vecino sobre ella.
Que también le
agradecía mucho, que estuviera pendiente de ella. Lo único que podía
molestarle, es que se negara aceptar que a veces lo hacía, marcado por la
diferencia de edad. No queriendo ver, que podía saber cuidarse en la mayoría de
situaciones.
Como en aquel mismo
momento, giró un segundo su cabeza hacia él, para encontrarse con su mirada reprobadora.
¿A qué diantres venía aquello?
No estaba haciendo nada
malo, ni tampoco se hallaba provocando a su amigo, para confundirlo y que se
creara falsas expectativas.
¿Acaso no tenía
derecho, hacer algún amigo más aunque no fuera de su edad? Era aquello lo que
le molestaba a Eric.
Pues Ignasi, tenía
razón. Iba a ser divertido chincharle un poco aquella noche.
-Acepto dar ese paseo
por la playa –Señaló con tono cantarín, girándose y alzando su rostro hacia
él-. Además, ésta zona del paseo marítimo no la conozco aún.
-Pues andando –Sentenció
posando una mano alrededor de su cintura, para conducirla con paso tranquilo
por la terraza a una puerta, que daba directamente al paseo marítimo.
Aunque sonriera un poco
por aquello, sabía que tampoco había actuado del todo bien, al no acercarse al menos
a su amiga y darle alguna explicación.
Simplemente se había
limitado a dejarse guiar por Ignasi, sin mirar en ningún momento por encima de
su hombro en dirección a ellos dos. Pero aún así, sin hacerlo. Podía notar la
mirada de él clavada en su espalda, taladrando con gran fuerza. Sabiendo, que aquello
le costaría mucho más tarde una reprimenda. Aún así, plantó aún más grande sus
sonrisa al salir los dos a la oscuridad del paseo.
Caminaron hasta el muro
bajo, que separaba la acera de la arena de la playa y se quitaron los zapatos,
para llevarlos sujetos en las manos.
No pudiendo evitar de
soltar un suspiro lleno de satisfacción, cuando sus pies descalzos hicieron
contacto con la fresca y fina arena.
Ignasi la miró y sonrió
por aquel gesto súbito, mostrando lo sencilla que era.
-A veces, un momento de
paz sienta de maravilla –Comentó divertido.
-Sí –Le sonrió-. Me
encanta la playa. En Gerona, no había día del año que me acercaba a la playa.
Me encanta su paz y poder leer de forma relajada con su música.
-Que te parece si
caminamos por la orilla –Sugirió con una sonrisa pillina-. ¿O eres una
princesita que teme mojarse?
-No soy ninguna flor
delicada –Soltó con un poco de enfurruñamiento y con los brazos en jarra, para
encogerse de hombros cuando la voz de su vecino, la sorprendió pro la espalda.
-Eso puedo asegurarlo
perfectamente –Interrumpió en la arena junto a Elisabeth-. ¿Verdad pequeña
demonio rojo?
-Entonces, sino no soy
esa flor –Se giró a encararlo con cierta brusquedad-. ¿Qué demonios pintas
yendo tras mis pasos?
Su amiga, sonrió y le
hizo una señal de victoria con su pulgar apuntando hacia arriba. Al ver la
sorpresa de Eric, ante su actitud atacante.
Pero como no, éste se
recuperó rápido de su sorpresa para sonreírle y mirarla directamente a los
ojos.
¡OH no, ahí volvía a estar
aquella mirada extraña en él!
-Porque me gusta tu
compañía –Se encogió de hombros, al confesar con tono relajado-. Y también me gusta
pasear por la playa… Y no, en ningún momento se me ha pasado por la cabeza que
fueras a necesitar que te vigilara a ti.
Dijo aquello último,
mirando por un segundo de forma inquisitiva al otro chico.
-¿Dime, podemos
entonces apuntarnos al paseo? –Preguntó alzando una ceja con cierto matiz de
diversión.
Un pequeño hormigueo
había sido activado por las palmas de sus manos, cuando él hubo confesado
aquello. Ciertamente, aquel chico la desconcertaba un montón. Llegando a
sacarla de quicio, por sus diferentes actitudes con ella.
Pero aquellas palabras,
le habían gustado. Notando como un poco más de calidez en su pecho, al ver su
sinceridad en ellas.
-Claro –Se alzó de
hombros, antes de darse la vuelta y emprender la marcha hacía la orilla-, la
playa no es mía.
Bueno, bueno, bueniiiiiiiiiiisimo...
ResponderEliminarQuiero mas jijiji.
Muchos besos
Muchas gracias preciosa!!!! Besazos!!!
Eliminarjajaj gracias por hacerte tiempo brujis, espero que ten un poco de descanso porque extraño tus historias. Me ha gustado, ese Eric cuidando lo suyo me encanta.
ResponderEliminarY me hiciste reír con esto
" Solo podía haber una explicación para aquello… El chico la sacaba de quicio"
Chica tonta...se dará cuenta que lo quiere cuando hayan pasado los años y estén caminando rumbo al altar!!!
No pido más por ser considerada...pero sabes, ¿verdad?
Gracias por tener paciencia, y sí esta tarde pude tener cierto hueco, pero por culpa de cierta visita de cada mes, que vino tocándome bastante las narices... No se si lo pillas. jajajajjaja
EliminarSe dará cuenta? Sí!!!!
Cuando? No te lo pienso decir!!!!!
juas, juas
gracias!!! me encantó, aunque hay que meterles un empujoncito para que se apuren un poquito.,..jajajajajja
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