¿Cuánto hay de un escritor en sus historias?

Conté una vez que hace años, le escribí mail a mi adorada Lynn Kurland y tuve la suerte que me contestara, entre las preguntas bobas que hice recuerdo preguntarle si en verdad le gustaba el chocolate como a sus heroínas  a quienes les late el corazón con una caja de chocolates Godiva tanto como con un beso del héroe en cuestión, y me respondió que sí.

También muchas veces reconozco en los escritos de mis amigas, partes de ellas allí…

Creo que un escritor se inventa muchas voces, muchos disfraces, es muchos para contar muchas historias, sin embargo podemos encontrar rastros de ellos en lo que escribe, sus gustos literarios, musicales etc. A veces los reconocemos y otras quedan ocultos entre capas de ficción, pero esas huellas están allí…pequeñas fragmentos de alma que deja el escritor diseminadas aquí y allá, a veces creo que ni siquiera en forma consciente.

Y debo decir que cuando uno conoce a quien escribió la historia que lee, digo conoce en sentido real, no por el vinculo que establecemos con nuestros autores favoritos, sino que realmente los conocemos, como en el caso de mis amigas….pues no puedo evitar una sonrisa cuando encuentro pistas en sus historias.

Y me ha pasado muchas veces, estoy leyendo y sus personajes son tan golosas como ellas, o les gusta la misma música, leen los mismos libros, toman la mismas bebidas  o se dan el gusto de hacer aquellas cosas que ellas aman o desearían para sí mismas.

Es como un guiño de complicidad y me hace decir mentalmente “¡te encontré!”, me pasa con mis sises  con Gaby y es algo cálido que me envuelve cuando sucede tan milagroso hallazgo.

Encontrarlas tras sus historias, tras sus palabras, es siempre un feliz encuentro.

Pero como mencioné al principio creo que pasa con todos los autores y que si leemos suficiente de ellos encontramos  sus gustos personales allí:

-          Pienso en el amor por la naturaleza y los libros de poemas que citana la autora de Anne de los Tejados Verdes.

-          En los gustos musicales de Cortázar o su atracción por el boxeo.

-          En el amor por el Jazz y blues de Murakami

-          En el amor por el chocolate Godiva  de Lynn Kurland , entre otros

Y es ese guiño que nos ayuda a establecer vínculos con los autores y los que dotan de “vida” a personajes de papel y tinta, son los propios autores cediendo girones de su humanidad y sus sueños que vivirán por siempre en sus historias.

¿Han hallado algo así en los libros que leen?