jueves, 28 de noviembre de 2013

Conociéndote 8



Benedict ayudó a Helena a levantarlo y se preguntó cómo pretendía cargarlo sola, era bastante pesado para alguien de su contextura física. También se preguntó si aquello era algo usual para la joven.
-Helena, ve a buscar un taxi mientras yo lo sostengo – le dijo sabiendo que ella no respondería sus preguntas.
-¿Un taxi? – preguntó ella y Ben suspiró. Imaginaba que de tener dinero para un taxi , ella no hubiera intentado cargarlo, y no quería ofenderla. Llamar a su chofer tampoco era una opción porque se sentiría apabullada. Era difícil no decir lo equivocado

.-Sí, un taxi, los dejaré de camino a casa.
-No creo que…-titubeó ella confusa. Le costaba aceptar aquella ayuda.
-Rápido Helena.- la urgió y ella finalmente fue a buscar un taxi. Entre ambos metieron al hermano de helena en la parte trasera del auto, Ben se sentó con él y dejó que Lena se sentara delante. La chica le dio una dirección al taxista y hacia allí de dirigieron. Fue un viaje incómodo, iban en silencio y ninguno de los dos se animaba a hablar, ni siquiera el chofer hablaba consciente de la tensión en el aire.
Lena estaba demasiado avergonzada para hablar y Ben trataba de ser cauto.
Después de un tiempo de viaje, Lena le indicó al chofer que se detuviera.
-Aquí está bien …-dijo y Ben se dio cuenta que estaban en la entrada de un barrio, pero no cerca de una casa especifica.
-Helena , indícale donde ir y te dejamos en la puerta – insistió él y ella se volvió a mirarlo.
-No, aquí está bien, gracias.- contestó ella y se bajó
-Cóbrese – dijo ben pasando un billete al taxista y la chica se asomó por la puerta entreabierta.
- No es necesario que bajes, puedo ir sola…- insistió.
-Te acompañaré – insistió Ben, se bajó y luego sacó al hermano de Helena que aun permanecía con la inconsciencia de la borrachera, apenas si murmuró algo mientras lo bajaban del auto.
-Yo puedo sola- dijo Lena y se cargó a su hermano al hombro.
-Sólo déjame ayudarte, te acompañaré hasta la puerta de tu casa- insistió e intentó tomar al hermano  pero ella lo evitó.
-Desde aquí puedo sola...gracias por tu ayuda, pero  puedes irte, dijo ella y comenzó a avanzar trabajosamente cargando el peso del hombre.ben la siguió.
-¿Por qué no dejas que te ayude? No está mal confiar en alguien ni pedir ayuda…
-Estoy bien así como estoy. Vete antes que el taxi se vaya…créeme la última persona que deseaba encontrarme esta noche eras tú – le dijo la chica y aquello lo detuvo en seco. Lo estaban rechazando con todas las letras, entendía el mensaje. Se dio vuelta, subió al taxi y se marchó, su tarea de caballero andante había terminado.

Cuando al día siguiente , Helena no apareció en clases, el instinto de galantería volvió a aparecer en Benedict. No podía dejar de echar vistazos al asiento vacío y preguntarse si había hecho bien al dejarla ir sola.
Quizás debería haber insistido más y acompañarla. Venía a su mente el recuerdo de ella saliendo del club, de su hermano borracho….de moretón que le había visto en el brazo.
Fue la mañana más improductiva de su vida escolar, porque no podía concentrarse en nada, su mente vagaba de un lado a otro.
Y a su mente acudían todos los “¿Y si..?” posibles. Qué pasaba si Helena no volvía a aparecer en la escuela, que pasaba si estaba en problemas y no tenía a quien pedir ayuda. Porque esa chica definitivamente no sabía pedir ayuda.
 No tenía más opción, tendría que abusar de su posición de delegado y volver a hacer un poco de trampa. Parece que quien se estaba volviendo el chico malo era él.
En el recreo fue a la secretaría a pedir el número de teléfono de Helena, claro que también debió pedir el de un par de compañeros que también habían faltado aquel día.
-¿Sus teléfonos?- le preguntaron.
-Sí, es que como delegado de la clase debo contactarme con ellos, estamos en época de exámenes y quiero asegurarme que tengan el material de la clase  a la que faltaron- explicó él con seriedad.
-De acuerdo, eres un chico tan responsable, tus compañeros deben estar muy agradecidos de tener un delegado como tú – comentó al mujer y Ben pensó que Helena Wilder no estaría para nada feliz de que él se entrometiera.
A primeras horas de la tarde y luego de llevarle la tarea a los dos chicos que habían faltado, se encargó de su verdadero objetivo, llamó al número de Helena.
Sin embargo no fue ella quien lo atendió sino un hombre.
-¿Hola?
-Hola, buenas tardes. ¿Estaría Helena?
-¿Quién le llama? – preguntaron del otro lado con bastante brusquedad y Ben se preguntó si era el hermano de la chica.
-Soy un compañero de clases – respondió. No sabía muy bien qué decir ya que no la quería meter en problemas. Hubo un silencio del otro lado.
-¿Ella faltó a la escuela, verdad? –preguntó el hombre y Ben no supo qué responder.
-¿Pueda hablar con ella? – insistía, lo que más le importaba era escucharla y saber que estaba bien.
-Soy el padre de Helena y me temo que ella no está en casa –respondió el hombre.
-¿Sabe dónde está? – se arriesgó él.
-¿Por qué quieres saberlo?
-Soy Benedict Cole, el delegado de su clase y quiero llevarle la tarea de lo de hoy.
-De acuerdo, te diré donde encontrarla – dijo el hombre y Ben respiró aliviado mientras tomaba nota de la dirección.

Al llegar al lugar, dudó en entrar, jamás había estado en un Dojo y no sabía si podía ingresar así como así, pero tenía mucha curiosidad. Entró y se quedó observando la escena.
En el tatami, Helena estaba trenzada en un combate de karate con un chico, y claramente ,le iba ganando. La chica llevaba un cinturón negro, lo que hablaba de sus habilidades para aquella disciplina. Con una agilidad sorprendente arrojó al suelo a su contrincante y en ese momento sus ojos se cruzaron con los de él.
Su cara fue de total espanto, acababa de ser descubierta.
Ben le sonrió levemente, acababa de encajar otra pieza en el rompecabezas. Ahora entendía de donde venían los moretones, y las palabras que ella le había dicho “suelo meterme en peleas”.
Aquella chica tenía muchos secretos, pero lo que más le preocupaba era que dejaba que dieran lugar a malas interpretaciones como si ya no le importara, aunque él sabía que la herían.

6 comentarios:

  1. Me encantó!!! Y quiero más, por supuesto. Gracias Nata :)

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  2. Esta chica es demasiado terca para mí, me está matandoooo!
    Pero lo soportaré, todo sea porque la historia está demasiado interesante como para dejarla. Quiero mássss!

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  3. Ho me encanto este capitulo!!!
    Ahora mas que intrigada en saber por que esta ahí y no en clase!!!!

    Y acabar por saber la relación con su padre.

    Besos abuelita. Aunque en esta época, eres boli rojo

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  4. Gracias a todas por los comentarios y tegan paciencia, Lena tiene sus razones para no echarse sobre Ben y ser felices como haríamos nosotras, jeje. Besos

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  5. Opino lo mismo que E.J. por que oculta tantas cosas, sera por su ambiente familiar? yo tambien quier mas de esta intrigante historia y definitivamente amo a Ben.

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  6. Muy muy bueno, me encantó jijiji. Por fin supo su secreteo, pero me da que todavía queda alguno por ahí. Esperando mas.
    Muchos besos y gracias por estas maravillosas historias.

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