Benedict ayudó a
Helena a levantarlo y se preguntó cómo pretendía cargarlo sola, era bastante
pesado para alguien de su contextura física. También se preguntó si aquello era
algo usual para la joven.
-Helena, ve a
buscar un taxi mientras yo lo sostengo – le dijo sabiendo que ella no
respondería sus preguntas.
-¿Un taxi? –
preguntó ella y Ben suspiró. Imaginaba que de tener dinero para un taxi , ella
no hubiera intentado cargarlo, y no quería ofenderla. Llamar a su chofer
tampoco era una opción porque se sentiría apabullada. Era difícil no decir lo
equivocado
.-Sí, un taxi,
los dejaré de camino a casa.
-No creo
que…-titubeó ella confusa. Le costaba aceptar aquella ayuda.
-Rápido Helena.-
la urgió y ella finalmente fue a buscar un taxi. Entre ambos metieron al
hermano de helena en la parte trasera del auto, Ben se sentó con él y dejó que
Lena se sentara delante. La chica le dio una dirección al taxista y hacia allí
de dirigieron. Fue un viaje incómodo, iban en silencio y ninguno de los dos se
animaba a hablar, ni siquiera el chofer hablaba consciente de la tensión en el
aire.
Lena estaba
demasiado avergonzada para hablar y Ben trataba de ser cauto.
Después de un
tiempo de viaje, Lena le indicó al chofer que se detuviera.
-Aquí está bien
…-dijo y Ben se dio cuenta que estaban en la entrada de un barrio, pero no
cerca de una casa especifica.
-Helena ,
indícale donde ir y te dejamos en la puerta – insistió él y ella se volvió a
mirarlo.
-No, aquí está
bien, gracias.- contestó ella y se bajó
-Cóbrese – dijo
ben pasando un billete al taxista y la chica se asomó por la puerta
entreabierta.
- No es
necesario que bajes, puedo ir sola…- insistió.
-Te acompañaré –
insistió Ben, se bajó y luego sacó al hermano de Helena que aun permanecía con
la inconsciencia de la borrachera, apenas si murmuró algo mientras lo bajaban
del auto.
-Yo puedo sola-
dijo Lena y se cargó a su hermano al hombro.
-Sólo déjame
ayudarte, te acompañaré hasta la puerta de tu casa- insistió e intentó tomar al
hermano pero ella lo evitó.
-Desde aquí
puedo sola...gracias por tu ayuda, pero
puedes irte, dijo ella y comenzó a avanzar trabajosamente cargando el
peso del hombre.ben la siguió.
-¿Por qué no
dejas que te ayude? No está mal confiar en alguien ni pedir ayuda…
-Estoy bien así
como estoy. Vete antes que el taxi se vaya…créeme la última persona que deseaba
encontrarme esta noche eras tú – le dijo la chica y aquello lo detuvo en seco.
Lo estaban rechazando con todas las letras, entendía el mensaje. Se dio vuelta,
subió al taxi y se marchó, su tarea de caballero andante había terminado.
Cuando al día
siguiente , Helena no apareció en clases, el instinto de galantería volvió a
aparecer en Benedict. No podía dejar de echar vistazos al asiento vacío y
preguntarse si había hecho bien al dejarla ir sola.
Quizás debería
haber insistido más y acompañarla. Venía a su mente el recuerdo de ella
saliendo del club, de su hermano borracho….de moretón que le había visto en el
brazo.
Fue la mañana
más improductiva de su vida escolar, porque no podía concentrarse en nada, su
mente vagaba de un lado a otro.
Y a su mente
acudían todos los “¿Y si..?” posibles. Qué pasaba si Helena no volvía a
aparecer en la escuela, que pasaba si estaba en problemas y no tenía a quien pedir
ayuda. Porque esa chica definitivamente no sabía pedir ayuda.
No tenía más opción, tendría que abusar de su
posición de delegado y volver a hacer un poco de trampa. Parece que quien se
estaba volviendo el chico malo era él.
En el recreo fue
a la secretaría a pedir el número de teléfono de Helena, claro que también
debió pedir el de un par de compañeros que también habían faltado aquel día.
-¿Sus
teléfonos?- le preguntaron.
-Sí, es que como
delegado de la clase debo contactarme con ellos, estamos en época de exámenes y
quiero asegurarme que tengan el material de la clase a la que faltaron- explicó él con seriedad.
-De acuerdo,
eres un chico tan responsable, tus compañeros deben estar muy agradecidos de
tener un delegado como tú – comentó al mujer y Ben pensó que Helena Wilder no
estaría para nada feliz de que él se entrometiera.
A primeras horas
de la tarde y luego de llevarle la tarea a los dos chicos que habían faltado,
se encargó de su verdadero objetivo, llamó al número de Helena.
Sin embargo no
fue ella quien lo atendió sino un hombre.
-¿Hola?
-Hola, buenas
tardes. ¿Estaría Helena?
-¿Quién le
llama? – preguntaron del otro lado con bastante brusquedad y Ben se preguntó si
era el hermano de la chica.
-Soy un compañero
de clases – respondió. No sabía muy bien qué decir ya que no la quería meter en
problemas. Hubo un silencio del otro lado.
-¿Ella faltó a
la escuela, verdad? –preguntó el hombre y Ben no supo qué responder.
-¿Pueda hablar
con ella? – insistía, lo que más le importaba era escucharla y saber que estaba
bien.
-Soy el padre de
Helena y me temo que ella no está en casa –respondió el hombre.
-¿Sabe dónde
está? – se arriesgó él.
-¿Por qué
quieres saberlo?
-Soy Benedict
Cole, el delegado de su clase y quiero llevarle la tarea de lo de hoy.
-De acuerdo, te
diré donde encontrarla – dijo el hombre y Ben respiró aliviado mientras tomaba
nota de la dirección.
Al llegar al
lugar, dudó en entrar, jamás había estado en un Dojo y no sabía si podía
ingresar así como así, pero tenía mucha curiosidad. Entró y se quedó observando
la escena.
En el tatami,
Helena estaba trenzada en un combate de karate con un chico, y claramente ,le
iba ganando. La chica llevaba un cinturón negro, lo que hablaba de sus
habilidades para aquella disciplina. Con una agilidad sorprendente arrojó al
suelo a su contrincante y en ese momento sus ojos se cruzaron con los de él.
Su cara fue de
total espanto, acababa de ser descubierta.
Ben le sonrió
levemente, acababa de encajar otra pieza en el rompecabezas. Ahora entendía de
donde venían los moretones, y las palabras que ella le había dicho “suelo
meterme en peleas”.
Aquella chica
tenía muchos secretos, pero lo que más le preocupaba era que dejaba que dieran
lugar a malas interpretaciones como si ya no le importara, aunque él sabía que
la herían.
Me encantó!!! Y quiero más, por supuesto. Gracias Nata :)
ResponderEliminarEsta chica es demasiado terca para mí, me está matandoooo!
ResponderEliminarPero lo soportaré, todo sea porque la historia está demasiado interesante como para dejarla. Quiero mássss!
Ho me encanto este capitulo!!!
ResponderEliminarAhora mas que intrigada en saber por que esta ahí y no en clase!!!!
Y acabar por saber la relación con su padre.
Besos abuelita. Aunque en esta época, eres boli rojo
Gracias a todas por los comentarios y tegan paciencia, Lena tiene sus razones para no echarse sobre Ben y ser felices como haríamos nosotras, jeje. Besos
ResponderEliminarOpino lo mismo que E.J. por que oculta tantas cosas, sera por su ambiente familiar? yo tambien quier mas de esta intrigante historia y definitivamente amo a Ben.
ResponderEliminarMuy muy bueno, me encantó jijiji. Por fin supo su secreteo, pero me da que todavía queda alguno por ahí. Esperando mas.
ResponderEliminarMuchos besos y gracias por estas maravillosas historias.