Una canción para ti 25°

Emma aún estaba estupefacta, había quedado en un completo estado de sorpresa cuando al preparar la mudanza a su nueva casa se había encontrado con Escudo Azul a pleno esperando por ella.

-A sus órdenes jefa...-había dicho Tris apenas verla e inmediatamente se habían puesto a  bajar cajas y muebles del camión. Isabel también había ido, y ahora estaban todos movilizados ayudando a acomodar su nuevo hogar.

Emm aún no salía de su asombro.

-Estábamos demasiado vagos, un poco de trabajo físico no nos viene mal – dijo Leandro estirando sus músculos y la chica recordó que la mayoría de ellos habían tenido pesados trabajos en sus días de adolescencia.

Sin embargo era extraño pensar en los famosos músicos encargándose de eso, pero allí estaban , trabajando como si fueran una cuadrilla especializada.

-Debería sacarles una foto y venderla, ganaría mucho dinero – dijo Emma mientras sacaba cosas de las cajas junto a Isabel.

-No es mala idea, el 60 % es nuestro – dijo Cameron.

-¿Alguien sabe cómo va esto? – preguntó a los gritos Dani mientras intentaba colocar unas cortinas que tenían volados.

-Ahora voy en tu auxilio – dijo Isabel con una sonrisa y al pasar elogió a su novio que taladro en mano colocaba algunas alacenas en la cocina.

-Te queda bien cariño, ahora sé quien se encargará de los arreglos de nuestra casa – dijo la chica y él fingió estar agobiado.

Bim y Luc estaban moviendo los muebles y Tristan estaba trepado a una silla colocando las lámparas del comedor.

-Deja que te ayude – dijo Emma preocupada y fue a tener la silla.

-Estoy bien, listo…-dijo terminando de atornillar y fijar- Te lo dije, soy un experto en esto, no voy a caerm…- empezó a decir y se derrumbó. A pesar de las torpes maniobras para mantener el equilibrio cayó y fue directo sobre Emma

Aunque no pudo evitar la caída, los reflejos de Tristan se activaron para proteger a la chica , así que atinó a ponerle una mano detrás de la cabeza para cubrirla del golpe y adelantó su otro brazo para amortiguar el golpe. No estaba muy alto así que el impacto no fue fuerte, pero ambos quedaron en el suelo y Emma quedó aprisionada bajo él.

Estaban a centímetros uno del otro, las respiraciones se les mezclaban agitadas y las miradas estaban engarzadas, ninguno de los dos se movía, pero aquella conexión sólo duró unos segundos.

-¡¿Están bien?! – preguntó Dani llegando hasta ellos.

-¿Se lastimaron? – preguntó Leandro al tiempo que ayudaba a Tristan a incorporarse, aunque más bien lo levantó como un si fuera algún costal caído.

-¿Te lastimaste? – preguntó Emma al ser liberada, mientras Luc  la levantaba del suelo.

-No, estoy bien ¿tú? ¿Te lastimaste? ¿Te golpeé al caerme?- preguntó preocupado acercándose a ella.

-Estoy bien , no te preocupes– contestó mirándolo y Tristan recordó los distintos tonos que había podido observar en sus ojos al tenerla tan cerca, minutos antes. Emma también pareció recordar aquel momento porque bajó la mirada.

-¿Segura que estás bien? – preguntó Isabel .

-Sí, segura.

-Ya los dos dijeron que están bien, basta de holgazanear y a seguir trabajando, y Tris ya no tienes edad ni equilibrio para andar trepándote, mejor mantente en tierra.- les dijo Cameron.

-¡Vete al diablo Cam! – respondió él y su amigo le guiñó un ojo.

Inmediatamente se dispersaron para continuar con el trabajo cuando llamaron a la puerta.

-¡Emma! ¿abro la puerta? – preguntó Bim y ella asintió mientras se dirigía hacia allí.

La chica llegó hasta la puerta justo cuando su amigo la abría y le daba paso a Ian que parpadeó desconcertado.

-Pasa- dijo Bim y Emma llegó hasta ellos.

--Hola , ¿qué haces aquí? - saludó la joven.

-Hola Emma. Vine para ayudarte también, y traje unos bocadillos para que se tomaran un descanso.

-Creí que trabajabas.

-Me escapé un rato, tenía ganas de verte – contestó él sonriendo y ella le devolvió la sonrisa.

-Ven, seguro encontramos algo de trabajo para ti- le dijo ella y al girarse vio que todos sus amigos  habían detenido lo que hacían y los observaban atentamente.

-Hola – saludó él.

-Ya los conoces, ¿verdad?

-Sí, nos vimos y además tendría que retirarme de la industria musical si no conociera a Escudo Azul- respondió.

-Ah, ella es Isabel, la prometida de Leandro . Él es Ian– los presentó y la joven se acercó a saludar.

-Si vas a ayudar, deberías quitarte ese saco antes de ensuciártelo – acotó Tristan desde el fondo y la atmosfera se volvió ligeramente tensa. Emma le dirigió una mirada enfadada, pero él sólo se encogió de hombros.

-Ya que estás aquí y trajiste comida deberíamos aprovechar a hacer un recreo y comer. ¿Qué les parece? – propuso Emma.

-Me parece buena idea – aprobó Cameron.

-A mí no, acabo de acomodar los platos en la alacena…-se quejó Luc.

Un rato después se acomodaron en el suelo, sobre la alfombra con sus platos en la mano y tuvieron una comida informal, aunque Emma no podía relajarse. Se sentía inquieta  y su mirada iba de Tristan a Ian. No podían ser más diferentes, Ian hablaba con Cameron sobre un nuevo grupo musical que estaba promocionando, se había quitado el saco del traje, pero aún así se lo veía muy serio, cabello corto, ropa impecable, gestos medidos, era un hombre  de negocios de los pies a la cabeza.

Luego miró a Tris, se había recogido el cabello para trabajar pero se le escapaba rebelde como su dueño, llevaba una camiseta con una inscripción de versos de Rimbaud, unas pulseras de cuero en la muñeca, un jean que estaba manchado pues se había limpiado las manos en él mientras trabajaba en la casa. Y tenía todo el aspecto de algún depredador, con la dicotomía de parecer relajado y listo para el ataque al mismo tiempo.

-Escuché que con su próximo disco finaliza su contrato con la discográfica. ¿No les interesaría trabajar con nosotros? – dijo Ian y eso llamó la atención tanto de ella como de Tristan.

-No estamos interesados…-contestó Tris.

-No tienen que responder, pueden pensarlo y tener una charla sobre los beneficios que nuestra compañía puede ofrecerle a Escudo Azul. ¿O piensan renovar contrato?

-Ni lo uno ni lo otro .Tenemos otros planes para nuestro futuro.

-Sí, además aún ni siquiera tenemos listo nuestro último disco con el actual sello discográfico- aclaró Cameron.

-Es una pena, me gustaría trabajar con ustedes. Mucho más, cuando Emma compone sus temas  dijo Ian y aquello provocó que Tristan mirara a la chica con curiosidad. A lo largo de los años , habían mantenido en secreto que ella era la compositora de las letras, que aquel hombre lo supiera le resultaba extraño.

-¿Sabes que ella es nuestra compositora? Preguntó sin poder contenerse.

-Sí, lo sabe – respondió Emma en lugar de Ian.

-Y es una pena que no sea lo hagan público, ayudaría mucho a la carrera de Emma- agregó Ian.

-Jamás se lo prohibimos, fue decisión de ella, ¿no es así? – la interrogó Tris.

-Así es, no quiero promoción por ello, escribir las letras de Escudo Azul es algo importante para mí pero no necesito que nadie lo sepa.

-Me pregunto si ahora que estás ganando fama en la industria te avergüenzas de nosotros- dijo Luc medio en broma y Emm le arrojó un almohadón que tenía cerca.

-¡No digas tonterías Lucas!

-Sigo insistiendo, te ayudaría, podrías trabajar con otros grupos de rock, ampliar tu campo de trabajo – insistió Ian mirando a Emma.

-No lo necesito, puedo escribir baladas y otro tipo de letras, pero canciones para bandas de rock, sólo las escribiré para Escudo Azul. Tengo contrato exclusivo con ellos – respondió la chica y Tristán sonrió levemente al recordar el trato que habían hecho cuando ella se había marchado a la universidad.

-Sería raro que uno de nosotros formara parte de otra banda, lo mismo pasa con Emma. Ella es integrante de Escudo Azul.- dijo Cameron y los demás asintieron. En ese momento el teléfono de Ian sonó y luego de atender la llamada informó que debía irse.

-Lo siento , Emma, quería ayudarte pero surgió algo.

-Está bien, no hay problema.

-Hay otra razón por la que vine, en un par de semanas será la entrega de premios Orfeus y quisiera que me acompañaras.

-Por supuesto, me encantaría – respondió Emma sonriéndole y Ian le besó la mejilla para despedirse, luego saludó a todos y se marchó.

-¿Iras con él? – preguntó Tris.

-Acaba de invitarme.- respondió ella.

-También nosotros iremos, podrías haber venido con nosotros – dijo Dani.

-Pues no me invitaron, Ian lo hizo primero- respondió ella.

-Buen punto – acotó Cameron.

-Además estoy segura que quiere ir con él, es una cita, deberían tener n poco más de tacto …- los reprendió Isabel.

-Mejor regresamos al trabajo, queda mucho por hacer – sugirió Leandro antes que entraran en temas espinosos. El resto estuvo de acuerdo y regresaron a sus tareas para dejar lista la casa de Emma. Terminaron cuando ya  empezaba a anochecer.

-¿No podemos quedarnos a dormir? No creo que pueda levantarme – se quejó Bim que se había tirado en el piso.

-Levántate, tienes casa – dijo tris y lo ayudó a levantarse.

-También tú y eso no quita que quieras quedarte, ¿verdad? – lo provocó y tris le dio un falso puñetazo en el estomago.

Misión cumplida, nos vamos – dijo Cameron mientras estiraba los músculos de la espalda.

-Vaya, por una vez te vimos trabajar duro en lugar de andar con tus números y planes – lo molestó Leandro.

-Ya cállate.

-Gracias por todo

-¿De verdad estarás bien sola? – preguntó Isabel.

-Sí, además tengo ganas de empezar a conocerme con mi casa.

-Emma, cariño, no repitas cosas así frente a desconocidos. Pensarán que eres extraña – sugirió Dani.

-Es que soy extraña, siempre lo fui.

-Claro, de otra manera no podría encajar con nosotros – intervino Cameron.

-Emm, ya sabes, si necesitas algo, llama. Estamos cerca así que…-dijo Tristan.

-Estaré bien – repitió ella y todos se despidieron.

AL quedarse sola, Emma miró su casa nueva, recorrió las estancias y luego se sentó  en la alfombra. Volvía a tener aquella sensación de que empezaba una nueva etapa, de llegar a otra encrucijada. Por un segundo se preguntó a dónde la llevaría, luego reflexionó que no importaba, una vez más confiaría y se dejaría llevar.