lunes, 27 de agosto de 2012

El león herido - 5° cuento

Un nuevo cuento de la saga Blackdalion....


Ella estaba muerta.
Era cierto que no la había amado , pero iba a ser su esposa y él no la había protegido.
Su familia nunca había aprobado a su prometida , pero aún sin estar enamorado de ella, Caleb había querido a Maris y estaba dolido por su temprana muerte. Era una  mujer joven con toda una vida por delante que unos asesinos habían destruido. Y él no había podido salvarla.
Ya habían pasado varios meses desde aquello pero si bien en los primeros días se había mostrado fuerte por el bien de su familia, ahora sentía que la aflicción lo doblegaba.
Kyrios contempló a su hijo mayor , era el único de sus hijos que había heredado los ojos oscuros de su padre, el abuelo que no habían llegado a conocer. El joven estaba de espaldas a él en actitud meditativa, al verlo  se quedó pensando en qué momento se había convertido en un hombre. Todos sus hijos habían crecido pero ver a su primogénito tan grande como él mismo lo conmovía profundamente . Además , Caleb estaba pasando por un mal momento .

Kyrios conocía demasiado bien a sus vástagos, nunca se había dejado  engañar por las apariencias. Sabía que su hija menor era la más fuerte de todos ellos, su femineidad y su delicado cuerpo escondía el temple de acero de Elady, reconocía  la sabiduría en Ennis  bajo su  confusión y la grandeza en Connor detrás de su carácter despreocupado. Así también , sabía que  el estricto código de honor y deber de su hijo mayor escondía una debilidad, ahora mismo la culpa por no haber salvado a su prometida estaba destruyendo a Caleb, era incapaz de sobreponerse  a las injusticias del mundo.
Se acercó lentamente a su hijo y se acomodó junto a él en la balaustrada .
-No es tu culpa Caleb. Tú no podías estar en todas partes, no sabías que iban a atacarla.
-No pude salvarla – respondió apenado
-¿Sabías que me salvaste a mí antes de nacer? – le preguntó él sacándolo de su abstracción.
-¿Qué? – preguntó su hijo mirándolo fijamente.
-¿Alguna vez te conté cómo me enteré que tu madre te esperaba?
-No . Creo que hay muchas cosas que no nos han contado padre. ¿Es que acaso llegué antes de lo planeado? – preguntó  significativamente con una leve sonrisa.
-¡Claro que no! – exclamó Kyrios fingiéndose escandalizado- Tú eres demasiado correcto para hacer algo así ,creo que no hubieras aceptado nacer si no fueras “legítimo”. Va en contra de tus principios – se burló su padre arrancándole una sonrisa plena y sincera antes de proseguir con su historia-
Yo había sido gravemente herido en aquellos días, de hecho me estaba muriendo. No tenía miedo aunque con la poca conciencia que conservaba me resistía a abandonar a tu madre, sin embargo no tenía fuerzas para luchar.
Ella apareció  inesperadamente cuando yo agonizaba, no pude reconocerla pero en ese momento me dijo que te esperaba.
Dicen que estaba inconsciente que no pude escucharla, lo cierto es que empecé a recuperarme. En algún lugar de mi mente resonaron las palabras de Elady y me aferré a la vida con todas mis fuerzas.
Quería  vivir Caleb, deseaba conocerte, tenerte en mis brazos , verte crecer y ese deseo me mantuvo vivo.
Cuando naciste todos se burlaban porque me preocupaba demasiado por ti. Me sentía tan torpe cargándote, creo que nunca me sentí tan inseguro como el día que te sostuve por primera vez. Eras tan pequeño y frágil que me aterraba dejarte caer, tu madre  y Dominick se divirtieron mucho con mi torpeza  aquellos días.
Lo cierto es que te amé desde el primer instante Caleb y me enorgullece el hombre en que te has convertido.
Sé que estás sufriendo pero no dejes que te destruya hijo. Estamos aquí para ti, no nos alejes – pidió Kyrios antes de palmearle la espalda y dejarlo solo con sus pensamientos.
  
Caleb se quedó pensando en las palabras de su padre. No temía tanto su propia destrucción como preocupar a los que amaba. Sabía que su humor sombrío los estaba lastimando y no quería arruinar la reciente felicidad de sus hermanos. Tampoco quería ver la pena en los ojos de su madre, todos habían pasado por mucho recientemente y él no los cargaría con su dolor.  
Siempre había sentido que era su responsabilidad proteger a los suyos, no importaba que su padre cumpliera con creces ese papel, él se sentía responsable por el bienestar y felicidad de ellos.


Kyrios sintió a su esposa acercársele y abrazarlo por la cintura.
-¿En qué piensas mi Blackdalion del Castillo Negro? – preguntó ella risueña
-Era un buen título , no te burles – respondió él volviéndose para mirarla
-Sí, pero yo prefiero a Kyrios del Castillo de los Cerezos. El otro  es un guerrero , el del Castillo de los Cerezos es un hombre enamorado.
-  Guerrero o no , yo soy un hombre perdidamente enamorado desde el día que te vi por primera vez Elady. Y volviendo a tu pregunta, pensaba en Caleb.
-¿Hablaste con él? – le preguntó ella y su voz sonaba preocupada.
-Sí,  creo  que estará bien. Necesita un poco de tiempo. Era más fácil consolarlos cuando eran pequeños ...-dijo con pesar.
-A veces  creo que es mi culpa que él sea tan serio y se tome todo tan a pecho – comentó pensativa
-¿De qué hablas?-preguntó Kyrios distraído
-Cuando esperaba a Caleb estaba tan preocupada por la guerra, por ti...que creo que le transmití todas mis preocupaciones .
-Deja de decir tonterías...- fue la diplomática respuesta de él
-Entonces por qué es tan responsable...tan culposo.
-Es de familia, tú no tienes la culpa. Elady- dijo de pronto asaltado por un pensamiento repentino – si lo que dices fuera cierto, me pregunto en qué estabas pensando cuando estuviste embarazada de los otros tres.
-¿Magia y diversión? – preguntó divertida y con los ojos rebosantes de picardía.
-Y travesuras...-agregó él con los ojos azules chispeantes mientras la acercaba más a sí- Caleb es el mayor, cariño, -continuó más serio-tal vez por eso sea así, pero va a superar esto y nosotros vamos a cuidar de él . Aunque no quiera – agregó con ternura
- ¿Sabes? , él necesita enamorarse- aseveró ella
- Es demasiado pronto . Además, ¿quieres casar a tu primogénito? ¿Desde cuándo te has vuelto una casamentera?
- Desde que nuestros hijos pequeños se casaron y son felices. Quiero que Caleb sea feliz, a veces pienso que jamás volverá a sonreír de verdad.
-¿Y Ennis? – preguntó especulativamente
-Él ya no me preocupa....-respondió ella enigmática-
-¿Me estás ocultando algo Elady?
-Siempre te oculto cosas , amor mío .El misterio mantiene nuestro romance.
-¡Que Dios se apiade de mí !– se quejó él exageradamente.
-¡Oh cállate Blackdalion!, Dios se apiadó el día que me puso en tu desordenada  vida.
-“Con la gracia de un elefante” – le recordó él
-Pero has sido un elefante encantador – le respondió ella y Kyrios  se limitó a gruñir.

Desde el día que Caleb había nacido Elady se había jurado que  aquel niño sería feliz. Sin embargo muy temprano había  comprendido que el  deseo de una madre no era suficiente para proteger a los hijos del dolor.  Él siempre había sido demasiado responsable y algo distante, todo el sentido de caballerosidad de los Blackdalion se había concentrado en su hijo mayor. Sólo sus hermanos sabían aligerar la seriedad del joven.
Ella no había estado de acuerdo con el compromiso de Caleb, no porque quisiera controlar la vida amorosa de sus hijos , sino porque presentía que la joven Maris circunspecta y sumisa  no era lo que necesitaba. Él necesitaba a alguien que le hiciera ver el lado cálido y placentero de la vida, que no todo era deber sino que también había diversión y amor.
Sin embargo hubiera dado cualquier cosa por que la joven estuviera viva y porque Caleb no se sintiera tan infeliz.
A él le costaba expresar sus sentimientos pero, cuando ella  se sentó juntó a él y le besó la mejilla como si fuera pequeño, todo su pesar se reflejó en sus ojos.
-Sabes hijo he pensado que deberías viajar. Podrías ir a ver a tu tío Landros, ¿qué te parece?
-Es una buena idea mamá, creo que me hará bien...¿Ustedes no me necesitan aquí ?
-Cal siempre vamos a necesitarte pero un tiempo sin que nos recuerdes cuan imperfectos somos nos va a hacer bien –dijo con una sonrisa
-¿Soy tan molesto?
-Sólo a veces cariño. Es agotador que sigas todas las reglas. A mí me gusta salteármelas de vez en cuando , no soy perfecta.
-En realidad yo creo que eres perfecta mamá, siempre lo has sido – dijo él abrazándola con ternura - Iré a ver a mi tío.
Se levantó para retirarse , aquel proyecto había aligerado su  estado de ánimo . Cuando se inclinó para besar a Elady, ella lo miró comunicándole todo su amor.
-¿Cuándo creciste tanto mi niño? – exclamó con ternura pensando que le costaba dejarlo ir tan herido  cuando lo que deseaba era retenerlo junto a ella.

El clan Blackdalion había aprobado el viaje de Caleb, todos guardaban la esperanza de que él pudiera reconciliarse con sí mismo  y curar sus heridas.
Kalymera había dudado un poco , pensaba que su hermano necesitaba a su familia más que nunca, sin embargo vio un atisbo de entusiasmo en él, el primero en meses , y aceptó su partida.
Todos se reunieron para despedirlo , incluso los nuevos miembros de la familia, Shara y Dionis, asistieron.
Cuando él estaba por irse Elady desenvolvió un estuche que llevaba en la mano y se acercó a Caleb
Ante la mirada  curiosa de Kyrios , Elady pasó una  fina cadena con un anillo por el cuello de su hijo mayor.
-Toma, era de mi abuela quería usarlo el día de mi boda pero Kyrios me dio otro, uno muy especial, así que no pudo ser. Aún así se lo di a él cuando fue a las batallas del mismo modo que te lo doy a ti. Es una forma de que mi protección te acompañe. –  le explicó emocionada
-Gracias mamá. – dijo él y abrazó a su madre. Iba a extrañarla mucho
Luego de despedirse de todos Caleb partió.
-Ely – llamó Kyrios a su esposa cuado el muchacho ya había partido y los demás se habían dispersado- Tú  nunca me diste el anillo de tu abuela, ¿por qué le mentiste a Cal?
-Él necesita un talismán, sentirse seguro así que...
-¿Un talismán?.No importa ...de todas formas no vas a explicarme ¿verdad?. Sólo vas a justificarte acudiendo a tu “instinto maternal”como excusa
-Entonces no preguntes amor mío- le contestó con una dulce sonrisa y un brillo triunfante  en sus ojos.
Kyrios se río , su mujer siempre lo desconcertaba.

Caleb había deseado viajar solo, él y su caballo. No era buena compañía para nadie,  ni necesitaba la compasión de los suyos. Por otra parte en caso de peligro se bastaba a sí mismo para defenderse, así que haría en solitario su camino hasta el dominio de los  Silverest, su familia materna. También había elegido el camino más largo, eso le daría el tiempo suficiente, aunque no sabía tiempo para qué. La culpa que lo perseguía se agudizaba cada segundo , no le perecía tan buena idea estar a solas con sus pensamientos, sin embargo le gustaba viajar y tal vez aquella travesía le diera una respuesta y encontrara el modo de perdonarse a sí mismo.
Llevaba un par de semanas viajando cuando llegó  a un viejo castillo, era de noche y estaba cansado así que se acercó con la intención de pedir refugio.
En un primer momento Caleb pensó que veía mal, pero no, él siempre había tenido muy buena visión. Una figura se deslizaba por el exterior del muro, había saltado desde una ventana y tratando de no perder el equilibrio descendía muy lentamente agarrándose de la pared.
Se acercó con sigilo y llegó junto al muro justo cuando la figura pisó mal y cayó. El hombre se movió con rapidez y gracias a sus reflejos  extraordinarios alcanzó a atrapar al escapista en brazos. Al principio pensó que era un muchacho, el pelo corto, el cuerpo pequeño -aunque cualquiera era pequeño frente al metro noventa y dos de Cal- sin embargo la intensidad de los ojos verdes, la inquietud  en sus movimientos, el aroma a flores ,le hicieron ver que era una joven. La sostuvo con fuerza, ensimismado , con un sentimiento extraño hasta que ella empezó a moverse .
-¡Bájame ! - le gritó ella y el sorprendido Caleb la dejó en el suelo pero sin liberarla del todo
-¿ Quién eres y qué hacías huyendo de esa manera? ¿Eres una ladrona? – la interrogó él.
-¡Claro que no !. Es mi casa – se defendió ella
-Si es así por qué no saliste por la puerta principal, estabas huyendo
-No es asunto tuyo, suéltame
-No lo haré hasta tener una respuesta satisfactoria.¿Ibas a encontrarte con alguien?
-Te dije que no te metas.
Sin más respuesta él la arrastro hacia el Castillo
-¡No! – gritó la joven- no quiero volver allí
-Tu familia debe estar muy preocupada
-¿Qué sabes tú? – dijo ella tratando en vano de soltarse, el hombre era demasiado fuerte-Mi padre no me quiere y ella me odia...
-Voy a llevarte de regreso, no sabes lo peligroso que es andar sola por allí. Cuando se te pase el berrinche entenderás que es lo mejor – aseveró incuestionable con el aire de superioridad  de quien tiene la razón.
  Caleb estaba acostumbrado a salirse con la suya , así que sin hacer caso a las protestas de la joven la llevó hasta su casa. Pasó delante de los atónitos guardias que le abrieron la puerta automáticamente cuando se anunció . Entró en el vestíbulo y solicitó entrevistarse con el señor de la casa. La actitud del joven coaccionaba a los demás que  le obedecían inmediatamente
Un hombre medio dormido y una mujer salieron a recibirlo. La joven permaneció callada ante lo inevitable. Caleb se presentó y le contó lo sucedido al hombre , haciendo comentarios sobre la irresponsabilidad de las doncellas y los impulsos  rebeldes de la juventud. Ni siquiera se percató de las miradas que el par dirigía a la muchacha, cualquier otro habría  leído el desprecio en aquellos ojos pero el joven no lo vio.
Cuando él terminó su pedante discurso , el hombre apenas murmuró un gracias y se abalanzó hacia la joven.
La tomó de un brazo y la empujó mientras le gritaba
-¡Eres la desgracia de esta familia, me avergüenzo de ti! – le aulló y cuando la joven trató de defenderse la abofeteó con fuerza lanzándola al suelo.
Caleb intentó moverse para defenderla pero ella levantó la cabeza y lo miró con resentimiento, acusándolo  silenciosamente por haberla devuelto allí. Aquello paralizó a Caleb. El padre de la chica  le ordenó a su esposa que la encerrara en su cuarto y esa vez Cal vio el regocijo que le causaba a la mujer el sufrimiento de la joven.

El hombre le ofreció a Caleb pasar la noche allí, pero tras lo ocurrido él se negó y se marchó.
Cal  sabía que había gente perversa, no era tan inocente . Aún así le costaba admitir que un padre fuera cruel con sus hijos,  el desamor paterno le resultaba algo absurdo. Tal vez porque él había sido muy querido por sus padres y había crecido rodeado de amor. Sabía que se había portado como un necio y que en lugar de ayudarla había hundido a aquella muchacha en un infierno.
Los ojos verdes cargados de angustia se le habían grabado en la mente.

 Había logrado escaparse de nuevo. Aún le dolía el golpe pero al menos estaba segura que su padre no pensaría que ella intentaría huir nuevamente. Eso le daba seguridad.  No había podido llevarse nada , sólo un collar que había pertenecido a su madre y la ropa –de hombre- que llevaba puesta. No sabía muy bien qué haría pero tenía la certeza de que nunca volvería a ese lugar. Aún estaba a tiempo de salvarse, aún poseía su espíritu, no habían podido doblegarlo.
 Tenía un raspón en una pierna y al sentir el escozor maldijo en voz baja al hombre que la había regresado a su padre. Pensó que el día que lo volviera a encontrar en su camino lo destriparía vivo, claro que ella era incapaz de destripar a alguien, aún así el vengativo pensamiento la consoló.
-¿Adonde vas? – preguntó una voz profunda desde las sombras y sobresaltada la reconoció inmediatamente.
Allí estaba él, de nuevo iba a arruinar su única oportunidad de salvación.
-¡Aléjate de mi! –gritó trastornada  levantando sus puños para protegerse
-Tranquila , no voy a lastimarte – dijo con voz suave como si le hablara a un animal irascible
-No, sólo vas a llevarme allí para que ellos lo hagan – replicó ella furiosa y Caleb recibió el golpe de sus palabras
-No lo haré. Y lamento no haberte creído. Te pido disculpas – dijo él con humildad y ella se aplacó
-¿Qué haces aquí? –preguntó más calmada
-Te esperaba . Sabía que no ibas a darte por vencida, así que me quedé esperando- dijo adelantándose a las preguntas de la joven- . Te vi salir por  la ventana y bajar por la pared pero pensé que no agradecerías mi ayuda. Así que sólo recé por que no te cayeras. Sin embargo estoy en deuda contigo y sigo creyendo que no es conveniente que una joven ande sola por ahí. Así que si me dices dónde vas puedo acompañarte.
-¿Por qué iba a confiar en ti? No te conozco.
-Soy un Blackdalion – dijo él con algo de arrogancia pero al ver la mirada interrogante de ella le dieron ganas de reírse de sí mismo  – En mi familia cumplimos nuestra palabra, estarás segura conmigo. Por favor, déjame reparar mi error
  Apenas conocía a aquel hombre y no había sido una experiencia agradable, tampoco confiaba fácilmente ,aún así Fair sentía que era un hombre de honor. No le haría daño, sentía también que podía ser muy peligroso pero nunca para ella
-Voy a  buscar a mi hermano – le dijo dejando entrever las dudas que tenía sobre su plan de escape.
-¿Tienes un hermano? ¿Dónde está?
-No lo sé – confesó avergonzada- Se peleó con  nuestro padre y se fue hace años, pero es un  buen hombre y sé que va a ayudarme. Se alistó como soldado hace tiempo pero no estoy segura...
-Voy a visitar a mi tío, él es reconocido en la zona y tal vez pueda ayudarnos a averiguar el paradero de tu hermano. Podrías venir conmigo.¿ Cómo te llamas? – preguntó asombrado por propia  su descortesía , no se había presentado correctamente.
-Soy Fair... – dijo ella lacónicamente y no mencionó el apellido de su padre, ya nada la unía a él
-Yo soy Caleb Blackdalion . – respondió él seguro y extendió su mano estrechando la de la joven.
-Bien Caleb Blackdalion seremos compañeros de viaje – dijo ella decidida como si todos los días abandonara su hogar para lanzarse  a la aventura con un desconocido.
- Sí – respondió él escuetamente  y comenzó a caminar junto a Fair hasta donde estaba su caballo lo que le recordó que su gesto de caballerosidad tenía un inconveniente .Tendría que resignar su ansiada soledad , además de pensar en detalles prosaicos como conseguir otro caballo, un vestido para la muchacha – no podía andar vestida así – y encontrar un lugar cómodo donde descansar.
Cuando le  ofreció a Fair  que ella  montara mientras él la acompañaba a pie la  joven se negó , Caleb intentó nuevamente ofreciéndole turnarse pero ella siguió firme y finalmente los dos fueron a pie caminando tranquilamente junto al animal. “ Sólo hasta que lleguemos al próximo pueblo “ se dijo Caleb a sí mismo y ni siquiera se atrevió a mencionarle lo de su vestuario.
-¿No hablas? – preguntó ella repentinamente  con mirada retadora
-¿Qué?
-Llevamos horas viajando y apenas has dicho algunas palabras, esto va a ser muy aburrido. Dijiste que la casa de tu tío está lejos  y tanto silencio me enloquece...
  Fair había pasado mucho tiempo en silencio y encerrada , ahora que estaba libre se sentía embriagada   y vivaz, quería hablar, reír, cantar... sin embargo él estado de ánimo de Caleb era muy diferente.
-Lo lamento, no suelo ser muy conversador – dijo él con una sonrisa sesgada que evidenciaba cierta impaciencia.
-¿Tu caballo no habla verdad?
-No , y me agrada que no lo haga
-Lástima, tendré que conformarme  con tus monosílabos .
-Tal vez pueda decir alguna oración larga de vez en cuando – sugirió él y pensó que los años de tratar con Connor habían mejorado su paciencia.
-Gracias – dijo ella  y él  se rió . Luego  Caleb empezó a hablar sobre el territorio que recorrían y a describirle lugares lejanos que había conocido y el verdadero interés de Fair sumado a su interminable curiosidad lo hicieron hablar más de lo que había hablado  nunca.
Cuando el cansancio los venció , se acomodaron a la vera de un bosquecillo y tras el juramento de ella de que le encantaba dormir al aire libre- aunque fuera la primera vez que lo hacía- se acomodaron junto a unos árboles y Caleb le improvisó una cama a la joven con sus mantas y su capa. Esta vez ella no se negó a sus atenciones y se quedó dormida sintiéndose más  segura que nunca en su vida.
Caleb se acomodó a poca distancia y aunque trató de mantenerse despierto cerca del amanecer  el sueño le ganó la partida.
Al despertar se encontró a una jovencita de cabello rubio y ojos verdes mirándolo con curiosidad.
-¿Dormiste bien? – preguntó ella
-Eso creo – dijo aunque se frotó el cuello endurecido en un gesto inconsciente – lamento haberme dormido, tenía que ocuparme de hacer guardia ...
- No es problema ...yo hice guardia , supongo que era mi turno y no hubo ningún peligro a la vista ...- dijo ella alegremente
“Pero pudo haberlo  y nos habría sorprendido “ pensó lúgubremente  Caleb
-Supongo que tendremos que encontrar una posada la próxima vez  - comentó él
-¿Quién es Maris? – preguntó Fair  cambiando de tema y el hombre se sobresaltó
-¿Cómo?
-La nombraste mientras dormías. –respondió ella
-Era mi prometida y está muerta – contestó con frialdad  mientras se incorporaba para acomodar las cosas. Estaba turbado porque se daba cuenta que no podía escapar de lo sucedido  tan fácilmente, en sueños no podía controlar sus sentimientos. Caleb odiaba no tener el control
-¿La amabas?
-Eso no es asunto tuyo – contestó con brusquedad y la joven entendió que no debía seguir preguntando . Aquel hombre estaba herido  por la pérdida y ella no pensaba aumentar su dolor, primero porque sabía lo que era el sufrimiento y  segundo porque la oscuridad en los ojos de él creó un muro imposible de atravesar.
Ninguno volvió a mencionar nada, ordenaron en silencio su precario campamento  y siguieron viaje
Al atardecer se detuvieron en un pequeño  lugar del prado  cercado de arbustos junto a una hondonada .
Habían reestablecido el diálogo mientras compartían  los alimentos que Caleb había llevado con él, hablaban de cosas superfluas tratando de mantener la cordialidad.
Ella no quería volver a entrometerse en la privacidad de aquel hombre y él no quería volver a ofenderla con su brusquedad.
De pronto escucharon algunos ruidos y voces extrañas y Fair se dirigió rápido hacia los arbustos para ver qué sucedía. Se arrodilló y miró hacia la hondonada. Caleb llegó junto a ella  con sumo sigilo .
Los dos observaron a los estrepitosos hombres que se reunían abajo y acomodaban las trampas.
Eran cazadores furtivos y Caleb agradeció que los matorrales los ocultaran, aquellos hombres no solían ser muy agradables y con Fair bajo su custodia prefería evitar cualquier tipo de pleito.
Sin embargo cuando la joven se incorporó , él pudo ver un brillo decidido en sus ojos.
-¿Dónde vas? - preguntó
-A detenerlos , son cazadores furtivos ¿no ves?. Es injusto que maten a los animales. ¿Tú cazas?
-¿Animales? . No, me parece innecesario y cruel, más ahora , desde que  a mi cuñado le gusta caminar en cuatro patas – comentó irónico  y se dio cuenta que ella ya no estaba. Maldijo en voz baja, buscó presuroso su espada y se precipitó tras ella.
 La alcanzó justo cuando increpaba a los cazadores y apenas llegó a tiempo para interponer su espada cuando uno se abalanzaba sobre ella.
La puso a salvo tras su poderoso cuerpo y con unas pocas maniobras  redujo a sus contrincantes, los desvaneció con unos golpes de puño, Fair  “ayudó” golpeando a uno con un tronco y luego entre los dos los ataron.
-Vayámonos – ordenó él y la arrastró consigo,  por primera vez montaron  juntos  y se alejaron tan rápido como pudieron.
-Gracias – dijo ella y él se limitó a hacer un vago gesto de reconocimiento sabiendo que si le contestaba la estrangularía por su imprudencia.
Llegaron a un poblado y se dirigieron a buscar posada, Caleb quería además comprar otro caballo para agilizar su marcha. No sabía bien si quería solucionar pronto la situación de la joven o sólo deshacerse de ella. Con sus preguntas, su imprudencia y sobre todo su infantil asombro ante todo como si el mundo fuera una maravilla nueva que se descubría ante sus ojos  , lo inquietaba. Demasiado,  más de lo que él podía permitirse.
En el hospedaje Caleb pidió dos habitaciones y cuando se iba hacia los establos donde vendían los animales , Fair se acercó a él y le entregó un collar.
“ Era de mi madre, es valioso. Véndelo . Así podré pagar mi hospedaje y mi comida “ dijo ella .
Caleb estuvo a punto de negarse, no necesitaba el dinero y sabía el valor  sentimental que tenía la joya  para ella pero vio la decisión y el orgullo reflejados en los delicados rasgos femeninos .  Era evidente que ella deseaba comenzar una nueva vida, con sus propias reglas sin depender de nadie...aquel rastro de orgullo era lo único que le quedaba y Caleb lo entendió.
-Bien , conseguiré un buen precio por él – le dijo serio
-Confío en ti – dijo ella y se retiró para que no viera sus ojos llenos de lágrimas.
Horas más tarde el joven volvió con un caballo  de pelaje claro y cuerpo ligero,  ideal para la chica , un vestido  sencillo y una bolsa de monedas.
Le entregó el dinero a Fair quien le agradeció con una sonrisa afectada, aún le dolía haberse desprendido del único recuerdo  que conservaba de su madre. Después con bastante cautela le entregó el vestido y le dijo que corría por cuenta de él ya que ella nunca lo había pedido , trató de disculparse por su atrevimiento  ya que le preocupaba herir sus sentimientos pero ella estuvo encantada ,aunque insistió en pagarlo igual que su caballo. Caleb se las arregló para convencerla de que no era necesario .
Y a la hora de la cena cuando la vio en el comedor con el vestido  pensó que valía la pena poder verla tan resplandeciente . Tenía sólo un vestido nuevo y sin embargo algo en la expresión de ella decía que se sentía como si le hubieran puesto el mundo a sus pies.
“Se merece mucho más “ – pensó él fugazmente  pero cuando llegó a su lado le dijo un cumplido que más bien parecía de compromiso.
Después de comer se quedaron un rato en el  salón  conversando junto al fuego del hogar.
-¿Siempre lo has tenido así?- preguntó él rozando el cabello corto de la joven
-No, me lo corté cuando decidí huir, pensé que sería más fácil pasar desapercibida – contestó añorando su larga melena- ¿Se ve muy feo ,verdad?
-No, está bien – contestó y ella le agradeció con una luminosa sonrisa
  Caleb notó que estaba acostumbrado a que las mujeres llevaran el cabello largo, sin embargo le gustaba el corte de pelo de Fair. Resaltaba la intensidad de sus ojos verdes , dándole un aspecto dulce y aniñado al tiempo  que la hacía parecer un duendecillo travieso.
Él le habló sobre el itinerario que había trazado, había elegido un camino seguro con varios poblados donde podrían encontrar posada. Probablemente de haber viajado solo hubiese elegido una trayectoria diferente pero dada su actual situación había planificado un viaje donde la joven estuviera cómoda.
Ella estaba asombrada por la organización de él, no se le había escapado ningún detalle.
-¿Siempre eres tan organizado?
- Eso facilita las cosas – contestó él a la defensiva
-Es admirable – respondió ella – yo soy incapaz de planificar nada...
-Planificaste una fuga – dijo él y al ver que la mirada de ella se ensombrecía se arrepintió de haberlo dicho.
-Eso fue diferente ...-dijo ella.
-Sí , lo fue .¿Quieres contarme ?
Fair lo miró un instante.¿Cómo alguien que conocía tan poco podía resultarle más confiable que cualquier persona que hubiese conocido antes ?  Pero así era, ella confiaba en aquel hombre de ojos oscuros, había algo en Caleb Blackdalion que la hacía pensar en un refugio de roca dura y resistente, era como si él pudiese protegerla de cualquier tormenta simplemente porque estaba allí con su organización, su honor y su seriedad.
Tal vez había llegado el momento de hablar ,de comenzar a curar las viejas heridas, subió los pies al asiento acurrucándose y empezó a hablar.
-Cuando mi madre vivía, éramos felices. Si bien mi padre nunca se ocupaba mucho de nosotros , estaba ella para amarnos a mi hermano y a mi. Era muy bella y dulce se encargaba de la casa y de nosotros mientras mi padre se ocupaba de los negocios y la tierra.
Luego ella enfermó y murió, entonces quedamos solos...Mi padre dependía de ella más de lo que creía y con su ausencia se sintió perdido, no sabía que hacer con la casa ni con sus hijos.
Por un tiempo  vivimos en una especie de abandono, librados a nuestra propia suerte, él se iba por largos períodos y nos dejaba...luego llegó ella y todo empeoró.
Mi padre volvió a casarse y cuando trajo a su esposa a casa yo pensé que nuestra vida iba a mejorar, me equivoqué. Mi hermano empezó a enfrentarse  con nuestro padre y finalmente se marchó, me dejó pensando que yo estaría mejor allí...sé que él creyó que era lo mejor – lo justificó ella y Caleb no dijo nada-
Yo trataba de agradarle a la nueva esposa de mi padre, era pequeña aún y seguía necesitando una madre...pero pronto comprendí que me odiaba. No sé por qué, tal vez porque era el recordatorio de mi madre o porque seguía siendo la heredera ...no lo sé. Me resulta difícil entender el odio – comentó con tristeza – , los años sólo empeoraron las cosas porque ella logró que el desinterés que mi padre sentía por mi se convirtiera en desprecio.
Intenté acercarme a él , que me quisiera pero no pudo hacerlo y perdí todas las esperanzas...me maltrataban, me encerraban... y entendí que si quería sobrevivir sólo podía escapar.
Tienes razón, sí pude planear una fuga, durante muchos días planifiqué cada detalle, esperé el momento justo...y luego...
-Yo lo arruiné – intervino  él conmovido por la historia de la joven. Había contado la historia con desapego, sin dar muchos detalles pero la forma en que se envolvía en sus propios brazos al hablar, el tono de su voz le hablaba a Caleb mucho más claramente que las propias palabras de la joven.
-Bueno, digamos que interferiste un poco ...-dijo ella y le sonrió- ¿Y tú, de qué huyes Caleb? – preguntó
Caleb pensó que ella siempre lo sorprendía, era como si lo distrajera para luego apuntar a lo más  profundo de él. Como si aquellos ojos verdes no fueran a permitirle ningún secreto...ninguna oscuridad donde esconderse.
En general sólo se hubiera encerrado en sí mismo sin permitirle entrar, se hubiese envuelto en esa frialdad y seguridad que mantenía a todos alejados, pero no le pareció justo. Después de todo ella le había contado todo a él, le había dejado ver sus heridas...le había expresado su dolor por no ser amada por quienes debieron hacerlo.
Y allí,  en aquella posada en medio de ningún lugar, frente al fuego y al lado de esa joven le pareció que era el momento correcto para hablar. Nunca había hablado de lo sucedido , su familia sabía los detalles por terceros, él los había guardado en su interior.
-Antes de la guerra – empezó él – me prometí con Maris...cuando todo terminara íbamos a casarnos pero no pudo ser.
El último día de la batalla cuando ya habíamos triunfado sobre el enemigo, cuando yo estaba feliz por la victoria recibí la noticia de que habían atacado el  hogar de ella y la habían asesinado. Fue como si el día se volviera noche, no recuerdo mucho sólo que salí en mi caballo deprisa hacia Delfas. Todo era destrucción allí, el humo, las ruinas los cadáveres... incluso el olor del aire exhumaba perversión ,me sentí enfermo. Aún quedaban algunos enemigos por allí, perdí el control y me convertí en un animal tan feroz como ellos mismos ...los destruí ,pero eso no cambió nada.
Yo debí protegerla...estar ahí, pero no lo hice. Era joven , no tenía que morir...pero ellos la destruyeron...fue muy injusto y sin importar que haga siento un vacío que no desaparece. Yo debí prever el ataque, mandar una guardia o algo...debí saberlo, pero ni siquiera me acordé de ella. Estaba muy ocupado pensando en mi familia y en la batalla...no hice nada por mantenerla segura...- dijo finalmente casi en un gemido.
-No fue tu culpa...-dijo ella que había entendido que para alguien tan prudente  como Caleb no haber previsto aquel ataque era un error imperdonable..y más aún si era la mujer con la que iba a casarse...la que amaba.
-Debí evitarlo . –dijo él y ella rozó su mano en un vano gesto para consolarlo. Luego se quedaron en silencio. Como si después de una terrible catástrofe hubiera llegado  finalmente el momento de recoger lo que quedaba, de reconstruir lo que permanecía en pie
A la mañana siguiente retomaron su viaje.
Por primera vez en mucho tiempo Fair se sentía feliz , era un estado nuevo para ella, sentirse libre, poder disfrutar de todo.
La comida le sabía más sabrosa porque simplemente no había tensión en el ambiente, no sentía el odio rodeándola continuamente . Dormía tranquila ya fuese en una posada o al aire libre, le gustaba lavarse en algún arroyuelo de agua cristalina y fresca,  observaba fascinada como cambiaba el paisaje, los bosques parecían susurrarle secretos y nuevas posibilidades se abrían a cada paso que daba, incluso  había aprendido a manejar a su caballo con soltura . Aquello le había valido una felicitación de Caleb. Eso era lo mejor de todo , por primera vez en mucho tiempo disfrutaba de la compañía de otro ser humano, aunque fuese taciturno o incluso un poco gruñón el joven Blackdalion era  el mejor acompañante que se podía desear
Tenía valores muy arraigados , era honesto y honorable. Fair lo admiraba aunque a veces disfrutaba molestándolo un poco, le gustaba verlo perder su seria compostura, ya que   entonces afloraba su sentido del humor y su encantadora sonrisa.
Todavía faltaba un largo trecho para llegar a los dominios Silverest , así que se sintieron aliviados al divisar una aldea. Podrían descansar allí.
El gran bullicio que había en el poblado llamó su atención, así que cuando un muchacho pasó corriendo junto a ellos Caleb lo detuvo para averiguar qué sucedía.
-¿Qué está pasando ?- preguntó ásperamente
-Van a  quemar una bruja ...- contestó el chico y siguió su camino.
Caleb y Fair siguieron avanzando y luego horrorizados elevaron su mirada hacia la tarima que se erguía en el centro del lugar. Atada en un poste había una niña pequeña.
-¡Cielos!...- exclamó Caleb mientras sentía que el enojo crecía en él. Era sólo una criatura que probablemente tenía el Don, así como Ennis lo había tenido. La ignorancia y maldad de aquella gente lo enfurecía.
-Tenemos que ayudarla... – musitó Fair espantada
-Esa gente está enardecida y es muy peligrosa,  quédate aquí. Yo iré a hablar con el magistrado para que liberen a la niña –dijo él  dejándola junto a una construcción segura y alejada.
 Fair aceptó poco convencida y Caleb se marchó decidido.
El joven Blackdalion estaba hablando con el hombre ,que se mostraba bastante renuente a aceptar razones , cuando escuchó los gritos. Al darse vuelta vio a Fair, era evidente que había tratado de liberar a la niña y que la habían atrapado a ella también. No debió haber confiado en la obediencia de la joven cuando sus ojos verdes eran un claro desafío, ella estaba decidida a  hacer las cosas por sí misma , sin importar las consecuencias.
Caleb se abrió paso a los golpes hasta llegar a la tarima, entonces subió de un salto y desenvainó su espada en un claro desafío a cualquiera que se atreviera a retarlo.
Una cosa era atacar a una niña y una mujer pero la gente se amilanó ante la furia que se desprendía de aquel hombre. Enojado Caleb era un espectáculo atemorizante y estaba muy enojado, con aquella gente que atacaba a una criatura  porque era diferente, con Fair por ser tan cabezadura  y no confiar en él y consigo mismo por estar tan fuera de control.
-¡Soy Caleb Blackdalion, capitán de los ejércitos del Rey y heredero del León Negro! -rugió indignado- Voy a liberar a estas dos personas y juro por mi sangre que si alguien se atreve a oponerse lo voy a matar ¡¿Está claro?!.
Evidentemente la insensatez de aquella gente no llegaba a tal punto como para oponerse al intimidante  Caleb, porque lo dejaron actuar sin intervenir. El muchacho desató a Fair y la niña, cargó a esta última en uno de sus brazos  y sin soltar su espada avanzó entre la muchedumbre guiando a Fair para que fuera delante.
Más allá de algunos gritos de “Brujas” y “Demonios” nadie tuvo el valor de interceptarlos
Caleb montó a la niña en su caballo y sin mediar palabra subió a Fair al suyo, luego azuzó a los animales para alejarse con prontitud de aquel malhadado lugar.
Cuando se encontraron a una distancia prudente, paró a los caballos junto a una arbolada y desmontó, inmediatamente se dirigió a la joven que también bajaba del caballo para enfrentarlo.
-¿En qué rayos estabas pensando para ser tan irresponsable? ..Pudieron matarte – casi gritó él con la furia a flor de piel
-Alguien tenía que hacer algo...-se defendió la joven
-Yo lo estaba haciendo...
-Sí recurrir a las leyes y el palabrerío. Las leyes no siempre sirven, no siempre protegen a los más débiles  a veces sólo hay que actuar
-Inconscientemente ...-dijo él mientras  se acercaba a ella con un gesto amenazante
-No me intimidas – lo increpó Fair, pero Caleb pudo ver como su cuerpo se encogía en un involuntario gesto de miedo
-Debería , tal vez así no te arriesgaras a que te maten cada vez que me doy vuelta – le dijo suavizando su tono para que ella notara que él no pretendía dañarla
-Iban a matarla...
-Debiste confiar en mí, yo jamás hubiera dejado que le sucediera algo...
-Lo sé, pero no podía quedarme sin hacer nada. Es sólo  una criatura...- dijo la joven y entonces los dos recordaron a la niña que aún estaba montada en el caballo observando  su discusión.
-Lo siento pequeña ..- dijo Caleb acercándose a ella y bajándola en brazos, el temor todavía brillaba en los ojos de la niña- Tranquila , ya estás a salvo nadie te hará daño...
-Gracias...-musitó ella y Caleb se la  pasó a Fair que se acercaba con una manta para abrigarla.
Fair la envolvió con el tejido y con su cuerpo en un abrazo cálido. Luego le preguntó su nombre y la cargó con ella. Se sentaron juntas y Caleb encendió una hoguera. Luego comieron mientras se presentaban  y la calmaban. Al rato la niña sonreía confiada y les contaba su historia.
Caleb observó a Fair y a la pequeña. La joven ,tan desamparada ella misma, tenía la capacidad de hacer sentir protegidos a los demás. Era una mujer muy cálida además de ser obstinada e inconsciente del peligro.
Cal pensó que al volver a casa debería disculparse con su familia, ahora entendía lo que era que alguien estuviera arriesgando su vida continuamente para defender causas perdidas. También debería disculparse con Kalymera , los problemas que le había causado su hermana no eran nada comparados con los que le causaba Fair. Lo sobresaltaba cada dos minutos  con alguna ocurrencia y él debía correr tras ella para rescatarla. Ya no confiaba en su  buena salud, de seguir así esa mujer lo mataría de preocupación en un par de días.
 La niña se llamaba Shermain, tenía apenas siete años y había perdido a sus padres. Tal como Caleb pensaba ella tenía el Don y cuando los aldeanos lo habían descubierto la habían acusado de bruja. Nadie la había ayudado y Caleb tuvo ganas de destruir aquella maldita aldea que era capaz de sacrificar a una criatura inocente.
-Puedes venir conmigo a casa cuando regrese – le dijo a la niña -  en mi familia hay magos y ellos pueden ayudarte a desarrollar tu poder.
-En realidad tengo una hermana, ella vive en Belar y es muy buena... iba a ir allí antes de que ellos...
-Entonces te llevaremos con ella – dijo Fair con una sonrisa comprensiva- ¿Verdad? – le preguntó a Caleb sabiendo que tendrían que desviarse del itinerario que él había trazado
-Claro Shermain, te llevaremos con tu hermana- dijo Caleb sonriéndole a la niña y la joven tuvo la sensación de que él mataría dragones si fuera necesario.
La pequeña montó junto a Fair y los tres se dirigieron a Belar.
La hermana de la niña era una buena mujer que amaba profundamente a Shermain y que recibió su arribo con lágrimas en los ojos, la había dado por muerta y la abrazó con todas sus fuerzas cuando Fair se la entregó.
La mujer los invitó a comer en agradecimiento y ellos aceptaron gustosos.
Antes de partir Caleb le entregó dinero a la hermana de la niña y aunque Fair sabía que para algunos era más fácil dar monedas que ayuda conocía a Caleb para saber que él no era así. A él de verdad le preocupaban los demás, era un caballero de brillante armadura, y con una sonrisa escuchó como él le pedía a la mujer que lo mantuviera informado sobre  Shermain y  le decía que si necesitaban cualquier tipo de ayuda o incluso un maestro que le enseñara a manejar el Don no dudara en acudir a él. Le dio también sus señas particulares para que lo pudieran encontrar y cuando él abrazó a la niña , Fair deseó haber encontrado un protector así en su infancia. Sin embargo ahora él estaba en su vida, aunque fuera temporalmente .
Contentos de haber dejado a la niña a salvo retomaron su viaje hacia la casa de Landros Silverest.
-¿En serio hay magos en tu familia? – preguntó Fair recordando lo que él le había dicho a Shermain.
-Sí – contestó él pensando que aún le costaba pensar en Dionis como familia, pero hacía feliz a su hermana y eso le bastaba.
-Tengo pocos recuerdos de mi madre pero uno de ellos  es de una fiesta en la que había un mago. Ella lo había contratado para que animara la reunión, yo estaba espiando  cuando él creó  miles de mariposas que volaron por el salón. Eran de todos los colores  y parecían hechas de luz, un grupo llegó revoloteando hasta mí y cuando las quise tocar se desvanecieron entre mis dedos. Nunca vi nada tan hermoso – comentó ella  con nostalgia- fui feliz pocas veces  y aquella fue la que más recuerdo.
  Caleb sintió tristeza por Fair , él había sido un niño feliz, a pesar de su seriedad característica , había disfrutado mucho su infancia y tenía sólo recuerdos dichosos. Hubiera querido poder compartirlos con ella para que sus ojos verdes no tuvieran rastros de dolor.

En el próximo poblado al que llegaron Caleb insistió en hacer una inspección general para asegurarse de que fuese un lugar tranquilo y que sus pobladores no fueran asesinos descontrolados.
Fair le dijo que exageraba  pero después de lo sucedido con Shermain tuvo que aceptar sus precauciones. Una vez que comprobó que todo estaba bien Cal rentó dos cuartos en la posada local.

No supo a ciencia cierta que lo despertó, si fue la música, las risas o la combinación de todo que era inadecuada en una posada donde se pretendía descasar. Se vistió deprisa y se dirigió hacia abajo para ver qué sucedía.
Caleb sabía que los hombres no se desmayaban , además con su estatura se daría un buen golpe,  y eso fue lo único que le impidió desvanecerse al llegar al pie de la escalera.
Se estaba celebrando una bulliciosa fiesta en el salón principal pero lo que lo conmocionó fue Fair. Ella estaba bailando sobre una mesa y cantando a viva voz, los ojos le brillaban y claramente disfrutaba participando en aquella celebración.
Él avanzó resueltamente hacia la joven y ,tal como siempre sucedía, nadie se atrevió a interponerse en su camino. Llegó hasta ella y sin mucha ceremonia la tomó por la cintura y la bajó para interrogarla.
-¿Qué sucede aquí?
-Es una fiesta...
-Ya veo –gruñó él
-Es una pareja de recién casados, llegaron  hace unas horas y se improvisó una fiesta en su honor, parece que son muy queridos aquí ... –explicó risueña
-¿Y los huéspedes de la posada? – preguntó perdiendo la paciencia
-Todos estamos aquí – aclaró ella dirigiéndole una mirada que dejaba en claro que él era una especie de monstruo por querer dormir cuando todos celebraban.
Caleb estuvo a punto de mencionar que era una situación inaceptable, que él había pagado por descansar y no verse metido en semejante batahola ,pero desistió. Miró a los ojos de Fair, su mirada brillaba con un claro matiz de alegría , casi parecía una niña. Caleb revoleó los ojos, gesto aprendido en años de lidiar con Connor , y se dio por vencido, esa noche no dormiría.
No sólo no durmió sino que  aún contra su voluntad se vio arrastrado en toda la euforia y  en algún momento de la noche hasta se encontró bailando con la dichosa novia.
Fair disfrutaba enormemente  al ver nuevas facetas del circunspecto Caleb y más de una dama  se admiró de la elegancia y agilidad del joven Blackdalion para deslizarse en la pista.
Y en la madrugada terminaron bailando juntos, cuando se vieron empujados uno contra el otro  Caleb le hizo una vistosa reverencia y la invitó. Ella aceptó encantada.
-Creí que no bailabas – le comentó divertida
-No conoces a mi familia, le gustan los bailes y me han arrastrado  toda mi vida...y no iba a darle ventaja a mis hermanos así que sé bailar.
-Imagino que nunca  das ventajas...- dijo ella con una sonrisa
-No...soy el mayor – contestó él y luego se calló embargado por la sensación de estar bailando con Fair. Era una sensación de alegría que no experimentaba desde mucho tiempo atrás.

Una vez que volvieron al camino se encontraron con nuevos problemas.
Se cruzaron con un batallón de soldados que regresaban al campamento desde donde partirían a sus hogares, a Caleb le bastó darles una sola mirada para saber que eran un grupo indisciplinado  y que andaban buscando problemas, sin embargo Fair  fue tras ellos para tratar de averiguar algo de su hermano.
En un principio todo estuvo bien pero, cuando Caleb se dirigió a preguntar por el superior a cargo, Fair se alejó de él.
Los gritos lo alertaron de que algo estaba mal,  Fair estaba rodeada por un par de jóvenes que le hacían insinuaciones y ella los estaba poniendo en su lugar, sin embargo Caleb se sintió furioso y no perdió tiempo en desenvainar su espada.
Justo en ese momento uno de los jóvenes alargaba una mano hacia Fair cuando la voz del joven Blackdalion los congeló.
-Si tocas a mi esposa te mueres – dijo con letal frialdad y bastó una mirada de sus ojos oscuros para que supieran que hablaba en serio.
-Lo siento señora ...- tartamudeó el muchacho y se alejó con su compañero.
La chica se volvió pálida hacia Caleb, sus palabras y su actitud la habían conmocionado. Había una furia en él que le resultaba extraña y además la sola idea de ser su esposa, de que aquel hombre le perteneciera la enmudeció.
-Vamos – dijo él extendiendo una mano hacia  ella –buscaremos información sobre tu hermano y nos iremos de aquí, no vuelvas a alejarte.
Ella lo siguió automáticamente y mucho más tarde cuando estaban solos se animó a interrogarlo.
-¿Por qué dijiste que era tu esposa?
-Así nadie se meterá contigo
-¿Pero por qué tu esposa, podrías haber dicho que era tu hermana?
-Ya tengo una y tú no te le pareces- comentó con frialdad sabiendo que no era del todo cierto. Algo en el carácter  y la tenacidad de Fair le recordaban a Kalymera.
-Me imagino  que no – dijo ella dolida pensando que la hermana de Caleb debía ser una dama muy distinguida.
-Además es la única forma de protegerte, nadie se atreverá a despertar mi ira molestándote.
-Podrías haber dicho que éramos hermanos – insistió ella con terquedad.
-Bueno, una hermana no siempre quiere ser protegida – le explicó recordando a Dionis – a veces puede estar interesada en alguien ...
-¿Y una esposa?
-Una esposa siempre debe ser protegida
-¿Y no interesarse en nadie más?- lo provocó ella.
-Por supuesto que no, sólo su esposo...-respondió con intensidad deteniéndose de golpe
 Caleb había estado a punto de decir que una mujer sólo debía amar a su esposo pero recordó que él no creía que el matrimonio estuviera  necesariamente relacionado con el amor.
Sin embargo las palabras habían estado por escaparse de su boca. Se dijo  a sí mismo que era la nociva influencia de los recientes romances de Kaly y Connor , nada tenía que ver con la joven de ojos verdes. Ni con el posesivo sentimiento que  ella le provocaba. Entonces tuvo una idea y se llevó la mano al cuello donde arrancó la cadena que llevaba.
- Ponte el anillo – dijo él extendiéndolo hacia ella
-No voy a usar el anillo de tu prometida... – contestó ella que desde tiempo atrás había notado la joya que pendía en el cuello de Caleb. El anillo que llevaba  siempre junto al corazón
-Era de mi bisabuela, Maris nunca lo usó. No tuve tiempo de darle uno...- contestó irritado
-Aún así...- aseveró obstinada
-Fair, haría mucho más fáciles las cosas y me evitaría tener que estar peleando con cada hombre que se quiera propasar contigo
-Yo puedo defenderme sola.
-Tal vez, pero nunca voy a permitir que se le falte el respeto a una mujer en mi presencia, así deba enseñar modales a fuerza de espada ...y una joven viajando sola con un hombre que apenas conoce pueda dar lugar a ideas equivocadas
-Está bien..-aceptó renuente y extendió su mano, sabiendo que él no se daría por vencido optó por evitar futuros conflictos.
Cuando Caleb  deslizó el anillo en su dedo, los dos se miraron extrañados por la sensación que los embargó. Fair quitó rápidamente la mano para evitar prolongar el contacto con Caleb.
-Te queda ...- dijo él pensativo  .
- Es hermoso – dijo ella y luego recuperó la razón - Te lo devolveré cuando encuentre a mi hermano...entonces ya no tendrás que preocuparte por mi.
-Fair...lamento que no supieran nada sobre él. Seguro que mi tío averiguará algo – dijo tratando de cambiar el clima que se había creado entre ellos.
-Eso espero
-Si no iremos con mi padre...él lo encontrará .
-¿Cómo es ? - preguntó ella
-¿Cómo es qué?
-Tener una familia como la tuya.
-Muy molesto – contestó en broma pero luego le habló desde el corazón- .Se meten todo el tiempo en tu vida y te dicen que es lo mejor, aunque yo hago lo mismo – comentó adelantándose a ella- pero siempre sabes que actúan así para cuidarte.
Mis padres son excepcionales, se aman profundamente y son los bastiones de la familia.
Me sentiría feliz si tan solo pudiera parecerme un poco a Kyrios Blackdalion , es el mejor hombre que conozco y mi madre es nuestro ángel custodio .Y mis hermanos...son mis mejores amigos. Cuando Ennis  nació yo estaba bastante celoso, hasta ese momento yo era el centro de atención .Poco después  de su nacimiento  lo escuché llorar y mamá no estaba cerca, así que lo alcé para calmarlo, desde ese instante adoré a mi hermanito y fue lo mismo con los otros dos. Más aún con Kalymera, era tan delicada y pequeñita .Desde el momento que la vimos, mientras mi padre la sostenía en sus brazos con  extremo cuidado, los tres  hermanos decidimos protegerla con nuestras vidas. Debo decir que aquella decisión nos ha dado bastantes dolores de cabeza – dijo con una mueca-
-¿Cómo son tus hermanos? – le preguntó curiosa, le gustaba oírlo hablar de su familia.
  Caleb no era una persona muy abierta, su familia sabía lo que sentía por ellos pero no solía expresarlo con palabras. Sin embargo le resultaba fácil hablarle a Fair. Podía compartir cosas con ella que no había compartido con nadie más, el joven no quería detenerse a analizar esa proximidad, así que  siguió hablando sobre los suyos.
-Ennis..
-¿El mago? – lo interrumpió ella
-Sí, es el más tranquilo de todos. Le gusta reflexionar antes de actuar, no creo que sea herencia de los Blackdalion. Además es muy inteligente y le gusta leer mucho, supongo que porque puede investigar sobre el Don que posee. Aunque nunca sabe que hacer con su propia vida, siempre acudimos a él en busca de consejos, es  muy sabio.
Connor es intempestivo y le gusta hacerse el gracioso, habla demasiado y siempre se mete en problemas. Las mujeres siempre lo han perseguido –Fair pensó que si se parecía un poco a Caleb , la atracción femenina era justificable- .
-¿Se parece a ti?
-Todos tenemos rasgos similares, pero Conn es rubio y de ojos grises como mamá, Ennis decía que éramos día y noche , no sólo por nuestra apariencia sino por el carácter. Yo soy el sombrío – dijo resignado – y Connor es “luminoso” , no hay otra forma de describirlo. Solíamos decir que si algún día nos quedábamos sin plata , podríamos subastarlo entre sus admiradoras y nos enriqueceríamos. Nunca le ha gustado hacerse cargo de nada, sin embargo yo lo he visto en batalla y pondría mi vida en sus manos – dijo orgulloso- ,aunque ahora se casó con Shara y está cambiado. En realidad creo que el verdadero Connor ha salido a la superficie.
-¿Y tu hermana?
-Kalymera  es la princesa de los Blackdalion, la hemos consentido pero  es una mujer maravillosa. Se preocupa por los demás y es muy valiente. Es bajita , como tú – aclaró sonriendo – pero tiene una fuerza enorme en su interior. Muchas veces nos asusta, papá dice que ella es el león blanco  de nuestra familia y le creo. Te gustaría mucho .Se casó hace poco .
-¿Te gusta él ?- preguntó Fair a quién no le había pasado desapercibido el tono aprensión de Cal al hacer su último comentario.
-¿Dionis?. Supongo que sí. Al principio tuve ganas de matarlo , luego esperaba que cometiera algún error ...pero lo ha hecho bien. Ama a Kalymera y ella  a él, son felices y es un buen hombre – dijo con una mueca como si le costara reconocer aquello.
-Tal vez deberías decirle que te cae bien
-No , lo dejaré sufrir un poco más – dijo él con una sonrisa retorcida y Fair rió
La joven deseó poder conocer a aquella familia, a aquellos seres que se amaban incondicionalmente  y  que habían formado a Caleb.
Fair estaba acostumbrada a no desear nada, así la vida era mucho más fácil y dolía menos, sin embargo había algo que deseaba con toda su alma y estaba enojada con ella misma por eso. Amaba a Caleb  Blackdalion y era la peor insensatez. Por empezar él era demasiado severo  y ella necesitaba ternura y cariño, aunque en verdad no era un problema porque ella sabía que el sólo aparentaba ser duro pero en su interior era cálido y gentil. Se lo había demostrado muchas veces. El verdadero problema era otro, Caleb no la amaba. Había amado a alguien y la había perdido. En cuanto a ella, sólo la consideraba un deber, una de sus misiones de caballero. En algún momento del camino la misión concluiría y él la dejaría sin mirar atrás. Y ella que había sobrevivido al desamor no sobreviviría al abandono de ese hombre.

Cuando llegaron a las cercanías de Silverest ambos sintieron cierto desasosiego aunque no lo mencionaron.
Era la sensación de que una etapa importante concluía, a partir de allí dejarían de estar solos, de compartir aquella intimidad que los había acercado .
Y probablemente una vez que el tío de Caleb averiguara algo se separarían y volverían a ser dos desconocidos.
Aunque algo en el interior le decía a cada uno que nunca podrían ser desconocidos, que se habían formado lazos profundos  entre ellos .
Fair sintió un leve temor en su interior , quería quedarse allí a mitad de camino y no seguir avanzando porque mientras el viaje durase podía seguir cerca del hombre que amaba pero si daba un paso más todo se volvería incierto.
-Fair ...- la llamó Caleb y ella lo siguió.
Silverest era un lugar hermoso. Una gran construcción  de piedra blanca, rodeada de bosques , desde allí se veían las ventanas y terrazas . Detrás a la izquierda alcanzaba a divisarse un bello poblado, había paz allí  y Fair pensó que nada malo podría suceder en ese lugar
Llegaron hasta el patio de entrada y desmontaron.
Un hombre de cabello cano salió a recibirlos. Fair había esperado que se pareciera a Caleb sin embargo eran muy diferentes. Su tío era más bajo y delgado, sus ojos eran grises y el cabello obviamente había  sido claro antes de encanecer
Tenía un aplomo más propio de un estudioso que de un guerrero , aunque era atractivo ,también se veía que era un hombre afectuoso .
Caleb los presentó y se mostró muy agradable invitándola a quedarse en su hogar, al poco tiempo apareció una mujer que resultó ser la tía de Caleb. Era más joven que su marido, con espeso cabello pelirrojo y una sonrisa contagiosa.
-¡Tía! – exclamó Caleb  al verla
- Vaya, es mi sobrino favorito que se ha dignado a visitarnos -  dijo ella alegremente.
- No sabía que era tu favorito.-contestó él acercándosele
-Bueno eras el único que siempre aceptaba ayudarme en mis tareas. Connor huía apenas se le mencionaba la palabra ayuda, Ennis era demasiado distraído y Kaly peligrosa. En cambio siempre podía contar contigo para que me ayudaras a hilar, probaras mis comidas o cuidaras a tus primos....
-Supongo que he hecho méritos...
-Sí , seguirás siendo mi favorito unos años más, ahora  dime cómo están todos, tus padres, los chicos...
-Todos bien
-¿Y has visto a mi hermano?, pasa poco por aquí
-Dominick estuvo hace poco en el Castillo , mamá le recordó que viniera a verte
- Supongo que sus mujeres lo tienen muy ocupado. Bueno ,y quién es ella – preguntó su tía mirando a Fair.
Caleb se dirigió a presentarlas. Su tía los invitó a entrar , cosa que había olvidado por darles la bienvenida mientras seguía hablando sobre las novedades. Fair  los miraba encantada, era evidente el cariño que había entre la familia y le gustaba poder observar a Caleb en esa situación.
-¿Y mis primos? – preguntó Cal
-Están en la corte.
-¿Lissie  también ? -preguntó por su prima más  pequeña.
- Sí – aclaró Landros-  estuvo encerrada aquí  durante toda la guerra así que pensamos que ahora que todo está bien necesitaba salir un poco .
-Sí , llevó custodia – dijo Jalany adelantándose a la pregunta de su sobrino, lo conocía demasiado  bien.
-Es que tiende a  atraer los problemas como Kalymera.– le comentó él a Fair que los miraba interrogante
–-Bueno, creo que es nuestro sino, el de las hermanas pequeñas – dijo Jalany con una deslumbrante sonrisa que la hacía parecer mucho más joven. Había tanta picardía en su voz que Fair, Caleb y Landros largaron la carcajada.
Luego Jalany Silverest se apoderó de Fair y la llevó consigo para instalarla.
-Su hogar es hermoso – dijo la joven sorprendida por la belleza de los interiores, había luz y aire circulando en cada habitación. Hermosas obras de arte decoraban las paredes y el ambiente se notaba la vibrante personalidad de Jalany.
-Gracias , espero que te guste tu habitación. Ahora es de una de mis hijas , no te preocupes está de viaje, pero alguna vez perteneció a Elady , la madre de Caleb.  Más tarde te contaré historias de la familia, a veces creo que éste es uno de los lugares bendecido por el amor.
- Creo que es verdad, tengo una sensación de bienestar aquí...
-Y espera a conocer el Castillo Blackdalion, creo que allí el amor camina  entre los seres...
Fair solo sonrió , ni siquiera estaba segura por qué el amor se había vuelto el tema principal de la conversación. Pero cuando llegaron hasta la habitación que le habían asignado la joven olvidó todo.
Había una gran ventana, muebles de madera clara y una inmensa cama. Flores frescas llenaban los jarrones lo que le daba un toque perfecto.
Fair pensó en las otras mujeres que habían dormido allí, la prima de Caleb que seguro se parecía a su deslumbrante madre y en la madre de Caleb que debía haber tejido sus sueños de amor en aquella habitación.
En el pasado Elady Blackdalion había soñado con Kyrios como ella soñaba ahora con Caleb, porque no podía evitar pensar en él, sentir que estaba cerca.
La joven no alcanzó a vislumbrar la mirada especulativa de Jalany.

Landros se encontró a solas con su sobrino en la biblioteca, allí éste le contó toda la historia y le pidió ayuda. Landros aceptó inmediatamente y le hizo la única pregunta que su sobrino no había contestado.
-Caleb , ¿puedes explicarme por qué Fair lleva el anillo de mi abuela? – preguntó y su sobrino empalideció.
El muchacho le contó rápidamente toda la historia pero lo que más le impactó a Landros fue que Caleb hubiera urdido aquella patraña. Hacer pasar a Fair por su esposa aunque fuera para protegerla era impropio de él, se lo viera como se lo viera era una farsa.
Todos su sobrinos eran leales a la verdad pero en Caleb su inclinación por  la sinceridad era exasperante .Simplemente era incapaz de mentir, y sus ojos oscuros eran capaces de descubrir las mentiras de los demás. Algo estaba pasando y Landros decidió escribirle a Elady, tenía muchas novedades para su hermana y alguna que otra pregunta.

Jalany les preparó una comida fabulosa y a pesar de las reservas iniciales Fair se sintió muy cómoda .
Luego de la cena recorrió la casa junto a la tía de Caleb.
-Son hermosos .Usted es muy talentosa – dijo Fair mirando los dibujos que había sobre un escritorio. Anteriormente había admirado los hermosos cuadros que Jalany Silverest había pintado y que adornaban su casa.
-Sí lo soy, gracias. Pero esos no son míos , los hizo Caleb.
-¿Caleb? – preguntó la joven asombrada.
-Sí todos mis sobrinos son talentosos. Connor es músico, Kaly cuenta maravillosas historias y Ennis tienen un arte muy particular pero Caleb es un magnifico pintor. De pequeño noté su habilidad y le enseñé, con los años superó a la maestra....
-Ya veo..-dijo la joven observando los dibujos detalladamente.
Eran dibujos de su familia. Estaban sus padres, una mujer bella que irradiaba paz y un hombre fuerte y cálido que se parecía mucho a Cal. También reconoció a Kalymera, era muy hermosa pero también el dibujo trasmitía la pasión de aquella joven, la fuerza que tenía para amar a los suyos. Estaba Connor  con una sonrisa traviesa y una mirada intensa, lo que hablaba de la profundidad del alma de aquel hombre, Fair entendió que las mujeres lo adoraran , aunque ella prefería al serio hermano mayor. El dibujo de Ennis  leyendo un libro despreocupadamente reflejaba la serenidad del joven y la personalidad propia de un guía.
Los dibujos habían sido hechos con amor, cada trazo revelaba lo que Caleb sentía por los suyos. Tal vez no fuera capaz de decirlo con palabras pero lo plasmaba en su arte. Fair sintió que conocía a aquellas personas un poco por lo que le había contado Cal, pero más que nada por lo que había reflejado en aquellos bocetos. Había puesto su corazón allí y ella se sintió conmovida.
Notó algo que le había pasado desapercibido.
-No hay dibujos de Dionis, Shara , ...ni de Maris- le comentó a la tía que la miraba pensativa.
-No , hace mucho que no dibuja por eso no  hay dibujos de los nuevos miembros, aunque tal vez también sea porque él necesita conocerlos un poco más. Como verás pone su corazón en los dibujos....Y en cuanto a Maris nunca la dibujó, ni lo hará- sentenció la mujer y Fair no supo cómo interpretar aquello.-Vamos será mejor que descanses un poco, estás en las mejores manos. Mi esposo va a encontrar información...mientras tanto imagina que estas son unas vacaciones y disfrútalas.
-Sí , eso haré – dijo Fair saliendo de su ensimismamiento .Tal vez era mejor  aprovechar lo que la vida le ofrecía, sin importar cuanto durase. Dejó ir sus preocupaciones y siguió a Jalany hasta el salón para unirse a la charla de Landros y Caleb. Su tío  lo vio levantar los ojos apenas la joven entró y también observó como sus miradas se entrelazaban por un breve segundo.

Fair estaba mirando los libros cuando él y su tío entraron en la biblioteca.
- Puedes tomar el que quieras –dijo Landros
-Yo no sé leer – confesó ella avergonzada por la mirada estupefacta de Caleb y Landros-
Nadie se tomó la molestia de enseñarme – agregó a la defensiva.
Caleb estaba por decir algo pero su tío se adelantó .
-Puedo enseñarte si quieres – propuso con gentileza- Yo le enseñé a Elady , la madre de Cal  cuando era niña - agregó restándole importancia al hecho.
-¿En serio? - preguntó ella y Caleb vio el brillo de entusiasmo en sus ojos verdes, su tío había logrado animarla sin ofenderla.
-Claro, van a quedarse acá unos días y me gustaría mucho. La lectura es mucho más entretenida si puedes compartirla y aquel gigante tiene demasiada sangre Blackdalion, prefiere las espadas a los libros – se quejó aludiendo a su sobrino que tuvo la delicadeza de sonrojarse.
Con el correr de los días  Landros cumplió su palabra de enseñarle a leer y la joven demostró ser una estudiante avanzada.
Además  Fair disfrutaba mucho pasear por los jardines que alguna vez había cuidado Elady Blackdalion y que ahora eran custodiados por Jalany.
Aquella casa parecía darles una tregua, había amor y seguridad allí. Pudo ver a Caleb en un ámbito que le era familiar y descubrió que el ánimo del joven era mucho más alegre. Las sombras que lo seguían atormentando rara vez aparecían en sus ojos y estaba más expresivo que de costumbre.
Muchas veces se quedaban en el jardín durante horas y él continuaba las lecciones de Landros con infinita paciencia, Fair había resignado su orgullo ya que disfrutaba escuchándolo  leerle historias.
Landros usaba toda su influencia y contactos para averiguar el paradero del hermano de Fair pero aún no había resultado alguno.
 Aquella mañana cuando Fair se acercó a Caleb percibió que algo estaba mal. Era como si hubiese vuelto a levantar mil muros alrededor de él, se había apartado nuevamente .
Él muchacho se alejó deprisa, sin darle tiempo de llegar hasta él.
-Déjalo solo ...- le aconsejó Jalany – hoy es el día...
-¿El día?
-Hoy debiera haber sido su boda ...- dijo la mujer
--Oh...-  atinó a contestar Fair que entendió que las sombras habían vuelto a acorralar a Caleb- debo encontrarlo
--Fair él no está de humor, puede no ser agradable ...porque quiere estar solo
-Pero no debe ser así, ya sufrió mucho y no está solo ...- dijo ella y corrió en la dirección en la que él se había ido.
- Vete – dijo él cuando lo encontró
-No...-
-Fair quiero estar solo  - repitió irritado pero ella lo ignoró y plantándose frente a él le habló como si ella fuese quien midiera un metro noventa y portara espada.
-Ellos se han equivocado contigo, han dejado que sigas con tu idea de  que eres indestructible, que no necesitas nada. Pero necesitas que te cuiden aunque no quieras, no eres un muro de roca Caleb. Tú familia debió darse cuenta...
-No hables de ellos no los conoces – dijo él como defensa porque aquella jovencita se estaba acercando a un terreno muy peligroso.
-Los conozco a través de tus palabras – respondió ella y estuvo a punto de decirle que también había aprendido a quererlos –  No es tu culpa. Tú no puedes salvar el mundo Caleb...
-Mira quien lo dice – comentó resentido
-Pero yo sé que no puedo sola y que no siempre voy a poder salvar a la gente que me importa. No importa cuanto los amemos Caleb, no podemos protegerlos y eso  no nos hace culpables, sólo humanos.
-¡No la amaba! ¿ entiendes ? – gritó él – ni siquiera eso pude darle ...ni amarla ni cuidarla.
Fair lo observó sorprendida, aquella  confesión era lo último que esperaba. Ella se había atormentado durante mucho tiempo pensando que él corazón de él le había pertenecido a Maris. Se sentó en el suelo  y él se acomodó junto a ella
-¿Ella te amaba ?- le preguntó y por primera vez pensó en lo doloroso que debió haber sido para aquella joven amarlo sin que él le correspondiera.
-No , pero confiaba en mí.
-Déjala  ir Caleb ...ya es hora– le dijo ella sintiendo que era imposible que hubiese alguien que pudiera no amar a aquel hombre, jamás se le ocurrió pensar que ella era una de las pocas personas, tal vez la única ajena a su familia que lo conocía verdaderamente.
-Todos se alejan cuando me ven así, tú no ...- dijo él  pensativo.
-Yo no ...- afirmó ella y se animó a posar su mano sobre la de él.
-Nunca eres conciente del verdadero peligro ...- dijo con la mirada distante
-Caleb...
-Tranquila Fair , mis fantasmas se marcharon...-dijo él mirándola y ella pudo comprobar que su mirada lucía limpia de dolor .
-Vamos...- dijo ella  poniéndose en pie y extendiéndole la mano . Caleb la tomó  y se aferró a ella como si fuera un ancla.

Al volver a la casa se encontraron a Landros esperándolos.
-Tengo noticias,   averigüé el regimiento donde tu hermano se alistó...no sé nada más. Es poco pero pueden empezar por allí, de hecho gran parte del regimiento aún  está acampando  cerca y podrán obtener más información.
-Gracias...-dijo Fair  y se volvió a mirar a Caleb- ¿Podemos ir?
-Claro, tan pronto como tenga mi capa ...- contestó él con una sonrisa  y ella salió corriendo a buscarla.
-¿Estás seguro Cal? – preguntó su tío cuando la muchacha se retiró- no sé que podrían averiguar...tal vez deberíamos ir sólo nosotros...
-No tío, sea lo que sea,  ella debe saberlo. Y yo estaré a su lado, no te preocupes.
-No muchacho , creo que ya no me preocuparé...-dijo Landros estudiando a Caleb con sus ojos grises y él tuvo la sensación de que su tío no hablaba de la búsqueda del hermano de Fair.

La joven estaba buscando la capa de Caleb, la encontró junto con la otra ropa que él había usado en el viaje y ,al tomarla ,su chaqueta cayó y a sus pies quedó el collar de su madre. El collar que le había dado a Caleb para vender.
Él justo venía a buscarla cuando la joven lo encaró enfadada sosteniendo el collar en sus manos
-¡¿Por qué me mentiste?!
- Quise guardártelo .El collar era importante para ti...no me pareció  justo que tuvieras que deshacerte de él.
-Pero sí creíste que necesitaba tu lástima...que me alimentaras y me mantuvieras...
-Fair no era lástima.¡Cielos , si apenas comes y hemos pasado más noches al aire libre que durmiendo en camas decentes...!.  Sólo me pareció lo correcto .
-No puedo aceptarlo...
-¿Y mi ayuda Fair...es tan difícil aceptar mi ayuda?. ¿Acaso tú actuaste por lástima cuando te preocupaste por mi?
Ella lo miró  y pensó que era muy fácil aceptar ayuda de ese hombre. Demasiado y eso era lo que la alteraba... él sólo había evitado que perdiera algo muy importante para ella y lo había tratado muy injustamente.
-No fue lástima...me preocupé por ti y quise ayudarte. Lo siento Caleb, lamento haberme portado así cuando en realidad debo darte las gracias.
-Bueno , al menos no pensaste que lo había robado...
-¡Caleb Blackdalion!
-Vamos Fair....tenemos cosas más importantes que hacer. Estamos a un solo día de viaje ...
-Bien, ya tengo tu capa – dijo ella con una sonrisa conciliadora
Él le sonrió y tras muchas recomendaciones de sus tíos partieron.

Llegaron al campamento casi al anochecer. Caleb pidió entrevistarse con quien estaba a cargo .
-Sí, lo recuerdo muy bien...un buen muchacho. Pero lamento informarle que está desaparecido señorita – dijo el hombre dirigiéndose a Fair.
-¿Desaparecido?
-No sabemos nada de él desde la última batalla en la que participó...hay muchos...
-¿Está muerto? – preguntó ella totalmente pálida
-No podemos afirmarlo ,pero  es lo más probable...
-Gracias – respondió ella  sin esperar más detalles y se levantó como una autómata  saliendo de la tienda en la que se encontraban.
Caleb salió tras ella pero la joven empezó a correr, cuando la alcanzó ella estaba llorando.
-Tranquila – dijo él abrazándola- todavía hay esperanzas...tal vez...
-Ya no Caleb. Lo perdí, lo perdí también a él. Ahora vuelvo a estar sola...- dijo sollozando y él la abrazó más fuerte. La alzó y la llevó con él , se sentaron en un rincón alejado y la dejó llorar mientras la sostenía contra sí.
Fair lloró por todo lo que no había llorado antes, por la pérdida de su madre, por el desamor de su padre y el maltrato, porque ya no encontraría a su hermano,  porque amaba a un hombre que no podría tener...lloró y lloró hasta quedarse dormida.
Caleb contempló a la muchacha que estaba acurrucada en sus brazos , se había quedado dormida mientras lloraba angustiada.  Vio el anillo brillar en la delicada mano y reconoció que la amaba, tal vez desde el momento en que había caído en sus brazos al caer del castillo en su precipitada fuga,   pero lo más importante es que la amaría siempre.
Sabía que iba a ser el hazmerreír de la familia, sus hermanos le harían tragarse sus palabras: “No creo en el amor” “Nunca voy a enamorarme” . Sin embargo no le importaba , por primera vez en su vida estaba dispuesto a reconocer la derrota. Si la derrota significaba rendirse a lo que sentía por Fair, se  rendía gustoso.
Fue conciente además de que él siempre había creído en el amor, tal vez más que cualquiera de sus hermanos y era aquello lo que le daba temor. Después de todo, ¿qué posibilidad tenía de encontrar un amor como el de sus padres?. Sabía también que exigente como era ,jamás podría conformarse con algo menos, sin embargo había estado a punto de hacerlo, había preferido mentirse a  sí mismo para no sufrir. Pero ahora todo lo que él deseaba era a la mujer que tenía en sus brazos y no pensaba dejarla ir.

La joven se despertó y notó que sus movimientos estaban limitados por  el abrazo de Caleb, él aún estaba dormido sosteniéndola en forma protectora. Trató de deslizarse pero él abrió los ojos y la miró.
-Buen día ...- susurró medio dormido al tiempo que la soltaba
-Buen día  -le contestó ella y al acomodarse notó que no llevaba el anillo .
-¿Estás  bien? ¿qué sucede ? –preguntó al ver la preocupación de la joven
-¡El anillo! Caleb, perdí el anillo ...-contestó ella mientras se incorporaba y revisaba el lugar con la mirada.
-Yo te lo quité anoche ..- contestó él  despreocupado y ella lo miró confusa
--¿Lo tienes tú ?, no entiendo...
-Era una farsa Fair ...no puede seguir...
-Ah , ya veo – sólo atinó a contestar ella, sentía como si la hubieran golpeado. Era todo una farsa y él la daba por terminado. Nunca había sentido tanto dolor, ¿por qué tenía que amarlo?. Ya no tenía lágrimas para seguir llorando pero se alejó rápidamente.
-¡Fair! – la llamó Caleb que había tardado en entender lo sucedido ya que  aún no estaba del todo despierto- ¡Fair! – insistió
-Estaré bien Caleb...ya no tienes que preocuparte por mi ni cuidarme  – le dijo ella sin darse la vuelta. Entonces el joven llegó  hasta ella y tomándola de los brazos la volvió hacia él.
-No entiendes Fair...- dijo y a continuación  se hincó de rodillas frente a ella  , sosteniendo la falda con una mano para que la joven no escapase – Te lo quité porque ya no quiero seguir con esto, no quiero que sea una mentira. Quiero que sea verdad , te amo Fair y quiero que te cases conmigo, entonces , si me aceptas, el día de nuestra boda te devolveré el anillo.
Y quiero cuidar de ti Fair, siempre y amarte...¿Fair?
-¿Es verdad? –preguntó temerosa arrodillándose junto a él- porque puedo soportar cualquier dolor ...menos que tú....
- Te amo Fair y nunca voy a causarte ningún dolor, ni dejaré que nadie te hiera...¿Qué me dices?
-Caleb  ...me asusta...tanta felicidad..
-Es real, si tú me quieres es real Fair
-Te amo – dijo ella sencillamente – y voy a cuidar de ti – agregó. Caleb estuvo a punto de decir que él no necesitaba que  lo cuidaran pero al mirar la calidez en los ojos de ella supo que eso no era verdad. Fair cuidaba su corazón como nadie lo haría jamás y como no tenía palabras para responderle la besó.

Caleb estaba tentado de casarse en cuanto viera una capilla y llegar a su hogar con Fair como su esposa ,pero recordaba el entusiasmo de Kalymera con los preparativos para su boda y deseaba darle eso a Fair. Quería que ella tuviera todo lo que deseaba, darle momentos maravillosos para atesorar , quería también que  en su boda  estuviesen sus familiares y amigos, así que refrenó su impulso.
-¿Caleb crees que voy a gustarles ? – pregunto Fair asustada y él sonrió. Por primera vez entendía por qué su familia no había aceptado a Maris, sabían que no era la mujer adecuada para él porque la única era una jovencita menuda , de cabello corto que se le rizaba en la nuca y unos asombrosos ojos verdes que ahora  lo miraban con inquietud.
-Van a amarte como yo – aseveró él sabiendo que era verdad y su seguridad le ganó una sonrisa confiada de Fair.
Los tíos de Caleb  se habían mostrado muy felices por la noticia pero la joven seguía preocupada por la reacción de la familia de él. Ella había aprendido a quererlos a través de Caleb pero qué pasaría cuando los conociera realmente.
Su temor aumentó cuando ante su vista apareció el hogar de los Blackdalion . Enmarcado por una hermosa aldea se erguía un imponente Castillo.
“Se parece a él “ pensó la joven que había percibido  el cambio sutil que se había operado en Caleb al llegar a sus territorios. Él había vuelto a casa y   Fair  tuvo la misma sensación.
Antes de llegar hasta el Castillo vieron que un jinete se acercaba a recibirlos.
-¡Hola anciano ! – gritó el joven rubio y la muchacha  identificó a Connor Blackdalion
-¡Hola pequeño !- le respondió él con alegría y apresuró a su caballo para ir al encuentro de su hermano menor.
- Bueno, soy tu comité de bienvenida ...- le dijo el rubio cuando se fundieron en un abrazo.
-¡Vaya que han desmejorado las cosas en mi ausencia ! – le respondió en broma- ¿Qué haces aquí?
- Nuestro tío avisó que estabas en camino y mamá me envió un mensajero a Levany, así que nos vinimos con Shar a esperarte
- Parece que me extrañaron...
-Sí , nos estábamos divirtiendo demasiado  sin ti ...- le respondió su hermano y luego reparó en la presencia de Fair-¿Nos presentas?
-¿El tío no dijo nada sobre ella?
-No, sólo dijo que venías....- dijo  confuso su hermano
-Ella es Fair ...mi prometida – informó Caleb tomando la mano de la chica y por una vez se dio el gusto de ser él quien sorprendiera a su hermano.
-¿Tu prometida?
-Éste es mi hermanito Connor
-Mucho gusto – dijo la joven sonriéndole al confuso joven
-¿Prometida ?...Vaya Fair  qué habrás hecho para que te castigaran con esto...-dijo haciendo un gesto hacia su hermano mayor- todavía  tenemos a Ennis disponible ¿ sabes?...
-¡Connor! – protestó Cal
- Yo lo amo...- dijo ella súbitamente seria y  los  evaluadores  ojos grises Connor se fijaron en ella
-Bienvenida – le dijo él sencillamente y ella supo que había ganado un nuevo hermano.

Más tarde descubrió que había ganado toda una familia.
Eran personas cálidas que la hicieron sentir inmediatamente una de ellos ,  Kalymera, Ennis y Connor se turnaban para contarle historias de Caleb. Sabía que trataban de provocarlo divirtiéndose a costa de  él  pero también sabía que  lo amaban profundamente .
Era tarde cuando Fair se quedó contemplando a los cuatro hombres Blackdalion  y a Dionis que conversaban  en un rincón.
Le asombraba que el padre y los hijos se parecieran tanto. Más allá de color de cabello y ojos que los diferenciaba , había algo que los igualaba. Los cuatro altos y de facciones muy parecidas y con el mismo espíritu que los hacía luchar por un mundo mejor.
Su mirada cargada de amor  se detuvo un rato en el primogénito de los Blackdalion, en ese momento Elady se acercó a ella.
-Gracias por devolvérnoslo Fair...- dijo la mujer agradecida de que su hijo volviera a  sonreír
-  Yo no hice nada ...- dijo la joven conmovida
-  Lo salvaste .
-Más bien creo que nos salvamos el uno al otro – respondió ella.

Kyrios había llevado a su futura nuera a recorrer el Castillo  y Caleb se había quedado junto a su madre , hablándole sobre  todo lo sucedido.
- ¿Y fue tras los cazadores? - preguntó ella divertida
-Sí – contestó él resignado
- Sabes creo que las mujeres tranquilas no van con los hombres Blackdalion...
-¡Oh no! , siempre nos enamoramos de las que dan problemas...- dijo él
-Tu padre no se queja – respondió ella divertida  y entonces Caleb se puso serio para pedirle algo.
-Mamá quisiera quedarme el anillo para dárselo a Fair en nuestra boda.
-Claro , es tuyo, siempre pensé en que te lo daría para tu esposa. Eres mi primer hijo, el primero nacido del amor entre Kyrios y yo ...Siempre pensé que ese anillo sería un buen regalo.
-Pero no me lo diste  antes, para Maris...- dijo él entornando los ojos oscuros
-No hubo tiempo, supongo –contestó elusiva
-¿Por qué me lo diste cuando me fui de viaje? – preguntó intrigado -
-¿Leíste la inscripción que hay en él?
-No – contestó y examinó el interior del anillo .Amor, mi corazón te reclama leyó y miró a su madre estupefacto.
-Creí – dijo ella con un brillo enigmático en su mirada- que si lo llevabas contigo, tal vez la mujer indicada respondiera al llamado y curara tus heridas. Mis abuelos se amaban mucho y pensé que su amor te guiaría hasta el tuyo.
-Así fue – dijo  emocionado con una sonrisa diáfana  que hablaba del cambio que se había operado en él.


-¡Kalymera, ven aquí! Devuélveme eso... –gritó Caleb mientras perseguía a su hermana
-Tendrás que alcanzarme – le respondió ella sin dejar de correr por los pasillos
-Kaly...vas a lamentarlo
-Dio ayúdame , detenlo -  pidió ella al pasar junto a su desconcertado esposo
Dionis miró la persecución y antes de poder intervenir escuchó  la amenaza de su enfadado cuñado
-Ni se te ocurra mago, esto es entre ella y yo...-vociferó Caleb y Dionis con una sonrisa burlona se hizo a un lado.
Kaly siguió corriendo hasta toparse con una joven rubia.
-¡Estás aquí! Él no quería que los vieras... – dijo jadeante mientras entregaba a Fair los papeles que llevaba en la mano, a espaldas de ellas Caleb se detuvo repentinamente con una expresión indescifrable en su rostro empalidecido .
Fair ojeó los papeles y la emoción  la embargó. Eran dibujos, dibujos de ella. Los firmes trazos la mostraban bailando en la posada, riendo, dormida...pero lo más importante es que reflejaban su esencia y la profundidad de lo  que Caleb sentía por ella.
-¡Oh ! – exclamó la joven  y llevándose los papeles hasta el corazón avanzó hacia su avergonzado prometido .– Te amo Caleb...Mucho – dijo y él la abrazó para besarla.
Kalymera sonrío triunfante.


Mientras ella avanzaba hacia él,  una multitud de mariposas multicolores apareció de la nada y la acompañó en su marcha hasta el altar.
El prodigio era obra de Dionis pero los ojos verdes se clavaron maravillados y agradecidos en Caleb. Él le había pedido aquel favor a su cuñado para hacer feliz a Fair, pero aunque no había sido el artífice  sentía que aunque carecía de magia era  capaz de cualquier  cosa por ella . Cualquier cosa por ver el brillo  de felicidad en los ojos de Fair  .La amaba y cuando ella llegó junto a él para hacer sus juramentos , Caleb le dijo con su mirada lo que le demostraría cada día de su vida. Era su Amor Verdadero.

4 comentarios:

  1. Sabes que no tengo palabras para esta saga tuya!!!!!!!!!!!!!!!!!

    La amo!!!! ME encanta, me hace soñar con una época, que espero no vivir nunca jejejjee

    Muchos besos abuela!!!!!!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, hace poco me enteré que Caleb era de tus favoritos. NO LO SABIA!!!
      Mmm sabes nosé, uno de los chicos de Kurland, o Caleb, Blaze...¿valen sacrificar un celular?
      ¿Amor eterno o la tecnología?
      Aishhhhhhhhhhhhhhhh... si se aparece un caballero medieval les cuesto para donde se inclina la balanza

      Eliminar
  2. Geniaaaaal!!
    Que divertida manera de curar a un león como ese.
    Me encanta la personalidad de estos personajes!
    Cautivada de principio a fin.
    Gracias Nata!

    Lu

    ResponderEliminar
  3. Nata no me cansaré de decirlo, me encanta esta saga de veras... en enalce de los relatos, el mundo medieval con fantasía, me fascina... gracias, me das un escape de este mundo

    Lari

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