viernes, 15 de junio de 2012

Una canción para ti 7°


Caminaron riendo y charlando, la noche había refrescado y Emma llevaba una falda larga y una campera fina de hilo, al verla envolverse con sus brazos, Tristan le dio su campera de cuero para que se protegiera del frío..
-No, está bien…-dijo ella.
-Úsala, por favor – insistió y Emma aceptó.
Habían ofrecido también acompañarla a su casa porque era la madrugada, pero la chica había dicho que tomaría un taxi, así que los seis la acompañaron hasta que se subió a un auto y se marchó.
Se vieron de lejos un par de días después en la ceremonia de graduación, pero había mucha gente, incluyendo las familias por lo que no pudieron hablar , sólo saludarse de lejos
Cuando la ceremonia acabó, Emma ya no estaba por allí.

Se volvieron a encontrar tres días después, cuando fue al depósito mientras ensayaban. Se quedó allí escuchándolos y se enteró la novedad de que una de las radios los había invitado a una actuación en vivo, así que estaban entusiasmados con la buena noticia. Además como ya habían terminado las clases, tenían tiempo libre para dedicarle a su música.
Estaban llenos de planes y alegría. Emma había escrito varios textos, así que se sentó con los chicos a elegir cuales poemas eran mejores para canciones.
-Extraño la terraza, aunque no me malentiendan, no extraño nada pero para nada la escuela – dijo Dani.
-También yo la extraño – dijo Emma y entonces recordó algo - ¡Oh, Tristan, olvidé traerte tu campera!
-No hay problema, mientras no te olvides tus poemas, todo está bien – dijo él y entonces Leandro tomó un texto escrito desde el punto de vista femenino y lo cantó haciendo que todos rieran.
Cameron les contó que ya se había inscripto en la Universidad para estudiar Administración.
-¿Administración? – se extrañó Emma.
-Sí, si nos hacemos famosos alguien tendrá que encargarse de manejar este grupo…
- Cam es el mejor con los números…-comentó Bim y los demás estuvieron de acuerdo.
-Además así nos podremos encargar nosotros mismos, sin que nadie de afuera se entrometa en nuestra música…-dijo Tristan que era reacio a que le dijeran que hacer.
Los chicos tenían cosas que hacer así que uno a uno fueron yéndose, Dani tenía que estudiar para sacar las materias que le habían quedado y así poder hacer el ingreso a la Universidad, Leandro y Bim tenían que trabajar, Cameron y Luc también tenían obligaciones, así que sólo quedaron Tris y Emma que estaban haciendo los retoques finales a un par de canciones.
Como se hizo tarde, Tris decidió acompañarla, además no podía dejar de preocuparse por ella. Aunque ella no daba indicios de que algo estuviera mal, Tristan no podía dejar de pensar y en su  mente iba armando un rompecabezas: el moretón en la muñeca de ella, su  forma de ser introvertida y solitaria, sus poemas…
-¿Aún no decidiste qué quieres estudiar? – le preguntó finalmente a Emma tratando de despejarse de  los temores que tenía. Estaba acostumbrado a saber todo de sus amigos y a estar junto a ellos cuando tenían problemas, sin embargo no sabía cómo hacer con ella.
- No, no decido nada aún…
-¿Pero no hay nada que te interese?
-Escribir, supongo que me gustaría estudiar algo relacionado con eso y con la música…
-Emma…
-Ya llegamos, gracias por acompañarme – dijo ella.
-¿Podría buscar mi campera? – preguntó Tristan intentando descubrir algo más.
-Sí, claro..-respondió Emma algo confusa, como si aquello fuera demasiado inesperado. Y lo invitó a pasar.
-Ya te la alcanzo- dijo Emma y subió escaleras arriba dejándolo en la sala de estar. Tristan jamás había visto una casa así, era inmensa, lujosa y fría, de alguna forma no parecía ser el lugar adecuado para la chica que escribía poesía.
-Aquí está- dijo ella y le entregó la campera, Tristan se la puso y justo cuando iba a preguntarle algo, alguien abrió la puerta y entró.
Era un hombre adulto, y Tristan percibió como Emma se tensaba automáticamente, incluso había retrocedido un paso. Se acercó a ellos y el chico alargó la mano para saludarlo, aunque era algo demasiado formal para su gusto le pareció un buen gesto para relajar el ambiente. Sin embargo, el hombre pasó junto a él como si no existiera y fue directamente hacia Emma.
-¿Quién es este delincuente Emma? – preguntó.
-No es un delincuente…es un amigo…-dijo ella bajando la voz.
-¿Qué hace en mi casa?
-Sólo vine a buscar algo…-intervino Tristan.
-No hablaba contigo, vete – dijo el hombre y tomó a Emma de un brazo-¿A esto te dedicas ahora? ¿Traes hombres mientras no estoy?¿Por eso llegabas tarde todo este tiempo?
- ¡Oye! – dijo Tristan adelantándose pero antes de que pudiera hacer algo el hombre abofeteó a la chica con fuerza.
-¡Eres una cualquiera! – le gritó y Tristan inmediatamente le dio un puñetazo que lo dejó atontando y sin siquiera pensarlo tomó a Emma por la muñeca y salió de allí arrastrándola consigo. Corrió, corrió para alejarla de aquel lugar.
-¡Tristan! ¡Tristan! Para, para por favor, me lastimas – dijo ella apenas pudo reaccionar y él se dio cuenta que aún la sujetaba de la muñeca con fuerza. La soltó y se volvió hacia ella.
-¡Qué diablos! – le gritó enfadado - ¿Eso era lo que sucedía? ¿Por qué lo aguantaste? ¡¡¿Por qué sigues allí?!!
-¡¿Y qué quieres qué haga?! ¡¿A dónde quieres que vaya?!
-¿Por qué no hablaste? ¿Por qué no nos dijiste? – la interpeló y se dio cuenta de que le caían las lágrimas- Emma, Emma…
-No tengo a nadie, no hay donde escapar…
-Nos tienes a nosotros – dijo él y la envolvió en un abrazo para dejarla llorar hasta que se cansara.

Un rato después, estaban sentados en el banco de una plaza, y Tristan le había dado una lata fría de refresco para que ella la apoyara en su cara, sobre el golpe.
-¿Es tu padre?
-No, el marido de mi madre ..-dijo Emma.
-¿Y tu madre? ¿Deja que te pegue? – preguntó enfadado de que no hubiera nadie que la defendiera.
-Mi madre está muerta, murió hace cinco años en un accidente de autos, mi padre había muerto dos años antes, así que quedé bajo custodia del marido de mi madre, hasta mi mayoría de edad es mi custodio.
-¿No tienes a nadie más, entonces?
-No, a nadie..
-Pero si él es tu tutor, ¿por qué no lo denunciaste?
-No es tan fácil, soy solo una adolescente, él es un hombre poderoso y demasiado interesado en el dinero que dejó mi madre como para dejarme ir…Sólo iba a aguantar y esperar hasta el día en que pudiera irme.
-Emma…¿te hizo algo más… además de pegarte? …-preguntó incómodo, pero tenía que saber.
-No.-dijo ella seriamente y él aligeró un poco el ceño.
-¿Por qué no pediste ayuda? – preguntó y se dio cuenta que la estaba sometiendo a un interrogatorio como si fuera culpable, pero necesitaba preguntar porque se sentía muy mal de haber estado junto a ella esos meses y no saber nada.
-No tenía a quien ..
-Estábamos nosotros…
-Son mis primeros amigos, ¿crees que era fácil para mí ir y decirles? “hola, escribí un poema nuevo…y por cierto, soy huérfana y mi padrastro me pega, sólo porque sí, sólo porque le molesto y descarga su frustración en m픿Te parece que podía? Cuando estaba con ustedes podía abstraerme de eso----le explicó ella mientras sus ojos volvían a nublarse con lágrimas.
-Pero ya no estás sola, Emma, ya no tienes que volver allí. Lo siento, lamento no haberme dado cuenta…-le dijo y le tomó la mano.
-Gracias por estar ahora – dijo ella tímidamente y eso hizo que él se sintiera peor.
Tristan la llevó a su casa, y tras el agotamiento emocional, Emma se quedó dormida en su cama.
El chico la tapó y la contempló, él que odiaba que lo juzgaran sin conocerlo había hecho lo mismo con ella, en realidad no sabía nada de Emma, sólo ahora la entendía, su soledad, su forma de refugiarse en la azotea, el dolor y la fragilidad que adivinaba en sus poemas.
Había soportado demasiado para los diecisiete años que tenía y él nunca lo había visto.
La dejó dormir mientras se juntaba afuera de la casa con los chicos de Escudo Azul, los había llamado y les había contado lo sucedido. Ahora debían decidir qué hacer.
-¿Duerme? – preguntó Cameron.
-Sí, ¿qué haremos?
-Quedarnos con ella – dijo Leandro.
-Piensa en lo que dices, Leandro…el tipo ese puede mandar a la policía por ella, sin mencionar que puede mandar preso a Tristan por pegarle.- dijo Cameron
-Ella cumplirá dieciocho en un par de semanas – dijo Dani como si fuera una solución mágica.
-¿Quieres que la mandemos de nuevo allí, Cam? – preguntó Luc enfadado.
-No voy a dejar que vuelva allí – dijo Tristan furioso.
-No estoy diciendo eso, tampoco quiero que Emma vuelva con ese bastardo…sólo estoy mencionando la situación que enfrentamos, después de todo solo somos un grupo de adolescentes sin dinero ni poder.
-Puedo hablar con la abogada que ayudó a mi madre…-dijo Bim y sus amigos asintieron en silencio. El padre de Bim los había golpeado pero tanto él como su  madre se le habían enfrentado y habían pedido ayuda para mantenerlo lejos.
-Eso está bien, pero por lo pronto Leandro tiene razón, nos quedamos con Emma. No dejaré que vuelva allí…-dijo Tristan dando por concluida la discusión y los demás asintieron.
Ahora Emma era una de los suyos, cuidarían de ella.











2 comentarios:

  1. Muy, muy interesante se esta esto cada vez....

    Muchas gracias por darnos otro pedacito más de la historia. Pero déjame en el siguiente capitulo que machaque yo a su padrastro. jejejje

    Besos guapa

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  2. Así que ni siquiera es su padre?? Hombre horrible!!! Y ahora??? Ella ya casi tiene los 18, es lo bueno! Me encanta como se preocupan por ella, se lo merece. Excelente cap sis.

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