viernes, 22 de junio de 2012

Magia en Nottingham cp 5


 Entraron los tres en el edificio, los dos hombres lo hacían hablando y riendo. Mientras que ella, lo hacía de forma cabizbaja. Estaba claro, que la chica estaba pensando en sus cosas… ¡Iba a trabajar bajo las órdenes de aquella masa muscular! Tenía que marcharse… Sí, eso haría. Se marcharía, volvería junto sus tías y llevaría la vida de siempre. Pintora famosa escondida, que sabía bajar los pantalones sin tocarlos.

No podía quedarse allí, no señor.  Sabía que su jefe, sería una total distracción para ella. Era imposible trabajar al lado de él, y no ver aquellos ojos, aquella picarona sonrisa, aquel prieto trasero… ¡Lo ves! Ya estaba pensando si sus nalgas serían duras, y solo hacía media hora que lo conocía. Tenía que cortar con todo aquello. Lo mejor llamar a casa, y que Amalie chasqueara sus dedos. Sí señor, bien pensado. Rápido… ¡Un teléfono! ¿Pero dónde había un maldito teléfono? ¡Idiota! En su puesto de trabajo, en secretaria…


-¡Ziria! –La llamó su jefe, cuando vio que desaparecía hacia el pasillo.

-¿Sí? –Lo miró nerviosa.

-Ven a desayunar con nosotros y así hablamos un poco sobre tus funciones aquí –Ordenó con voz amable el hombre.

-Muchas gracias, pero me gustaría –Intentó escabullirse, pero como no fue imposible.

-Nada de trabajar aún… -Le sonrió él-. Acompáñanos, por favor.

-Muy bien… -¡Idiota! ¡Tonta! ¡Cabeza de chorlito!... Muy mal iba, si se derretía con la primera palabra amable…

Drake se sentó en la mesa, y sonrió un poco al ver que la joven lo hacía un poco enfurruñada. ¡Menuda sorpresa al saber que era el conserje! Aquello era obra de su padre. Fue él quien escogió al conserje y al resto del personal nuevo. Pero jamás había pensado, que fuera a contratar a una chica joven y guapa para aquel cargo. Esperaba que los alumnos, no se la cargaran en dos días. Sería una verdadera lástima, el perder una vista tan bonita como aquella. Además… Había algo raro en ella… Estaría pendiente de sus acciones. Porque algo le decía, que aquel año el curso iba a dar muchas sorpresas.

-¿Te conoces ya las instalaciones? –Preguntó su atractivo jefe.

-Sí –Respondió escueta para ver si aquello se acababa pronto al ver q no ponía mucho interés.

-Perfecto, hoy te quedaras todo el día a mi lado… -Zanjó éste muy animado sorprendiéndola por su decisión.

-Pero, no tendría que –Comenzó a excusarse.

-¡Vaya! –Rió Angus-. Drake, la chica parece no gustarle el pasar tiempo a tu lado… Eso, jamás me lo iba a imaginar…

-¡Cállate, y no la pongas aún más nerviosa! –Protestó el hombre joven aguantándose una risa.

-Yo no estoy nerviosa… -Se defendió algo molesta.

- Mmm… No, lo sé… Yo solo… - Comenzó sin acabar Drake. No sabía que decir ahora, maldito Angus.

-¿Por qué dice qué estoy nerviosa? –Inquirió sin poder ocultar la voz temblorosa.

-No quiero que se equivoque sobre mis intenciones… -Trató de comenzar a explicarse, pero ella volvió a interrumpirlo.

-Se cuáles son sus intenciones. No olvide que me lo dijo antes ahí fuera, que yo no soy el tipo de chica con el que usted copularía… -Recordó sin ningún tapujo importándole poco que estuviera allí el jardinero.

-¡Cómo!... –Escupió Angus el trago de café que acababa de dar, por encima de la mesa por culpa de ella-. Perdón… -Se aguantó la risa que casi salía por su boca, al ver la cara de su jefe -. Creo que me voy a ver si Matilde, ha hecho ya sus famosas tortitas de sirope… Ahora vengo… Ustedes… eh…

-¡Lárgate ya! –Vociferó Drake.

-¿Por qué le grita? –Lo miró ella enfurruñada.

-Me estaba poniendo nervioso –Señaló molesto.

-Pues no es motivo para que le grite… -Le amonestó ella.

-¿Me estas riñendo? –Preguntó divertido-. Y tutéame de una puñetera vez… -Le dio la orden tajante.

-No quiero, usted es mi superior… -Se cruzó de brazos enfadada.

-Y como superior tuyo, te ordeno que me tutees… ¿Además, no puedes tutearme pero si meterme bronca? –Sonrió divertido.

-Solo estaba defendiendo a un compañero –Expuso con tono altanero.

-Ya veo… -Suspiró-. Es obvio, que se ha determinado por llevarme a mí como el malo…

-¿Cómo? –Frunció el ceño.

-Que ha decidido ponerme en su lista negra. Y que yo sepa, no hice nada malo aún para ganarme ese puesto de honor.

-No es eso, yo…

-Dejémoslo estar –Se levantó de la silla-.  Te quiero a mi lado hoy, recibiremos a todo el que llegue.

-Muy bien –Se sonrojó un poco.

-Y en un futuro muy cercano, podrías dejar de pronunciar la palabra copular –Pidió con amabilidad, pero no omitiendo la sonrisa que asomaba a su rostro-.  Nos harías un pequeño favor a todos, créeme.

-Sí, claro… Discúlpeme… -Volvió a sonrojarse de forma violenta.

-No te preocupes, para cualquier cosa me encontraras en mi despacho… ¡Y tutéame! –Volvió a señalar tajante.

-Mmm… Sí, perdón –Volvió a sonrojarse.

                                                                           ***

-¡Soy una completa idiota! –Se riñó así misma, nada más entrando en su dormitorio y cerrando la puerta con gran fuerza-. ¡Amalie! –Chilló a pleno pulmón, esperando que sus tías la oyeran como más de una vez había hecho… Pero aquella vez, estaban tardando bastante… ¡Pero qué diantres ocurría! ¡Tenía que desaparecer de allí!... Y que fuera rápido a ser posible…. -. ¡Amalie! ¡Tía!... ¡Mierda!...

-Vuelve a pronunciar esa palabra, y te lavo la boca con jabón del gato… -Le riñó esta.

-¡Sácame de aquí!  -Le imploró nada más escucharla.

-¿Cómo? –Se fue a sentarse en la cama-. ¿Y no me dices ni un saludo? ¿Qué te ocurre? –Preguntó su tía extrañada.

-¡El director, es lo que me ocurre! –Gruñó por lo bajo.

-¿Hay que darle un escarmiento a alguien? –Preguntó Giselle con interés.

-No, no se trata de eso… Solo quiero irme de aquí…  -Pidió con desesperación.

-¿Pero por qué? –Alzó Amalie una ceja.

-Hay algo que no me esperaba que iba a ocurrir… Ya os lo contaré. Pero ahora, deshaz todo esto… Por favor –Le pidió a su tía.

-Muy bien… -Suspiró, pero al momento frunció el ceño-. Querida, no puedo…

-¡Cómo que no puedes! –Soltó de sopetón alarmada.

-Pues que no puedo… -Volvió a repetir alzándose de hombros.

-No me lo creo… -Soltó un poco histérica cruzándose de brazos.

-Querida, hay una fuerza superior a la mía… No me deja deshacerlo…

-¿Una fuerza superior? –Se extrañó mucho-. ¡Genial!... Es justo lo que me faltaba. Vengo a un sitio buscando la calma, y me topo de bruces con una fuerza superior a ti, lo que conmigo equivale a que soy una simple hormiga para ella…

-Querida, te noto muy estresada –Observó con voz dulce Amalie.

-¡Quiero largarme de aquí! –Exclamó con tono irritado.

-Pues como no lo hagas tu solita… -Puntualizó la mujer mayor.

-¿Y esa fuerza que notas, es positiva o negativa? –Alzó una ceja.

-Creo que positiva…

-¡Crees! –Se exasperó.

-¡Hay hija, estas insoportable! Me voy, ya vendré con algo más de información. Adiós, pequeña…

-¡No te vayas! –Pero lo pidió tarde. Volvía a estar sola en el dormitorio.- ¡Esto es una mierda! –Exclamó, lanzando un cojín de la cama al suelo. ¡No volvería nunca más hacerle caso a su instinto, siempre a su cabeza! Si lo hubiera hecho, ahora no tendría como compañía a una fuerza superior a ella… ¡Que solo quería pintar y ensayar, no representar un capitulo de investigación!

Miró su reloj de pulsera, y vio que casi era la hora de que empezaran a llegar los alumnos. Mejor era ir abajo, y prepararse para ello.


                                                  

Dos horas después, aquello ya no era tan tranquilo… Esperaba, que solo fuese por ser el caos del traslado y nada más. En su vida, había visto tanta hormona juvenil revolucionada.

-¡Eh, conserje! –Gritó un chico con pinta de chulito… ¿Haber qué idiotez le pedía?

-Dime… Y me llamo Ziria, como se te informó al llegar.

-Mmm… Sí, claro… No quiero esta habitación… -Soltó con chulería y rodeado de sus amigos, que sonreían como tarugos-. Quiero aquella de allí… -Señaló una donde había un tímido chico.

-Muy bien, pues les dices a tus padres que te la pidan el año que viene… Ya está todo asignado, desde hace tres meses –Información dada, ya se podía marchar… ¿No?

-¡Eh, conserje! –Volvió a llamarla, pero con un tono más grave-. ¿Acaso no sabes quién es mi padre?

-¡Eh, niñato! –Le respondió con el mismo tono y sin saber que Drake estaba escuchando-. Mi nombre es Ziria, ya eres mayorcito para saber lo que es la educación… Y me da igual quien es tu padre, aquí todos pagáis por igual… Y con los años que llevas aquí, ya deberías dejarte de caprichos y escoger en su momento tu dormitorio… Ahora, preocúpate en tener todo listo para el primer día del curso… -Y se dio la vuelta sonriendo-. Y dile a tu padre, que te compre un cinturón en condiciones…

-¿Qué? –Frunció el ceño el chico al no comprender lo último de ella-. ¡Mierda! –Exclamó, al comprender al fin y provocar que sus amigos se rieran.

-¡Y ese vocabulario! –Soltó lo último, antes de desaparecer por la esquina del pasillo sin ver como su jefe sonreía por lo ocurrido.

A pesar del gran caos transcurrido durante todo el día, a las diez de la noche los alumnos ya estaban en sus habitaciones. Bien, cogiendo la linterna se dispuso hacer el recorrido de toque de alarma y de ir apagando las luces. Tardó una media hora en mandar a la cama a los que quedaban aún por ahí y en apagar las luces… Que decidió volver a su oficina, por el otro lado… Bajó las escaleras, y a medida que lo hacía fue apagando lo que andaba encendido. Al final, llegó sin darse cuenta a la zona de los aposentos privados de Drake… Estaba parada, delante de la puerta del segundo despacho de él. Mejor pasaba de largo, no quería verlo ni loca… Fue a dar un paso, pero se vio como lo daba hacia la puerta, en vez de ir hacia el corredor… ¿Por qué, sino quería entrar?... Pero es que dentro de sí, sentía la necesidad de entrar allí dentro. Sus ojos, vieron como sus brazos se levantaban para apoyar las palmas de la mano en la puerta. ¿Qué ocurría? Ella, no había dado aquella orden… Segundos después, sintió un cosquilleo por el cuerpo y al momento, se desvaneció allí mismo.

2 comentarios:

  1. Adoro a Dake...por qué no hay uno así en mi colegio, ¿ah? y me encanta tu autobiografía sabes que sí, jajaja
    Ya en serio, amo esta historia tuya y esperaré con ansias....que una bruja mala me dejó sin saber que pasaba.

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  2. Mi autobiografía????????????????' Ya comenzamos con las tonterías doña joía grrrr Que suerte de tenerte lejos que sino, te agarraba del cuello!!!!! jejeje

    Besos guapa

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