viernes, 22 de junio de 2012

Inocencia Robada 7


El ruido de un coche la despertó, provocando que se levantara del frío y mugriento suelo, para acercarse a una de las ventanas medio tapadas con tablones. Se trataba de un vehículo muy diferente del que les había embestido. Pero no pudo ver a ningún ocupante que se bajara de él. Suponía que habían entrado en la vieja casa. Y al momento, unos ruidos abajo se lo confirmaron. Con gran desesperación corrió a la puerta para volver aporrearla.

-¡Abridme la puerta! –Golpeó seguidamente-. ¡Quiero ir al baño malditos! –Volvió a golpear con más ahínco, escuchando como unas pisadas subían por unas escaleras.  Aquello significaba que se hallaba en el desván de aquella abandonada casa y alguien acudía a sus gritos. Esperaba haber hecho lo correcto al haber llamado su atención… Aunque supiera que fuera  a morir, el instinto de uno era retrasarlo cuanto pudiera.


Aquella persona ya llegaba, sus pasos eran muy fuertes y secos. Seguramente, uno de aquellos dos gorilas. Mejor era retirarse de la puerta y observar primeramente, con qué humor venía a ella… Pudo captar, como sacaba varias llaves eh iba probando en diferentes cerraduras. Por lo visto, habían colocado algún que otro refuerzo a la puerta. Ahora sabía que era inútil intentar abrirla a golpes. El pomo oxidado comenzó a girar, para dar paso a un fuerte chirrido de las bisagras y aparecer el que la había agarrado de los cabellos. Se la quedó mirando en silencio por un rato.

-¿Te ocurre algo para armar tanto ruido? –Preguntó con tono amenazante, dando unos cuantos pasos hacia ella y viendo como Janna, se encogía en una esquina asustada-. Te hice una pregunta niña rica –Se acuclilló delante suyo posicionándose a su altura-. Venga, dime por qué tanto grito y golpe… -Demandó alargando su mano para darle una floja, pero no menos amenazante cachetada en la mejilla-. Responde niña –Gruñó enfadado.

-Yo… -No se atrevió a mirarlo más de un segundo a los ojos-. Yo…

-Yo… Yo… -Se burló condescendiente el matón-. ¿Eso es lo único que te han enseñado en el colegio de señoritas ricas?

-Necesito ir al baño –Se atrevió a pedir en un hilo de voz.

-Yo también necesito muchas cosas y no las tengo aún –Sonrió despóticamente-. Por el momento, no tienes derecho a ir al baño. Después ya veremos si tendrás ese privilegio.

Volvió a ponerse en pie con suma tranquilidad para encaminarse hacia la puerta. Deteniéndose un momento antes de abrirla, para mirarla fijamente con gesto amenazador.

-Procura no volver hacer ruido –Ordenó con voz amenazante-. Mi paciencia tiene un límite y se, que por unos simples moratones no me van a decir nada… -Soltó con frialdad, antes de abrir la puerta y largarse de allí volviendo a cerrar todas las cerraduras que hubieran.

Se quedó mucho rato o poco, no lo sabía sin tener un reloj donde consultarlo, mirando la puerta vieja por la que había salido aquel matón. No tenía más vías de escape y su estancia allí, hasta que la mataran o la soltaran iba a ser sin ningún privilegio por encima de aquella suciedad. Intentando ahogar un gemido, ocultó su rostro entre las rodillas para romper a llorar en silencio. Un llanto de dolor por su gran pérdida y por desesperación, al ver que aquella pesadilla no tocaba fin aún.
                                                      ***

-¡Yo solo digo, que son las ocho de la noche y aún no han llamado! –Vociferó Paul, a los agentes del FBI soltándose del brazo de Francesca, quien intentaba por todos los medios apaciguarlo-. Creo que sería de mayor utilidad, si me deja salir fuera a buscarla –Rogó frustrado por verse allí encerrado sin hacer nada.

-Comprendemos su desesperación –Habló un agente con voz calmada-. Pero su lugar está aquí. Pueden que estén esperando a que oscurezca… Y esté todo más tranquilo por las calles. Pero ya le dije, que tenemos todos los caminos cubiertos.

-¡Como quiere que esté tranquilo, cuando ahora mismo ella puede estar a lo mejor herida en cualquier parte! –volvió a vociferar marchando después hacia el patio trasero de la casa, para quedarse sentado en las escaleras.

Era obvio, que por su actitud no quería estar en aquel momento con nadie. Quería que lo dejaran solo con su frustración. Pero todos también sufrían aún más al verlo en aquel estado de nervios. Por eso, siempre rondaban cerca de él por si en algún momento se derrumbaba del todo y necesitaba del apoyo de sus amigos. Pero no se los merecía. Su pequeña, tampoco tenía a nadie en aquel momento. Se hallaba sola ante el horror que estuviera viviendo en aquel momento. Apretó sus puños con gran fuerza listo para golpear algo, al pensar en la sola idea de que le estuvieran haciendo daño.

-No lo hagas –Le pidió su amigo hiendo a sentarse a su lado-. No pienses en nada, salvo que ella esta bien.

-Eso es muy difícil –Señaló sin mirarlo-. Cuando han transcurrido tantas horas y aún no sabemos nada. Quien no me dice, que no existe ningún rescate… Que el secuestro se ha realizado por el trato de blancas. Que posiblemente la tengan en una casa con más chicas y en estos momentos, la están llenando de drogas para que no resulte ninguna molestia a los clientes.

-¡Eso ni lo pienses! –Gruñó Robin enfadado.

 -Pero es lo que temo que ocurra, como no suene el maldito teléfono –Sollozó-. Y si no la vuelvo a ver… No quiero que pierda esa preciosa sonrisa de su bello rostro, pero temo que es imposible y tarde de evitar. Nos han robado a nuestra pequeña Janna para siempre –Alzó la mirada llena de lágrimas a la de su amigo-. Y tú lo sabes. Sabes que con el horror de ver la posible muerte de su padre y ser secuestrada, ya no volverá  a ser ella.

-Por eso te pido que te tranquilices y tengas un poco de esperanza –Suspiró Robin-. Nos la van a traer… Pero será más cosa tuya, el conseguir que brille como la Janna de siempre. Tienes que ser fuerte.

-Hace mucho que mis fuerzas me abandonaron. Yo… -Se interrumpió al escuchar el timbre del teléfono de la casa. Miró a su amigo, para comprobar que él también lo oía y no eran imaginaciones suyas.

-¡Paul! –Gritaron desde dentro de la casa, consiguiendo que despertara de su estupor y saliera corriendo con Robin tras sus talones. Ya en el interior, frenó sobre sus pies junto al teléfono y cuando le dieron la señal, descolgó el teléfono con el manos libres conectado y el aliento contenido.

-¿Sí? –Preguntó rezando porque ella estuviera bien.

-Buenas noches –Sonó una voz grabe-, creo que encuentra a faltar una pequeña joya –Soltó con cierta burla.

-Hijo de puta –Soltó sin poder contenerse-. ¿Qué le han hecho? ¿Qué es lo que quieren?

-La chica se encuentra bien –Habló el secuestrador-, pero dejará de estarlo si me vuelve a faltar el respeto o no sigue mis sencillos pasos. Y si sus amigos federales, no se están quietecitos… -Se escuchó como sonreía-. ¿Acepta el trato?

-Si me demuestra que ella esta bien –Pidió casi en una orden.

-¿No se fía de mí? –Inquirió el secuestrador con tono sonriente.

-Después de lo que le hizo a Adam –Soltó con rabia-. Y tratándose de quien es usted, creo que nunca confiaré en una rata de su categoría.

-Hace bien –rió-. Me gusta su actitud… Pero le dije que no volviera  a faltarme al respeto –Recordó con tono grabe.

-Si yo aceptaba el trato –Expuso Paul con gran entereza-, y para ello, tengo que cerciorarme de que la chica esta bien.

-Ya veo… -Arrastró las palabras el hombre al otro lado de la línea-. Bien, por ahora ya llevamos un rato hablando. Espere nuevamente mi llamada…

-¿Pero y Janna?... –Pidió con desesperación, para obtener como respuesta el pitido de finalización de llamada-. ¡Mierda! –Exclamó tirando lo que había encima de la mesa la suelo-. ¡Joder, han podido localizar la puta llamada! –Se giró esperanzado a los agentes que habían allí.

-Casi, faltó muy poco… -Avisó un agente con movimiento negativo de cabeza.

-Tranquilo –Lo calmó el que se hallaba allí al mando-. Lo ha hecho muy bien, no ha dejado que él lo lleve a su terreno… La próxima vez…

-¡Quien me asegura que habrá una! –Zanjó furioso-. Puede que colgara porque ya no esta viva.

-Lo esta… -Volvió hablar el federal con calma-. Créame cuando se lo digo. Conozco como trabajan… Solo tenga un poco de paciencia. Se que es duro. Pero es lo que…

-¿Y de verdad cree que tengamos tiempo para esa confianza como dice usted? –Inquirió con toda esperanza perdida-. Perdone que no esté muy crédulo, pero usted tiene una persona que le sonreirá cuando llegue todos los días a su casa –Soltó con cierto sarcasmo al mirar la alianza que brillaba en la mano del hombre-. Yo por el momento dudo de ello –Expuso con gran dolor y alejándose hacia la cocina, en donde se hallaba Francesca con las dos mujeres mayores, que callaron cuando entró allí y se dirigió a la cafetera.

-Has hecho muy bien –Habló con voz dulce su amiga-. Pero no dejes que el dolor te domine Paul –Pidió con los ojos vidriosos por las lágrimas-. No es bueno para ti.

-Se nota que llevas un rato con ellas –Soltó con un profundo suspiro señalando a las dos mujeres-. Ya sabes lo que es bueno para mí antes que yo…

-¡Paul! –Medio sonrió al comprobar que su amigo seguía bajo tantas capas de dolor-. No seas así con ellas.

-No le hagas caso –Soltó Thelma-, le duele reconocer que dos pellejas lo conozcan mejor que él mismo.

-¿Quieres un sándwich? –Preguntó Louise-. Te lo puedo hacer en un momento. Todos los que hicimos se los han comido los de ahí fuera.

-No te molestes –Soltó con cariño, para remplazarlo con sarcasmo-, al menos ellos tienen apetito con tantas esperanzas. Estoy afuera fumando un cigarro –Dijo saliendo por la puerta de la cocina.

Llevaba un buen rato solo en el patio, cuando se le acercó Hanck con cara de cansado. No lo había vuelto a ver desde que había llegado aquel mediodía a los juzgados para darle la mala noticia. Después lo llevó a casa y marchó en cuanto llegaron los federales. Suponía, que siendo el jefe de policía tenía más asuntos que atender.

-Hola Hanck –Lo saludó con el mayor dolor cargado en los hombros.

-Paul, venía a comentarte una cosa –Se quitó el sombrero para secarse el sudor de la frente con un pañuelo de tela color blanco-. Llevo todo el día indagando con al gente, y puede que tengamos algo…

-¡Cómo! –Lo agarró esperanzado por los hombros.

-Escúchame –Trató de calmarlo un poco-, ya eh hablado con los federales. Han mandado a un pequeño grupo a investigar… -Suspiró-. Por que te aprecio mucho te lo eh dicho, pero me pidieron que no… Podrías hacer algo que estropeara todo…

-¿Qué quieres decir con ello? –Lo soltó con mirada suspicaz-. ¿Hay algo más?

-Ellos tienen razón –Resopló-. Conociéndote, eres capaz de salir disparado hacia allí…

-Deduzco que se hallan cerca de aquí por tus palabras –Señaló desesperado.

-Es probable con lo que pude sonsacar de algunos comentarios de un par de vecinos –Respondió con cierta duda.

-Hanck, por favor… -Imploró desesperado.

-No… -Señaló con gesto rotundo de cabeza-. Tienen razón. No estas ahora mismo concentrado como para asimilar la información y quedarte quieto sin hacer nada.

-¡Maldita sea Hanck, joder! –Gruñó furioso y caminando de arriba abajo-. Ella se encuentra cerca, puede que aún esté viva… -Se frotó los ojos agotado por los nervios que lo consumían-. Hay que hacer algo.

-Ya lo están haciendo Paul –Siguió hablándole con calma-. Deja que lo hagan ellos, es su trabajo.

-Lo se… -Soltó un suspiro, apoyando sus manos en las caderas.- Es solo que yo… -Las palabras se le atascaban en el fondo de su garganta a causa de las lágrimas.

-Tranquilo chico –Se le acercó el jefe de policía para infundirle ánimo, dándole unas palmadas en la espalda-. Todo el mundo comprende que no sonrías ahora.

-Gracias por haber indagado por tu parte –Lo miró con agradecimiento.

En aquel momento, se les unió Robin portando una bandeja en sus manos con bebidas y sandwichs.

-Como no devuelva esto vacío, las tres locas que hay en la cocina se me echaran encima-. Soltó con cierto resignamiento-. Me eh tenido que tragar un buen discurso, sobre que tenemos que cuidarnos para estar fuertes cuando nos traigan a Janna.

-Tienen razón –Mostró una mueca Hanck, aceptando coger un sándwich y un refresco-. Tenemos que estar fuertes y serenos, para darle todo nuestro apoyo.

-Está bien –Se rindió alargando una mano para hacer lo mismo que el jefe de policía.

-Han llamado del tanatorio, para informarme que es mejor no mostrar a Adam –Informó apenado-. Mañana se celebrará el entierro a media mañana.

-Me gustaría que todo esto fuera una simple pesadilla –Confesó Paul con la mirada perdida-. Pero no lo es… Uno nunca se espera que pueda ocurrir algo así con sus seres queridos. Solo rezo por poder tener de vuelta a Janna sana y salva, ésta misma noche.

¿Cuánto hacía que había subido el grandullón? Debían haber sido bastantes horas, para que afuera estuviera oscuro. Sin darse cuenta, se había quedado dormida encogida en aquella esquina. Necesitaba ir al baño y calmar la sed que tenía. Pero iba a tener que aguantarse.

Limpiándose los ojos y sorbiéndose la nariz, miró a su alrededor. Poco podía ver, dado que la única luz que había allí, era de la luna que entraba por los recodos que quedaban libres en las ventanas. Su cuerpo ya no aguantaba más, tenía que hacer sus necesidades y si mal no recordaba, al lado de aquellos mugrientos colchones, había como un cubo de aluminio. Aquello era mejor, que hacérselo encima o en un rincón del suelo.

Se puso a cuatro patas, para acercarse allí tanteando y no hacer ningún escándalo, si volcaba el cubo al topar con los pies. Por ello, gateando era más prudente. Aunque en aquel suelo, habían hormigas, arañas y creía haber visto una cucaracha a lo lejos unas horas atrás.

Pasado un par de minutos, halló el cubo y tanteándolo con las manos, pudo ver el diámetro, para saber que podía hacer sus necesidades sin dificultad alguna. Comenzó a incorporarse, cuando escuchó pasos decididos ascender por segunda vez las escaleras. Con gran miedo se encogió y corrió apoyarse a aquella esquina. Pudiendo observar desde allí, como por la rendija de la puerta se vislumbraba un halo de luz en continuo movimiento sin orden alguno. El que iba a entrar, portaba una linterna para buscarla en la oscuridad.

No creía que vinieran a tomarle nota para cenar, ni para averiguar si estaba bien. Ella debía importarles muy poco, para tenerla abandonada allí arriba tantas horas. ¿A qué venía a buscarla? Las lágrimas a causa del miedo volvían aflorar en su rostro. Quería salir de allí, correr veloz y no parar hasta llegar a su casa y esconderse en su cama. Como había hecho siempre de pequeña. Y esperar a que su padre acudiera a ella para abrazarla y quedarse con ella hasta que se dormía segura en sus brazos. Pero aquella vez, no era una niña y su padre, por mucho que esperara bajo las sábanas no iba acudir. Nunca más iba a sentir los brazos rodearla, para reconfortarla con el latido de su corazón. Aquel corazón había dejado de bombear de una forma brusca, por aquellos que ahora venían a buscarla.


                                                                     ***

Apretando los ojos con fuerza se llevó las palmas de las manos a sus oídos, para no escuchar el ruido de las llaves al abrir la puerta. Pero no era escudo suficiente. Pudo escuchar perfectamente el sonido chirriante de la puerta al abrirse, y como una cálida luz se posaba encima de ella. La había localizado en aquel mugriento lugar… ¿Qué haría ahora con ella?

-Ven pequeña estúpida –Gruñó con cierta impaciencia  el hombre agarrándola de un brazo de malas maneras y sacándola de allí casi arrastras, completamente asustada al no saber lo que le esperaba al llegar al final de las escaleras.

4 comentarios:

  1. ¿Y , y y ? Aishhh, en serio? Gracias por subir más...pero te agradezco con dejarme con la intriga todo el fin de semana? ¡¡¡NOOO!!!
    Buen capi , brujis....

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    Respuestas
    1. Todo el fin de semana y la semana!!! jajajaja Porque subiré para el viernes nuevamente!!!! jajaja Ahora estoy escribiendo Ocultándose al Amor... jejeje

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  2. Por que!!!!???? no es justo que nos dejes asi, sin saber que va a pasar, noooooo!!!!!!
    Sabes lo lei en el trabajo, y me dijeron que si por que lloraba jaja, les dije que me ardia la vista jaja.
    Estuvo muy muy bueno el capitulo pero se me hizo muy poquito me quede con muchas ganas de saber mas, bueno aunque tambien es emocionante leer asi.
    Saludos.

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    Respuestas
    1. En serio te hice saltar una lágrima.... Y yo que quiero que aún sufra un poco más ella....

      Gracias Kriss por tu opinión y por estar ahí dándonos siempre apoyo. Muchos besos

      Hasta el viernes y si lo logro, habrá el siguiente capitulo!!!!

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