viernes, 25 de mayo de 2012

Ocultándose Al Amor cp-10


-¿Qué hice yo ahora? –Levantó las manos en disculpa, pero no pudiendo esconder su risa.

-A mí no me hace ninguna gracia –Refunfuñó hiendo a buscar el bolso para poder coger su teléfono y llamar a su tío-. Menudo engorro el tener que llamar ahora a una grúa –Seguía refunfuñando, con el móvil  sujeto entre el hombro y la oreja, para extraer de la guantera la carpeta del seguro y ver que compañía era. Eh ignorando todo el rato a Santino, quien se hallaba en aquel momento hablando con el policía-. Hola Henrí –saludó dándole la espalda a Santino, al ver que la observaba nuevamente-. Voy a tardar un poco en llegar al circuito. Lamentablemente, hoy un camión volcado que ha perdido su cargamento de tornillos –Explicó empleando tono sarcástico en todo momento-. Y yo fui la idiota, que pinchó con alguno de los que no han recogido… Y eso no es todo, el Aston Martin no lleva rueda de repuesto –Canturreó por no llorar-. Miraré de llamar a una grúa. Bien, te mantendré al corriente de si surge alguna pesadilla más, adiós –Cortó la comunicación para comenzar a estudiar los papeles del seguro, cuando el piloto se le acercó-. ¿No comprendo que haces aún aquí? –Soltó sin alzar la mirada, pues si lo hubiera hecho se habría derretido con la sonrisa que puso el hombre ante aquel nuevo ataque verbal.


-Conseguirte una grúa –Le indicó animado.

-El coche tiene seguro –Alzó los papeles del seguro hacia su cara.

-Pero el policía nos hace el favor –Siguió sonriendo-. Vienen por lo visto dos grúas ahí detrás. Se han equivocado y como de todos modos han de pasar por aquí, nos prestan ayuda a cambio de unos autógrafos y fotos –Le guiñó un ojo.

-Bueno… -Suspiró con pesar cerrando el libro del seguro-. No tendré que pelearme con el idioma para indicar dónde estoy y menos, esperar una hora a que me vengan a recoger –Se inclinó para guardar los documentos en su lugar correspondiente.

Dos minutos después, las dos grúas hacían su trabajo. Una cargaba el camión, y la siguiente el Aston Martin. Mientras que Santino les firmaba autógrafos y posaba para las fotos con el móvil. Prometiéndoles, que en taquilla tendrían sus pases para ir con sus hijos a la competición.

Acababa de facilitarles el lugar en donde llevar el coche, que comprendió la verdadera situación en la que se hallaba. En l  grúa no había sitio para ella. Le tocaba subirse en el Ferrari. ¡No, no! Frunció el ceño pensativa. ¿Podía ser el destino verdaderamente rencoroso? ¿Iba a estar fastidiándola día tras día? Al final, se veía haciendo un pacto con el diablo, para machacar un poco a su contrincante.

-¿Te ocurre algo? –Se acercó a ella Santino, una vez que hubo firmado para casi toda la familia de los hombres.

-Acabo de ver, que les fastidiaría mucho si me retractara y pidiera que descargaran el coche, para que viniera el seguro a buscarlo –Soltó con gran fastidio-. No me queda más remedio que ir contigo.

-Si quieres te llamo a un taxi y esperas aquí a que llegue –Le señaló molesto al ver que aún seguía de malas con él.

-No, da igual –Respondió observando como la grúa emprendía la marcha-. ¿Nos podemos ir ya, por favor? –Pidió caminando hacia el deportivo y sentándose en el sillón del copiloto.

-Claro –Aceptó, sentándose tras el volante pero negándose aún a poner en marcha el vehículo-. Dime una cosa… -Habló poniéndose las gafas de sol que había dejado anteriormente encima del salpicadero-. ¿Por qué huyes todo el rato de mí?

-¿Perdón? –Dijo ocultando sus nervios, de aquella pregunta y de estar tan cerca de él-. Me parece que te equivocas una vez más conmigo.

-No lo creo así –Sonrió con una mueca-. Huyes todo el rato de mí lado, de mí mirada y hasta de mí contacto. No me dejaste echarte una mano cuando te caíste –Resopló.- Y estoy seguro, que si ahora alargara mí mano hacia ti, te tirarías por encima de la puerta para salir corriendo. ¿Te hice algo para infundirte ese terror hacia mí? –Se giró a mirarla, sabiendo que ella no podía verle los ojos tras los cristales oscuros.

-Vuelvo ha decirte que no me has hecho nada. Estas equivocado desde un principio… -Soltó sulfurada-. Si ni siquiera nos conocemos, como para que pueda sentir la necesidad de salir huyendo como tú dices –Alzó una mano apuntando a la carretera-. Y ahora, te importaría dejar tu paranoia a un lado y arrancar el maldito coche… -Dijo con rabia-. Se me escapa la grúa, y resulta que el coche no es mío.

-No te preocupes por ello –Arrancó el coche con cierto fastidio, para incorporarse a la circulación-. Sabes perfectamente que nos pondremos detrás de ellos en pocos minutos. Pero que conste, que no estoy muy conforme con tu respuesta Jaimie… -Indicó dándole cierto énfasis al pronunciar su nombre.

¡Iba al lado de Santino Vizenzo! Pensó nerviosa con la mirada puesta en la carretera. No podía creerse que aquello estuviera sucediendo. Era lo que siempre había soñado. De acuerdo que no era dentro de un circuito. Pero resultaba igual de emocionante. Aunque llevaba la vista puesta en la carretera, aún así no podía evitar mirarlo de tanto en tanto de reojo.  Una vez más, se sentía perdida ante el impulso de atracción hacia él. Pudo observar de forma disimulada las grandes y fuertes manos que sujetaban el volante, con enorme suavidad. ¿Qué se sentiría ser acariciada por ellas? ¡No, no! Tenía que borra rápido aquel pensamiento de su cabeza. Aún no era momento de pensar en eso, antes debía averiguar ciertos aspectos de Santino. Pero había que reconocer, que estando allí sentada a su lado era difícil pensar de forma seria, y no dejarse atrapar por el aura de sensualidad que desprendía éste.

Tenía razón, huía de él porque veía que le gustaba demasiado el estar a su lado. ¿Pero era más fuerte aquello, por haber sabido que él iba destinado para ella? Sus nervios se calmaron, al ver que entraban en el recinto del circuito, de modo que Santino adelantó a la grúa para ponerse delante y hablar con los de seguridad. Como no entraban por la puerta peatonal, el chico que había allí les pidió los credenciales para poder abrir la barrera. Abrió su bolso y sacó el carnet atado a una cinta, para llevarlo colgado del cuello. Después se lo pasó al chico, que al segundo se los devolvió accionando el pulsador y que pudieran entrar.

 -Cuélgate la acreditación del cuello –Habló por fin Santino con voz calmada, al ver que ella se disponía a guardarla nuevamente en su bolso-. Son normas, al moverse uno por dentro del recinto.

Acató si orden en silencio, no queriendo decirle que eso ella ya lo sabía. Pro no quería darle ningún motivo, para que creyera que era alguien más de allí. De momento, que pensara que era una simple acompañante del equipo de mecánicos. En absoluto silencio, se bajó del coche del coche cuando él lo detuvo y se acercó a la grúa  para pedirles que avanzaran hacia el último box.  Aquel, de momento no pertenecía  a ninguna escudería como le había dicho su tío.

Se notaba que ya mismo era la hora de comer, pues  apenas había pilotos rondando por allí. Suponía que hasta el día siguiente, no comenzaría el verdadero jaleo. Pero aún así, dos chicos de su equipo al verla que se acercaron hablar con ella.

-¿Por qué no avisaste de que fuéramos contigo pequeña? –Preguntó el más mayor de ellos, abrazándola por la cintura con cariño como siempre acostumbraba hacer.

-Que no soy una niña pequeña –Rió al ver como todos la trataban siempre igual.

-Pero no habrías estado sola –Señaló el otro joven.

-No lo estuve –Confirmó para tranquilizarlos, buscando por un momento a Santino y hallándolo ya junto a los mecánicos, mientras no dejaba de observarlos con mirada seria-. ME encontré con él –Lo señaló con un gesto de cabeza-. Se portó bien y me trajo.

-Ya veo –Le guiñó un ojo el chico que la tenía sujeta por la cintura-. Supongo que has estado en buenas manos, al ver como nos vigila ahora como un perro rabioso. Sigues atrayendo a muchos chicos –Bromeó con ella-. Te quiere solo para él. Solo hay que ver como nos mira, con ganas de arrancarnos la cabeza.

-¡No digas tonterías! –Rió nerviosa por aquella observación que bien podía ser exacta-. ¿Sabéis por donde anda Henrí?

-Por el recinto –Se alzó de hombros-. Nosotros nos marchamos ya al hotel. Pero se que él quería esperar tu llegada.

-Bien, ahora lo llamaré al teléfono –Le dio un beso en la mejilla a cada no-. Nos vemos más tarde.

Al ir acercarse a los operarios de la grúa, vio que Santino la miraba serio sin apartar los ojos de ella. ¿Estaría celoso por como la había sujetado el mecánico? Sería cierto lo de la carta, y él ya sentía sentimientos hacia ella. Ciertamente, no le iría mal tener a su madre a su lado para hacerle un par de preguntas. No tenía ni idea de cómo actuar con Santino. Los hombres bajaron el coche, antes de que llegara junto a ellos. De modo, que ya estaban montados en la grúa nuevamente al llegar allí.

-Muchas gracias por todo –Se despidió sonriendo, pero estando muy nerviosa al ver que de repente allí apneas eran cuatro gatos, y aún así se hallaban muy apartados de los dos.

-¿Es tú novio aquel chico? –Preguntó Santino directamente justo detrás de ella, provocando que diera un pequeño respingo.

-No –Respondió con el pulso acelerado, al ver que avanzaba un paso y se paraba a escasos centímetros de ella.

-¿Y por qué a él no lo apartas? –Susurró mirándola a los ojos.

-Porque es mi amigo y lo aprecio –Expuso-. Ya te dije, que apenas te conozco como para…

-y ya te dije yo, que no te creía pequeña… -Sonrió él-. Y menos, cuando te has pasado todo el trayecto observándome de arriba abajo. ¿Pasé la prueba? –Preguntó con voz sensual, alterando su sistema nervioso.

-No se de que me hablas –Gruñó.

-Sí que lo sabes, Jaimie –Sonrió alargando una mano para agarrar su credencial y observarla detenidamente-. Admite que es así, Jaimie Lau… -Calló por un segundo, mientras se acercaba aún más la credencial a la cara-. Jaimie Pianott –Alzó los ojos para escrutar los de ella-. ¿Te apellidas así? –Preguntó con el ceño fruncido.

-Sí –Respondió nerviosa. Y sin parar de repetirse que en verdad no estaba mintiendo. Ahora, aquel era su apellido. ¡Ha! Rió mentalmente… Punto para ella y cero, para el destino.

-No puede ser –Soltó la credencial como si l quemara en las manos, para mirarla fijamente a la cara-. Tiene que haber un error –Dijo para sí en un susurro-. Yo… -Se pasó una mano por el cabello con gesto nervioso-. Un momento, estoy realmente confundido –Mostró una media sonrisa.

-¿Estás bien? –Se atrevió a preguntar al ver como no paraba de darle vueltas a cosas en la cabeza.

-No… Sí –Respondió veloz-. Quiero decir, que sí estoy bien. Se que no estoy equivocado. Lo noto perfectamente en mí, eh incluso en ti –Rió nervioso-. Necesito comprobar una cosa… Le informó a la vez que alargaba sus brazos, para sujetarla por la cintura y apretar de un solo tirón su cuerpo al de él.

Sorprendiéndola ante aquel movimiento inesperado, alzó el rostro al suyo para demandarle que la soltara. Pero todo se quedó en un intento en algún lugar de su cerebro, cuando Santino atrapó sus labios con los carnosos de él en un demoledor beso. ¡En su primer beso!

8 comentarios:

  1. Genial, celos, confusión, besos...combo perfecto!! quiero más y ver uqé hace ella, aunque con esa caracter seguro el pobre no saldrá ileso

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    1. jejeje gracias abuelita por que te gustara el capitulo!!!!!

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  2. Vaya manera de comprobar las cosas, esperen... ha pasado un chico wapo, iré a comprobar si es para mí el indicado jajaja...
    No lo alcancé..jejeje... Gracias por el capo brujis, me ha gustado.. ya quiero que la vea como toda una mecánica eficiente y lista!!!

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    1. Tu no tienes obreros guapos y educados jajajaja chincha que revincha!!!! jejeje

      espero satisfacer tu curiosidad, pero no se si la verá primero de mecánica o corriendo como una loca. jejee

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  3. Estupendo ahora el esta confundido por el apellido nuevamente, de seguro le da una patada por el beso jaja conociendola y si yo tambien quiero saber la cara que va a poner Santino cuando la vea trabajando ya como mecanica jaja eso si va a estar bueno

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    1. Y decís que la agresiva soy yo!!!!! jajajajajjaa Pero si es que me instáis a que sea agresiva con mis personajes!!!! Si lo estáis sugiriendo en segundas!!!
      Gracias por seguirme!!! Y descansa carajo!!!!

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  4. Muy bueno el capitulo, y como siempre: esperando maaaaaaaaas jiji.
    Besos

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