viernes, 4 de mayo de 2012

Amor oculto, parte 16- Final-


Se dio vuelta y al mirarlo supo que él la había reconocido, que por fin sabía quién era ella.
-Tenemos que hablar – dijo Finn.
-No, no hay nada que hablar...haz que abran las puertas.
-Quiero que hablemos de nuestro hijo – dijo él y entonces Alana sintió que el mundo se le venía abajo, él lo sabía y si Finn lo sabía...
-¿Hijo? ¿Sean lo sabe? ¿Mi hijo lo sabe?...-preguntó desesperada.
-Sí, nos enteramos al mismo tiempo....
-No, déjame salir, tengo que hablar con él...Sean va a odiarme, yo...-trató de hablar pero temblaba de los nervios.

-Nuestro hijo lo entiende, él nos encerró aquí para que hablemos...
-¡¿Qué?!- exclamó ella.
-Alana...
-No, no quiero hablar.- negó ella.
-Tenemos un hijo. ¿Recuerdas? La última vez que nos vimos fue en un gimnasio, allí fue donde dimos vida a Sean...
-No quiero recordar, y una noche de borrachera no te da derecho a llamarlo hijo.
-¿Borrachera? ¿De qué hablas Alana?- Ahora que sabía que era ella le resultaba imposible llamarla de otro modo.
-Lo que pasó entre nosotros esa noche, Leslie Thompson me dijo que te acostaste conmigo porque estabas borracho y que te arrepentías.-le soltó ella con la voz entrecortada, había guardado aquel dolor durante muchos años. Ella lo había amado y se había entregado a él pero para él no había significado nada.
-¿Qué? ¿Cuándo te dijo eso?
-La noche del baile..
-¿Y lo creíste? – preguntó él
-¿Por qué no habría de creerlo? – le preguntó desafiante y él suspiró. Era cierto, nunca le había dicho lo que sentía por ella, no había forma en que la inocente Alana confiara en él, había una sola verdad y era que él no había estado allí.
-Porque no era verdad. Supongo que no vas a querer sentarte, ¿verdad?- preguntó y ella agitó la cabeza en un gesto de negación.
-De acuerdo , pero tendrás que escucharme.
-Quiero irme...no quiero escucharte, lo que pasó aquella noche sólo pasó, fui yo como pudo ser cualquier otra.
-Alana, acabo de enterarme y de una forma bastante brusca que tengo un hijo,  y me lo ocultaste...así que me lo debes. – la urgió él y ella sintió el peso de la culpa.
-Te escucho...- accedió
-Empezó en el penúltimo año de secundaria, cuando fuimos a la misma clase de ciencias, fue en ese entonces que me enamoré de ti. No es fácil explicar por qué te enamoras de alguien, sólo sé que me enamoré...me gustaba tu dulzura, tu tranquilidad como si tuvieras muy en claro tu lugar en el mundo, esa veta justiciera que tenías...desde esa época no pude apartar mi vista de ti.
-Te burlabas de mí – discutió ella sin poder creer lo que escuchaba.
-Sí, era un adolescente y uno muy estúpido, no podía ser el chico bueno, así que simplemente si era el malo , tal vez te fijaras en mí...quería que supieras que yo existía.
-Sabía que existías – susurró ella sin aclarar que siempre estaba pendiente de él.
-¿En serio?- preguntó y ella asintió levemente – En ese entonces no me lo imaginaba, así que trataba de que me notaras todo el tiempo, reía y hablaba más fuerte si estabas cerca, me prendía a mis amigos en sus estúpidas bromas cuando en realidad la mayoría de las veces quería defenderte, pero no era del tipo caballero andante, Sean sacó eso de ti, no de mí...yo solía andar bastante perdido. Y luego llegó el último año y mi vida se volvió un caos, mis padres vivían peleando, yo siempre estaba demás y a ninguno de ellos les importaba como me sentía, y aunque mi vida se desmoronaba para los demás seguía siendo el chico popular que debía mantener su imagen cuando en realidad necesitaba que cuidaran un poco de mí. Finalmente mi madre dejó a mi padre por otro, por un conocido de la familia, fueron días complicados , mi padre se la pasaba borracho, dejé  de ir a la escuela esos días...pero te extrañaba, eras lo único que extrañaba de allí.
-No puede ser cierto...
-No estaba borracho Alana,  tampoco es verdad que podría haber sido cualquier otra. Me crucé a los chicos esa noche cuando iban saliendo del gimnasio y me dijeron que sólo te habías quedado tú trabajando, yo fui a buscarte, a ti.
-Creí que era casualidad que estuvieras allí...
-No, yo sabía que estabas ahí, quería verte porque me sentía muy mal, no planeé lo que sucedió, pero cuando me preguntaste si estaba bien, cuando me tocaste....sólo sentí que te necesitaba más que al aire. Te besé y me respondiste, eras dulce y cálida y te entregaste a mí con generosidad, tú eras la cura que yo necesitaba porque te amaba, quería decírtelo esa noche pero no pude...
-Te fuiste, después de esa noche me dejaste, me sentí usada y triste...
-Mi madre volvió, pelearon , hubo golpes, mi padre acabó en prisión y ella volvió a marcharse. Yo me fui de casa, estaba demasiado confundido para ir por ti, en realidad pensé que era lo mejor, eras demasiado buena para mí y no tenía idea de cómo actuar contigo después de lo sucedido...
-Pudiste decirme algo, nunca supe que era importante, estaba muy sola.
-Volví buscarte, eras lo único que extrañaba en aquellos días  y después de lo sucedido, más que nunca...Un par de meses después volví, claro que no podía ir a buscarte a tu casa, ni siquiera podía decir que era tu novio ni nada por el estilo y sabía que tus padres eran muy estrictos, pero pregunté por allí. Me dijeron que te habías marchado, entonces supuse que te habías ido a estudiar a una buena Universidad, y sentí que eso era lo mejor para ti, aunque me doliera, yo no tenía nada que ofrecerte- dijo él.
-Yo...me echaron de mi casa, mi padre dijo que era una cualquiera...que no debía tener al bebé...- contó ella y  las lágrimas empezaron a caer a pesar del esfuerzo que estaba haciendo por contenerlas. Finn se acercó sin saber si iba a ser rechazado pero Ana lo dejó abrazarla y lloró en sus brazos como hubiera querido hacerlo cuando era chica.
-Tranquila, fuiste muy valiente, gracias por tenerlo, gracias por criar a un chico tan bueno, lamento no haber estado allí, lamento mucho haberlos dejado solos...- dijo él mientras le acariciaba la espalda. Y ella siguió llorando.

Un rato después estaban sentados en el suelo, contra la pared .
-¿Sean no me odia? – preguntó ella asustada.
-No, fue difícil para él pero lo entiende, calculo que será algo complicado al principio pero nos acostumbraremos.
-Tú, él...quiero decir.
-Quiero ser su padre , Alana, voy a quedarme, no voy a ir a ningún lado esta vez- dijo cauteloso. Los dos tenían aún las emociones a flor de piel y  debían ir con cuidado.
-Le agradaste desde el principio...-dijo ella tímidamente.
-Y él a mí, tal vez sea cierto que la sangre es más espesa que el agua o tal vez sólo sea que es un gran chico, es imposible no quererlo.
-Tenía miedo – dijo ella como toda explicación, eran dos palabras pero decían todo.
-Lo sé. Pero estaremos bien.- le dijo y se inclinó para darle un beso leve.
-Yo..no sé...- trató de decir ella y él le sonrió, al menos no lo rechazaba, era un gran paso. Sin embargo había algo que tenía que decirle, algo que  debió decirle mucho tiempo antes.
-Alana, estaba enamorado de ti, te amaba cuando te hice el amor, y también estoy enamorado de ti ahora. Mi amor ha estado oculto muchos años, pero te amo.-dijo y ella lo miró como aquella noche, con unos ojos cargados de emoción.
-También te amaba en ese entonces y lo sigo haciendo – le contestó
-Hemos hecho todo al revés...pero , Alana Byrnes..¿te gustaría ser mi novia?- le preguntó sabiendo que aún debían recorrer un largo camino, ambos habían cambiado y necesitaban tiempo para conocerse. Además se lo debía, le debía llevarla a pasear, a cenar y tener citas románticas y tontas como cualquier enamorada, se había salteado esa parte antes, no iba a volver a hacerlo, sobre todo porque quería hacerla feliz. Ella se quedó mirándolo, como si pensara en la idea, de pronto sonrió.
-Sí, Finn O’Connell, quiero ser tu novia. ¿Crees que ahora podemos pedirle a nuestro hijo que nos deje salir de aquí? – preguntó ella y esta vez él sonrió , escucharla decir “nuestro hijo” sonaba muy bien.


Epílogo





-Mamá, estás preciosa – dijo Sean mirando a su madre.                                              -Gracias. Bueno, Finn me está esperando... – dijo ansiosa.                                       –Espera. Hay algo que quiero preguntarte- la detuvo el chico                                -¿Sí?                                                                                                                               -¿De verdad lo quieres?                                                                                              -Tú eres la prueba de ello. – respondió con una sonrisa.
     -No, no me refiero a eso. Sé que lo querías entonces. Pero Finn es mi padre, siempre lo será, nada va a cambiar eso...no tienes que...Lo que quiero decir es que él te quiere, me lo dijo, está enamorado de ti. Pero yo quiero saber si tú también, no quiero que sientas que es algo que me debes o algo así.          
 –Lo amo, Sean. Lo amaba entonces y lo amo ahora – le dijo con una sonrisa                
       –Bien, me tranquiliza. Vamos entonces, lo estamos haciendo esperar demasiado.
      –Sí, ya voy bastante retrasada...unos diecisiete años – dijo ella y tomó el brazo que su hijo le ofrecía. Luego se abrieron las puertas y los dos caminaron lentamente por el pasillo que guiaba al altar donde Finn esperaba.

Sonrió al verlos acercarse, había esperado muchos años por aquella mujer, parecía un milagro que viniera a él, que lo mirara de aquella manera y cuando Sean le dio su mano, hizo un breve gesto hacia su hijo, esperaba que entendiera que significaba que la cuidaría y amaría como merecía. Por lo visto el chico entendió, porque sonrió ampliamente. Y Finn le dio un golpecito en el hombro en forma cariñosa, Sean era el otro milagro. Luego la ceremonia de casamiento empezó, y desde primera fila, Sean fue testigo del juramento de amor de sus padres y del beso que le dio Finn a Alana, para sellar el pacto. El chico sonrió, ahora todo estaba bien, la familia estaba completa.



Otra historia terminada, extrañaré a estos personajes, sobre todo a Sean....Gracias a quienes siguieron y acompañaron esta historia, espero les haya gustado el final.

















8 comentarios:

  1. No!!!!!
    snif, snif....

    Porque tenemos que abandonarlos!!!! No!!!!!!
    snif, snif....

    Quien sabe, podrías hacer pasado un tiempo un capitulo de mantenimiento, así veríamos como están estos dos magníficos hombres. jejejjee

    Gracias por compartir esta preciosa historia con todas nosotras. Muchas gracias.

    Eh reído, llorado, desespeardo agarrar por el cuello a ella, etc... La echaré ne falta, pero me gustó poder vivir con ella unos días. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias...sabes en realidad pensaba que si en algún momento se me ocurre una buena historia escribiré sobre Sean....me cuesta dejarlo ir.

      Eliminar
  2. Noooooooo!!!!! el final siempre es triste por que uno se acostumbra a convivir en cierta manera con estos personajes, pero me encanto el final, y como dice EJ gracias por compartir estas historias con nosotras.

    ResponderEliminar
  3. ¡¡¡Me encanto!!!
    Pero me gustaria saber si Sean triunfo con su chica de la guagua jiji...
    Gracias por tus historias
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Ohhh ya se acabó, noooo... pero bueno, tuvieron un final precioso y a mí sí me gustaría saber más de Sean :)

    ResponderEliminar
  5. Lo sentimos Nata..... Pero estas obligada a adelantar el tiempo unos años y indicarnos como ha progresado Sean en su vida.!!!!! jejeje

    ResponderEliminar
  6. Totalmente de acuerdo! Hermosa historia Nata y quiero saber que pasó con Sean!! Besos!!

    ResponderEliminar
  7. WOW!!!! que anectoda tan impactante nata, enserio me quede boquiabierta y al mismo tiempo se se me hacia una mescolanza de emociones y sentimientos conforme iba avanzaba la historia.... wow... encantadora pero wow.... (y es un super wow)
    Me encanta como escribes... :)

    ATT: Lari

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...