Se dio vuelta y
al mirarlo supo que él la había reconocido, que por fin sabía quién era ella.
-Tenemos que
hablar – dijo Finn.
-No, no hay nada
que hablar...haz que abran las puertas.
-Quiero que
hablemos de nuestro hijo – dijo él y entonces Alana sintió que el mundo se le
venía abajo, él lo sabía y si Finn lo sabía...
-¿Hijo? ¿Sean lo
sabe? ¿Mi hijo lo sabe?...-preguntó desesperada.
-Sí, nos
enteramos al mismo tiempo....
-No, déjame
salir, tengo que hablar con él...Sean va a odiarme, yo...-trató de hablar pero
temblaba de los nervios.
-Nuestro hijo lo
entiende, él nos encerró aquí para que hablemos...
-¡¿Qué?!-
exclamó ella.
-Alana...
-No, no quiero
hablar.- negó ella.
-Tenemos un
hijo. ¿Recuerdas? La última vez que nos vimos fue en un gimnasio, allí fue
donde dimos vida a Sean...
-No quiero
recordar, y una noche de borrachera no te da derecho a llamarlo hijo.
-¿Borrachera?
¿De qué hablas Alana?- Ahora que sabía que era ella le resultaba imposible
llamarla de otro modo.
-Lo que pasó
entre nosotros esa noche, Leslie Thompson me dijo que te acostaste conmigo
porque estabas borracho y que te arrepentías.-le soltó ella con la voz
entrecortada, había guardado aquel dolor durante muchos años. Ella lo había
amado y se había entregado a él pero para él no había significado nada.
-¿Qué? ¿Cuándo
te dijo eso?
-La noche del
baile..
-¿Y lo creíste?
– preguntó él
-¿Por qué no
habría de creerlo? – le preguntó desafiante y él suspiró. Era cierto, nunca le
había dicho lo que sentía por ella, no había forma en que la inocente Alana
confiara en él, había una sola verdad y era que él no había estado allí.
-Porque no era
verdad. Supongo que no vas a querer sentarte, ¿verdad?- preguntó y ella agitó
la cabeza en un gesto de negación.
-De acuerdo ,
pero tendrás que escucharme.
-Quiero
irme...no quiero escucharte, lo que pasó aquella noche sólo pasó, fui yo como
pudo ser cualquier otra.
-Alana, acabo de
enterarme y de una forma bastante brusca que tengo un hijo, y me lo ocultaste...así que me lo debes. – la
urgió él y ella sintió el peso de la culpa.
-Te escucho...- accedió
-Empezó en el
penúltimo año de secundaria, cuando fuimos a la misma clase de ciencias, fue en
ese entonces que me enamoré de ti. No es fácil explicar por qué te enamoras de
alguien, sólo sé que me enamoré...me gustaba tu dulzura, tu tranquilidad como
si tuvieras muy en claro tu lugar en el mundo, esa veta justiciera que
tenías...desde esa época no pude apartar mi vista de ti.
-Te burlabas de
mí – discutió ella sin poder creer lo que escuchaba.
-Sí, era un
adolescente y uno muy estúpido, no podía ser el chico bueno, así que
simplemente si era el malo , tal vez te fijaras en mí...quería que supieras que
yo existía.
-Sabía que existías –
susurró ella sin aclarar que siempre estaba pendiente de él.
-¿En serio?-
preguntó y ella asintió levemente – En ese entonces no me lo imaginaba, así
que trataba de que me notaras todo el tiempo, reía y hablaba más fuerte si
estabas cerca, me prendía a mis amigos en sus estúpidas bromas cuando en
realidad la mayoría de las veces quería defenderte, pero no era del tipo
caballero andante, Sean sacó eso de ti, no de mí...yo solía andar bastante
perdido. Y luego llegó el último año y mi vida se volvió un caos, mis padres
vivían peleando, yo siempre estaba demás y a ninguno de ellos les importaba
como me sentía, y aunque mi vida se desmoronaba para los demás seguía siendo el chico popular que debía
mantener su imagen cuando en realidad necesitaba que cuidaran un poco de mí.
Finalmente mi madre dejó a mi padre por otro, por un conocido de la familia,
fueron días complicados , mi padre se la pasaba borracho, dejé de ir a la escuela esos días...pero te
extrañaba, eras lo único que extrañaba de allí.
-No puede ser
cierto...
-No estaba
borracho Alana, tampoco es verdad que
podría haber sido cualquier otra. Me crucé a los chicos esa noche cuando iban
saliendo del gimnasio y me dijeron que sólo te habías quedado tú trabajando, yo fui a
buscarte, a ti.
-Creí que era
casualidad que estuvieras allí...
-No, yo sabía
que estabas ahí, quería verte porque me sentía muy mal, no planeé lo que
sucedió, pero cuando me preguntaste si estaba bien, cuando me tocaste....sólo
sentí que te necesitaba más que al aire. Te besé y me respondiste, eras dulce y
cálida y te entregaste a mí con generosidad, tú eras la cura que yo necesitaba
porque te amaba, quería decírtelo esa noche pero no pude...
-Te fuiste,
después de esa noche me dejaste, me sentí usada y triste...
-Mi madre
volvió, pelearon , hubo golpes, mi padre acabó en prisión y ella volvió a
marcharse. Yo me fui de casa, estaba demasiado confundido para ir por ti, en
realidad pensé que era lo mejor, eras demasiado buena para mí y no tenía idea
de cómo actuar contigo después de lo sucedido...
-Pudiste decirme
algo, nunca supe que era importante, estaba muy sola.
-Volví buscarte,
eras lo único que extrañaba en aquellos días y después de lo sucedido, más que nunca...Un
par de meses después volví, claro que no podía ir a buscarte a tu casa, ni
siquiera podía decir que era tu novio ni nada por el estilo y sabía que tus
padres eran muy estrictos, pero pregunté por allí. Me dijeron que te habías
marchado, entonces supuse que te habías ido a estudiar a una buena Universidad,
y sentí que eso era lo mejor para ti, aunque me doliera, yo no tenía nada que
ofrecerte- dijo él.
-Yo...me echaron
de mi casa, mi padre dijo que era una cualquiera...que no debía tener al bebé...-
contó ella y las lágrimas empezaron a
caer a pesar del esfuerzo que estaba haciendo por contenerlas. Finn se acercó sin saber si iba
a ser rechazado pero Ana lo dejó abrazarla y lloró en sus brazos como hubiera
querido hacerlo cuando era chica.
-Tranquila,
fuiste muy valiente, gracias por tenerlo, gracias por criar a un chico tan bueno,
lamento no haber estado allí, lamento mucho haberlos dejado solos...- dijo él mientras
le acariciaba la espalda. Y ella siguió llorando.
Un rato después
estaban sentados en el suelo, contra la pared .
-¿Sean no me
odia? – preguntó ella asustada.
-No, fue difícil
para él pero lo entiende, calculo que será algo complicado al principio pero
nos acostumbraremos.
-Tú, él...quiero
decir.
-Quiero ser su
padre , Alana, voy a quedarme, no voy a ir a ningún lado esta vez- dijo
cauteloso. Los dos tenían aún las emociones a flor de piel y debían ir con cuidado.
-Le agradaste
desde el principio...-dijo ella tímidamente.
-Y él a mí, tal
vez sea cierto que la sangre es más espesa que el agua o tal vez sólo sea que
es un gran chico, es imposible no quererlo.
-Tenía miedo –
dijo ella como toda explicación, eran dos palabras pero decían todo.
-Lo sé. Pero estaremos
bien.- le dijo y se inclinó para darle un beso leve.
-Yo..no sé...-
trató de decir ella y él le sonrió, al menos no lo rechazaba, era un gran paso.
Sin embargo había algo que tenía que decirle, algo que debió decirle mucho tiempo antes.
-Alana, estaba
enamorado de ti, te amaba cuando te hice el amor, y también estoy enamorado de
ti ahora. Mi amor ha estado oculto muchos años, pero te amo.-dijo y ella lo miró
como aquella noche, con unos ojos cargados de emoción.
-También te
amaba en ese entonces y lo sigo haciendo – le contestó
-Hemos hecho
todo al revés...pero , Alana Byrnes..¿te gustaría ser mi novia?- le preguntó
sabiendo que aún debían recorrer un largo camino, ambos habían cambiado y
necesitaban tiempo para conocerse. Además se lo debía, le debía llevarla a
pasear, a cenar y tener citas románticas y tontas como cualquier enamorada, se
había salteado esa parte antes, no iba a volver a hacerlo, sobre todo porque
quería hacerla feliz. Ella se quedó mirándolo, como si pensara en la idea, de
pronto sonrió.
-Sí, Finn O’Connell,
quiero ser tu novia. ¿Crees que ahora podemos pedirle a nuestro hijo que nos
deje salir de aquí? – preguntó ella y esta vez él sonrió , escucharla decir “nuestro
hijo” sonaba muy bien.
Epílogo
-Mamá, estás preciosa – dijo Sean mirando a su madre. -Gracias. Bueno, Finn me está esperando... – dijo ansiosa. –Espera. Hay algo que quiero preguntarte- la detuvo el chico -¿Sí? -¿De verdad lo quieres? -Tú eres la prueba de ello. – respondió con una sonrisa.
-No, no me refiero a eso. Sé que lo querías entonces. Pero Finn es mi padre, siempre lo será, nada va a cambiar eso...no tienes que...Lo que quiero decir es que él te quiere, me lo dijo, está enamorado de ti. Pero yo quiero saber si tú también, no quiero que sientas que es algo que me debes o algo así.
–Lo amo, Sean. Lo amaba entonces y lo amo ahora – le dijo con una sonrisa
–Bien, me tranquiliza. Vamos entonces, lo estamos haciendo esperar demasiado.
–Sí, ya voy bastante retrasada...unos diecisiete años – dijo ella y tomó el brazo que su hijo le ofrecía. Luego se abrieron las puertas y los dos caminaron lentamente por el pasillo que guiaba al altar donde Finn esperaba.
Sonrió al verlos acercarse, había esperado muchos años por aquella mujer, parecía un milagro que viniera a él, que lo mirara de aquella manera y cuando Sean le dio su mano, hizo un breve gesto hacia su hijo, esperaba que entendiera que significaba que la cuidaría y amaría como merecía. Por lo visto el chico entendió, porque sonrió ampliamente. Y Finn le dio un golpecito en el hombro en forma cariñosa, Sean era el otro milagro. Luego la ceremonia de casamiento empezó, y desde primera fila, Sean fue testigo del juramento de amor de sus padres y del beso que le dio Finn a Alana, para sellar el pacto. El chico sonrió, ahora todo estaba bien, la familia estaba completa.
Otra historia terminada, extrañaré a estos personajes, sobre todo a Sean....Gracias a quienes siguieron y acompañaron esta historia, espero les haya gustado el final.
No!!!!!
ResponderEliminarsnif, snif....
Porque tenemos que abandonarlos!!!! No!!!!!!
snif, snif....
Quien sabe, podrías hacer pasado un tiempo un capitulo de mantenimiento, así veríamos como están estos dos magníficos hombres. jejejjee
Gracias por compartir esta preciosa historia con todas nosotras. Muchas gracias.
Eh reído, llorado, desespeardo agarrar por el cuello a ella, etc... La echaré ne falta, pero me gustó poder vivir con ella unos días. Besos
Gracias...sabes en realidad pensaba que si en algún momento se me ocurre una buena historia escribiré sobre Sean....me cuesta dejarlo ir.
EliminarNoooooooo!!!!! el final siempre es triste por que uno se acostumbra a convivir en cierta manera con estos personajes, pero me encanto el final, y como dice EJ gracias por compartir estas historias con nosotras.
ResponderEliminar¡¡¡Me encanto!!!
ResponderEliminarPero me gustaria saber si Sean triunfo con su chica de la guagua jiji...
Gracias por tus historias
Besos
Ohhh ya se acabó, noooo... pero bueno, tuvieron un final precioso y a mí sí me gustaría saber más de Sean :)
ResponderEliminarLo sentimos Nata..... Pero estas obligada a adelantar el tiempo unos años y indicarnos como ha progresado Sean en su vida.!!!!! jejeje
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo! Hermosa historia Nata y quiero saber que pasó con Sean!! Besos!!
ResponderEliminarWOW!!!! que anectoda tan impactante nata, enserio me quede boquiabierta y al mismo tiempo se se me hacia una mescolanza de emociones y sentimientos conforme iba avanzaba la historia.... wow... encantadora pero wow.... (y es un super wow)
ResponderEliminarMe encanta como escribes... :)
ATT: Lari