Ana De Las Tejas Verdes

Esta entrada, va dirigida a un clásico de mi adolescencia. Aún recuerdo, que tocaba el timbre de finalización de clase, recogía mis pertenencias y salía pitando a la puerta principal del colegio en busca de mi hermana mayor. Para volver a casa corriendo y tumbarnos cada una en su respectiva cama y absorber el capitulo que tocaba aquel día.

Ana De Las Tejas Verdes, una colección que poseo en mi biblioteca y en el cajón de mis películas. Y que de tanto en tanto, vuelvo a ver en el canal de Youtube. Lo admito, jamás me cansaré de ella.

Cuantas horas tumbada, soltando risas, lágrimas y en ocasiones sintiendo vergüenza por las estúpidas ocurrencias de nuestra pelirroja protagonista. Y que envidia ante su espíritu libre, para poder imaginar incontables historias de fantasía que revivía con su amiga Diana. Que bien me iría tener a una Ana Shirley a mi lado, para poder escribir miles y miles de historias… ¡Pero eso sí! No pienso meterme en una barca que se hunde en medio del río… Bueno… Habría que reconsiderarlo, según a quien me pongáis para que me rescate.

Pero sin duda, esta “zanahoria” como la llamó Gilbert causando la rivalidad entre ellos dos a lo largo de toda la historia. Entra en la lista de mis personajes clásicos femeninos favoritos.

Animo a todas las chicas, a volver a pasar buenos ratos mezclados con lágrimas, nervios y risas… en manos de una joven, con una mente inteligente y rica en imaginación. Propensa a tener pequeños accidentes por su orgullo ante el horrible color de su pelo y su nombre.

Venga, coged el trapo de quitar el polvo y buscad este clásico escondido en el fondo del cajón. Quien no se rinde ante las miradas cariñosas y disculpas interminables de Gilbert.

WIKIPEDIA:

Ana de las Tejas Verdes (Anne of Green Gables) es un libro escrito por la canadiense Lucy Maud Montgomery y publicado por primera vez en 1908. En principio se escribió para todas las edades, pero en décadas recientes se lo consideró un libro para niños. La obra narra la vida de Anne Shirley, una niña huérfana que gracias a su carácter imaginativo y despierto logra encandilar a todos los habitantes de Avonlea, el pequeño pueblo pesquero ficticio en la (Isla del Príncipe Eduardo) donde se desarrolla la historia a principios del siglo XX.

Supuestamente, Montgomery se inspiró en un artículo periodístico sobre el caso de una pareja canadiense que al solicitar la adopción de un chico huérfano recibieron una chica en su lugar.