- ¡Se puede saber, qué diantres pretendes! –Escupió mirando al hombre, con ojos cargados de furia-. ¿A qué viene esa maldita mentira? –Demandó cruzando sus brazos, y empezando a sentir calor por el vaho-. Y no deberías darte una ducha fría, en vez de caliente –Indicó, alzando una ceja divertida, para pasear su vista por el cuerpo escultural del hombre, que aún seguía bajo el chorro del agua, pudiendo observar como aún tenía su sexo cierta entereza. No tan potente, como rato atrás, pero aún se podía jugar con él.
¡Ni hablar! Se regañó así misma, reprochándose que ése maldito hombre, que aún seguía sin mediar palabra, le había hecho perder mucho tiempo, de su preciada vida.
-Mentira del todo no lo es –Soltó con sonrisa socarrona, cogiendo de la repisa de su derecha un bote de champú, para echarse una cantidad adecuada en sus manos, y llevárselas a su cabellera.
Mandy, achicó sus ojos, al ver como él iba a su rollo, al seguir con su tarea de darse una relajada ducha.
Aquel gesto, aún la enervó más.
Intentando retener su rabia, con un obligado largo suspiro, para calmar sus nervios, miró a su rededor fijando su objetivo encima del lavamanos. Entonces, sus colmillos volvieron asomar por una de sus comisuras de labios, ante la ocurrencia por aquella toca narices de Álex y su padre.
Con su mano derecha, agarró la espuma de afeitar sin dejar de agitarla, mientras que, con su mano izquierda, agarraba un bote de gomina y le dejaba la tapa abierta. Ocultó sus brazos tras la espalda, asegurándose de que este no se había percatado y se apoyó en un lado de la mampara, esperando a que el veterinario saliera de la ducha.
Resopló de forma exagerada, cuando el hombre ya acababa de aclararse el champú del cabello y se disponía a cerrar el gripo.
-Podrías ir un poco más rápido –Lo miró con aire de indiferencia-. Quiero que vengas hablar con mi padre, para aclarar tu mentira.
Álex, volvió a sonreír, mientras agarraba una toalla que para nada lo cubría entero.
-Estás segura de que quieres que vaya más rápido –Le guiñó un ojo-. Admite, que, a mi ritmo relajado, estas disfrutando con lo que ves. Solo quieres que apresure el paso, por miedo abalanzarte sobre mi cosita.
-Créeme, que si me impulso sobre tu cosita –empleó el mismo tono irónico que él-, puede ser que te la arranque como a una seta. No estoy para juegos, frena tu mente pervertida.
-Créeme, que si me impulso sobre tu cosita –empleó el mismo tono irónico que él-, puede ser que te la arranque como a una seta. No estoy para juegos, frena tu mente pervertida.
Alex, hizo una mueca de dolor ante aquellas palabras, para al momento sustituirla por una sonrisa radiante.
-Cuando admitirás, que estás molesta porque nos han interrumpido antes –Señaló mientras cerraba el grifo de agua, daba el paso hacia ella, para agarrar la toalla gris oscura, que había colgada sobre la mampara-. Vamos pequeña –empezó a secarse el pecho-, admite que, por dentro, te quema la ansiedad ante lo que... -Calló de sopetón, al verse rociado de manos de ella, por dos productos pringosos, mientras observaba como la joven mostraba una sonrisa henchida de satisfacción.
-Ea –Rió la joven picajosa-. Ahí tienes mí frustración –Le guiñó un ojo, para soltar los botes de su mano al suelo y girarse para huir de allí, pero no logró girar más de noventa grados sobre su eje, al verse agarrada por su sorpresa de su larga cabellera pelirroja-. ¡Ah! –Chilló al notar el tirón.
-Tú no te vas –Susurró en su oído, con tono ronco de voz-, hasta que yo te lo ordene, pequeño mequetrefe –Ordenó, soltando la suave cabellera, para pasar su agarre al brazo izquierdo y tirar de ella, metiéndola en la ducha con zapatos inclusive. - Y eso –Prendió nuevamente el agua-, no va a suceder hasta que yo me quede satisfecho.
- ¡Suéltame bruto! –Gruñó, mientras revolvía su cuerpo delgado del fuerte agarre, pero su instinto de huir, fue noqueado al momento que sintió caer el agua templada sobre ella e instantes después, como Alex estrellaba sus labios contra los de ella.
¡Joder, si es que le podía!
Pensó dejando de luchar al instante, para conducir sus manos, al cuello del hombre con pasión. Ésos labios carnosos, eran como el culito de un bebé... Irresistibles a más no poder.
Era una tonta rematada.
Hacía un rato, que escupía espuma por su boca a causa del enfado acarreado por culpa de él y su padre. Que solo tenía que tocarla éste, y se entregaba a él, dándole igual que no estuvieran solos en la casa.
Su cuerpo se estremeció por entero, de forma violenta, cuando sus labios atraparon la base de su garganta.
Ya no había marcha atrás, por mucho que su cabeza no parara de razonar intentando infundirle cordura, en medio de aquel manoseo ardiente, ya se había interpuesto ante ella, al dar un brinco y colgarse del cuerpo desnudo, con sus piernas alrededor de la perfecta cintura masculina.
El roce duro y caliente, que sintió en la zona pélvica, hizo que sus hormonas vitorearan eufóricas con un cartel en mano, donde se podía leer... Adiós a la telaraña virginal.
Era, como levantarte un día súper descansada y salir a tomar el sol, rodeada de flores. Te sentías bien, feliz, pletórica… Con ganas, de que el tiempo se detuviera en aquel preciso momento.
La energía que vibraba pro su torrente sanguíneo, era llena de vida, haciéndote sentir fuerte, ante todo.
Lo sabía, siempre lo había sabido.
Por mucho que intentaran alejarse mutuamente, estaban unidos por algo… Destino, deseo o sexo…
¿Amor?
¿Había visualizado de verdad, aquella palabra en algún rincón de su mente? Imposible. Pensó sonriendo con sus labios, mientras dejaba que los de Alex, quemaran poco más debajo de su clavícula.
Aquello era una locura. Quien iba a creerse, que Alex, pensara en aquella palabra y menos, que fuera con ella.
El cerebro, tenía que estar cogiéndole algo de humedad bajo la ducha. Se dijo con ironía así misma, siendo ella quien posicionara sus suaves manos en las mejillas del hombre, para detenerlo y poder reclamar así, sus labios una vez más, cogiendo ahora el mando ella.
Pudiendo apreciar, cierto brillo divertido en la mirada de éste, ante su deseo.
-Vayamos mejor a la cama –Dijo, separando un momento su boca de la de ella.
-Bien –Asintió con falta de aliento-. Pero quítame aquí la ropa.
Cuatro o cinco minutos después, tras besos, risas y tirones, Mandy, se hallaba solo con su conjunto de ropa interior negro de encaje, y sus piernas aún clavadas a la cintura del hombre, cuando con gran deseo, éste cerraba el grifo de la ducha y ponía un pie, fuera de ésta, para conducirlos a la mullida cama.
Pero a lo más lejos que la llevó, fue al suelo del baño, propinándole antes un golpe en el ojo con su hombro a la chica, mientras que él, por impedir que se hiciera más daño, se golpeaba la barbilla contra el frío suelo y su cosita, recibía un buen golpe accidental de las rodillas de la pelirroja.
- ¡Puto bote de gomina! –Gimió Alex, mientras conducía sus manos a su hombría, y tras sus ojos medio cerrados por el dolor, miraba a la chica, quien arrodillada se tapaba el ojo izquierdo-. ¿estás bien? –Se mordía el labio por el dolor entre las piernas, que no tenía pinta de desaparecer. Su cosita, le dolía parecido a un escozor…
- ¡Joder! –Despotricó Mandy con gran rabia-. Me da miedo abrir mi ojo, y menos, mirar de qué color se halla –Suspiró, mientras se mordía también los labios, para suprimir un poco el dolor que sentía-. ¿Y tú?
-Creo, que vas a quedarte virgen por siempre –Intentó bromear -. Me duele y no tiene pinta de menguar.
- ¿Alex? –Se escuchó la voz de Donovan, al otro lado de la pared-. ¿estás bien, se ha escuchado un buen golpe desde abajo?
Mandy, enderezó de pronto su espalda, apartando sus manos del rostro, para dirigir su mirada horrorizada hacia Alex, con miedo a que entraran allí.
- ¡Madre mía, tu ojo! –Exclamó asustado Alex, al poder observarla por fin.
- ¿En serio? –Preguntó temerosa la chica, al ver su actitud, que, no haciendo caso a su dolorido cuerpo por la caída, se alzó para mirarse en el espejo-. ¡Hay no! –Exclamó fuerte, llevando sus manos a su rostro y causando que Donovan, acompañado de Patrick y Steve, entraran de sopetón asustados por los gritos de los dos.
AYyyyyyyyyyyy niñaaaaa!! Quéme has hecho reír, pobre este par y yo que pensé que al final ahora sí, ni en nuestro aniversario les das el gusto... Besos y obvio más!!!
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