miércoles, 1 de junio de 2016

Sólo por ti 29 ° - Gaby Ruiz



Beth sonrió. No era la primera persona que hacía esa observación sobre algún miembro de su familia. Era una historia familiar bastante complicada en ciertos tramos, por lo que intentó explicarle brevemente a Lucian.
- Su padre, Stefano, es mi hermano. Para ser más precisa, es mi hermanastro. Mi padre tuvo un hijo muy joven, mucho antes de casarse con mi madre, y como Stefano también se casó muy joven, tuvo hijos antes y… por eso, Marcos si es, en efecto, mi sobrino. Aunque preferimos llamarnos primos o algo por el estilo, para evitar las explicaciones complicadas –rió Beth- aunque agradezco que no fuera Rose quien estuviera aquí –Lucian lucía bastante confundido- la gemela de Marcos, mi sobrina también.
- Complicado… -soltó el aire lentamente Lucian- tu familia es… ¿numerosa?

- Podría decirse que sí –Beth sonrió- ¿sabes lo que estaba a punto de hacer antes de que me llamaras?
- ¿Irte a algún lugar muy lejos de mí? –bromeó.
- No, estaba a punto de tomar un avión privado para ir a verte.
- ¿Qué? –Lucian exclamó sorprendido- ¿tienes un avión privado?
- Yo no… -negó Beth- el mejor amigo de mi padre, sí.
- ¿Él también es parte de tu familia? –preguntó curioso.
- Como si lo fuera. Lo recuerdo desde que era una niña, presente en nuestra casa, la hermana de él quería casarse con mi padre, antes de sus dos matrimonios lo intentó.
- ¿Los dos matrimonios de tu padre? –Lucian inquirió y Beth asintió- por supuesto, tu madre fue su primera esposa y su actual esposa es la segunda.
- Si, Danna. Como era una niña cuando se casaron y la quería mucho, es prácticamente como mi madre también.
- Si que es una historia interesante la de tu familia –sonrió- digna de una telenovela. ¿No te parece?
- No me gustaría verla en pantalla –se quejó aunque sonreía también- y hay muchas cosas más que no tienes ni idea.
- Creo que ha sido suficiente información por el momento –suspiró Lucian cerrando los ojos por un momento- me gustaría conocerlos y de ahí estaré dispuesto a escuchar más historias.
- Tú lo pediste –Beth se burló- conocerlos… no imagino por qué…
- Pero los conoceré, ¿verdad? –preguntó con desconfianza.
- ¡Claro que si, Lucian! ¿Qué piensas? ¿Qué organizaré una boda secreta para que así nadie más sepa que existes y que nos casamos?
- Podría pasar –él contestó, y parecía que lo creía en verdad. Beth puso en blanco los ojos- pero recuerda que si no los conozco, no habrá boda.
- ¿Serías capaz de dejarme plantada en el altar?
- Si –respondió velozmente y Beth abrió la boca con sorpresa- no pongas esa cara, te advertí que habían condiciones.
- Pues aquí te va una advertencia –Beth habló muy seria- si me dejas ahí… no vivirás para contarlo.
Lucian soltó una carcajada de diversión pero de inmediato negó firmemente. Beth suspiró exasperada, sabiendo que los ojos brillantes de Lucian solo podía significar que estaba conteniendo la risa. No le veía la gracia.
***
Menos de una semana después, Beth tenía todo listo para la gran fiesta de compromiso de la noche. Sus padres habían estado sorprendidos, por decirlo ligeramente, aunque tenían sus sospechas sobre la vida privada que llevaba en secreto, pero no entendían por qué lo hacía. Ella sí. No les había mencionado la profesión tan particular de Lucian. Sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo, alguien lo reconocería…
Suspiró mientras miraba evaluadoramente el vestido que llevaba para esa noche. Había ido de compras con Danaé, su hermana y Danna su madre esa misma tarde para el gran acontecimiento. Se sentía nerviosa y se alegraba, sorprendentemente, de que Lucian pidiera primero una fiesta con su círculo amplio de amistades porque así, no tendría que someterse de primera a la evaluación minuciosa de su gran familia.
Él no tenía ni idea de lo que le esperaba cuando fuera la cena familiar. Beth sintió que le recorrió un escalofrío. Ella tampoco sabía que esperar.
A su llegada, había saludado con sus padres mientras esperaba que llegara Lucian, quien había ido a recoger a su madre. Sus hermanos, André y Danaé estaban cerca, pero luego Danaé desapareció de su vista y André… bueno, él estaba con una nueva chica y eso no era nada nuevo, lastimosamente.
Lucian hizo su entrada del brazo de su madre y estaba guapísimo. Llevaba un traje que le calzaba a la perfección y su cabello estaba cuidadosamente peinado mientras sus ojos azules brillaban con diversión. ¿Cómo era posible que no estuviera ni un poco nervioso? Ella, que siempre era firme, sentía que temblaba y él… ¡parecía tan cómodo!
Hicieron las presentaciones respectivas, sus padres saludaron a la madre de Lucian, intercambiaron breves comentarios antes de realizar el brindis del caso. Beth ni siquiera había notado cuando ya estaban compartiendo con los invitados, personalmente y habían dejado de ser el centro de atención porque ya no se encontraban en el lugar más notorio del salón. Suspiró aliviada mientras sus pasos los dirigían hasta un grupo de jóvenes que conversaban alegremente.
- Luciano –empezó Beth, para fastidiarlo y él puso los ojos en blanco- ya has conocido a mi sobrino –dijo señalando al hombre que los había encontrado en el restaurante- Marcos y, ella es Rose, mi prima Aurora –Aurora sonrió- mi hermano André, y un amigo de la familia Christopher. Esta es mi hermanita menor, Danaé –aludió a la joven que se acercaba. Lucian sonrió.
- Mucho gusto, Luciano –Danaé lo miro detenidamente, como analizando cada rasgo de su rostro- ¿Te conozco de alguna parte? ¿Eres italiano? -preguntó con curiosidad.
Lucian empezó a abrir la boca para contestarle pero Beth se adelantó, negando la posibilidad de que se conocieran porque no era italiano, justificó al final. Él se sintió un tanto irritado pero decidió que ya llegaría el momento en que tendría que decirles a todos quien era, y lo haría la misma Beth, así que no debía enfadarse demasiado.
Beth sintió un ligero escalofrío recorrerla ante la perspectiva de que Danaé pudiera conocer a Lucian. Su carrera, no sabía porque le era tan difícil aceptarlo pero lo era. Suspiró cuando Danaé abrió nuevamente sus labios.
- Beth, ¿hablaremos luego? –pidió con una pequeña sonrisa su hermana menor- tengo algo importante que contarte, pero no ahora.
Beth puso los ojos en blanco, pero asintió. Sabía que ella le interrogaría, era su especialidad, después de todo y estaba acostumbrada.
- ¿Y cómo se conocieron? –intervino André con una sonrisa divertida- ¿se puede saber cómo convenciste a mi hermanita de casarse?
- Lo dices como si fuera… tú –Beth clavó sus ojos verdes en él- yo no tengo ningún problema en comprometerme y estar con una sola persona.
- Yo no… -André amplió la sonrisa- ¿para qué negarlo? ¡Tiene razón!
Todos soltaron una carcajada y Lucian se sorprendió. Había pensado que discutían, pero al parecer, era una especie de broma. ¡Qué sentido del humor tan particular!
- Nuestras circunstancias fueron particulares –contestó Lucian a André- la conocí en su fiesta de cumpleaños.
- Americano –habló Rose mirándolo con curiosidad- creo también haberte visto por algún lado.
- Yo ya lo había visto –Marcos señaló y todos lo miraron- pero tampoco conozco la historia, en absoluto.
- Una lástima, al parecer es muy interesante –intervino Christopher y Beth suspiró con fastidio. Lucian los ubicaba rápidamente, intentando seguir el desarrollo de la conversación en un italiano bastante rápido para su gusto.
- ¿Hablas italiano fluidamente? –preguntó con educación Aurora, con una leve sonrisa- la costumbre hace que olvidemos el preguntar para que puedas participar activamente en nuestras desordenadas conversaciones.
- Hablo italiano, había pensado que fluidamente pero si me pierdo un poco –confesó Lucian agradecido- sin embargo, continúen, es muy entretenido. Solo una precisión –todos lo miraron- soy Lucian, no Luciano como Beth tan amablemente me ha presentado.
- ¿Ni siquiera sabes su nombre? –exclamó horrorizado André mientras Beth le daba un ligero golpe en el costado con el codo, que él esquivó con rapidez- olvidas que te conozco, hermanita.
- Odia que lo llame así –Beth los miró a todos con una sonrisa divertida- pero a mí me fascina fastidiarlo. Eso es todo, sé cuál es su nombre. Lucian Beckett, ¿lo ves? –clavó sus ojos en André con intención.
- ¡Lucian Beckett! –escuchó él que pronunciaban a sus espaldas- ¡sabía que te había visto en otro lugar! –giró y se encontró con una joven de ojos dorados y cabello negro, que al parecer, todos conocían también, menos él.

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